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EL BLUES DE LA PERPLEJIDAD de Reyes Aguilar Caro.

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Editorial: Ediciones Alfar. 
Fecha publicación: marzo, 2016
Precio:16,00 €
Género: Narrativa.
Nª Páginas: 334
Edición: Tapa blanda.
ISBN: 978-84-7898-660-6
[Disponible en eBook]



Autora

Reyes Aguilar Caro (Sevilla, 1969). Es autora de las novelas El juego del hombre Invisible, El Manquepierda, una filosofía de vida y la preliminar de Oselito y el Betis, de Andrés Martínez de León.

Estudiante cuando la tardanza hace a la dicha buena de Filología Hispánica en la Universidad de Sevilla y columnista de El Correo de Andalucía, desde donde cada semana se asoma a la opinión en su azotea, un lugar soñado y real donde habitúa a tender sus sueños con alfileres de palabras.

Observadora con gafas de lejos, ciclista urbana, melómana eléctrica y bloguera.

Sinopsis

Lola es una psicóloga vecina de un barrio humilde de la periferia sevillana que trabaja en sus tesis doctoral sobre el carácter del sur, tan alejado de esquemas técnicos.

Acude a la Hemeroteca cada día, con su bici, la cual amarra en la puerta de un bar, que sin saberlo, le abrirá las puertas de ella misma. Cuando más perdida está, en plena crisis existencial y académica, un emparedado de chorizo picante le facilitará la razón de ser como especialista en descifrar la mente humana.

La barra del bar El Gorrión se convertirá en la razón a lo que no encuentra sentido, con la ayuda de su dueño, Pedro, antiguo guitarrista de un grupo que desde una foto en blanco y negro se asoma a su distinguida clientela, todos dueños de vidas tan diferentes, y al mismo tiempo, tan iguales. Un escayolista catedrático de la calle experto en sevillanía; un librero melómano y observador que solo se centra en las avellanas y en las conversaciones ajenas; un seductor a las sevillanas maneras y olor a Varon Dandy, probador de zapatos profesional y observador de piernas; una panadera, simpática y sola, de ojos vivos y cama vacía; un comunista serio que con dos tintos se vuelve alegre y se emociona hablando de su Macarena; y Pachi, el alma mater del grupo, guitarrista internacional y guadianesco que sabe qué se esconde tras la música.

Tras esa foto en blanco y negro de aquellos cuatro músicos que formaron el grupo Los Replays transcurre una historia que traslada a Lola a una época que por edad no conoció pero que le cambiará la vida, así como la confirmacióin de que el verdadero psicólogo es quien se encuentra tras la barra de un bar.

Una regresión a la Sevilla política y musical de los años sesenta, por donde sus protagonistas enseñan a una psicóloga a serlo y sobre todo, a doctorarse en ella misma.

[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]



************************************

En esta vida cada uno tiene que encontrarse a sí mismo, dejar que nuestro cuerpo y nuestra mente nos hable, identificar aquello que nos hace feliz o lo que nos incomoda en nuestro día a día, hallar el equilibrio, conocerse y quererse, así como aceptarse. Todo esto que en principio puede parecer una utopía, un conjunto de metas inalcanzables, frases vacías o pura teoría tiene mucho sentido en la nueva novela de Reyes Aguilar Caro a la que ha titulado El blues de la perplejidad.¿Y por qué un título tan peculiar? La respuesta debes encontrarla entre las algo más de trescientas páginas de la novela pero te puedo adelantar que sonará mucho blues, alternándose con otros estilos musicales, mientras la perplejidad terminará por conducirnos a la certeza. 

El blues de la perplejidad narra una reconciliación pero no una cualquiera. La joven Lola está licenciada en psicología y lleva un año embarcada en la preparación de su tesis doctoral que versará sobre cómo los andaluces, gracias a su carácter, son capaces de hacer frente a las adversidades o como ella la ha titulado «Investigación aplicada en ciencias del comportamiento». Si menciono la palabra reconciliación no quisiera inducirte a pensar que se trata de una novela de amor, esas novelas en las que hay corazones rotos y sanaciones posteriores. Amor habrá en este blues, claro que sí, pero también otras muchas cosas, y entre ellas, como digo, una reconciliación, la que experimenta Lola consigo misma, la que tiene que ver con nuestro yo interior, con nuestra aceptación.


En El blues de la perplejidad conoceremos inicialmente a una Lola perdida, una mujer que no termina de encontrar su hueco, ni sabe qué es lo que quiere. Su tesis doctoral la engulle cada día más, incapaz de encontrar el rumbo porque ni siquiera tiene brújula para el terreno personal. No obstante, la vida a veces nos echa un cable y cuando más desorientados estamos, surge alguien de la nada que nos tomará de la mano para guiarnos. Esto es lo que le ocurrirá a Lola, solo que ella no tendrá únicamente una mano a la que asirse sino muchas más, todas las que encuentra en el bar  El Gorrión, una de esas tascas sevillanas con serrín en el suelo y fotografías antiguas en las paredes, donde se reúnen un nutrido elenco de personajes, dispares y carismáticos, que casi constituyen una familia. En ese bar, en el que Lola se refugia cada vez que la atmósfera de la Hemeroteca municipal donde prepara su tesis la agobia, encontrará la verdadera psicología, aquella que no se imparte en las aulas universitarias. Recibirá de la  mano de esos parroquianos, catedráticos en experiencias vitales, las lecciones más importantes y lo que será aún mejor, la brújula, el norte, el rumbo,... no solo para su tesis sino también para su propia vida.

Pero no penséis que El blues de la perplejidad tiene como única protagonista a esta joven desubicada. ECada uno de los asiduos del bar Gorrión será  puntal importante en la novela. mpezando por Pedro, el dueño de la tasca, chipionero de nacimiento pero «sevillanizado que es algo que ocurre mucho a la inversa».  Pedro vive solo con su perro y sus recuerdos, los de juventud y los del algún amor quebrado. Tras su barra de aluminio no solo sirve cervezas frías al personal sino también consejos. Como buen tabernero, casi hace las veces de confesor mientras friega los vasos de Duralex

A contar sus pecados y a tratar de entender la vida acude cada día al bar los personajes más pintorescos de toda Sevilla. Albero, el más sevillano de todos, que lo mismo te habla de la última faena del torero más puntero en la Maestranza, que de Semana Santa o de esos barrios de calles estrechas y olor a antiguas culturas. Y allí acudirá también Rafa, un librero y melómano, quizá el más retraído de todos ellos pero que posee un templo para las almas desmadejadas, la librería Ocnos. La panadera Trini paseará sus ojos de enamorada entre la concurrencia intentando localizar al que la hace suspirar. Mientras que Julián, el dependiente de calzados, ese galán de chaqueta sobre los hombros y aroma a Varon Dandy paseará palmito seduciendo a toda hembra que se le cruce. Y no nos podemos olvidar de Fermín, al que le gusta hablar de política, republicano convencido, comunista que vive de espaldas a la iglesia pero a la Semana Santa y a su Macarena que nadie la toque. Y por último Pachi, un guitarrista de recorrido internacional, que aparece y desaparece como los ojos del Guadiana pero que tendrá un peso específico en la novela.


Todos ellos terminarán por encontrarse en el Gorrión, de la vida de todos ellos sabrá Lola, que se convertirá en una más del grupo y allí aprenderá del pasado de su tierra, de Sevilla, de Andalucía, gracias a una vieja foto que cuelga en las paredes del bar. Porque El blues de la perplejidad no es solo una historia del hoy sino también del ayer, de un pasado cargado de valores, de anhelos, de sueños y de deseos, de unos años en los que una juventud más madura se involucró en una lucha, se quejó o gritó y en una glorieta del Parque de María Luisa se dibujaron grandes hazañas. Gracias a todo lo que en esos años se hizo, hoy, tenemos lo que tenemos, con sus pros y sus contras

Pero hay más. El blues de la perplejidad no solo es una novela de personajes en la que asoma el amor, sino una que aborda temas tan importantes como  la transición, los años de represión o el deseo de libertad. Gracias a estas páginas he vivido en primera persona acontecimientos que me quedaban muy lejanos. De algunos ya conocía los detalles pero he de confesar que esta novela me ha descubierto hechos de los que no tenía ni idea o que quedaban muy difuminados en mi memoria como la Operación Clavel, la riada del Tamarguillo o el Eurobetis. Sin embargo, lo que más llamativo me ha parecido es la ventana que la autora nos abre al proceso de autonomía que vivió Andalucía, un acontecimiento del que se ha escrito mucho en los libros pero del que se ha obviado otro tipo de cuestiones que no debemos olvidar. De refrescar la memoria o zarandear la historia se encarga Reyes Aguilar y estoy convencida que los que fueron jóvenes en aquellos años rememorarán con esta lectura momentos llenos de emoción y magia y los que apenas teníamos conciencia por entonces aprenderemos sobre nuestro legado.






Y con toda esta amalgama de personajes e hitos se fusionan melodías y canciones, muchas muy conocidas, de grupos de todos los puntos del planeta destacando entre todos ellos el mítico grupo Triana, cuyo cantante, Jesús de la Rosa, falleció en accidente de tráfico el 14 de octubre de 1983 de vuelta de un concierto en Burgos. ¿Quién no conoce al grupo Triana? No hace falta haber nacido andaluz para conocer algunas de sus letras, tan oídas y veneradas, tan queridas y respetadas por siempre. Mientras escribo estas palabras suenan de fondo y es de lo más habitual escucharlos en bares o reuniones de amigos.


Con capítulos muy cortos y personajes muy actuales, El blues de la perplejidad se bebe casi en un sorbo. Dado que la trama transcurre en Sevilla los lectores sevillanos disfrutaremos mucho más de la lectura por aquello de poder ir recorriendo lugares y calles de esta ciudad pero, en cualquier caso, supone una lectura muy accesible a cualquier lector que quiera acercarse a unos años tan convulsos en los que incluso algún obrero perdió la vida al luchar por la libertad.

Me ha gustado conocer a esos personajes a los que es fácil reconocer por las calles de Sevilla. Decía Reyes Aguilar en la entrevista que le hicimos tiempo atrás (puedes leerla aquí) que Sevilla es mucho más que lo que la gente piensa, y no solo los foráneos sino los propios autóctonos, que esta ciudad y esta tierra posee una historia de la que se ha hablado mucho y otra de la que no se ha hablado tanto. El blues de la perplejidad rebusca en los acontecimientos de una época y saca a relucir lo que aquí ocurrió cuando la que subscribe no levantaba un palmo del suelo. Lo dicho, una novela que me ha abierto nuevos horizontes.






[Algunas imágenes e ilustraciones tomadas de Google]


Retos:

- 100 libros
- Ciudades



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