Autor
Noemí Sabuga (Santa Lucía de Gordón, León, 1979) es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha trabajado para distintos medios de comunicación como el diario El Mundo, El Mundo-La Crónica de León y Diario de León, el semanario Interviú y los Servicios Informativos de la cadena Ser. En 2005 su labor fue reconocidad con el Premio de Periodismo de Castilla y León Francisco de Cossío, modalidad de prensa, por el reportaje "De cruce de caminos a cruce de culturas", sobre la inmigración en el barrio leonés del Crucero. Su primera novela, El asesinato de Sócrates, fue finalista del XI Premio de Novela Fernando Quiñones. Con Al acecho, se segunda novela, ha conseguido la XXXI edición del Premio de Novela Felipe Trigo.
Sinopsis
En marzo de 1936 Madrid es una ciudad convulsa tras la reciente victoria en las elecciones del Frente Popular. En un céntrico callejón aparece una niña de catorce años estrangulada, cuyo cadáver muestra un decoro inusual: un lazo perfecto en el cabello, las manos cruzadas sobre el pecho, el vestido bien estirado sobre las piernas rígidas. Y no será la última.
Julián Fierro, el inspector del Cuerpo de Investigación y Vigilancia, se enfrentará a estos casos de asesinato en una ciudad crispada, donde los atentados y enfrentamientos son el preludio de un inminente golpe militar.
Al acecho es una novela sobre el compromiso con los otros y la deserción egoísta, sobre pesadillas y secretos, sobre el hombre al acecho del hombre. Todo en un Madrid «que se disuelve, que no es el real», y en el que la sospecha es «una flor salvaje que prende en cualquier suelo».
Esta novela reposaba en mis estanterías desde hace bastantes meses. Si no me había puesto antes con ella no era por falta de ganas sino más bien por ciertos inconvenientes que provocaban que otros libros tomaran la delantera. De Al acecho me gusta todo, su cubierta —una instantánea que forma parte del archivo fotográfico del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte— y su trama, así que aprovechando el mes guerrero y el mes de novela negra, me lanzó sobre él.
Al acecho es un salón lujoso al que se puede acceder por tres puertas, las que conforman la historia. La puerta central nos conduce al asesinato de tres niñas (Margarita, Isabel y Dolores), cuyas muertes han de ser investigadas por el inspector de la Brigada de Investigación Criminal Julián Fierro.
La puerta de la derecha nos lleva al contexto histórico-temporal en el que se desarrolla la historia. Estamos en el momento de las elecciones de la Tercera República, una época enredada cada vez en más revueltas, con frecuentes atentados y que recoge el intento de asesinato de Jiménez de Asúa, diputado socialista y catedrático de Derecho Penal. Son múltiples las referencias a diversos personajes que componían el panorama político de la época y que denota una excelente labor de documentación. En un principio, esta parte histórica asoma como un ligero velo pero poco a poco va adquiriendo protagonismo hasta otorgar a Al acecho un cierto aire de novela histórica.
Y la puerta de la izquierda nos desvela el ámbito personal del inspector, su relación con una madre que se apaga cada día más, su vinculación con Adela, una mujer sacada de la calle con un hijo pero que vive un poco en la sombra y por último con sus compañeros de trabajo y con Juanita, la camarera de la cafetería que Fierro frecuenta, de la que él está verdaderamente enamorado mientras que Adela sólo es un parche.
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Esta novela reposaba en mis estanterías desde hace bastantes meses. Si no me había puesto antes con ella no era por falta de ganas sino más bien por ciertos inconvenientes que provocaban que otros libros tomaran la delantera. De Al acecho me gusta todo, su cubierta —una instantánea que forma parte del archivo fotográfico del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte— y su trama, así que aprovechando el mes guerrero y el mes de novela negra, me lanzó sobre él.
Al acecho es un salón lujoso al que se puede acceder por tres puertas, las que conforman la historia. La puerta central nos conduce al asesinato de tres niñas (Margarita, Isabel y Dolores), cuyas muertes han de ser investigadas por el inspector de la Brigada de Investigación Criminal Julián Fierro.
La puerta de la derecha nos lleva al contexto histórico-temporal en el que se desarrolla la historia. Estamos en el momento de las elecciones de la Tercera República, una época enredada cada vez en más revueltas, con frecuentes atentados y que recoge el intento de asesinato de Jiménez de Asúa, diputado socialista y catedrático de Derecho Penal. Son múltiples las referencias a diversos personajes que componían el panorama político de la época y que denota una excelente labor de documentación. En un principio, esta parte histórica asoma como un ligero velo pero poco a poco va adquiriendo protagonismo hasta otorgar a Al acecho un cierto aire de novela histórica.
Y la puerta de la izquierda nos desvela el ámbito personal del inspector, su relación con una madre que se apaga cada día más, su vinculación con Adela, una mujer sacada de la calle con un hijo pero que vive un poco en la sombra y por último con sus compañeros de trabajo y con Juanita, la camarera de la cafetería que Fierro frecuenta, de la que él está verdaderamente enamorado mientras que Adela sólo es un parche.