Editorial: Alfaguara.
Fecha publicación: noviembre, 2017.
Precio: 17,90 €.
Género: Narrativa.
Nª Páginas:304
Edición: Tapa blanda con solapas.
ISBN: 9788420419602
Fecha publicación: noviembre, 2017.
Precio: 17,90 €.
Género: Narrativa.
Nª Páginas:304
Edición: Tapa blanda con solapas.
ISBN: 9788420419602
[Disponible en eBook;
Autora
Laura Ferrero (Barcelona, 1984) es periodista y editora. Compagina su trabajo para diversas editoriales e instituciones culturales con la pasión por la escritura. Es autora del blog «Los nombres de las cosas» (www.lauraferrero.com) y sus artículos y reseñas han aparecido en publicaciones como La Vanguardia, FronteraD o Revisiones. Piscinas vacías es su primer libro de relatos. Publicado por primera vez en los formatos digital y papel en la plataforma de autoedición megustaescribirlibros.com, trepó de inmediato al top 100 de Amazon, con 5 estrellas en las calificaciones de todos los lectores (el máximo posible). ABC la entrevistó como autora revelación. En la actualidad trabaja en su nueva novela, de próxima publicación en Alfaguara.
Sinopsis
Con treinta años Laura deja a su pareja y abandona Ibiza para mudarse a Nueva York. Su juventud ha estado marcada por la relación con su padre, un hombre intolerante; su madre, que desapareció para regresar cinco años después; y Pablo, su hermano, que encuentra en la pintura la manera de luchar contra la enfermedad mental que padece.
En Nueva York, Laura empieza a trabajar en una editorial y a asistir a las clases que Gael, un misterioso conocido de su madre, imparte en la Universidad de Columbia.
¿Quién es Gael? ¿Qué sabe él de todo lo que ha ocurrido en su familia?
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
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Hay un momento en nuestras vidas en el que hay que enfrentarse al pasado, especialmente si es pasado de nuestra infancia, época en la que vivimos en un estado de semiinconsciencia, en nuestro mundo particular, cuando los hechos ocurren sin que consigamos entender su total significado, años en los que todos intentan alejarnos del dolor o somos nosotros mismos los que huimos de él. Pero todo lo que ocurre a nuestro alrededor cuando somos niños va dejando un poso en nuestro interior. Ese tejido inmaculado que conformamos cuando somos pequeños se va deshilachando poco a poco y al final, para evitar convertirnos en un trapo, toca recomponerse, cortar nuestras hebras desmadejadas o zurcir los rotos. De este modo es como entiendo la novela de la que quiero hablaros hoy, Qué vas a hacer con el resto de tu vida de Laura Ferrero.
Laura, la protagonista de esta novela, echa la vista atrás para hacer un recorrido por su familia«coja y maltrecha»: Román y Adriana, el matrimonio; Laura y Pablo, los hijos. Residentes en Ibiza, en la playa de La Xanga, la vida transcurre en un ambiente contaminado.
«Esa es la infancia que recuerdo, llena de silencios, peleas, reproches y alcohol».[pág. 81]
Su padre, un geólogo-contador de islas embarcado en una tarea titánica viaja con frecuencia. La madre ocupa los vacíos con sus pinturas y pinceles, cuadros que serán reflejo de sus interioridades, pero un día oirá la palabra «puta» y desaparecerá.Pablo, con «una personalidad demasiado sensible a la que todo le afectaba mucho más»y Laura, a la que la vida le exige demasiado a temprana edad, quedarán al resguardo de su padre, esperando el regreso de una madre que solo vuelve ocasionalmente por un acontecimiento, un hecho que supone el prólogo a otro de mucho más calado y que la narradora define como «todo aquello». Esa expresión, ese «todo aquello» que ocurre el 10 de mayo de 2014, vertebra la novela desde principio a fin, es como un mantra que alerta la curiosidad del lector, que nos obliga a leer entre líneas, que nos conduce a atar cabos para llegar a una certeza final, un mazazo, que lo dinamita todo.
Y entre todo este maremágnum de dolor, de autobúsqueda, de remendar heridas, una cajita roja, el cabo Cap Barbaria y el hijo de un farero.
Arrastrando los acontecimientos del pasado, y ya desde el presente, cuando Laura es ya una mujer adulta y trabaja como editora en Barcelona, sintiéndose desanimada en lo personal y lo laboral, opta por abandonarlo todo, incluida pareja, y marcharse a Nueva York. La excusa es una nueva oportunidad laboral pero el verdadero motivo es otro, es encontrarse con Gael Arteaga, el hombre que, según Laura, puede tener las respuestas a sus preguntas. Y efectivamente, encontrará la pieza que falta, el dato que lleva desconociendo toda su vida, ese capítulo 43 que contiene todas las claves de la novela, y que si sirve de bálsamo a la protagonista es algo que tendrás que descubrir. No obstante, todos sabemos que después de la tempestad llega la calma.
La voz narradora será la de la propia Laura que desde su primera persona nos contará, a jirones, su pasado y el de su familia. Es fácil conectar con su pensamiento. Al fin y al cabo nada de lo que le ha ocurrido, ni a ella como ente individual ni como miembro de una familia, es excesivamente extraordinario. Familias como la de Laura hay muchas. Hijos como ella, también. Laura es ese ser humano que ama profundamente y tiene que enfrentarse a un adiós, el más difícil, esa despedida que genera sensaciones ordinarias, la idea de no haber hecho lo suficiente. Así que, sus reflexiones son bastante comunes y eso nos permite entrar en conjunción, nos coloca frente a verdades universales que no por serlo resultan menos dolorosas. Pero es que la vida duele.
Pero yo tengo que confesaros que mi personaje preferido es Pablo.Desde una atalaya en la que nadie quisiera ver a su hijo, Pablo contempla su mundo, observa a sus padres, pregunta a su hermana, otea su horizonte y los miedos crecen en su interior. El lector se asomará al universo de este niño convertido en un adulto diferente porque «Pablo era distinto. No tenía que ver solo con la sensibilidad; era otra cosa: él veía más allá, y lo que veía lo asustaba, lo entristecía». Hay seres de luz. La gente tiende a llamarlos raros pero en realidad son extraordinarios. Su debilidad, su fragilidad e incluso ese afán de protección por parte de quienes los aman provocan una profunda ternura.
Ternura. Quizá sea el sentimiento que más predomina en la novela pero a mí también me ha dolido. Duele si entiendes a Pablo porque tú también pecas de sensible. Duele si ves a Laura naufragar entre unos padres que han dejado de quererse o nunca se quisieron porque «jamás les vi darse un beso. Un gesto de cariño» y eso no se olvida aunque pasen muchos años, aunque te conviertas en un adulto con tus propios hijos, aunque tu vida sea razonablemente feliz. Esa mella siempre quedará ahí, y por eso entiendes que Laura necesite respuestas a sus preguntas. Y por eso comprendes que ella lo deje todo en busca de ese oráculo de la verdad que no siempre te lo cuenta todo, para curarse por dentro, para recomponer sus rotos, para tomar las riendas de su vida.
Qué vas a hacer con el resto de tu vidaplantea esas preguntas que algunas vez te has formulado. ¿Es lícito tener un hijo para arreglar lo que ya no tiene arreglo? ¿El hijo tiene que achantar, frente al egoísmo de sus padres? ¿Por qué nadie entiende que los hijos son víctimas inocentes que se autodestruyen en el seno de un matrimonio corrupto? La autora me decía en la entrevista que le hicimos hace unos días (puedes leerla aquí) que un padre tiene la obligación moral de amar a un hijo porque en su mano estaba la decisión de tenerlo o no, pero el hijo viene al mundo por decisión ajena, llega a la vida sin saber qué tipo de familia le toca en suerte, si va a encontrar amor o si por el contrario va a crecer en un mar revuelto en el que no hay ganancia de pescadores. Mala suerte. Te toca buscar otros referentes si no quieres ahogarte en el tormento familiar porque, como Laura y Pablo, hemos de saber que el desamor se recrudece con los años, la ponzoña se extiende y envenena a todo el que encuentre a su paso y así te pasará como a Laura, que advierte «cómo ellos se habían vuelto locos, la amargura los había corroído por igual. Después de tantos años de peleas y sabotajes, lo que les quedaba no era más que eso: amargura. El sabor agrio de todas las batallas que habían ido perdiendo a lo largo de la vida». Y el hijo busca la felicidad en las pequeñas cosas, incluso el amor porque «Pensamos que el amor es aquel rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio, como decía Cortázar, pero enamorarse es también quererse comprar un vestido rojo para estar guapa».
Escrita con una prosa de algodón, suave y mullida,Qué vas a hacer con el resto de tu vida es una novela de búsqueda y encuentro, de recomposición, de huidas que a la postre te hacen regresar, una de esas novelas que te dejan regusto dulce a pesar de que hay crudeza entre sus páginas, vivencias amargas y abismos insondables, pero todos debemos preguntarnos alguna vez qué vamos a hacer con el resto de nuestra vida. Toca hacer balance.
[Algunas imágenes e ilustraciones tomadas de Google]
Retos:
- Autores de la A a la Z
- 25 españoles
- 100 libros
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