Año: 2016
Nacionalidad: España
Director: Hugh Hudson.
Reparto: Antonio Banderas, Allegra Allen, Ruper Everett, Golshifteh Farahani, Pierre Niney, Nicholas Farrell, Henry Goodman, Irene Escolar, Clément Siboniy, Tristán Ulloa.
Género: Drama.
Sinopsis: En 1879, un arqueólogo amateur, Marcelino Sanz de Sautuola y su hija de 8 años, María, descubrieron en Cantabria una de las obras prehistóricas más importantes de la Historia: las pinturas de Altamira. Lejos de proporcionarle honor y gloria, su deslumbrante contribución a la historia le enfrentó sin embargo con la Iglesia católica, y también con la indiferencia y el escarnio de la comunidad científica de la época. A pesar de sus esfuerzos por demostrar la veracidad del descubrimiento.
[Información facilitada por Filmaffinity]
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Sin duda Altamira es uno de los hallazgos más importantes de nuestro país. El descubrimiento de aquellas cuevas y las pinturas de su interior supusieron un importante hito en la Historia del hombre y estoy convencida que muchos os habréis acercado hasta Cantabria para visitarla. En la actualidad, la visita está muy restringida pues se pretende preservar la pinturas lo máximo posible. Si aún no conoces el lugar y te apetece ver lo que pintaban nuestros antepasados solo tienes que visitar esta web donde hallarás toda la información.
¿Quién descubrió aquella cueva? ¿Quién se esconde tras aquel hallazgo? Desde siempre he oído que fue una niña la que jugando en el interior de una cueva se fijó en el techo y descubrió las pinturas pero nunca me había parado a conocer más, a averiguar por qué aquella niña estaba jugando en un sitio tan extraño. Pues bien, Altamira ha desvelado mis dudas aunque por lo que he podido leer el largometraje tiene sus más y sus menos.
Altamira narra la historia de Marcelino Sanz de Sautuola, su familia y el descubrimiento de las cuevas de Altamira. Marcelino, un hombre pudiente, era un apasionado de la arqueología, ávido siempre por saber más sobre la prehistoria y el origen del ser humano, más tendente a la ciencia que a la fe. Por ello asistía a todo tipo de conferencias en las que se explicarán las últimas teorías antropológicas y se avanzaran los últimos estudios realizados por eminentes miembros de la comunidad científica. Es así como, según la película, asiste a la Exposición Universal de París en 1878 donde el insigne profesor Èmile Cartailhac maravillará a la concurrencia hablando de Darwin y la evolución.
La pasión del padre será fácilmente transmisible a la hija, María Justina, de ocho años de edad. La pequeña, a la que le encanta oír a su padre hablar de la época de la glaciación y el paleolítico, absorberá como una esponja los conocimientos de su progenitor. Juntos emprenden paseos por los parajes cántabros a la búsqueda de fósiles y es así como, tras el aviso de un aparcero, encuentran la cueva y poco más tarde será María que, adentrándose en los confines de la misma, descubrirá las pinturas rupestres. Sin embargo, el descubrimiento, un hallazgo único para la historia de la humanidad, le traerá más complicaciones que halagos pero no os doy más detalles. Mucho mejor que, si os apetece y os interesa el tema, hagáis lo posible por ver esta película y conocer esta versión cinematográfica de los hechos.
Tanto en la historia como en la película se pasa muy de puntillas sobre el verdadero descubridor de la cueva y hablo de la cueva no de las pinturas. Si no hubiera sido por el aparcero, Modesto Cubillas que se llamaba el buen hombre, posiblemente las pinturas jamás se hubieran descubierto. Da que pensar que este hecho sea así porque Modesto no era más que un pobre hombre mientras que Sautuola pertenecía a una familia de posibles.
La película nos describe a Marcelino Sanz de Sautuola como un hombre afable, curioso, intrigado por nuestro pasado y respetuoso con la naturaleza. Vivía la ciencia con tanta pasión que a todo el mundo cuenta sus teorías, siendo su hija la más ferviente admiradora. Sin embargo, entre sus vecinos también se granjeará algún enemigo que refutan sus teorías, al margen de que la Iglesia, como no, también tenía que meter baza.
A Marcelino le da vida Antonio Banderas, un actor al que no le encuentro el punto. No me entusiasma su trabajo aunque reconozco que si su trayectoria es tan fructífera por algo será. Sin embargo, salvo en contadas ocasiones, a mí sus interpretaciones no me terminan de gustar. En esta película me parece un tanto impostado, poniendo tanto entusiasmo en sus palabras que, para mi gusto, roza un poco lo forzado.
Por su parte, la otra gran protagonista, María será una niña un tanto marisabidilla y respondona, que no se achica ante la presencia de adultos, ni siquiera cuando se trata de un miembro de la iglesia o un desconocido. Desde su inocencia no le costará decir la verdad, una verdad que a los mayores les cuesta reconocer y que tratan de evitar mirando hacia otro lado. El papel de María lo interpreta Allegra Allen. Por ahí he leído que la niña lo hace realmente mal pero a mí no me lo parece. No deja de ser una niña, algo caprichosa y consentida por su padre y en ese sentido la veo bien.
En cuanto a Conchita, la esposa de Marcelino, habría que decir que es el personaje que más lucha interior tiene. Ella se ve dividida entre el amor por su marido y su fe. Fiel creyente y adepta a los principios de la Iglesia, será considerada unas mecenas financiando la restauración de antiguos frescos. A ello se le une que vive afligida por la reciente muerte de dos de sus hijos a los que acostumbra a visitar en el aniversario de su fallecimiento, acto al que acude la familia en total recogimiento pero más como un puro trámite por parte del marido y de la hija que por devoción.
Su papel vendrá interpretado por Golshifteh Farahani, una actriz de origen iraní cuya fisonomía no me encaja en el perfil de una mujer cántabra. Sin duda es una mujer muy bella pero se le nota mucho que no tiene rasgos españoles y eso chirría un poco, sin que pretenda ofender a nadie, ojo.
Y hablando del papel de Conchita se hace necesario hacer hincapié en la férrea confrontación entre ciencia y religión que muestra la película. Como digo, en el propio seno familiar se respira esa dualidad pues Marcelino, a pesar de asistir a misa y cumplir con diversos rituales religiosos tiene más fe en la ciencia que en la religión. Su mujer será todo lo contrario, siempre apegada a las faldas de los religiosos, solicitando ayuda espiritual y guía en una situación familiar que se le escapa de las manos. En dicha dualidad se fundamente prácticamente toda la película, tanto es así que las escenas introductorias mostrarán alternativamente secuencias de una conferencia del eminente científico Cartailhac en la que se apela al origen de la evolución y las teorías de Darwin frente al sermón de un cura que clama al cielo la herejía que se produce al dejar a Dios de lado en la creación del hombre.
Sin duda, y hablando de Cantabria, no se puede obviar lo que es evidente, la belleza de su paisaje. La luz de las secuencias, los parajes del norte, los montes verdes, los acantilados y ese mar bravío es una delicia para los ojos. Al margen de los lugares y pueblos que aparecen como la Colegiata de Santillana del Mar. Y bella es tambiénla ambientación que está realmente conseguida, vigilando cada detalle ya sea en el atrezo como en el vestuario, maquillaje o mobiliario.
Y en cuanto a la banda sonora, no hace falta ser un melómano para descubrir la guitarra de Mark Knopfler. Sinceramente la combinación de las melodías y la trama dan como resultado una mezcla extraña que no sé si realmente engarzan bien pero tampoco resulta excesivamente desagradable. Para mi gusto creo que un piano hubiera quedado mejor con la ambientación.
Y ahora viene lo que menos me ha gustado. En algún momento María tiene sueños, pesadillas o alucinaciones e los que los bisontes que ella descubre pintados en la cueva cobran vida. La primera vez que esto ocurre puede resultar curioso pero la verdad es que se recurre a este efecto más de la cuenta. Lo mismo se intenta dejar constancia de la obsesión de la pequeña por las pinturas, como también le ocurre al padre, pero es que la recreación de esos bisontes corriendo por doquier quedan mal visualmente, se ven artificiales y poco conseguido el efecto.
Tampoco me ha gustado que en ocasiones figure un periódico español, en concreto El cántabro, con titulares y noticias en inglés.¿Qué sentido tiene? Me parece un detalle que será fantástico para los espectadores de habla inglesa pero es que resulta que el noticiario es español y por tanto no tiene lógica ninguna que las noticias vengan redactadas en inglés. ¿No os parece?
Y antes de concluir, como dato anecdótico os comento que la película está producida por Lucrecia Botín y claro, es ver el apellido y extrañarte. Siguen los créditos y te das cuenta que el apellido se repite en los productores asociados y es que resulta que...
No tenía ni idea.
En definitiva, me ha gustado ver Altamira. No es un peliculón porque además, en algún momento se me ha hecho algo lenta, pero a grandes rasgos es un largometraje que se deja ver, que cuenta una historia interesante y que es una belleza solo por la fotografía y los paisajes que muestra. Para una tarde de domingo, idónea.
Trailer:
[Imágenes e ilustraciones tomadas de Google]