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GOODBYE, CHRISTOPHER ROBIN (DRAMA - 2017)

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Año: 2017

Nacionalidad: Reino Unido.

Director: Simon Curtis.

Reparto: Domnall Gleeson, Margot Robbie, Will Tilston, Kelly MacDonald, Nico Mirallegro, Stephen Campbell Moore, Simon Williams, Phoebe Waller-Bridge, Geraldine Somerville, Richard McCabe, Richard Dixon, Lance C. Fuller, Tommy Rodger, Alex Lawther, Vicki Pepperdine, Shaun Dingwall, Robert Portal, Jason Matthewson, Bernardo Santos, Honey Holmes, Adam Lazarus. 

Género: Drama. Biografía.

Sinopsis: Una mirada a la relación del alabado escritor para niños A.A. Milne y su hijo Christopher Robin, cuyos juguetes inspiraron el mundo mágico de Winnie the Pooh. Junto a su madre Dafne y su cuidadora Olive, Christopher Robin y su familia se verán arrollados por el éxito internacional de los libros.


[Fuente: Filmaffinity]


Winnie the Pooh 

Esto es lo primero que debes de saber antes de leer esta reseña porque el largometraje que traigo hoy tiene mucho que ver con ese osito que todo el mundo conoce. Y es que Goodbye Christopher Robin trata precisamente del escritor británico Alan Milne, creador de esos libros infantiles, de su hijo Christopher y de sus peluches: Edward o Winnie, el cerdito Piglet, Tigger, Kanga el canguro y su hijito Roo,...

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[Fuente: La vanguardia]
El guion juega con una estructura a tres tiempos, el pasado más inmediato, el pasado más remoto y el presente. Así la película se inicia en 1941, cuando el matrimonio Milne, Alan y Dafne, residen en una casita de campo cerca del bosque de Ashdown en Sussex. Hasta aquel hermoso lugar, apartado y alejado del ruido urbano, llegarán las noticias más terribles. El lanzamiento rabioso de una pelota de criquet nos traslada al pasado, a 1916 para mostrarnos de manera muy sutil los años en los que Alan sirvió en el ejército británico durante la Primera Guerra Mundial, una experiencia que lo dejó profundamente marcado para siempre. El sudor, el calor de la contienda, el sonido de las moscas sobre los cuerpos destrozados, el barro, la sangre, el estruendo y las explosiones se pegaron a su piel de tal forma que Alan se volvió un hombre algo desquiciado y asustadizo. Pero la guerra pasa y él regresa ileso a Londres, una ciudad que ha decidido olvidarse de la desgracia, de sus compatriotas muertos en el campo de batalla y fingir que no ha ocurrido nada. Alan no puede soportar la indiferencia ante lo que ha sido un acontecimiento de trágicas consecuencias. Pero efectivamente la vida sigue, y enamorado de Dafne tienen su primer hijo, Christopher Robin, al que llamaran Billy Moon. No obstante, el nacimiento de su hijo tampoco consigue que el escritor recupere la ilusión, la alegría y la estabilidad. Solo cuando deciden mudarse a la tranquila campiña de Sussex, Alan recobrará algo de cordura y los juegos con su hijo Billy y sus peluches darán pie al nacimiento de Winnie the Pooh. 

La película cuenta de este modo de qué manera surgió el personaje infantil Winnie the Pooh, qué escenas o conversaciones con su hijo inspiraron el libro y que repercusión mundial tuvo la publicación de estos volúmenes. Pero lo más importante, lo que más se destaca en este largometraje, son las secuelas psicológicas que el éxito dejó en el pequeño Billy Moon, cómo vivió él aquellos años en los que se convirtió en un niño famoso que todo el mundo quería conocer y cómo le afectó eso en su edad adulta. Así pues, la película nos invita a descubrir el lado menos amable de la fama y también a reflexionar sobre las consecuencias que tiene para un niño pequeño convertirse en un personaje mediático. Suele ocurrir que, sea por el motivo que sea, los niños se convierten en ídolos para otros niños y se le aparta de su infancia, obligándolos a entrar en un mundo que los abruma y los aturde donde se sienten observados, vigilados e imitados. Son fuentes de dinero y los padres, cegados por el oro, dejan de tener los pies en la tierra. Niños como Billy Moon los ha habido siempre y los sigue habiendo, no hay más que echar un ojo a nuestra actualidad para descubrir niños cantantes que participan en programas de televisión o que simplemente tienen un canal de Youtube y, sin darse cuenta, se convierten en objeto de masas, arrollados por una notoriedad de enormes magnitudes. Dejan de ser niños, dejan de hacer las cosas que son habituales a su edad y se convierten en niños-adultos. Esto es lo que le ocurrió a Billy Moon. Llegó a renegar de su propio yo, de Christopher Robin, y todo por un sencillo oso de peluche del que no se separaba ni un momento. 'Algún día el mundo se olvidará de Winnie the Pooh', le llega a decir Alan a su hijo. Obviamente, se equivocó. 

Alan Milne se muestra en esta película como un hombre especialmente sensible. La inquietud y la ansiedad se apoderan frecuentemente de él como consecuencia de las terribles vivencias que le tocó sufrir durante la guerra, lo que ocasionalmente saca su lado más mordaz e irónico, aunque la mayoría de las veces simplemente entra en estado de pánico, bloqueándose y sintiendo un terrible pavor por el porvenir de Inglaterra. El papel de Alan Milne no es fácil. Es un personaje en perpetuo conflicto interior que queda muy bien interpretado por Domnall Gleeson. El actor resulta muy convincente cuando muestra el lado más débil del personaje o cuando se siente un poco entre la espada y la pared en situaciones familiares delicadas. 

Por su parte, Dafne es mucho más fuerte y mucho más olvidadiza. No entiende por qué su marido no puede olvidar lo vivido en tiempos de guerra y por qué insiste en escribir libros tristes que nadie quiere leer. Dafne, también muy bien interpretado por Margot Robbie, es un personaje que 'molesta'. Tiene poco tacto, es desconsiderada y una bocazas que vive única y exclusivamente para sí misma mientras la vida le devuelva felicidad. Otra cosa distinta será cuando tenga que encajar algún revés del destino. Si bien es cierto que, a la hora de elegir, probablemente el espectador se posicione al lado del marido, Dafne nos llegará a conmover cuando tenga que hacer frente a lo peor que tiene que enfrentarse una madre. 

Dafne y Alan son dos personajes que, a pesar de gozar de una buena posición social y económica, con fiestas, viajes, y actos sociales, se sienten perseguidos por el temor de una nueva guerra mundial que les arrebate a su hijo.Él es consciente del peligro en cada momento. Ella intenta disfrazar su temor de felicidad.

Por supuesto, no podemos olvidar al pequeño Billy Moon, un personaje al que veremos en su niñez y en su adolescencia, adentrándose en la madurez. El pequeño Christopher Robin está interpretado por el niño Will Tilston, de ojos brillantes, dientes separados y hoyuelos en los carrillos. El pequeño aporta su propia inocencia al personaje, su manera de mirar el mundo, sin filtro, sin entender pero en constante búsqueda de amor y aceptación. Tilston nos conmueve y nos hace retroceder a nuestra propia infancia y a ese mundo de fantasía donde solo había felicidad.

Y luego está Olive, o Nou como él la llamaba, la niñera de Billy, la única que parece darse cuenta de la atrocidad que se está cometiendo con el pequeño niño. Al margen del desequilibrio de Alan Milne y de las terribles consecuencias que tuvo la publicación de Winnie the Pooh, la película hace muchísimo hincapié en la relación que mantiene el niño con su niñera. Prácticamente se deja traslucir que para Billy, la única persona que lo quería de verdad es Olive. Es con ella con quien el pequeño pasa la mayor parte de su tiempo desde el momento en el que nace, mientras sus padres están de fiestas y viajes, y tan estrecha es la relación que mantienen que el pequeño pasa por algún episodio de celos. Ni siquiera el amor de Olive lo librará del dolor. El personaje está interpretado por Kelly MacDonald y, como el resto del reparto, funciona muy bien y resulta muy creíble. Olive amaba a Billy Moon como si fuera su propio hijo y MacDonald llega a transmitir ese profundo amor con absoluta maestría.  

Goodbye Christopher Robin es una película muy emotiva y muy hermosa, y no lo es solo por la historia que narra sino también por la estética. Absolutamente maravillosa es la fotografía que muestra ante nuestros ojos y desde el mismo inicio, escenas llenas de una luz tamizada. Planos del bosque o del estudio en el que el escritor ideaba sus historias aparecen bañadas por los luminosos rayos de sol que crean una atmósfera de pura magia. Casi solo por esto, merece mucho ver la película.

No quiero dejar atrás la fabulosa banda sonora a cargo de Carter Burwell. Las melodías suelen ser suaves y sedosas, muy apropiadas para el tipo de historia que nos cuenta la película, y muy pocas veces tienen que potenciar momentos de tensión. 

El único reparo que le voy a poner a la cinta es la caracterización de los personajes. El último tercio del largometraje se desarrolla cuando Christopher Robin es ya un adolescente y sus padres, obviamente, han envejecido. El rostro de Alan Milne tiene que aparentar pesadumbre y vejez pero su caracterización chirría muchísimo porque se percibe con mucha nitidez que se trata de un rostro joven, envejecido artificialmente. No es un trabajo fino y parece más bien una recreación barata.

No quiero cerrar la reseña sin hacer algunas puntualizaciones sobre la vida real de estos personajes. Alan Alexander Milne falleció en Sussex el 31 de enero de 1956. Al  margen de poemarios, el autor escribió dos libros sobre el osito: Winnie-the-Pooh publicado en 1926 y The House at Pooh Corner que vio la luz en 1928 y fue traducido al castellano como El rincón de Pooh. No cejó en su empeño de intentar abrir los ojos al mundo con un libro en contra de la guerra. Paz con honor, publicado en 1934 es todo un alegato.

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[Fuente: The New York Public Library]
Por su parte, su hijo Christopher murió el 20 de abril de 1996. Según se cuenta en los créditos finales de la película, se casó y abrió una librería en Devon. Nunca tocó ni un centavo de la enorme fortuna generada por las ventas de los libros. Sus  peluches están expuestos en la Central Children Room de la Donnell Library Center que depende de la biblioteca pública de Nueva York. Creo que fue la editora americana la que compró los juguetes y al parecer, estos seres mágicos e inanimados que cobraron vida gracias a la imaginación de Alan Milne y su hijo reciben unas 750.000 visitas al año.

Christopher también escribió algunos libros en los que contó su infancia y la relación que mantuvo con su padre. 

Por cierto, la película la vi en versión original gracias a la amabilidad de un amigo que se trajo el DVD en uno de sus viajes. Yo he buscado información sobre el estreno en España pero desconozco si este largometraje se llegó a estrenar y pasó sin pena ni gloria o bien está pendiente de exhibirse en las salas de nuestro país. Sea como sea, si tenéis oportunidad no dejéis de verla. Es una preciosidad. 



Tráiler [en inglés, subtitulado en castellano]:











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