Año: 2011
Nacionalidad: EE.UU.
Director: George Clooney.
Reparto: Ryan Gosling, George Clooney, Philip Seymour Hoffman, Paul Giamatti, Marisa Tomei, Evan Rachel Wood, Jeffrey Wright, Max Minghella, Jennifer Ehle.
Género: Drama. Política.
Sinopsis: Un joven (Ryan Gosling) empieza a trabajar como jefe de prensa de un prometedor candidato (George Clooney) que se presenta a las elecciones primarias del Partido Demócrata. Durante la campaña tendrá la oportunidad de comprobar hasta qué extremos se puede llegar con tal de alcanzar el éxito político. Adaptación cinematográfica de la obra teatral "Farragut North" de Beau Willimon.
[Información facilitada por Filmaffinity]
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No acostumbro a hablar de política o, mejor dicho, no suelo embarcarme en conversaciones sobre este tema pues, según con quién converses, suelen terminar en discusiones la mayoría de las veces. La verdad es que sobre el asunto entiendo lo justo pero eso no impide que muchas veces observe con lástima actitudes entre los candidatos políticos más propias de patio de colegio que de personas adultas en cuyas manos ponemos el bienestar de este país. Las estrategias de hoy en día, basadas en señalar al otro con dedo acusatorio mientras clamamos "y tú más" en vez de defenderse y reconocer humildemente los errores, aprendiendo de ellos, no me convence en absoluto. Así que, me limito a escuchar y a preguntarme lo que la inmensa mayoría de los españoles, ¿Y ahora qué?
Y mi reticencia hacia la política me conduce tontamente a alejarme de películas que versen sobre el tema. Muy rara vez me decanto por un largometraje de corte político como Los idus de Marzo pero recuerdo que la primera vez que la vi, salí bastante satisfecha de la sala, y hoy, teniendo en cuenta que estamos nuevamente ante un callejón político sin salida, me he animado a visionarla de nuevo.
"Mi única religión es la Constitución de los Estados Unidos de América", viene a decir el gobernador Mike Morris (George Clooney) ante los ciudadanos de Ohio. Morris es el candidato del Partido Democrático que lucha contra Pullman del Partido Republicano. Son las elecciones primarias de Ohio y el ganador se convertirá en postulante a la presidencia del país.
Mike Morrison tiene carisma, personalidad y buena presencia. Además sus ideas sobre educación, familia y economía parecen gustar a la población, mostrando una integridad que es difícil encontrar en política. Sin embargo, la película quiere centrarse en los equipos de campaña, esos hombres y mujeres que rodean al candidato y sin cuyo trabajo, los políticos se desinflarían. Entre los miembros del equipo de Morris conoceremos a Paul Zara (Philip Seymour Hoffman), jefe de campaña, y a Stephen Meyers (Ryan Gosling), secretario de prensa. La labor de estos dos asesores es fundamental para posicionar a la población a favor o en contra, son dos titiriteros que manejan los hilos para influir en la opinión pública, unos jugadores de ajedrez experimentados que conocen perfectamente qué pieza mover en cada momento.
Steve es el auténtico protagonista de la película, un joven de unos treinta años que se jacta de llevar en política más tiempo que ningún otro asesor. Él cree con fe ciega en su candidato y eso es lo que verdaderamente lo motiva. Piensa que será el cambio que todo el país está esperando y se dejará la piel por conseguir que Morris alcance la gloria, pues ese camino hacia el éxito será también el suyo propio. Para ello hay que cuidar la imagen del candidato, hay que suprimir los obstáculos, aquello que pueda influir negativamente, eliminar declaraciones pasadas comprometedoras, actitudes poco éticas, analizar los gestos, los movimientos a la hora de hablar, las pausas en sus discursos. Todo es observado con ojo clínico.
Pero Los idus de Marzo no solo nos va a mostrar esa labor de limpieza, pulido y esplendor que los asesores llevan a cabo, sino que, mientras por un lado limpian, por el otro ensucian. En el amor y en la guerra todo vale, incluso rebuscar en la basura del contrario para sacar los trapos sucios, filtrarlos e intentar que la información más devastadora llegue a los oídos de los electores. De todo ello también se encargará Steve, seguro y confiado, asegurando una victoria que no sabremos si se producirá o no. No es lo importante, lo esencial es mostrar los tejemanejes de la campaña electoral. Sin embargo, una reunión clandestina hará tambalear el palacio de cristal del asesor hasta acabar en una situación comprometida. Pero en política siempre es recomendable tener un as en la manga para usarlo en momentos de verdadero apuro.
La película desarrollará paralelamente otra línea argumental que, en apariencia, se aleja de la principal. Veremos cómo se gestan las relaciones entre los miembros del equipo, cómo los peces importantes del acuario congenian con los becarios y voluntarios que aún tienen fe en el sistema, esos pececillos recién llegados, a través de un escarceo romántico que terminará por girar alrededor del mismo eje.
Y como la política no se puede entender sin la prensa, la periodista Ida (Marisa Tomei) vendrá a representar el olor de la tinta y el papel o la sed de noticias frescas, mientras más escandalosas mejor. Entre ella y los asesores se establece una relación basada en un supuesta amistad que no es tal sino más bien un quid pro quo, un yo te doy si ú me das. De este modo, el argumento de Los idus de Marzo se sustenta en palabras como traición, venganza, chantaje, extorsión, hipocresía, falsedad,... todo un rosario de actitudes poco éticas y decorosas que dejanel mundillo de la política con un terrible tufillo a inmundicias.
¿El desenlace? A mí me ha resultado de lo más peculiar.
Y viendo esta película recordé lo Julia Navarro me contó sobre las campañas electorales en Estados Unidos, organizadas y respaldadas por importantes agencias de comunicación que escarban aquí y allá y cuyo poder llega a asustar. Hablamos de todo eso a raíz de la publicación de su última novela Historia de un canalla, cuyo protagonista era precisamente un asesor político. Puedes leer la entrevista aquí.
Pasando a otras cuestiones, con Clooney tras las cámaras solo he visto esta y Monuments Men y ambas me han resultado muy inteligentes. Más que su papel como actor, realmente en un segundo plano, hay que destacar su labor de dirección. No es que la película cuente a mi juicio, con mucho efectismo, con planos cargados de matices pero sí hay que reconocer que alguna secuencia tiene un significado brutal, o que en ocasiones funcione mejor el silencio. A su vez, hay que destacar la elección de una situación que se repite al inicio y al final de la película que da bastante que pensar.
En el plano interpretativo, la película cuenta con un elenco de considerable renombre. Me gusta mucho la interpretaciones de unos y otros, desde Philip Seymour a Marisa Tomei, pasando por Paul Giamatti y por supuesto por el protagonista, Ryan Gossling. Todos saben qué deben aportar a su personaje, cómo debe moverse o mirar, y consiguen que sus papeles sean realmente creíbles.
Por cierto, ¿de dónde viene el título de la película? Mejor os pongo la tarea de buscarlo vosotros mismos. Yo desconocía que esa expresión tuviera algo que ver con Julio César.
En definitiva, fue una película que me gustó mucho en su día y me ha resultado muy interesante volver a ver ahora, en estos momentos en los que la política y las elecciones está ocupando los titulares de los periódicos y los informativos. No estoy muy segura si la política que se hace a un lado y al otro del charco variará mucho. Aquí también tenemos muchas perlas e imagino que igualmente habrá sus zancadillas aunque de momento nadie ha filtrado un desnudo de la esposa del contrario. Visto lo visto, no me extrañaría nada.