Año: 2016.
Nacionalidad: EE.UU
Director: Damien Chazelle.
Reparto: Emma Stone, Ryan Gosling, John Legend, Rosemarie De Witt, J.K. Simmons, Finn Wittrock, Sonoya Mizuno, Jessica Rothe, Jason Fuchs, Callie Hernandez, Trevor Lissauer, Phillip E. Walker, Hemky Madera, Kaye L. Morris, Lexie Contursi.
Género: Musical.
Sinopsis: Mia (Emma Stone), una joven aspirante a actriz que trabaja como camarera mientras acude a castings,y Sebastian (Ryan Gosling), un pianista de jazz que se gana la vida tocando en sórdidos tugurios, se enamoran, pero su gran ambición por llegar a la cima en sus carreras artísticas amenaza con separarlos.
[Información facilitada por Filmaffinity]
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Nunca me gustaron los musicales. Es un género que siempre me ha aburrido soberamente y aunque en la filmografía universal hay grandes musicales clásicos y de todos los tiempos, he de confesar que, a pesar de lo que me gusta el cine, nunca los he soportado. Hasta ahora.
La ciudad de las estrellas o La La Land se estrenó a principios de este año y con gran revuelo. Tanta expectación me resultaba curiosa pero en tales casos yo siempre suelo recelar. Además, el hecho de que fuera un musical me echaba para atrás. Sin embargo, me armé de valor y allá que me fui al cine. Salí maravillada, absolutamente encandilada hasta el punto de convertirse en una de mis películas preferidas que no me canso de ver. La ciudad de las estrellas es pura magia y la mires por donde la mires, no deja de sorprender.
Para empezar, el inicio no puede ser más espectacular. Un irritante atasco en dirección a Los Ángeles, la meca del cine, allí donde se cumplen los sueños de los que se atreven a soñar, se convierte en un precioso número musical que nos adelanta la calidad de la película que nos vamos a encontrar.En una sola toma de cinco minutos, varias decenas de bailarines tiñen de color la pantalla. La secuencia está magistralmente rodada sin un solo corte, con tomas inferiores y superiores y giros de 360 grados. La cámara baila como bailan los bailarines. Me gustó tanto esta toma que he buscado información en Internet sobre cómo se rodó. Hay mucha información al respecto. Al parecer les llevó meses de ensayo en un parking antes de hacer el rodaje definitivo en la autovía. Todo tenía que salir perfecto para no ocupar la vía pública durante demasiado tiempo. Aquí os dejo un vídeo del ensayo donde además se puede ver en la esquina inferior izquierda el resultado final.
La letra de la canción Another day of sun que acompaña a este número, nos habla del sueño americano, del deseo de luchar por conseguir aquello que anhelamos aunque eso suponga dejarlo todo atrás y eso es lo que les ocurre a todos estos jóvenes que esperan llegar a la ciudad de las estrellas mientras desesperan atrapados en un atasco.
La letra de la canción Another day of sun que acompaña a este número, nos habla del sueño americano, del deseo de luchar por conseguir aquello que anhelamos aunque eso suponga dejarlo todo atrás y eso es lo que les ocurre a todos estos jóvenes que esperan llegar a la ciudad de las estrellas mientras desesperan atrapados en un atasco.
La acción principal se desarrolla a lo largo de un año, quedando el espacio temporal delimitado por las estaciones. El último cuarto de película transcurrirá durante el invierno pero de cinco años después.
Sebastian es un joven pianista amante del jazz clásico, de aquel jazz que nació en un antro de mala muerte en Nueva Orleans y en el que todo era improvisación. Su sueño es abrir y regentar un local de donde la gente pueda dejarse llevar por los acordes de las trompetas o el saxofón pero no tiene dinero suficiente y para subsistir se dedica a tocar en bares donde su talento no es valorado.
Por su parte Mia es una joven que desea convertirse en una gran actriz.Entre casting y casting, mientras le llega la oportunidad de su vida, sirve cafés en la cafetería de la Warner Bros. No pierde la esperanza aunque cada prueba fallida la desanima más y más.
Tras un encuentro casual, Sebastian y Mia comienzan una relación en la que se darán apoyo mutuo. Juntos sueñan y sueñan mientras su amor crece, un amor que correrá peligro cuando el éxito les llegue porque todo en esta vida tiene un precio. Y así el desenlace deja una sensación agridulce como es la vida misma, como una moneda y sus dos caras.
El argumento de la película se basa en una historia de amor y de esas está llena el cine. Lo mágico de este largometraje es cómo se cuenta esta historia de amor, que desarrollo y desenlace tiene, cómo del presente pasamos al pasado gracias a las elipsis que nos retrotraen al inicio de la historia. Todo en esta cinta se sucede con suavidad, las escenas, la música, las luces y las sombras,.. Hay mucha delicadeza y mucho cariño en este trabajo y eso se nota en el resultado.
Sin duda la labor de dirección es absolutamente pavorosa. Todo en esta película enamora, incluso la cámara en su movimiento que se aleja o se acerca para dar mayor o menor énfasis, jamás nos agita con cambios bruscos y en cambio nos trata con mano dulce.
¿Y qué decir de la banda sonora, con ese tema central, City of Stars que se repite como un mantra? ¿O de la fotografía con esos atardeceres llenos de tonos anaranjados?
Pero, ¿y si hablamos de la coreografía? La ciudad de las estrellas tiene una duración de dos horas, pues bien, yo he tardado una hora más en verla porque cada número musical lo he visto dos y hasta tres veces. Me gustaba pararme en los detalles, ver cómo se mueven los bailarines, ya sean los principales o los secundarios, fijarme en los pasos de las coreografías y estar atenta a la letra de las canciones, subtituladas en este caso, algo que no es muy común pero que se hace necesario para entender qué ocurre y cuáles son los sentimientos de los personajes.
Y por supuesto, hay que hacer un punto y aparte para hablar del reparto, de la pareja protagonista formada por Emma Stone y Ryan Gosling. Si la película destila pura magia, Stone y Gosling destinan pura química. Hay una conexión brutal entre los dos o al menos es eso lo que transmiten. El romance entre ambos es muy creíble, las ganas de triunfar, el brillo de sus miradas cuando sueñan,... todo resulta cercano, emotivo y tierno sin rozar el melodrama.
No olvidemos el trabajo que han tenido que realizar Emma Stone y Ryan Gosling para interpretar sus papeles con corrección y estar a la altura. Cantar y bailar, habilidades que les llevó varios meses de ensayo con tal nivel de perfección que parece que lo llevan haciendo toda la vida. Aquí un breve vídeo de los ensayos de Gosling.
La ciudad de las estrellas se perfilaba como la favorita de los Oscars aunque solo se llevó seis estatuillas de las catorce nominaciones. Otra película, Moonlight, le arrebató el galardón a Mejor Película con lapsus incluido. Y sinceramente, no lo entiendo. He intentado ver Moonlight más de una vez y a la media hora la he tenido que quitar. Para mí no es comparable una película con otra, ni en argumento, ni en ejecución, ni en técnica, ni en interpretación... Me da igual lo que diga Hollywood, para mí la película del año será La La Land.
Por lo tanto, y como dije al principio esta película me ha reconciliado con el género, con los musicales. Me parece un precioso homenaje a los musicales clásicos, a aquellos que interpretaban Ginger Rogers y Fred Astaire y una preciosa manera de mandarnos un mensaje, siempre hay que seguir nuestro camino y luchar por los sueños aunque tengamos que renunciar a algo.
Trailer:
Puedes adquirirla aquí:
¿Y qué decir de la banda sonora, con ese tema central, City of Stars que se repite como un mantra? ¿O de la fotografía con esos atardeceres llenos de tonos anaranjados?
Pero, ¿y si hablamos de la coreografía? La ciudad de las estrellas tiene una duración de dos horas, pues bien, yo he tardado una hora más en verla porque cada número musical lo he visto dos y hasta tres veces. Me gustaba pararme en los detalles, ver cómo se mueven los bailarines, ya sean los principales o los secundarios, fijarme en los pasos de las coreografías y estar atenta a la letra de las canciones, subtituladas en este caso, algo que no es muy común pero que se hace necesario para entender qué ocurre y cuáles son los sentimientos de los personajes.
Y por supuesto, hay que hacer un punto y aparte para hablar del reparto, de la pareja protagonista formada por Emma Stone y Ryan Gosling. Si la película destila pura magia, Stone y Gosling destinan pura química. Hay una conexión brutal entre los dos o al menos es eso lo que transmiten. El romance entre ambos es muy creíble, las ganas de triunfar, el brillo de sus miradas cuando sueñan,... todo resulta cercano, emotivo y tierno sin rozar el melodrama.
No olvidemos el trabajo que han tenido que realizar Emma Stone y Ryan Gosling para interpretar sus papeles con corrección y estar a la altura. Cantar y bailar, habilidades que les llevó varios meses de ensayo con tal nivel de perfección que parece que lo llevan haciendo toda la vida. Aquí un breve vídeo de los ensayos de Gosling.
La ciudad de las estrellas se perfilaba como la favorita de los Oscars aunque solo se llevó seis estatuillas de las catorce nominaciones. Otra película, Moonlight, le arrebató el galardón a Mejor Película con lapsus incluido. Y sinceramente, no lo entiendo. He intentado ver Moonlight más de una vez y a la media hora la he tenido que quitar. Para mí no es comparable una película con otra, ni en argumento, ni en ejecución, ni en técnica, ni en interpretación... Me da igual lo que diga Hollywood, para mí la película del año será La La Land.
Por lo tanto, y como dije al principio esta película me ha reconciliado con el género, con los musicales. Me parece un precioso homenaje a los musicales clásicos, a aquellos que interpretaban Ginger Rogers y Fred Astaire y una preciosa manera de mandarnos un mensaje, siempre hay que seguir nuestro camino y luchar por los sueños aunque tengamos que renunciar a algo.
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[Imágenes e ilustraciones tomadas de Google]