Editorial: Grijalbo.
Fecha publicación: octubre, 2016
Precio: 18,90 €
Género: Narrativa.
Nª Páginas: 256
Edición: Tapa blanda con solapas.
Nª Páginas: 256
Edición: Tapa blanda con solapas.
Autora
Joanna Cannon se licenció en la Facultad de Medicina de Leicester, ejerció como médico en varios hospitales y más tarde se especializó en psiquiatría.
El misterio de las cabras y las ovejas es su primera novela, cuyo germen hay que buscar en el blog que Cannon escribía a modo de terapia para dejar a un lado, por unas horas, el sufrimiento y el dolor al que se enfrentaba a diario.
En septiembre de 2014 ganó un concurso literario con una historia sobre dos niñas, inseparables como solo se es a los diez años, durante uno de los veranos más calurosos que se recuerdan en Gran Bretaña: el de 1976, cuando la canción de moda era "Dancing Queen" de Abba, Uri Geller doblaba cucharillas y las adolescentes se cortaban el pelo a lo Suzi Quatro. No tardó en encontrar agente y editor.
El misterio de las cabras y las ovejas se publicó en enero de 2016 y entró en las listas de libros más vendidos. Autores consagrados, críticos, libreros y lectores lo elogiaron por su mágica mezcla de novela de misterio y mirada nostálgica a la niñez en unos años setenta espléndidamente evocados.
Cannon vive en el Distrito de los Picos, en Inglaterra, con su familia y su perro. Está trabajando en su próxima novela.
El misterio de las cabras y las ovejas se publicó en enero de 2016 y entró en las listas de libros más vendidos. Autores consagrados, críticos, libreros y lectores lo elogiaron por su mágica mezcla de novela de misterio y mirada nostálgica a la niñez en unos años setenta espléndidamente evocados.
Cannon vive en el Distrito de los Picos, en Inglaterra, con su familia y su perro. Está trabajando en su próxima novela.
Sinopsis
Verano de 1976, La Avenida es un nido de rumores. La señora Creasy se ha esfumado sin dejar rastro. Cuando la policía la declara oficialmente desaparecida, la pequeña Grace, de diez años, y su inseparable amiga Tilly deciden emprender sus propias pesquisas.
En parte novela de misterio, en parte novela de paso al mundo adulto, este ha sido el debut más elogiado y destacado de 2016 en Gran Bretaña.
Como bien dice la sinopsis, en el verano de 1976 desaparece la señora Creasy. El trágico hecho sucede la mañana del 21 de junio, o al menos el señor Creasy se da cuenta del suceso a esas horas, pues abre los ojos al amanecer y de su esposa no hay señales de vida. En el vecindario donde reside la familia se forma un revuelo. Nadie sabe qué ha podido ocurrir pero todos, en su interior, andan temerosos. Tras la correspondiente investigación y sin frutos positivos, la policía da por cerrado el caso pero no todo el mundo se queda tan conforme. Dos niñas, las pequeñas Grace y Tilly, de diez años de edad, comienzan a indagar sobre el asunto, preguntando aquí y allá, entre los miembros de la comunidad para descubrir que, bajo el aspecto apacible de esas casitas con jardín, se esconde un cúmulo de secretos que se remontan a 1967 y tienen que ver con un vecino, el señor Bishop, con quien nadie parece llevarse bien, salvo la propia señora Creasy. ¿Dónde se ha metido esta buena mujer? ¿Se trata de un secuestro o bien ella ha puesto pies en polvorosa? Bueno, eso es algo que el lector tendrá que descubrir por sí mismo.
Así, a priori, la trama apunta maneras y tiene buen aspecto. Realmente El misterio de las cabras y las ovejas cuenta con un argumento que puede resultar tentador pero, a lo largo de la lectura, me he encontrado con varios obstáculos que no han permitido que disfrute de este libro como debería pero de eso os hablaré más tarde.
Siguiendo dos hilos temporales, el que transcurre en el presente y que será narrado en primera persona por una de las niñas y el que hace referencia a los acontecimientos de 1967 que, a modo de flashback, narrará una voz omnisciente, el lector nadará en esta novela entre cotilleos, secretos, medias verdades y antiguas rencillas. En realidad, el reflejo que la autora hace de las comunidades o zonas residenciales es bastante certero y aplicable a todo el planeta. En La Avenida, calle donde residen los Creasy, todos estás pendiente de todos y, como suele ser habitual, la hipocresía está a la orden del día.Quizá sea esta cuestión lo que más me ha gustado de la novela. A mí me ha resultado divertido ver lo que piensan los vecinos que generalmente acostumbran más a mirar a los demás que a sí mismos. Todo aquello que tenga que ver con la esencia del ser humano, con sus más oscuros secretos y pecados me resulta muy interesante y de ahí que esta cuestión haya sido un punto a favor para mí.
Otro atractivo con el que cuenta la novela son las niñas, tanto Grace como Tilly me han resultado entrañables. La búsqueda de la señora Creasy conlleva otro tipo de connotaciones de tipo religiosas pues en su inocencia, ambas niñas pretenden averiguar dónde está ese Dios omnipresente del que todo el mundo habla. Grace y Tilly aportan a la novela ese aire fresco que procede de una manera de pensar sana y libre de prejuicios, aunque en ocasiones sus diálogos chirrían un poco pues no encajan a la perfección con la edad que tienen las pequeñas.
En cuanto a las cuestiones menos favorecedoras os diré que, en los inicios de la novela me perdí un poco.La autora no sigue un patrón fijo a la hora de referirse a los personajes. A veces usa su nombre de pila y en otras, su apellido, y aunque parezca una tontería, ese vaivén me desorientó ocasionalmente. De todos modos, no ha sido algo alarmante ya que, al final terminas por aprenderte los nombres completos e identificas a los personajes sin problemas. Y más allá de esta puntualización, os diré también que me ha faltado algo de profundidad a la hora de presentar a los personajes. Las niñas, especialmente Grace, es la que me ha resultado más definida más perfilada pero, por ejemplo, me ha faltado más información sobre el señor Bishop que tanta curiosidad despierta.
Pero lo que más me ha decepcionado ha sido el final. Vale que no hay necesidad de llevar el suspense y la intriga a niveles extremos pero, cuando andamos inmersos en una trama que se sustenta en un misterio (palabra que figura en el propio título de la novela), lo menos que el lector espera es un desenlace a la altura y bien aderezado. Sin embargo, en esta ocasión, he tenido la sensación de que la autora tiraba por la calle de en medio, desenredando la historia de manera precipitada y más bien poco elaborada. Creo que este es el aspecto que más ha deslucido la novela con diferencia.
Estructurado en unos cincuenta capítulos, encabezados por la fecha y la calle exacta en la que los hechos se van a producir -hubiera estado bien acompañar el texto con una ilustración que reflejara la zona residencial-, la novela cuenta con un estilo sencillo y dinámico que permiten una lectura dinámica, potenciada por la breve extensión de los capítulos y la abundancia de diálogos. Además la novela cuenta con ese humor británico que a mí siempre me gusta encontrar en novelas de este corte, así que ahí tenéis otro punto a favor.
El misterio de las cabras y las ovejas me ha parecido una novela sencilla que te puede llegar a divertir y a entretener, pero parte de la premisa de una desaparición aparejada a un hecho del pasado y con secretos por desvelar, y por eso, para mi gusto, hubiera estado bien que contara con algo más de intriga y por supuesto, y aquí hago especial hincapié, que tuviera un desenlace más satisfactorio.
Retos:
- Autores de la A a la Z
- 100 libros
Verano de 1976, La Avenida es un nido de rumores. La señora Creasy se ha esfumado sin dejar rastro. Cuando la policía la declara oficialmente desaparecida, la pequeña Grace, de diez años, y su inseparable amiga Tilly deciden emprender sus propias pesquisas.
En parte novela de misterio, en parte novela de paso al mundo adulto, este ha sido el debut más elogiado y destacado de 2016 en Gran Bretaña.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
************************************
Cuando Edición Anticipada nos avisó que este libro estaba disponible tuve mis dudas. Me parecía que su sinopsis olía a aventura de verano, con esa desaparición y esas niñas metidas a detectives, y ese planteamiento me resultaba muy atractivo. Pero, por otra parte, tenía como una especie de premonición que me alejaba de la idea de solicitarlo para leer. ¿Quizá el título? No sé, la verdad. En ocasiones funciono a ritmo de pálpitos que no siempre aciertan. La cuestión es que el libro me llegó pero con tantas cosas entre manos, lo dejé aparcado un tiempo. Cuando me dispuse a iniciar la lectura, fueron surgiendo opiniones dispares. Unas hablaban de lectura entretenida a secas, otras comentaban que la novela no había terminado de convencerles del todo. La balanza no se precipitaba hacia un lado u otro, se mantenía en un precario equilibrio que hizo aumentar mis dudas. De todos modos, comencé su lectura pero tras unos cuantos capítulos mi curiosidad por saber quién se escondía detrás de la desaparición de la señora Creasy empezó a naufragar. Para colmo de males, me surgió un compromiso que requirió toda mi atención, y las ovejas y las cabras volvieron al establo hasta hace unas cuantas semanas. Por fin, y después de un periplo no muy halagüeño, he podido terminar la novela. Paso a contaros.Como bien dice la sinopsis, en el verano de 1976 desaparece la señora Creasy. El trágico hecho sucede la mañana del 21 de junio, o al menos el señor Creasy se da cuenta del suceso a esas horas, pues abre los ojos al amanecer y de su esposa no hay señales de vida. En el vecindario donde reside la familia se forma un revuelo. Nadie sabe qué ha podido ocurrir pero todos, en su interior, andan temerosos. Tras la correspondiente investigación y sin frutos positivos, la policía da por cerrado el caso pero no todo el mundo se queda tan conforme. Dos niñas, las pequeñas Grace y Tilly, de diez años de edad, comienzan a indagar sobre el asunto, preguntando aquí y allá, entre los miembros de la comunidad para descubrir que, bajo el aspecto apacible de esas casitas con jardín, se esconde un cúmulo de secretos que se remontan a 1967 y tienen que ver con un vecino, el señor Bishop, con quien nadie parece llevarse bien, salvo la propia señora Creasy. ¿Dónde se ha metido esta buena mujer? ¿Se trata de un secuestro o bien ella ha puesto pies en polvorosa? Bueno, eso es algo que el lector tendrá que descubrir por sí mismo.
Así, a priori, la trama apunta maneras y tiene buen aspecto. Realmente El misterio de las cabras y las ovejas cuenta con un argumento que puede resultar tentador pero, a lo largo de la lectura, me he encontrado con varios obstáculos que no han permitido que disfrute de este libro como debería pero de eso os hablaré más tarde.
Siguiendo dos hilos temporales, el que transcurre en el presente y que será narrado en primera persona por una de las niñas y el que hace referencia a los acontecimientos de 1967 que, a modo de flashback, narrará una voz omnisciente, el lector nadará en esta novela entre cotilleos, secretos, medias verdades y antiguas rencillas. En realidad, el reflejo que la autora hace de las comunidades o zonas residenciales es bastante certero y aplicable a todo el planeta. En La Avenida, calle donde residen los Creasy, todos estás pendiente de todos y, como suele ser habitual, la hipocresía está a la orden del día.Quizá sea esta cuestión lo que más me ha gustado de la novela. A mí me ha resultado divertido ver lo que piensan los vecinos que generalmente acostumbran más a mirar a los demás que a sí mismos. Todo aquello que tenga que ver con la esencia del ser humano, con sus más oscuros secretos y pecados me resulta muy interesante y de ahí que esta cuestión haya sido un punto a favor para mí.
Otro atractivo con el que cuenta la novela son las niñas, tanto Grace como Tilly me han resultado entrañables. La búsqueda de la señora Creasy conlleva otro tipo de connotaciones de tipo religiosas pues en su inocencia, ambas niñas pretenden averiguar dónde está ese Dios omnipresente del que todo el mundo habla. Grace y Tilly aportan a la novela ese aire fresco que procede de una manera de pensar sana y libre de prejuicios, aunque en ocasiones sus diálogos chirrían un poco pues no encajan a la perfección con la edad que tienen las pequeñas.
En cuanto a las cuestiones menos favorecedoras os diré que, en los inicios de la novela me perdí un poco.La autora no sigue un patrón fijo a la hora de referirse a los personajes. A veces usa su nombre de pila y en otras, su apellido, y aunque parezca una tontería, ese vaivén me desorientó ocasionalmente. De todos modos, no ha sido algo alarmante ya que, al final terminas por aprenderte los nombres completos e identificas a los personajes sin problemas. Y más allá de esta puntualización, os diré también que me ha faltado algo de profundidad a la hora de presentar a los personajes. Las niñas, especialmente Grace, es la que me ha resultado más definida más perfilada pero, por ejemplo, me ha faltado más información sobre el señor Bishop que tanta curiosidad despierta.
Pero lo que más me ha decepcionado ha sido el final. Vale que no hay necesidad de llevar el suspense y la intriga a niveles extremos pero, cuando andamos inmersos en una trama que se sustenta en un misterio (palabra que figura en el propio título de la novela), lo menos que el lector espera es un desenlace a la altura y bien aderezado. Sin embargo, en esta ocasión, he tenido la sensación de que la autora tiraba por la calle de en medio, desenredando la historia de manera precipitada y más bien poco elaborada. Creo que este es el aspecto que más ha deslucido la novela con diferencia.
Estructurado en unos cincuenta capítulos, encabezados por la fecha y la calle exacta en la que los hechos se van a producir -hubiera estado bien acompañar el texto con una ilustración que reflejara la zona residencial-, la novela cuenta con un estilo sencillo y dinámico que permiten una lectura dinámica, potenciada por la breve extensión de los capítulos y la abundancia de diálogos. Además la novela cuenta con ese humor británico que a mí siempre me gusta encontrar en novelas de este corte, así que ahí tenéis otro punto a favor.
El misterio de las cabras y las ovejas me ha parecido una novela sencilla que te puede llegar a divertir y a entretener, pero parte de la premisa de una desaparición aparejada a un hecho del pasado y con secretos por desvelar, y por eso, para mi gusto, hubiera estado bien que contara con algo más de intriga y por supuesto, y aquí hago especial hincapié, que tuviera un desenlace más satisfactorio.
Retos:
- Autores de la A a la Z
- 100 libros
Puedes adquirirlo aquí: