Autor
Carmen Santos (Valencia, 1958) vivió parte de su infancia y adolescencia en Alemania antes de regresar a España en 1974.
Ha publicado tres novelas hasta el momento: La vida en cuarto menguante (Zócalo Editorial, 2003), La cara oculta de la luna (Debolsillo, 2004) y Días de menta y canela (Plaza & Janés, 2007) con gran éxito de crítica y lectores. En la actualidad, Carmen Santos reside en Zaragoza y se dedica exclusivamente a la literatura.
A mediados del siglo XIX una joven española llega a Cuba recién casada, dispuesta a trabajar honradamente para salir adelante, pero el destino la llevará por caminos insospechados marcados por la prostitución, la pasión y la venganza.
En la Habana del siglo XIX, una mujer decide tomar las riendas de su vida y forjarse su propio destino. 1858. Cuando Valentina zarpó desde España hacia la colonia de Cuba en pasaje de tercera clase, tenía un joven marido a su lado y el corazón repleto de ilusiones. A su llegada a la isla, sin embargo, sus sueños se resquebrajan: su esposo ha muerto durante la agotadora travesía y el lugar, de pronto, se revela como un entorno hostil.
Sólo Tomás Mendoza, un atractivo médico que viajaba en el mismo barco que ella, intenta ayudarla proponiéndole matrimonio. Pero Valentina le rechaza por orgullo, pues no está dispuesta a inspirar lástima, aunque eso signifique tener que vender su cuerpo en un refinado prostíbulo caribeño. Lo que no sospecha es que hay hombres que no se conforman con unas horas de lujuria comprada y que algunos, como el rico y apuesto Leopoldo Bazán, bajo sus caballerosas formas esconden la más abyecta crueldad.
Con el pulso firme y sagaz de los grandes novelistas, Carmen Santos ha tejido una historia inolvidable que tiene mucho de las grandes sagas. De las calles habaneras al prostíbulo y de allí a los fastuosos salones de la alta sociedad isleña, enriquecida hasta lo inimaginable con el cultivo de la caña de azúcar, El sueño de las Antillas nos cuenta la historia de una mujer fuerte, valiente y carismática que, en una época de intrigas políticas por la independencia de Cuba y por la abolición de la esclavitud, se debate entre la ambición, la venganza y el amor verdadero.
Editorial Grijalbo.
Editorial Grijalbo.
Hora: las 5.30 de la tarde. Lugar: el Hotel Colón, donde se visten de luces los toreros que se van a jugar la vida en la arena de La Maestranza. A esa hora y en ese lugar quedé con Carmen Santos para charlar con ella y para conocer de frente, a puerta gayola, su cuarta novela, El sueño de las Antillas.
Carmen es una mujer de temple agradable, de voz dulce y suave que encajaba perfectamente con el ambiente de recogimiento que flotaba en la cafetería del hotel. Tras unas palabras de saludo y un intercambio de frases cordiales me dispongo a lanzarle sobre el ruedo las siguientes preguntas:
Marisa G.- Buenas tardes Carmen. En primer lugar quisiera agradecerte la oportunidad que nos brindas de conocerte y hablar contigo sobre tu nueva novela y que tan amablemente te dispongas a responder a estas preguntas.
Carmen S.- Gracias a vosotros. El placer es para mí.
M.G.- Antes de entrar en materia, me gustaría que nos explicaras por qué crees tú que El sueño de las Antillas va a gustar a los lectores, ¿qué vamos a encontrar entre sus páginas?
C.S.- Pues hay de todo un poco. Yo quería escribir una novela decimonónica, al estilo de los dramas y folletines del siglo XIX, con grandes amores, grandes pasiones, traiciones, venganzas,... al estilo de El conde de Montecristo. En esta novela hay muchas pasiones y muchos sentimientos. Aparte de esto, también hay Historia, aunque no he querido abusar y contar muchos datos porque se hace muy pesado, pero la época en la que está ambientada fue muy interesante. Creo que es una novela que puede encajar en todos los gustos, incluso también hay un puntillo de novela erótica. Así que tenemos de todo.
M.G.- Viendo la envergadura del libro y sabiendo que está ambientada en la época colonial, es de obligado cumplimiento preguntarte por la labor de investigación y documentación. Imagino que habrá sido muy extensa. ¿En qué ha consistido? ¿Cuánto tiempo te ha llevado escribir este libro?
C.S.- Pues lo que es sólo la primera redacción, un año y medio. Luego, con las revisiones y entre una cosa y otra, me habrá llevado dos años o dos años y algo. En cuanto a la documentación, pues perfectamente me ha podido llevar dos años también.
M.G.- ¿Y en qué ha consistido? Habrás tenido que leer muchos libros, ¿no? Porque tengo entendido que tu primera intención fue viajar a Cuba pero que al final no pudo ser.
C.S.- Sí, hace dos años tuvimos que cancelar el viaje a última hora por un contratiempo. Fue un chasco muy grande.
M.G.- Entonces, todo ha sido leer libros hasta el punto de incluir una bibliografía al final de la novela, ¿no?
C.S.- Sí, he tenido que leer libros de Historia pura y dura, diarios de viajeros de la época, novelas costumbristas del siglo XIX que te describían con detalles cómo era esa Cuba de entonces, de aquel siglo.
Para la parte del burdel, también me estuve documentando, leyendo algunos libros, concretamente uno en el que una madame americana contaba cómo eran los burdeles de la época y cómo se gestionaban.
M.G.- Y con toda esta información tú te haces una composición de lugar y construyes en tu mente una imagen de cómo era la Habana en aquella época.
C.S.- Sí, sí, con los diarios de los viajeros norteamericanos sobre todo, que iban por el negocio del azúcar o simplemente por viajar y conocer mundo. Reflejaban en esos diarios todo lo que veían, la ciudad, los carruajes... Con todo esto te haces una idea.
M.G.- Suena fácil pero imagino que no debe serlo.
C.S.- Es como armar un puzle de muchas piezas. Al principio estás perdida, te sientes abrumada y un poco desesperada. Buscas libros en la biblioteca o los compras allí y allá. Pero luego es como hacer un puzle. Primero armas el marco y luego vas colocando las piezas interiores.
M.G.- Imagino que un libro te llevará a otro.
C.S.- Claro, unos los compras en la librería de siempre donde te los encargan y otros los adquieres a través de internet en librerías extranjeras. Al final, vas armando el puzle y cuando te das cuenta tienes tanta información que ya es como si hubieras vivido allí en aquella época.
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C.S.- Pues hay de todo un poco. Yo quería escribir una novela decimonónica, al estilo de los dramas y folletines del siglo XIX, con grandes amores, grandes pasiones, traiciones, venganzas,... al estilo de El conde de Montecristo. En esta novela hay muchas pasiones y muchos sentimientos. Aparte de esto, también hay Historia, aunque no he querido abusar y contar muchos datos porque se hace muy pesado, pero la época en la que está ambientada fue muy interesante. Creo que es una novela que puede encajar en todos los gustos, incluso también hay un puntillo de novela erótica. Así que tenemos de todo.
M.G.- Viendo la envergadura del libro y sabiendo que está ambientada en la época colonial, es de obligado cumplimiento preguntarte por la labor de investigación y documentación. Imagino que habrá sido muy extensa. ¿En qué ha consistido? ¿Cuánto tiempo te ha llevado escribir este libro?
C.S.- Pues lo que es sólo la primera redacción, un año y medio. Luego, con las revisiones y entre una cosa y otra, me habrá llevado dos años o dos años y algo. En cuanto a la documentación, pues perfectamente me ha podido llevar dos años también.
M.G.- ¿Y en qué ha consistido? Habrás tenido que leer muchos libros, ¿no? Porque tengo entendido que tu primera intención fue viajar a Cuba pero que al final no pudo ser.
C.S.- Sí, hace dos años tuvimos que cancelar el viaje a última hora por un contratiempo. Fue un chasco muy grande.
M.G.- Entonces, todo ha sido leer libros hasta el punto de incluir una bibliografía al final de la novela, ¿no?
C.S.- Sí, he tenido que leer libros de Historia pura y dura, diarios de viajeros de la época, novelas costumbristas del siglo XIX que te describían con detalles cómo era esa Cuba de entonces, de aquel siglo.
Para la parte del burdel, también me estuve documentando, leyendo algunos libros, concretamente uno en el que una madame americana contaba cómo eran los burdeles de la época y cómo se gestionaban.
M.G.- Y con toda esta información tú te haces una composición de lugar y construyes en tu mente una imagen de cómo era la Habana en aquella época.
C.S.- Sí, sí, con los diarios de los viajeros norteamericanos sobre todo, que iban por el negocio del azúcar o simplemente por viajar y conocer mundo. Reflejaban en esos diarios todo lo que veían, la ciudad, los carruajes... Con todo esto te haces una idea.
M.G.- Suena fácil pero imagino que no debe serlo.
C.S.- Es como armar un puzle de muchas piezas. Al principio estás perdida, te sientes abrumada y un poco desesperada. Buscas libros en la biblioteca o los compras allí y allá. Pero luego es como hacer un puzle. Primero armas el marco y luego vas colocando las piezas interiores.
M.G.- Imagino que un libro te llevará a otro.
C.S.- Claro, unos los compras en la librería de siempre donde te los encargan y otros los adquieres a través de internet en librerías extranjeras. Al final, vas armando el puzle y cuando te das cuenta tienes tanta información que ya es como si hubieras vivido allí en aquella época.