Editorial: Roca Editorial.
Fecha publicación: julio, 2018.
Precio: 17,90 €
Género: Narrativa.
Nº Páginas: 320
Encuadernación: Tapa blanda con solapa.
ISBN: 9788417092924
[Disponible en eBook;
puedes empezar a leer aquí]
Fecha publicación: julio, 2018.
Precio: 17,90 €
Género: Narrativa.
Nº Páginas: 320
Encuadernación: Tapa blanda con solapa.
ISBN: 9788417092924
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Autora
Mónica Gutiérrez nació y vive en Barcelona. Es licenciada en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y en Historia por la Universitat de Barcelona (UB).
Apasionada lectora, escribe novela, relatos y poesía. En la actualidad compagina la escritura de ficción con la docencia y suele charlar de literatura con buenos amigos en su blog Serendipia.
Debutó en el mundo de la publicación con Cuéntame una noctalia, y las buenas críticas de Un hotel en ninguna parte, su segunda novela, han mantenido a la autora durante más de un año en la lista de los más vendidos de Amazon.
Sinopsis
Helena, decidida a casarse en Serralles, el pueblo de todos sus veranos de infancia, regresa a la cada de sus padres para preparar la boda y reencontrarse con sus hermanos y sobrinos. Un lugar sin sorpresas, hasta que Helena tropieza con Marc, un buen amigo al que había perdido de vista durante muchos años, y la vida en el pueblo deja de ser tranquila.
Quizás sea el momento de refugiarse en la nueva librería con un té y galletas, o acostumbrarse a los excéntricos alumnos de su madre y a las terribles ausencias. Quizá sea tiempo de respuestas, de cambios y vendimia. Tiempo de dejar atrás todo lastre y aprender al fin a salir volando.
[Información tomada directamente del ejemplar]
Vuelvo a cogerme de la mano de Mónica Gutiérrez. Es la tercera novela que leo de entre sus cinco o seis publicaciones y sigue provocando en mí ese efecto balsámico que ya muchos hemos comentado. Es como si, a través de una historia cotidiana y sencilla, con sus tropiezos y sus reveses, la autora descorriera el velo que tapa nuestros ojos para hacernos ver que sí, que hay sinsabores y amarguras, pero la vida también está llena de bonitas sorpresas y el mundo no es tan gris como a veces podamos pensar. Nunca hay que perder la esperanza y jamás arrojar la toalla. Estamos ante una novela feel-good.
Helena regresa a la casa familiar, la casa en la que se crió junto a sus hermanos -Silvia y Xavier-, una masía en pleno Pirineo y situada en la localidad de Serralles. Nuestra protagonista se adentra en las calles del pequeño pueblo con una sensación agridulce. Está contenta porque en pocas semanas contraerá matrimonio con Jofre, un chico de ciudad, un juez de prestigio, pragmático y muy ocupado, pero, por otro lado, siente un profundo vacío en su corazón y no solo porque haya perdido su trabajo en un importante despacho de abogados. Lo que más afecta a Helena es que al enlace no acudirá alguien muy importante para ella, su padre, fallecido un año antes. Serralles ya no es el mismo desde entonces. De hecho, Helena ha ido postergando el regreso en un intento de obviar ese dolor que la corroe por dentro, un dolor que en cierto modo se intensifica cuando descubre que su madre ha convertido parte de la casa en un taller culinario rural.
Intentado encajar que sus recuerdos familiares se vean mancillados por el ir y venir de los alumnos del taller, Helena pasea por el pueblo y hace un nuevo descubrimiento, la existencia de una librería, La biblioteca voladora, regentada por Jonathan Strenge, un adolescente extranjero, algo excéntrico. Y en su deambular oirá una voz conocida, inolvidable, la de Marc, un amigo de la infancia al que no veía desde hace veinte años. Junto a él se embarcará en un proyecto que le devolverá la ilusión.
La historia que contiene Todos los veranos del mundo se irá desarrollando poco a poco. Todo el torbellino de emociones con el que Helena llegó a Serralles se irá apaciguando tras el efecto sedante que tendrán sus conversaciones con Silvia, con Xavier, con sus sobrinos, y el resto de personajes. A la vez, la joven, que creía tenerlo todo bien amarrado, encarrillado y con un futuro claro, comenzará a ver su vida desde otro punto de vista, entenderá qué es lo que realmente merece la pena y, lo más importante, conseguirá 'despedirse' por fin de su padre, curar sus heridas y reconciliarse consigo misma.
El elenco de personajes tiene a Helena como epicentro. Ella es como una isla en su entorno familiar. Desde que salió de Seralles se escudó en su trabajo como abogada y tras la muerte de su padre parece que ha construido una coraza en torno sí, para impedir que nada más le haga daño. Sin embargo, su interior es maleable, algo que su hermana Silvia conoce bien pues es capaz de leer en los ojos de Helena.
La relación con Silvia, activista de Greenpeace, se sustenta en un tira y afloja. Son dos hermanas que se quieren pero sus distintos caracteres funcionan como un repelente de insectos. A Helena no le hace gracia ser tan transparente ante Silvia y Silvia sabe que su hermana es una mujer muy distinta que aquella que le ha devuelto la gran ciudad.
En cuanto a Xavier, divorciado y con dos hijos, la relación entre ambos hermanos se sustenta en la complicidad. Xavier es escritor y como suele ocurrir en las novelas de Mónica, no pueden faltar las referencias literarias. Las veremos no solo en el parecido entre el nombre del librero y el nombre de un personaje de una conocida novela, sino en otros muchos contextos. Son pequeños detalles que gustan al lector.
Pero junto a Helena, hay otro personaje de importancia. Ese será Marc. Pensaba usar un refrán para describir la relación entre él y Helena pero no quiero ser tan explícita. Mucho mejor que lo descubráis vosotros mismos.
Escrita en primera persona en la voz de Helena, todos los acontecimientos los veremos a través de sus ojos; ella será el filtro que nos permita conocer en mayor o menor medida a los habitantes de Serralles pero también será muy importante esa voz para ver cómo va evolucionando el corazón y el alma de la protagonista. La novela cuenta con un total de veintidós capítulos titulados, escritos con el característico estilo de la autora. Una prosa fresca, elegante, natural, sencilla y cercana permite una conexión total con la historia y sentir el buen rollo que la novela nos quiere transmitir.
Escrita en primera persona en la voz de Helena, todos los acontecimientos los veremos a través de sus ojos; ella será el filtro que nos permita conocer en mayor o menor medida a los habitantes de Serralles pero también será muy importante esa voz para ver cómo va evolucionando el corazón y el alma de la protagonista. La novela cuenta con un total de veintidós capítulos titulados, escritos con el característico estilo de la autora. Una prosa fresca, elegante, natural, sencilla y cercana permite una conexión total con la historia y sentir el buen rollo que la novela nos quiere transmitir.
Todos los veranos del mundo no engaña a ningún lector. En esta novela vas a encontrar justamente lo que esperas, lo que vas intuyendo página a página pero es precisamente esto lo que la autora pretende. No hay giros inesperados más allá que los que te puedes imaginar porque Mónica construye para nosotros un camino sencillo de transitar, un paseo por un bonito bosque, en buena compañía, con el canto de los pájaros de fondo y la brisa acariciando nuestro rostro. ¿Conocéis esa sensación que nos invade al final de un día lleno de emociones y buenos momentos? Eso es lo que os espera al final de esta lectura.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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