Autora
Sandra Barneda nació un 4 de octubre en Barcelona, donde más tarde se licenció en periodismo por la Universitat Autónoma de Barcelona. Ha vivido en Los Ángeles y en Nueva York. Desde pequeña quiso inventar, explorar e investigar. Empezó en el periodismo con apenas la mayoría de edad, en una emisora de radio a la que convenció diciéndoles que ella sabía hacer eso, apoyándose en las prácticas que había llevado a cabo en casa con un radiocasete y una grabadora. Desde hace nueve años es uno de los rostros de Mediaset presentando en Telecinco todo tipo de programas, desde actualidad política hasta entretenimiento, como los realities Supervivientes o Gran Hermano VIP. Desde su productora ha realizado documentales, publicidad y cortometrajes. Ha trabajado en Catalunya Ràdio, Antena 3, Telemadrid, 8tv, TV3, TV2. Y ha colaborado con artículos en Smoda de El País, El Periódico de Catalunya, Elle y Zero. Viajera incondicional, en cuanto puede coge la maleta y corre a vivir otras realidades y a aprender de ellas para poder contarlas. Reír al viento, su primera novela, fue un fenómeno editorial con más de 100.000 ejemplares vendidos y fue muy bien acogida por la crítica y los lectores. Con su segunda novela, La tierra de las mujeres, Sandra Barneda afianzó el éxito de su trayectoria literaria. Hablarán de nosotras es su debut en la no ficción.
Sinopsis
Políticas, cantantes, diosas, aristócratas, concubinas, estrategas, caprichosas, reinas, presentadoras, actrices, seductoras... ¿Has oído hablar de nosotras?
Desde los albores de la humanidad, las mujeres hemos estado siempre vinculadas al pecado. Mujeres pecadoras, lascivas, fornicadoras, ¿por qué no virtuosas, inteligentes, ambiciosas? ¿Utilizar nuestras virtudes en un mundo dominado culturalmente por hombres es pecado? ¿Puede la historia o la opinión pública condenarnos por buscar las vías para ser libres?, ¿para pensar por nosotras mismas, para dejar de ser objetos de posesión, de belleza, de maternidad y decidir cómo queréis que sea nuestra vida? Por ellas, por nosotras, para nosotras es este libro.
Marcadas por la avaricia, la soberbia, la gula, la lujuria, la ira, la pereza o la envidia, las mujeres de las que hablo -Maria Antonieta, Bette Davies, Hillary Clinton, Maria Callas, Janis Joplin, Madonna, entre otras- son mucho más que unos pecados capitales, son poderosas, valientes, visionarias, decididas y las dueñas absolutas de sus destinos.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
Tenía mucho interés en conocer a Sandra Barneda. Es un rostro mediático y, no nos engañemos, a todos nos gusta poder charlar con las personas que salen en televisión. Además, su última publicación, Hablarán de nosotras, me resultaba un libro muy curioso, de esos que gusta leer porque te permite aprender y conocer, en este caso, de un grupo de mujeres muy conocidas, entre las que figuran Madonna, Marlene Dietrich, Virginia Woolf, Bette Davis.
Pues bien, esto es lo que Sandra Barneda nos contó.
Sandra Barneda nació un 4 de octubre en Barcelona, donde más tarde se licenció en periodismo por la Universitat Autónoma de Barcelona. Ha vivido en Los Ángeles y en Nueva York. Desde pequeña quiso inventar, explorar e investigar. Empezó en el periodismo con apenas la mayoría de edad, en una emisora de radio a la que convenció diciéndoles que ella sabía hacer eso, apoyándose en las prácticas que había llevado a cabo en casa con un radiocasete y una grabadora. Desde hace nueve años es uno de los rostros de Mediaset presentando en Telecinco todo tipo de programas, desde actualidad política hasta entretenimiento, como los realities Supervivientes o Gran Hermano VIP. Desde su productora ha realizado documentales, publicidad y cortometrajes. Ha trabajado en Catalunya Ràdio, Antena 3, Telemadrid, 8tv, TV3, TV2. Y ha colaborado con artículos en Smoda de El País, El Periódico de Catalunya, Elle y Zero. Viajera incondicional, en cuanto puede coge la maleta y corre a vivir otras realidades y a aprender de ellas para poder contarlas. Reír al viento, su primera novela, fue un fenómeno editorial con más de 100.000 ejemplares vendidos y fue muy bien acogida por la crítica y los lectores. Con su segunda novela, La tierra de las mujeres, Sandra Barneda afianzó el éxito de su trayectoria literaria. Hablarán de nosotras es su debut en la no ficción.
Sinopsis
Políticas, cantantes, diosas, aristócratas, concubinas, estrategas, caprichosas, reinas, presentadoras, actrices, seductoras... ¿Has oído hablar de nosotras?
Desde los albores de la humanidad, las mujeres hemos estado siempre vinculadas al pecado. Mujeres pecadoras, lascivas, fornicadoras, ¿por qué no virtuosas, inteligentes, ambiciosas? ¿Utilizar nuestras virtudes en un mundo dominado culturalmente por hombres es pecado? ¿Puede la historia o la opinión pública condenarnos por buscar las vías para ser libres?, ¿para pensar por nosotras mismas, para dejar de ser objetos de posesión, de belleza, de maternidad y decidir cómo queréis que sea nuestra vida? Por ellas, por nosotras, para nosotras es este libro.
Marcadas por la avaricia, la soberbia, la gula, la lujuria, la ira, la pereza o la envidia, las mujeres de las que hablo -Maria Antonieta, Bette Davies, Hillary Clinton, Maria Callas, Janis Joplin, Madonna, entre otras- son mucho más que unos pecados capitales, son poderosas, valientes, visionarias, decididas y las dueñas absolutas de sus destinos.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
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Hoy os traigo la última entrevista que realicé en el 2016. Ya sabéis que se me quedaron un par de ellas atrás por diversas cuestiones que me mantuvieron apartada del blog durante el mes de diciembre pero por suerte, con esta entrevista, me pongo al día. Tenía mucho interés en conocer a Sandra Barneda. Es un rostro mediático y, no nos engañemos, a todos nos gusta poder charlar con las personas que salen en televisión. Además, su última publicación, Hablarán de nosotras, me resultaba un libro muy curioso, de esos que gusta leer porque te permite aprender y conocer, en este caso, de un grupo de mujeres muy conocidas, entre las que figuran Madonna, Marlene Dietrich, Virginia Woolf, Bette Davis.
Pues bien, esto es lo que Sandra Barneda nos contó.
Marisa G.- Sandra, es la primera vez que nos sentamos a hablar. Eres una periodista que ya llevas publicados dos o tres libros, ¿qué te impulsa a adentrarte en la literatura?
Sandra B.- Para mí la escritura siempre ha sido una manera de comunicarme conmigo misma, de interpretar lo que veo o mi laberinto emocional, tanto el interno como el externo, para tratar de juntarlos, de colocarlos en armonía. Me impulsa la necesidad de volar, de salir de este mundo y crear un mundo que me gusta más. Con la escritura, también pretendo alcanzar un equilibrio entre el mundo de la televisión y buscar un momento para mí, equilibrar el personaje con la persona. En definitiva, es una manera de conseguir el equilibrio y encontrar la paz.
M.G.- Ya probaste con la ficción, ahora te pasas a la no ficción. Entiendo que a la hora de escribir este libro habrás tenido que cambiar el enfoque.
S.B.- En realidad, un libro de no ficción está mucho más cercano al periodismo, aunque más ampliado. He hecho un parón justo en el ecuador de esa tetralogía que estoy escribiendo porque es necesario parar, tomar distancia, para volver a escribir. Se hace necesario vivir, experimentar, cambiar, mutar para meterte en otra personalidad con el objeto de que no todo tenga el mismo sabor.
M.G.- En Hablarán de nosotras haces un recorrido por los pecados capitales a través de la vida de diecisiete mujeres. ¿Cómo se te ocurre meterte en esta historia?
S.B.- Fíjate, a mí siempre me han obsesionado los pecados capitales porque en realidad no son más que imprimación del carácter, forman parte de nuestra paleta de emociones pero claro llega la Iglesia y los convierte en pecados. Lo que hago en el libro es darle la vuelta porque todo, en su equilibrio, puede ser bueno. He querido exonerar la culpa que todavía arrastramos, sobre todo la mujer, a la que tanto se ha vetado y castigado, y aunque ahora las cosas han cambiado es cierto que llevamos muy poco tiempo de permisividad.
Creo mucho en el ADN histórico y la mujer lleva mucha culpa acumulada. Así que me planteé hablar de pecados, invitar a pecar y quiero hablar de mujeres que han sido incomprendidas a lo largo de la historia pero que, a la vez, han sido grandes virtuosas a pesar de ser consideradas pecadoras. Estas mujeres han transgredido los límites, tanto los suyos como los sociales.
En realidad esta idea ya me surgió antes de la dos novelas anteriores pero implicaba mucha documentación.
M.G.- Me llama la atención que en las dos novelas anteriores hablas del universo femenino, en este libro también, ¿aporta poco el universo masculino?
S.B.- No, sí que aporta pero, para soltarse y al ser mujer, es lógico que me decante por el universo femenino puesto que es el mejor que conozco y está en mi ADN. Para construir un personaje protagonista masculino necesito un poco más de tiempo.
S.B.- No, sí que aporta pero, para soltarse y al ser mujer, es lógico que me decante por el universo femenino puesto que es el mejor que conozco y está en mi ADN. Para construir un personaje protagonista masculino necesito un poco más de tiempo.
El otro día me preguntaban si me consideraba una autora de mujeres o feminista y le respondí que a Arthur Conan Doyle nunca le preguntaron si era un autor de hombres cuando creó Sherlock Holmes o a Umberto Eco con El nombre de la rosa, con todos esos monjes,... ¿Por qué con la mujer hay que hacer diferencias? Incluso a Gala no le dicen que es un autor de mujeres o feminista cuando la mayoría de sus protagonistas son todas mujeres. En cambio, una mujer que escribe sobre mujeres, ¿es feminista? Ahí es donde tenemos que avanzar todavía mucho.
M.G.- Son etiquetas que llevamos puestas desde los tiempos de Adán.
S.B.- Pues sí, desde los tiempos de Adán, pero este es un libro que, aunque las protagonistas son mujeres, lo pueden también leer los hombres. En la tetralogía sí que hablo de protagonistas mujeres y de viajes interiores.
M.G.- ¿Y por qué diecisiete mujeres? Es muy curioso que son siete pecados capitales y diecisiete mujeres. Me hace pensar que el siete puede ser un número cabalístico en tu vida.
S.B.- Y la novela se presentó y salió a la venta el diecisiete de noviembre. Yo quería jugar con el número cabalístico del siete porque cuando planteé el proyecto pensé en siete mujeres por pecado y claro eso suponía hablar de cuarenta y nueve mujeres. La editorial me dijo que con ese volumen más que un libro iba a escribir una enciclopedia. Tuve que reducir el número y opté por diecisiete porque me gusta el número siete. La selección fue muy natural aunque también me costó mucho elegirlas. Al final decidí descartar a las españolas porque pensé que no podía meter solo a dos o tres. Las he reservado para el próximo Hablarán de nosotras.
M.G.- ¿Pero contemporáneas?
S.B.- Contemporáneas e históricas. Ya tengo la lista hecha.
M.G.- Pues ya tienes trabajo adelantado.
S.B.- Sí, pero primero tengo que seguir con la tetralogía. De todos modos, creo que puede ser muy bonito el Hablarán de nosotras españolas.
M.G.- Y Sandra, a tu juicio, ¿los siete pecados capitales son los pecados por excelencia o, al margen de esos sietes, hay algún otro que tú creas que es más significativo?
S.B.- El pecado que me cuesta mucho es la envidia. Me refiero a que me cuesta mucho envidiar. La envidia es un pecado que siempre tiene la mirada ladeada y me parece un pecado muy triste porque no estar nunca satisfecho con lo que se tiene debe ser muy agobiante, muy asfixiante. Nunca tienes suficiente. El avaricioso, aunque siempre quiere más, por lo menos disfruta lo que tiene, lo valora. Sin embargo, el envidioso no. Al minuto de conseguir algo está deseando tener otra cosa.
M.G.- Cuando lo mismo lo que tiene es mejor que lo que desea.
S.B.- Eso es, como no lo valora. Pero bueno también la envidia ha sido el motor de grandes gestas.
M.G.- Estas diecisiete mujeres consiguieron llegar a donde llegaron por pecar, porque se atrevieron a romper con lo establecido y a buscar su libertad. Pero también sufrieron mucho. Aquí cuentas cosas tremendas.
S.B.- Cuando lees sobre estas mujeres te das cuenta que mientras más alto es el cielo más profundo es el infierno. Pero igualmente me quedo con una frase de Janis Joplin que dice «La libertad es una palabra que significa nada que perder». Yo me planteo si alguna de ellas hubieran preferido no sufrir aunque no llegaran donde querían, aunque no rompieran sus techos de cristal. Creo que no, creo que volverían hacer lo mismo.
M.G.- Yo, por mi parte, me preguntaba si estas mujeres hubieran cambiado su fama y éxito por el anonimato o por una vida familiar y doméstica.
S.B.- Muchas lo intentaron. La hija de Marlene Dietrich contaba que su madre intentaba ser una ama de casa pero la intención le duraba poco porque en realidad no quería esa vida. Nacer y tener una actitudes o inquietudes que rompen esquemas es algo que no tiene que ser fácil de sobrellevar.
M.G.- ¿Y cuentas en libro algo que te haya sorprendido, que no se conozca habitualmente?
S.B.- Sí, gracias al trabajo de documentación, de cada una de ellas, he encontrado detalles que me han sorprendido y que son desconocidos. Algo que me sorprendió mucho fue saber que Jaqueline Kennedy fumaba dos paquetes de tabaco diario. Pero hay otras muchas curiosidades.
M.G.- Abres el libro hablando de Hilary Clinton, muy interesante después del resultado de las elecciones americanas. ¿Todo lo que se cuenta de Hilary en el libro sigue teniendo sentido incluso tras haber perdido las elecciones?
S.B.- Sí, claro. Hilary es el personaje que más modifiqué y de la que tuve que idear un plan B, que queda plasmado en el libro. Si hubiera resultado ganadora pasaría esto y si no, pues ha sido igualmente transgresora. Me hubiera encantado que la versión A fuera la real pero hay que esperar a ver cuál será el siguiente paso de Hilary Clinton. No creo que se quede a la sombra aunque tampoco pienso que se vaya a volver a presentar.
M.G.- Algo que me ha sorprendido mucho en el libro es la vinculación que estableces entre Virginia Woolf y el pecado de la pereza. ¿Por qué?
S.B.- Con la pereza quería meter a Virginia Woolf porque ella misma se definía como perezosa sexual. Ella renunció a su propia sexualidad e incluso escribió en uno de sus diarios que no entendía por qué le daban tanta importancia al sexo. Y luego también porque, según el cristianismo, la pereza se desglosa en otros pecados como el suicidio.
M.G.- Ah, bien.
S.B.- Ya sabes que ella lamentablemente acabó suicidándose.
M.G.- Ya, ya... Y a Marilyn Monroe la vinculas con la envidia porque era una mujer envidiada y luego enfocas la gula no solo desde el punto de vista de la alimentación sino desde otros ángulos. En relación a este pecado hablas de Oprah Winfrey con esos episodios de engordar y adelgazar.
S.B.- Sí. De Oprah se habla en una autobiografía no autorizada que estuvo en una asociación de comedores compulsivos. Pero cuando la vinculo con la gula es también porque es un animal tan colosal que con su presencia se lo come todo.
M.G.- Y de todas estas mujeres ¿sientes fascinación por alguna en especial?
S.B.- Creo que todas me han fascinado. Con todas ellas me he pegado un viaje extraordinario. Es toda una lección el ver cómo se han equivocado, pero incluso en la equivocación estaba el triunfo, cómo han ido creciendo, cómo se han enfrentado a las desgracias,... Me parecen grandes maestras, transgresoras. Fíjate Bette Davis que acabó siendo la primer mujer presidenta de la Academia de Hollywood. Hay tantas cosas maravillosas que se han silenciado. ¿Cómo no hablar de mujeres?
Me preguntaban el otro día si ahora no se le estaba dando demasiado protagonismo a la mujer, a las líderes, a las presidentas de empresas y demás... Mi respuesta por supuesto es no. Es muy importante que se hable de la mujer para equilibrar la balanza. Llevamos siglos sin que se hable de nosotras y hay pintoras, escritoras, poetisas, heroínas en las guerras,... de las que no se sabe nada y quedarán en el olvido. Que se hable de nosotras está muy bien.
M.G.- Ahora que comentas esto creo haberte leído en alguna entrevista decir que siendo mujer hay que ser feminista.
S.B.- Claro.
M.G.- A mí me parece bien pero también te digo que, en ocasiones, he notado cierta tendencia a rizar demasiado el rizo y fíjate que hasta se ha acuñado un término nuevo que me parece feísimo pero que se usa mucho últimamente, me refiero al concepto «feminazi».
S.B.- Ese término no lo entiendo. Creo que está mal entendido. No se trata de una lucha de sexos y además se malinterpreta el feminismo. Para mí, el origen del feminismo se basa en la igualdad de los derechos y no en la superposición. Si hemos vivido siempre con lo masculino superpuesto sobre lo femenino, ¿cómo vamos a hacer ahora lo mismo pero al revés? La venganza no lleva a ningún lado. Hay que ser feminista para apoyar esa igualdad por el enriquecimiento global y social. ¿Cómo puedes construir una sociedad que todavía no mira o valora de la misma manera a la mujer? Es en sutilezas donde está la importancia, en lo pequeño. Un hombre puede ser muy femenino, en el plano de las emociones, o una mujer muy masculina, en el plano de la actividad o racionalidad, sin tener nada que ver su orientación sexual.
Lo del feminazi me parece una ignorancia total. Léete la Historia y no la desvirtúes, ya seas hombre o mujer.
M.G.- Entiendo. Pues volvamos al libro. Entre la documentación figuran libros, series, documentales,... ¿Cuánto tiempo te ha llevado?
S.B.- Bueno, tenía parte del trabajo hecho antes de las dos novelas anteriores pero por decirte algo me ha llevado unos dos años. Para tener que hacer un retrato guiado hacia el pecado capital tienes que leer mucho para hacerte una idea de ellas, una idea personal, porque al final, con esto, al igual que cuando conoces a alguien, ocurre que pasa por tu subjetividad. Y mucho de lo que lees de ellas está ya desvirtuado. Por ejemplo, cuando Plutarco escribía sobre Cleopatra ni siquiera era completamente fiel pero no has llegado el mito de la belleza y luego, a medida que vas leyendo, te das cuenta de que lo mismo no era tan bella. A lo mejor lo que hizo poderosa a Cleopatra fue su inteligencia, su estrategia, su oratoria, su cultura,... y no su belleza.
M.G.- Hablarán de nosotras es un libro escrito por una mujer, sobre mujeres pero no un libro para mujeres únicamente sino para todos los lectores. Me gustaría saber si te ha llegado feedback por parte de los hombres.
S.B.- Sí, muchos me han dicho que les ha gustado mucho y que cuando voy a escribir un Hablarán de nosotros.
M.G.- (Risas) Pues es buena idea.
S.B.- Está en mente porque en el fondo no es más que un libro de biografías.
M.G.- Y Sandra no quiero desaprovechar la oportunidad, ahora que te tengo tan cerca, para preguntarte qué tipo de televisión se está haciendo hoy en día, tú que la conoces bien. ¿Crees que es una televisión de calidad?
S.B.- Yo pienso que la televisión no está hecha para educar sino para entretener y dentro del entretenimiento tienes una paleta de colores y unas modas, pero esto ocurre a nivel mundial. Ahora está de moda los Talent Shows. El reality como Gran Hermano vino de Holanda pero en Estados Unidos tienes un canal solo de realities. Te partes de risa con los que han inventado. Mira hay uno que me llamó mucho la atención. Consistía en meter a gente que había estado cumpliendo condena menor, por un robo o algo así, en una isla con policías retirados y la cuestión eran que se tenían que redimir. La experiencia le servía al ladrón para pedir perdón por lo que había hecho y si ganaba entregaba al premio al damnificado como compensación.
M.G.- (Risas). Increíble.
S.B.- Sí, sí, tal y como te lo cuento. Insisto la tele no es para educar aunque la educación pasa por no dejar que tu hijo vea siempre lo mismo. Si hablamos de televisión pública, yo pagaría un impuesto porque existiera una televisión pública de calidad, como el impuesto que pagan los ingleses que creo que son 30 libras al año. Una televisión pública no tiene que competir con una privada. Una televisión pública tiene que ocuparse de programas que van mucho más allá de la audiencia, mientras quela televisión privada está marcada por los anunciantes y por desgracia dejan de emitir programas que son maravillosos. En cualquier caso, estamos asistiendo a una revolución con la Televisión a la Carta, con la Televisión en Internet,... y todo eso va a ser muy positivo.
Y luego sé que la gente critica mucho Gran Hermano pero si tú lo vieras por dentro te apasionaría o Supervivientes, ver el montaje es alucinante, es de una complejidad técnica bestial, tanta gente trabajando, sin dormir casi,... No le pidas peras al olmo. Cada formato es lo que es y si un formato no te gusta pues no lo veas pero no digas que es basura porque por ejemplo, a mí no me gusta el cine de terror y por eso no se me ocurre decirle a un director de cine de terror que vaya mierda de películas que hace porque lo que crea son asesinos. ¿Por qué se dice que los realities solo crean a gente que se dedica a eso? No es así. Pero bueno, ahí estamos...
M.G.- Bueno Sandra, no te robo más tiempo. Muchas gracias por concederme parte de tu tiempo, ha sido un placer conocerte y suerte en tus proyectos.
S.B.- Gracias a ti.
Y hasta aquí la entrevista con Sandra Barneda. Espero que os haya resultado de interés, así como su libro Hablarán de nosotras.