Editorial: Plaza & Janés.
Fecha publicación: octubre,2016
Precio: 22,90 €
Precio: 22,90 €
Género: Novela.
Nª Páginas: 216
Edición: Tapa dura con sobrecubierta.
ISBN: 97884401017421
[Disponible en eBook y en bolsillo;
puedes empezar a leer aquí]
Nª Páginas: 216
Edición: Tapa dura con sobrecubierta.
ISBN: 97884401017421
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Autora
Isabel San Sebastián (Chile, 1959) es periodista todoterreno. Ha trabajado en prensa (ABC, El Mundo), radio (Cadena SER, Onda Cero, RNE, Cope, ABC Punto Radio) y televisión (TVE, Antena 3, Telecinco, Telemadrid y 13TV), actividades a las que roba tiempo para dedicarse a su pasión: escribir. Autora de diversos ensayos, ha publicado en La Esfera de los Libros La visigoda (2007, Premio Ciudad de Cartagena), Astur (2008) e Imperator (2010). Sus dos últimas novelas, Un reino lejano (2012) y La mujer del diplomático (2014), se han publicado en Plaza & Janés. Todas ellas han gozado de gran éxito y superan los 300.000 ejemplares vendidos.
Sinopsis
Un valioso Greco del que no se tenía noticia sale a subaste en Nueva York. Carolina Valdés, sofisticada marchante de arte, recibe en su hotel la visita de Philip, un rudo taxista de Brooklyn, quien la embarca en una peligrosa aventura destinada a demostrar que el cuadro, robado por los nazis a su familia, le pertenece. Arranca así una investigación trepidante que llevará a la extraña pareja desde la Budapest del Holocausto, donde el diplomático español Ángel Sanz Briz salvó a millares de judíos, hasta el Madrid de la Segunda Guerra Mundial, repleto de alemanes, con el salón de té Embassy convertido en epicentro del espionaje internacional.
Juntos harán frente a terribles secretos del pasado, mientras va creciendo entre ellos una intimidad capaz de vencer sus ancestrales prejuicios.
La dignidad de un hombre se mide por cómo hace frente a la muerte.
Un valioso Greco del que no se tenía noticia sale a subaste en Nueva York. Carolina Valdés, sofisticada marchante de arte, recibe en su hotel la visita de Philip, un rudo taxista de Brooklyn, quien la embarca en una peligrosa aventura destinada a demostrar que el cuadro, robado por los nazis a su familia, le pertenece. Arranca así una investigación trepidante que llevará a la extraña pareja desde la Budapest del Holocausto, donde el diplomático español Ángel Sanz Briz salvó a millares de judíos, hasta el Madrid de la Segunda Guerra Mundial, repleto de alemanes, con el salón de té Embassy convertido en epicentro del espionaje internacional.
Juntos harán frente a terribles secretos del pasado, mientras va creciendo entre ellos una intimidad capaz de vencer sus ancestrales prejuicios.
Acción, intriga, romance e historia en la novela más vibrante de Isabel San Sebastián.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
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La mujer del diplomático fue la primera novela que leí de Isabel San Sebastián. Recuerdo que fue una lectura que sinceramente me agradó mucho, trasladándome a los años 60, a la guerra fría y al estilo de vida de los diplomáticos, un mundo del que aprendí mucho y que la autora conoce muy bien (puedes leer mi reseña aquí). Así pues, con suma alegría celebré la publicación de una nueva novela de la periodista, titulada Lo último que verán tus ojos, envuelta en una preciosa cubierta que inmediatamente llamó mi atención. Esta novela vio la luzallá por el mes de octubre de 2016 aunque en Sevilla no recibimos la visita de San Sebastián hasta el mes de mayo, coincidiendo con la Feria del Libro. Desde entonces llevo queriendo adentrarme entres sus páginas, especialmente porque la sinopsis me prometía volver a encontrarme con Ángel Sanz Briz, el diplomático español que durante el Holocausto consiguió salvar a miles de judíos, un hombre por el que siempre he sentido admiración y respeto desde el momento en el que supe de su hazaña.
Lo último que verán tus ojos comienza con un prólogo que nos transporta al Budapest de 1944. Judah Sofer es un hombre judío al que encontraremos enclaustrado entre las paredes de su casa. Solo y expectante, aguarda la llegada inminente de un cazador, el oficial alemán Kurt Kaltmann, Obersturmführer de la SS. Como muchas familias judías los Sofer temen por su vida. Kaltmann está dispuesto a proporcionar un salvoconducto a los Sofer que los libre de una muerte segura si a cambio Judah le entrega un cuadro del que el oficial se ha encaprichado. Sin embargo el judío no está dispuesto a ceder al chantaje. Será la existencia de ese cuadro, del que iremos conociendo detalles paulatinamente, el que dé pie a toda la historia.
Así pues, tras estas páginas iniciales, la historia nos devuelve al presente, más concretamente al año 2015. En la ciudad de Nueva York conoceremos a la española Carolina Valdés, una especialista en arte, exactamente una eminencia en los cuadros de El Greco. En la ciudad de los rascacielos, Christie's, la famosa casa de subastas está a punto de subastar una obra desconocida del pintor griego pero la irrupción inesperada de un taxista de Brooklyn lo trastoca todo.
Philip Smith acude a Carolina en busca de ayuda. Asegura que el cuadro que está a punto de ser subastado por una suma astronómica perteneció a su familia y desea recuperarlo a toda costa. Aunque inicialmente Carolina no se cree una palabra, poco a poco Philip se irá ganando la confianza de esta madrileña que accede definitivamente a ayudarlo. Comienza así una apasionante aventura que llevará a los dos personajes a lo largo y ancho del mundo, recorriendo ciudades como Boston, Budapest, Madrid, Toledo, Cádiz o Londres, siempre buscando información sobre el cuadro, desandando el camino que la pintura ha recorrido desde el momento en el que figuraba colgada en una de las paredes de la casa de los antepasados del taxista hasta acabar en los almacenes de Christie's. A medida que avanzan en la investigación, los lazos entre Philip y Carolina comienzan a estrecharse.
Este es grosso modo el argumento que nos ofrece Lo último que verán tus ojos. No cabe duda que los cuadros, las esculturas o cualquier otro tipo de manifestación artística siempre han constituido una buena base para construir una historia, tal y como ocurre en esta novela. Basándose en una pintura desconocida y ficticia de El Greco que retrata una parte de la judería de Toledo, Isabel San Sebastián se adentra en el mundo del expolio nazi, y de paso da un repaso la Historia. Principalmente se acerca a la época del Holocausto a través del prólogo. Esas páginas preliminares nos adentran a unos años sobre los que se ha escrito mucho y sobre los que yo no me canso de leer. La autora narrará de manera breve las diversas prohibiciones a las que se vieron sometidos los judíos, los procesos de exterminio y el éxodo a los guetos. Está será la parte en la que se hable más directamente de aquellos años mientras que el resto de la novela transcurre en un pasado reciente. No hay pues alternancia de hilos temporales ni argumentales pues, si bien es cierto que a lo largo de la novela iremos conociendo más detalles sobre el devenir de los Sofer tras la persecución nazi, será información a la que tendremos acceso a través de los recuerdos de algunos personajes secundarios o bien como fruto de la labor de investigación que llevan a cabo Carolina y Philip.
A nivel de personajes, los dos grandes pilares de la novela serán Carolina Valdés y Philip Smith, dos almas totalmente dispares que, a base de roce terminan por construir un romance (no desvelo nada que no se mencione en la sinopsis). Carolina es una mujer bella, sofisticada, elegante, inteligente, de gustos caros, independiente y sin pareja. Posee un trabajo bien remunerado lo que le permite tener una jugosa cuenta bancaria y acceso a numerosos caprichos. En las antípodas figura Philip, un hombre de modales rudos, algo embrutecido, más pobre que las ratas y perteneciente a una clase social que está en la otra punta del escalafón, lo que implica que su economía ande siempre justa y no se pueda permitir muchos excesos. Pero lo que hace más atractivo al personaje, a mi juicio, no es el hecho de que sea tan distinto a Carolina sino el misterio que parece envolver a su familia. Philip no parece tener fuertes vínculos familiares ni felices recuerdos de su infancia. Alrededor de la vida de sus padres se posa una nebulosa que genera un cierto grado de suspense, lo que incita al lector a conocer qué pasó realmente con el padre y la madre del taxista o quién era aquella abuela que aparecía de vez en cuando en su casa, hablando en una lengua que él no entendía y de la que un buen día nunca volvió a saber. Junto a Philip, y a través del viaje en busca de un viejo cuadro que está a punto de ser subastado, el lector irá descubriendo las incógnitas que despejan todas las dudas alrededor de la familia del taxista, un recorrido que nos concederá alguna que otra sorpresa emotiva.
Pero he de confesar algo. A pesar de que dicen que los polos opuestos se atraen, a pesar de que entre Carolina y Philip se establece un tira y afloja desde las primeras páginas, una especie de tensión sexual no resuelta que termina por resolverse hacia el ecuador del argumento, a mí me ha costado un poco creerme la relación que se forja entre ambos. No sé exactamente muy bien qué me ha ocurrido. Me decanto a pensar que, al margen del misterio que gira alrededor de la familia de Philip y del que me ha gustado ir descubriendo detalles, creo que el taxista no me ha terminado de convencer como personaje y eso que tiene un perfil idóneo para impactar. Es esta una cuestión de feeling entre personaje y lector, nada más, por lo que tampoco hay que darle excesivas vueltas. Digamos que no hemos conectado y que sí ha supuesto un ligero escollo a la hora de disfrutar más de la lectura, más concretamente por algunos diálogos que mantenía con Carolina, que me resultaban difíciles de creer.
Por otro lado, también es verdad que me esperaba mucha más presencia de Ángel Sanz Briz. Inicialmente pensé que sería un personaje más de la novela, que tendría un protagonismo de primer orden pero su presencia en la trama, en la que queda muy claro la importante labor que este hombre realizó en favor de los judíos, es más a través de referencias y recuerdos. De todos modos, me ha gustado mucho volver a leer sobre la ingeniosa manera que se le ocurrió para salvar a tantos judíos. Tal y como le comenté a la autora en la entrevista que le realizamos y que puedes leer aquí, no deja de ser curioso lo que ocurrió aquellos años en España, el hecho de que algunos diplomáticos como Sanz Briz se jugaran su carrera para salvar del genocidio a tantos judíos y que por otra parte España fuera puerto de escala para tantos alemanes que huyeron de Alemania. Paradojas de la Historia.
A su vez, añado que la nueva novela de San Sebastián nos permite hacer un recorrido por diversas ciudades que ya he mencionado antes y me quedo con la estancia de los personajes en la ciudad de Toledo, un punto geográfico de nuestro país hermoso y del que guardo un grato recuerdo. Leer esas páginas ha conseguido que me retrotraiga al viaje que realicé hace algunos años, para pasear por su judería, intentar visitar la casa en la que residió El Greco y, cómo no, ver con mis propios ojos uno de mis cuadros preferidos, El entierro del conde de Orgaz. Los escenarios en esta novela, tal y como la autora nos adelantó en la entrevista, tienen su parcela de protagonismo.
En definitiva, Lo último que verán tus ojos es una novela muy esclarecedora que no solo nos ofrece una historia de ficción llena de secretos del pasado y un romance sino que además aporta su grano de arena a la hora de acercarnos a la Historia de la vieja Europa. A mí me gusta especialmente la manera en la que Isabel San Sebastián aborda las cuestiones históricas. Aparte de que se vislumbra su labor de documentación, consigue transmitir de forma clara y precisa toda la información al lector, sin necesidad de una profundidad que en otras novelas de ficción llegan a rayar en el exceso, y siempre con un estilo sencillo y cercano, consiguiendo de este modo que el lector se entretenga pero también amplíe conocimientos casi sin darse cuenta.
Así pues, y aunque he señalado algunas pegas, considero que Lo último que verán tus ojos es una novela entretenida y amena que te permite hacer un pequeño viaje en el tiempo para desvelar secretos e incógnitas, además de acercarte a la figura de Ángel Sanz Briz, un hombre prácticamente desconocido y que bien merece el reconocimiento que Israel le dio en los años 60, otorgándole la distinción de Justo entre las Naciones y que Franco le prohibió ir a recoger. Sin duda, la figura de este héroe, como otros muchos que aún permanecen en el anonimato, merece que su hazaña vea la luz aunque sea a través de una novela de ficción que aúna aventuras, romance e historia.
[Algunas imágenes e ilustraciones tomadas de Google]
Retos:
- Autores de la A a la Z
- 25 Españoles
- 100 libros
Así pues, tras estas páginas iniciales, la historia nos devuelve al presente, más concretamente al año 2015. En la ciudad de Nueva York conoceremos a la española Carolina Valdés, una especialista en arte, exactamente una eminencia en los cuadros de El Greco. En la ciudad de los rascacielos, Christie's, la famosa casa de subastas está a punto de subastar una obra desconocida del pintor griego pero la irrupción inesperada de un taxista de Brooklyn lo trastoca todo.
Philip Smith acude a Carolina en busca de ayuda. Asegura que el cuadro que está a punto de ser subastado por una suma astronómica perteneció a su familia y desea recuperarlo a toda costa. Aunque inicialmente Carolina no se cree una palabra, poco a poco Philip se irá ganando la confianza de esta madrileña que accede definitivamente a ayudarlo. Comienza así una apasionante aventura que llevará a los dos personajes a lo largo y ancho del mundo, recorriendo ciudades como Boston, Budapest, Madrid, Toledo, Cádiz o Londres, siempre buscando información sobre el cuadro, desandando el camino que la pintura ha recorrido desde el momento en el que figuraba colgada en una de las paredes de la casa de los antepasados del taxista hasta acabar en los almacenes de Christie's. A medida que avanzan en la investigación, los lazos entre Philip y Carolina comienzan a estrecharse.
Este es grosso modo el argumento que nos ofrece Lo último que verán tus ojos. No cabe duda que los cuadros, las esculturas o cualquier otro tipo de manifestación artística siempre han constituido una buena base para construir una historia, tal y como ocurre en esta novela. Basándose en una pintura desconocida y ficticia de El Greco que retrata una parte de la judería de Toledo, Isabel San Sebastián se adentra en el mundo del expolio nazi, y de paso da un repaso la Historia. Principalmente se acerca a la época del Holocausto a través del prólogo. Esas páginas preliminares nos adentran a unos años sobre los que se ha escrito mucho y sobre los que yo no me canso de leer. La autora narrará de manera breve las diversas prohibiciones a las que se vieron sometidos los judíos, los procesos de exterminio y el éxodo a los guetos. Está será la parte en la que se hable más directamente de aquellos años mientras que el resto de la novela transcurre en un pasado reciente. No hay pues alternancia de hilos temporales ni argumentales pues, si bien es cierto que a lo largo de la novela iremos conociendo más detalles sobre el devenir de los Sofer tras la persecución nazi, será información a la que tendremos acceso a través de los recuerdos de algunos personajes secundarios o bien como fruto de la labor de investigación que llevan a cabo Carolina y Philip.
A nivel de personajes, los dos grandes pilares de la novela serán Carolina Valdés y Philip Smith, dos almas totalmente dispares que, a base de roce terminan por construir un romance (no desvelo nada que no se mencione en la sinopsis). Carolina es una mujer bella, sofisticada, elegante, inteligente, de gustos caros, independiente y sin pareja. Posee un trabajo bien remunerado lo que le permite tener una jugosa cuenta bancaria y acceso a numerosos caprichos. En las antípodas figura Philip, un hombre de modales rudos, algo embrutecido, más pobre que las ratas y perteneciente a una clase social que está en la otra punta del escalafón, lo que implica que su economía ande siempre justa y no se pueda permitir muchos excesos. Pero lo que hace más atractivo al personaje, a mi juicio, no es el hecho de que sea tan distinto a Carolina sino el misterio que parece envolver a su familia. Philip no parece tener fuertes vínculos familiares ni felices recuerdos de su infancia. Alrededor de la vida de sus padres se posa una nebulosa que genera un cierto grado de suspense, lo que incita al lector a conocer qué pasó realmente con el padre y la madre del taxista o quién era aquella abuela que aparecía de vez en cuando en su casa, hablando en una lengua que él no entendía y de la que un buen día nunca volvió a saber. Junto a Philip, y a través del viaje en busca de un viejo cuadro que está a punto de ser subastado, el lector irá descubriendo las incógnitas que despejan todas las dudas alrededor de la familia del taxista, un recorrido que nos concederá alguna que otra sorpresa emotiva.
Pero he de confesar algo. A pesar de que dicen que los polos opuestos se atraen, a pesar de que entre Carolina y Philip se establece un tira y afloja desde las primeras páginas, una especie de tensión sexual no resuelta que termina por resolverse hacia el ecuador del argumento, a mí me ha costado un poco creerme la relación que se forja entre ambos. No sé exactamente muy bien qué me ha ocurrido. Me decanto a pensar que, al margen del misterio que gira alrededor de la familia de Philip y del que me ha gustado ir descubriendo detalles, creo que el taxista no me ha terminado de convencer como personaje y eso que tiene un perfil idóneo para impactar. Es esta una cuestión de feeling entre personaje y lector, nada más, por lo que tampoco hay que darle excesivas vueltas. Digamos que no hemos conectado y que sí ha supuesto un ligero escollo a la hora de disfrutar más de la lectura, más concretamente por algunos diálogos que mantenía con Carolina, que me resultaban difíciles de creer.
Por otro lado, también es verdad que me esperaba mucha más presencia de Ángel Sanz Briz. Inicialmente pensé que sería un personaje más de la novela, que tendría un protagonismo de primer orden pero su presencia en la trama, en la que queda muy claro la importante labor que este hombre realizó en favor de los judíos, es más a través de referencias y recuerdos. De todos modos, me ha gustado mucho volver a leer sobre la ingeniosa manera que se le ocurrió para salvar a tantos judíos. Tal y como le comenté a la autora en la entrevista que le realizamos y que puedes leer aquí, no deja de ser curioso lo que ocurrió aquellos años en España, el hecho de que algunos diplomáticos como Sanz Briz se jugaran su carrera para salvar del genocidio a tantos judíos y que por otra parte España fuera puerto de escala para tantos alemanes que huyeron de Alemania. Paradojas de la Historia.
A su vez, añado que la nueva novela de San Sebastián nos permite hacer un recorrido por diversas ciudades que ya he mencionado antes y me quedo con la estancia de los personajes en la ciudad de Toledo, un punto geográfico de nuestro país hermoso y del que guardo un grato recuerdo. Leer esas páginas ha conseguido que me retrotraiga al viaje que realicé hace algunos años, para pasear por su judería, intentar visitar la casa en la que residió El Greco y, cómo no, ver con mis propios ojos uno de mis cuadros preferidos, El entierro del conde de Orgaz. Los escenarios en esta novela, tal y como la autora nos adelantó en la entrevista, tienen su parcela de protagonismo.
En definitiva, Lo último que verán tus ojos es una novela muy esclarecedora que no solo nos ofrece una historia de ficción llena de secretos del pasado y un romance sino que además aporta su grano de arena a la hora de acercarnos a la Historia de la vieja Europa. A mí me gusta especialmente la manera en la que Isabel San Sebastián aborda las cuestiones históricas. Aparte de que se vislumbra su labor de documentación, consigue transmitir de forma clara y precisa toda la información al lector, sin necesidad de una profundidad que en otras novelas de ficción llegan a rayar en el exceso, y siempre con un estilo sencillo y cercano, consiguiendo de este modo que el lector se entretenga pero también amplíe conocimientos casi sin darse cuenta.
Así pues, y aunque he señalado algunas pegas, considero que Lo último que verán tus ojos es una novela entretenida y amena que te permite hacer un pequeño viaje en el tiempo para desvelar secretos e incógnitas, además de acercarte a la figura de Ángel Sanz Briz, un hombre prácticamente desconocido y que bien merece el reconocimiento que Israel le dio en los años 60, otorgándole la distinción de Justo entre las Naciones y que Franco le prohibió ir a recoger. Sin duda, la figura de este héroe, como otros muchos que aún permanecen en el anonimato, merece que su hazaña vea la luz aunque sea a través de una novela de ficción que aúna aventuras, romance e historia.
[Algunas imágenes e ilustraciones tomadas de Google]
Retos:
- Autores de la A a la Z
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