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ENTREVISTA a OCTAVIO SÁNCHEZ- MACHUCA (La Basílica de Selemtis).

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Resultado de imagen de OCTAVIO SÁNCHEZ- MACHUCAAutor

Octavio Sánchez-Machuca (Sao Paulo, 1963). Doctor en Ciencias Políticas y Sociología, ha compaginado la docencia universitaria con la investigación sobre Gibraltar, la España de Carlos III y el fenómeno del terrorismo islamista desde el punto de vista científico, trasfondo de esta novela. En su obra se recoge parte de este conocimiento, como consta en sus títulos: Gibraltar 1779-1783, Diario de una campaña (2004), El asedio del diablo (2007), El alma en la batalla (2009), Emboscada en Nápoles (2010), El espía oscuro, El aire y la hiedra (2014) y La daga de marfil (2016).



Sinopsis

El profesor Rodrigo Jasper, contratado por el magnate Mahmoud Selemtis, viaja hasta Beirut para realizar un estudio arqueológico de un templo paleocristiano que se haya en el sur del Líbano, en terreno propiedad del magnate. Invitado por éste, Rodrigo se aloja en la mansión del mismo y allí conoce a su mujer y a sus hijas, por las que se siente atraído de inmediato. Mahmoud le exige absoluto secreto sobre el templo y le acorta el plazo de entrega del estudio a una semana, porque tiene un comprador para la Basílica.


[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]

************************************

Octavio Sánchez-Machuca estuvo de promoción en Sevilla con su última novela La basílica de Selemtis. Fue a finales de mayo, en plena Feria del Libro, cuando pudimos sentarnos a hablar con él sobre una trama que aúna misterio, terrorismo y un escenario exótico. La verdad es que me lo pasé muy bien hablando con él. Me pareció una persona muy divertida, que derrochaba mucha sinceridad y que puso mucho humor en toda la conversación. Esto es lo que nos contó.

Marisa G.- Octavio, La basílica de Selemtis es ya la ¿novena novela?

Octavio S.- Bueno es la novena publicación pero la sexta novela.

Marisa G.- Ah, cierto, la sexta novela con la que aprovecharé para estrenarme con sus libros. Pero estoy viendo su biografía y veo que es usted doctor en Ciencias Políticas y en Sociología, ¿cómo llega a la literatura? 

O.S.- Pues de rebote. He sido un lector voraz desde que era pequeño. Recuerdo que con siete u ocho años tuve la suerte de tener un padre que me regalaba libros en Reyes. Había  una colección de Bruguera con títulos de Julio Verne y de Salgari.

M.G.- ¿Con las cubiertas de colores?

O.S.- Sí, sí, exacto.

M.G.- La conozco, tengo esa colección en casa.

O.S.- Pues el hombre de la librería hasta se reía porque me veía muy pequeño y muy feliz con mis libros. Y es cierto que eso me llevó a la novela de aventura.



Además resulta que yo vivía muy cerca de una ciudad romana donde jugábamos a ser espadachines con una caña como espada y sabía que aquello era un lujo y tenía mucho valor. No tenías que inventarte el entorno. Así que cuando escribí mi tesis pensé que si había sido capaz de escribir aquello, también podía escribir una novela, algo que no fuera los ladrillos universitarios e insoportables y con una de aquellas novelas quedé finalista del Ateneo en el año 2005 o 2006, no recuerdo bien. Y aunque no gané, la editorial decidió publicarla igualmente. Y después de aquella fue la propia editorial la que me pidió escribir otra novela más, sin yo tener más intención.

M.G.- ¿Y cuáles diría que son las características que le definen como escritor en cuanto a estilo y demás?

O.S.- Sería muy atrevido considerarme escritor. Esto te lo digo totalmente en serio. He leído mucho y puedo tener cierta habilidad para contar una historia pero respeto mucho al escritor en sí, el de peso, porque de entrada escribo para entretener y no para pasar a la posteridad. Hoy por hoy escribo lo que me gustaría leer, nada más. Yo no leo para ponerme a pensar porque me llevo todo el día pensando y no escribo ni enfoco la trama para poner a pensar al lector.

M.G.- Por lo que he estado viendo, las tramas de sus novelas suelen tener elementos comunes como conflictos bélicos, políticos, aparece el Servicio de Inteligencia Británico más de una vez,...

O.S.- Probablemente sea así. Es que al final uno tiene la cabeza muy limitada y no puedo escribir de todo lo que quisiera, pero es cierto que me atraen mucho las novelas de espía de toda la vida, simplemente porque me entretienen. Si luego lo condimentas con algo más, pues mejor. 

En cuanto a lo británico, es que soy muy anglófilo. Logré irme a vivir a Londres y me lo pasé como un enano. Yo creo que entiendo muy bien su sociedad, por qué piensan así, aunque también hay otras cosas que no comparto, claro está.

Resultado de imagenM.G.- Octavio ha comentado que en una edición pasada una de tus novelas, concretamente El asedio del diablo, fue finalista del Premio Ateneo pero es que esta también lo ha sido, hace dos años. Está usted rondando el premio.

O.S.- Sí, pero no me toca, no me toca y no sé qué voy a hacer ya. (Risas).

M.G.- Bueno pero dentro de lo que cabe se han publicado.

O.S.- Sí, claro y es una alegría pero me falta  un puntito más de suerte. Es cierto que con lo complicado que está publicar y encima en una editorial buena como esta, es para alegrarse mucho.

M.G.- Es muy curioso que haya ocurrido así. Bueno, el protagonista de esta novela se llama Rodrigo Jasper, es un experto en Historia Medieval y en el Mundo Islámico, que tiene que hacer un estudio arqueológico sobre un templo paleocristiano. Entiendo que habrá tenido usted que indagar en Historia del Arte muchísimo.

O.S.- Sí, claro. En la zona donde se desarrolla la trama hay una riqueza arqueológica brutal, sin estudiar, sin calificar y sin nada. El hecho de la basílica tal cual es invención, lo que no quiere decir que no exista luego algo similar. Y alrededor de la basílica cuento cosas que son ciertas y otras que no. Intento mantenerme en el límite de lo cierto, lo cual le da más consistencia a la historia y a mí me permite documentarme. He buscado referencias para guiarme y desarrollar la trama. Introducir un elemento histórico te obliga a dar unas pinceladas culturales mínimas, tampoco para que tengas que coger el diccionario pero intento que el texto lo pueda leer el lector sin tener que estar preguntando o buscando el significado de una palabra porque eso produce un parón. Si lo puedo hacer fácil, ¿para qué complicarlo?

M.G.- Y el otro hilo argumental gira alrededor de la investigación de una muerte de la que tampoco vamos a desvelar mucho y encontraremos un agente del MI6 por medio y la yihad de fondo, algo muy interesante con todos los atentados que se están produciendo últimamente.

O.S.- Sí, desgraciadamente la realidad supera a la ficción. A día de hoy convivimos con ese hecho. En mi opinión aún queda mucho para que solucionemos este problema y la única forma es contra actuar.

M.G.- Pero ¿qué estamos haciendo mal?

O.S.- Esa sí que es buena pregunta. El problema se inicia hace cien años. Las personas que tienen la posibilidad o la responsabilidad de arreglarlo, y lo mismo me estoy metiendo donde no debo, no tienen tiempo para que un experto les cuente cuál es el proceso que se ha desarrollado desde hace cien años hasta hoy. Vivimos en una sociedad en la que todo tiene que ser muy rápido y muy veloz y solo tenemos cinco minutos para conversar y en cinco minutos no te puedo decir ni como se llama el protagonista. 

Además son sociedades cuya base filosófica es distinta. En algún momento se han tocado pero no tienen nada que ver la una con la otra, por lo que intentar comprender su realidad en función de nuestras referencias culturales es absurdo. Nos empeñamos en que tienen que vivir como nosotros, tienen que pensar como nosotros porque solo nosotros tenemos la razón. Todo esto es sumamente complicado.

M.G.- De todos modos, usted aborda el terrorismo en la novela desde un punto de vista científico. ¿Esto cómo es?

O.S.- Desgraciadamente la evolución del terrorismo yihadista ha precisado que haya un planteamiento científico o universitario. Es algo que va mucho más allá de lo meramente policial porque, como te he dicho, tienes que saber cómo piensan y cuando entiendas cómo piensan y por qué, entonces encontrarás la solución para acabar con el problema. No sé si la solución será de carácter militar, político, o una mezcla de ambas cosas, no lo sé. Pero lo que no puedes es simplemente emplear la fuerza para contrarrestar el problema porque es como una ola, que viene y se va. Podremos poner muchos muros para frenar la ola pero no acabaremos con la marea. El truco está es saber por qué piensan así, por qué ese odio y ese deseo de destruir una sociedad determinada y concreta. Hay que abordar el terrorismo desde otra perspectiva. Es algo mucho más amplio que no se puede estudiar desde el punto de vista meramente policial o del derecho.

Resultado de imagen de El choque de civilizaciones de HungtitongTe diré además que hay por ahí un libro de hace unos años, El choque de civilizaciones de Huntington que preveía que en un momento dado se iba a producir una colisión aunque tampoco es algo nuevo porque ese roce entre el islam y el cristianismo viene desde la Edad Media y hoy se manifiesta de esta manera.

M.G.- Lamentablemente se manifiesta de esta manera, sí.

O.S.- Y lo que le queda.

M.G.- Esperemos que no mucho. Bien, volviendo al protagonista. Es frecuente que los autores vistan a sus personajes con cualidades propias. En este caso, ¿Rodrigo tiene algo de Octavio?

O.S.- Pues seguramente. Para empezar es alto, guapo, limpio,... (risas). No, en serio. Probablemente tendrá la calma, la forma de afrontar con cierta tranquilidad las situaciones de crisis, lo que le permite mantener la sangre fría y analizar la situación mejor. Creo que esa sería la cualidad que nos define a los dos.

M.G.- ¿La novela se podría clasificar únicamente como una novela de aventuras? Lo digo porque también hay una relación amorosa pero no sé si tiene mucho peso en la trama.

O.S.- La definiría como un thriller, con algo de aventura y tiene que haber también amor porque es parte de la vida. Después de la caña que le doy a los personajes qué menos que las criaturas tengan un desahogo, ¿no?

M.G.- (Risas) Es que lo pregunto porque quizá el contexto no es el más idóneo para una relación amorosa pero también pienso que lo mismo es una manera de desatar tensiones.

O.S.- Seguro. Como en la vida real, en una situación de tensión aparece ese chispazo por lo que sea y lo mismo, si no existe ese contexto pues no se produce. Lo que sí intento, dentro de lo que cabe y no sé si lo consigo, es ser respetuoso con las relaciones en todos los sentidos.

M.G.- Octavio por lo he podido leer, esta novela tiene muchos tintes cinematográficos. Está como muy enfocada a la gran pantalla.

O.S.- Sí, pero no la he escrito pensando en eso.

M.G.- La trama recuerda mucho a esas grandes producciones americanas en las que hay un poco de todo, mucha acción, espías, muertes y amor. El argumento encaja bien.

O.S.- No te digo que no. Ojalá llegue algún productor (Risas)

M.G.- Bueno, nunca se sabe. 

Y ya para terminar, usted nació en Sao Paulo. ¿Se ha acercado a la literatura brasileña?

O.S.- No porque es verdad que nací allí pero me crié aquí. Además con el acento que tengo va a ser complicado decir que soy brasileño (risas). Mi madre sí es brasileña y me regaña en portugués de toda la vida. Lo que sí he indagado es en la música brasileña porque soy pianista. Sin embargo con la literatura no me he metido. Solo leo en inglés pero no me ha dado por leer en portugués y sé que eso es una fallo que debería enmendar.

M.G.- Nunca es tarde. Octavio lo vamos a dejar aquí. Muchas gracias por su tiempo y espero que la próxima vez que nos veamos sea para celebrar que le han dado el Ateneo.

O.S.- ¡Ojalá sea así! Gracias a vosotros.

Esto es todo lo que nos contó Octavio Sánchez-Machuca sobre su novela La basílica de Selemtis, con una trama muy interesante, de corte actual en lo relativo al yihadismo y que, sin duda, puede ser una alternativa estupenda como lectura veraniega. 


 

[Algunas imágenes e ilustraciones tomadas de Google]



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