Año: 2017
Nacionalidad: Irlandesa.
Director: Nora Twomey.
Reparto: --
Género: Animación.
Sinopsis: Parvana es una chica de once años que vive en la capital de Afganistán, Kabul, durante el periodo de dominio de los talibanes. Al ser su padre detenido, los miembros de la familia se quedan sin recursos y, debido a que las mujeres tienen prohibido ganar dinero, deciden transformar a Parvana en un chico para poder trabajar.
[Fuente: Filmaffinity]
La animación no es siempre un género infantil. Existen muchos largometrajes de este tipo que están dirigido exclusivamente a un público adulto. Generalmente son películas dramáticas, que narran historias tristes y demoledoras a las que nos acercamos desde el mundo de la animación para hacerlas más digestibles. Recuerdo títulos como Persépolis, Cuando el viento sopla, o Arrugas, historias tremendas que conmueven a pesar de que la animación siempre ha estado más vinculada a la comedia. Y hoy quiero hablaros de El pan de la guerra, una película de la que nunca había oído hablar, ni siquiera recordaba que estuvo nominada en los Oscars, y que puedes ver en Netflix. No es una película fácil pero nos acerca a una realidad, la que se vive en esos lugares que nos quedan remotos y en los que suceden barbaridades que nos llegan a través de la prensa y la televisión.
Parvana es una joven de once años que reside en Kabul junto a sus padres y su dos hermanos: Soraya y Zaki. La familia malvive con escasos recursos y tienen que vender en el mercado todo lo que tengan de valor. La ciudad, tomada por los talibanes, es un peligro constante. Apenas pueden moverse con libertad y las mujeres viven sometidas por unas normas estrictas. Mientras intentan vender algo, el padre de Parvana, un antiguo profesor herido de guerra, le cuenta historias del pasado, cuando su país vivía en paz hasta que las fronteras entre los pueblos supusieron un problema. Un pequeño revuelo en el mercado tendrá consecuencias posteriores y el padre es detenido por los talibanes. El responsable es Idrees, antiguo alumno del anciano detenido que quedará prendado de la joven Parvana. A partir de ese momento, con el cabeza de familia encerrado en la cárcel, la vida de la familia se complica aún más.Parvana intentará mantener a flote a su madre y a sus hermanas mientras no ceja en su empeño de conseguir la liberación de su padre.
El pan de la guerra es una película que nos habla de mujeres y de un sistema que estrangula su identidad. Muchas de las estrictas normas a las que están sometidas son conocidas por todo el mundo, ya sabéis que tienen que ir tapadas con el burka por la calle, que no pueden salir solas sin estar acompañadas de un hombre, o que son entregadas al matrimonio a muy corta edad. Sin embargo, existen otras reglas que desconocía como que no pueden acudir solas a una tienda para comprar comida. Por eso, cuando el padre de Parvana es detenido, la familia se ve en un callejón sin salida. Aunque cuentan con dinero, ni Parvana, ni su madre, ni su hermana pueden entrar en una tienda para abastecerse de arroz y legumbres. Zaki es el único varón de la familia pero solo es un niño pequeño. ¿Qué pueden hacer? Parvana es una joven inteligente e ingeniosa y conseguirá resolver el problema no sin antes renunciar a su propio yo.
En paralelo a la historia principal se narrará también un cuento lleno de fantasía que nos habla de un joven guerrero que quiere liberar a su pueblo de la dominación de un ser diabólico. Es una hermosa metáfora con un final feliz que contrasta con el argumento principal de esta cinta y es que la historia de Parvana es estremecedora. Aunque no se cuenta nada que no sepamos es inevitable que sientas congoja al comprobar los obstáculos a los que tiene que hacer frente la familia. La desdicha, la soledad, el desconsuelo se instalarán en casa de Parvana, en la casa de estas mujeres que se sienten incapaces de hacer frente a un sistema que las somete. Son mujeres que tienen sueños, algunos tan simples como ver el mar.
Con ilustraciones sencillas, y al parecer siguiendo la técnica tradicional, la historia nos habla de la represión contra la que hay que luchar con tesón, valentía, coraje y arrojo, sin faltar el ingenio. En algún momento se hace algo lenta pero mantiene en gran parte la atención del espectador. Sí es cierto que su final no me ha gustado mucho y no solo porque, en este caso, no estemos ante un desenlace feliz, sino porque queda demasiado abierto. En cualquier caso, es una película interesante que te acerca al mundo de la mujer bajo el dominio talibán, aunque con poca profundidad.
Pero no quiero cerrar esta reseña sin comentar que esta película es en realidad una adaptación de la novela homónima escrita por la canadiense Deborah Ellis. Por lo que he leído, escribió la novela tras entrevistarse con varias mujeres y niñas en los campos de refugiados. Obviamente su argumento es mucho más extenso que el que nos ofrece el largometraje que, incluye además, sustanciales diferencias.
Con ilustraciones sencillas, y al parecer siguiendo la técnica tradicional, la historia nos habla de la represión contra la que hay que luchar con tesón, valentía, coraje y arrojo, sin faltar el ingenio. En algún momento se hace algo lenta pero mantiene en gran parte la atención del espectador. Sí es cierto que su final no me ha gustado mucho y no solo porque, en este caso, no estemos ante un desenlace feliz, sino porque queda demasiado abierto. En cualquier caso, es una película interesante que te acerca al mundo de la mujer bajo el dominio talibán, aunque con poca profundidad.
Pero no quiero cerrar esta reseña sin comentar que esta película es en realidad una adaptación de la novela homónima escrita por la canadiense Deborah Ellis. Por lo que he leído, escribió la novela tras entrevistarse con varias mujeres y niñas en los campos de refugiados. Obviamente su argumento es mucho más extenso que el que nos ofrece el largometraje que, incluye además, sustanciales diferencias.
Tráiler [en inglés]:
