Editorial: Caballo de Troya.
Fecha publicación: abril, 2016
Precio:14,90 €Género: Novela.
Nª Páginas: 171
Edición: Tapa blanda.
Nª Páginas: 171
Edición: Tapa blanda.
Autor
Braulio Ortiz Poole (Sevilla, 1974). Su primera novela, Francis Bacon se hace un río salvaje, recibió el Premio Andalucía Joven de Narrativa. Posteriormente ha publicado el libro de relatos Biografías bastardas y los poemarios Defensa del pirómano, Hombre sin descendencia y Cuarentena. Fue incluido en las antologías de relatos Mutantes. Narrativa española de última generación y Pequeñas resistencias 5. Es periodista y trabaja en la sección cultural del Diario de Sevilla.
Sinopsis
«Ella es España, corrupta y desmemoriada. Un símbolo. De todos los que han robado, de los que han mentido, de los que han conducido al país a la ruina.»
El crepúsculo de una estrella literaria, especie de Gloria Swanson de las letras españolas, sirve al propósito mayor de esta novela: radiografiar el entramado de intereses y vicios individuales que dan lugar a una sociedad moralmente averiada.
Silvia Miralbes tenía la fórmula del éxito, sus novelas generaban enormes beneficios, pero en su último título un «negro» tuvo que echarle una mano para cumplir con el plazo previsto por la editorial. Ahí se inició su derrumbe.
La fórmula Miralbes recurre al falso documental para tratar el caso -no tan improbable- de un plagio literario que un autor fracasado endosa a un escritor eminente.
Testimonios, fotografías y documentos de archivo hábilmente entremezclados por Braulio Ortiz Poole nos muestran las entrañas del mundo cultural español, donde ni editores ni autores ni periodistas pueden permitirse decir todo lo que saben.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
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Lectores. Eso somos. Eso sois. Nos asomamos al mundo de las letras buscando quién sabe qué. Cada cual se lanza a la caza de su panacea. Cada uno quiere encontrar la cura a su dolor. Y a veces lo encontramos. Sí. En los libros. Pero, ¿te sueles parar a mirar qué hay tras ese compendio de páginas pasadas por imprenta? ¿Quién o quienes se ocultan tras esasletras en negro sobre fondo blanco que un día, quizá fueron solo un borrón? En ocasiones, un libro me hace pensar en su composición y tiendo a divagar e imaginarme el momento exacto en el que el autor ha plasmado la idea narrada. Luego me cuestiono mil veces por qué ese libro y no otro ha llegado a mis manos. ¿Cuántos se quedan por el camino? ¿Qué molino quijotesco hace girar el engranaje del mundo editorial? Seguro que tú también te lo has preguntado. Pues bien, a priori, La fórmula Miralbes nos habla de todo eso. Pero solo a priori.
Silvia Miralbes es una reconocida escritora que a sus setenta años quiere colgar el hábito. Ya es momento de cerrar una trayectoria llena de éxitos pero el paso del tiempo ha ajado la belleza literaria de esta flor que se siente incapacitada para seguir componiendo historias. Va a necesitar ayuda y de las gordas pues su mente, lamentablemente, no da más de sí. Por suerte tiene una red de salvación que intenta evitar que la diva caiga al vacío. Así ha sido siempre y no cabe pensar que ahora, cuando está a punto de dar el último paso, vaya a ser de otra manera. Sin embargo, parece que los hados le tienen preparada una sorpresa en forma de becario al que le cae una bomba de relojería en la manos. Y el explosivo estallará en el peor momento posible, cuando la diosa Miralbes está a punto de alcanzar la vida eterna y literaria en la rueda de prensa que será la puesta de largo de su último trabajo. Entre flashes y medios de comunicación retumbará la palabra plagio y un silencio sepulcral se hará en la sala. La diva, la otra reina de España como viene siendo apodada desde tiempo atrás, creerá morir. Se revolverá como gata panza arriba justificándose pero es el fin. Ya no hay vuelta atrás.
Un solo segundo ha bastado para arrancar la venda de los ojos. La semilla de la duda ha sido sembrada y pronto echará sus frutos. En consecuencia se van a desatar los vientos y veremos cómo los personajes de la novela estarán zarandeados de norte a sur.
La fórmula Miralbes pasea entre dos mundos, el editorial y el periodístico, ambos muy vapuleados en los últimos tiempos, para presentarnos una situación no tan disparatada. La acusación de plagio conlleva un revuelo del que se hace eco la prensa de tanto en tanto. Pero, ¿qué ocurre entre bambalinas? ¿Cómo afecta eso al autor y a sus lectores? ¿Qué opinan los restantes compañeros de profesión? Ideada por su autor como un falso documental, esta novela transita por los diferentes testimonios de todos aquellos que un día conocieron a Silvia Miralbes. Y con un estética tan original y curiosa, tendremos que volvernos lectores inquietos, a los que no importa saltar de una coordenada temporal a otra. Así, Ortiz Poole nos arrastra de un punto a otro en la línea deltempo, desde los lejanos años 50, pasando por 1977 o 1993, el año 2007, 2008 o 2012, siendo el 2014 el presente de la novela, todo ello para permitirnos conocer a la protagonista en profundidad o más bien para saber lo que los demás pensaban de ella.
En paralelo a esta estructura peculiar, un narrador a la altura que quizá nos desoriente un poco en los inicios hasta que entendamos que esta novela no es más que una crónica sobre la vida de la autora a través de sus familiares y amigos.
Perfecta en cualquier momento se hace mucho más apetecible para esta época estival en la que la mente nos exige liviandad.La fórmula Miralbes no solo cuenta con una trama interesante sino que su brevedad, así como la de sus capítulos, nos permite una lectura ágil y dinámica. A su vez, el autor, y emulando nuevamente la forma de un documental, alterna la narración de los testigos con piezas de otro calado que rompen la monotonía, como artículos periodísticos o mensajes en un contestador automático.
Es evidente que el autor conoce los entresijos de un mundo con algunos rincones por barrer. Me han parecido muy reales las descripciones de ciertas escenas planteadas por el autor en la novela, esas conversaciones entre lectores y autor, las ruedas de prensa, lo que se cocina en los despachos de las editoriales, el pensamiento de aquellos que permanecen en la sombra. Quizá para mí, la situación más interesante ha sido verlo describir la delgada línea, a veces imperceptible pero existente igualmente, que se dibuja entre un entrevistado y un entrevistador, pasos tímidos y cautelosos que hay que dar para no trasgredir barreras.
En La fórmula Miralbes el universo se configura con Silvia como astro rey mientras el resto no son más que una cohorte de satélites que giran a su alrededor. Al menos, así ha sido hasta el momento del escándalo. Ortiz Poole dibuja a una protagonista con un lápiz de precisión, asignándole todo un rosario de adjetivos que no la congracian con la humanidad. Silvia es petulante, altiva, endiosada, esquiva, lenguaraz, provocadora y áspera pero también es una mujer culta e inteligente, con sangre en las venas y que, como cualquier mortal, puede sufrir un revés que la hará llorar. Cuando los focos se apagan, cuando regresa a su piel de mujer, Silvia mira en su interior y la sentimos más humana que nunca. En el fondo, uno termina por cogerle cariño pues parece que a ella no se le perdona un resbalón.
Y de todos los personajes más principales, me ha gustado muchísimo Aycart, ese editor que ve en Miralbes el secreto de una vida confortable. Este personaje vivirá un momento lleno de tensión y angustia en el que caerá de rodillas derrotado. Me parece muy significativo el perfil de Aycart, al frente de una editorial, un negocio como otro cualquier que solo puede mantenerse con las ventas de un producto cultural, en este caso. La idea de mercader con la cultura no deja de ser paradójica.
Pero otros personajes también llamarán nuestra atención, como el becario al que le llueve el maná de los cielos o ese profesor universitario, anodino y triste que añora unos tiempos en los que sus principios eran férreos. Lo más curioso del granado repertorio es que evitan mirarse a sí mismos, comprobar lo que han hecho con sus vidas. Resulta mucho más sencillo juzgar al contrario pero en el fondo les ocurre eso porque son humanos y porque se mueven entre egoísmo y la hipocresía. Es sencillo alzar la voz y acusar pero en realidad todos tienen algo que callar, desde el primero al último.
Y comentaba al principio de la reseña que, entre los temas que destacan en la novela están el mundo editorial, observado bajo una lupa, y el periodismo, sector sobre el que también se hace su pequeña reivindicación al tratarse hoy en día de una profesión que ve cómo una apisonadora llamada recortes se acerca peligrosamente, amenazando con aplastarlo todo a su paso. Pero, por lo que hablaba antes de la tendencia humana a la hipocresía, La fórmula Miralbes escarba en el ser humano y su esencia, otro gran tema que subyace bajo este argumento del que nadie saldrá impune. Y es que uno tiende a ir por la vida con su hatillo de ideas preconcebidas sobre sí mismo sin pararnos a reflexionar que lo mismo, los demás nos ven de forma diferente.
Pongo fin ya a mis impresiones. La lectura deLa fórmula Miralbes ha sido gratificante. Me han gustado mucho los diversos personajes lleno de aristas y dobleces en un argumento que, sin duda, a ti lector, te va a gustar.
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