Autor
José Ramón Goñi Tirapu fue gobernador civil de Guipúzcoa entre 1987 y 1990. Durante estos años se cometieron en la provincia, auténtico vivero de ETA, más de cuatrocientos atentados. Fueron años duros; no obstante, durante su gestión las Fuerzas de Seguridad lograron detener y poner a disposición judicial a la inmensa mayoría de los terroristas que los cometieron.
En 2005 publicó en España El confidente, libro en el que cuenta la manera en que logró infiltrar en ETA al confidente que más ha contribuido al debilitamiento de la banda terrorista.
Sinopsis
Mi hijo era de ETA. El drama de un gobernador civil que descubre que su hijo era terrorista es una historia donde la realidad supera la ficción; una historia verdadera y humana; una historia conmovedora y escrita desde el corazón; una historia que no dejará indiferente a nadie.
Esto y mucho más es Mi hijo era de ETA, el estremecedor relato de un padre que descubre que su hijo pertenece a la banda terrorista que intentó asesinarle en varias ocasiones y que destruyó a su propia familia. El autor, gobernador civil de Guipúzcoa durante los años más duros de ETA, describe las contradicciones entre el amor hacia su hijo y su deber en la lucha contra el terrorismo.
En uno de esos paseos que no dejo de dar por la biblioteca me crucé con este libro. Me lo tuve que llevar a casa y en poco más de unas horas lo devoré. No sólo el título y la foto de la cubierta me impactó sino que además el subtítulo —El drama de un gobernador civil que descubre que su hijo era terrorista— olía a historia real.
José Ramón Goñi Tirapu ocupó el cargo de Gobernador Civil de Guipúzcoa, figura que ya no contempla la legislación española, a finales de los años ochenta y principios de los noventa y vivió de cerca una época marcada por los diversos atentados terroristas, siendo incluso objetivo directo en cuatro ocasiones, cifrándose en 400 los asesinatos que tuvieron lugar durante los años que ejerció su cargo.
Tras la supuesta declaración del cese definitivo de la actividad armada de ETA en octubre de 2011, Goñi siente la necesidad de hacer pública su experiencia personal y profesional. Por este motivo, y según sus propias declaraciones, tras encontrar las fuerzas iniciales, tardó 40 días en encajar retazos de su vida en 197 páginas. Este libro está dedicado a sus hijos y especialmente a aquel al que dirige directamente sus reflexiones, José Ramón, al que no ha vuelto a ver ni con el que ha vuelto a hablar en los últimos 20 años.