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LA MALETA DE ANA de Celia Santos

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Resultado de imagen de la maleta de ana

Editorial: Ediciones B.

Fecha publicación: junio, 2018.

Precio: 20,90 €
Género:  Narrativa.
Nº Páginas: 344 
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta.
ISBN: 9788466663052
[Disponible en eBook;
puedes empezar a leer aquí]


Autora


Celia Santos (Bergara, 1972) reside en Barcelona. Durante siete años dirigió la sección de recomendaciones literarias en Tele Taxi TV, así como la web literaria Más que palabras. Tras cursar estudios de narrativa en el Ateneo de Barcelona, ha escrito numerosos relatos y cuentos, en su mayoría dirigidos a un público infantil y juvenil. La maleta de Ana es su primera novela para adultos.


Sinopsis



En los años sesenta y setenta cientos de miles de mujeres españolas emigraron a Alemania para trabajar. Eran heroínas anónimas que se enfrentaban a un mundo nuevo y a menudo hostil solo para ayudar a sus familias. Esta extraordinaria novela es la historia de una de ellas, pero podría ser la de todas.


Es el relato duro pero emocionante de Ana, desde que sale de su pueblo de Ávila con una pequeña maleta de cartón para trabajar en una gran fábrica de Colonia. Es la historia de su juventud, sus dificultades, su complicidad con las otras obreras y su lucha contra las desigualdades sociales, pero también es el relato de su gran historia de amor.

Celia Santos vuelve la vista atrás hacia un episodio clave de nuestro pasado reciente, apenas tratado en literatura, que conectará con la historia familiar y emocional de muchos lectores.


[Información tomada directamente del ejemplar]


Como bien dice la sinopsis, en los años sesenta y setenta España vivió un éxodo masivo. Fueron muchos los jóvenes españoles, hombres y mujeres, que abandonaron sus pueblos y sus ciudades en busca de un futuro mejor. En realidad es lo mismo que estamos viviendo hoy, aunque no a tan gran escala y con el agravante de que, si entonces eran jóvenes que se habían dedicado a la agricultura y la ganadería en su pueblo, simples peones de ciudad o chicas que nunca habían salido del regazo de su madre, hoy hablamos de ingenieros, médicos, enfermeros o científicos. Todos ellos optan un día por hacer la maleta y dejar un país en el que no encuentran un puesto de trabajo y no se les valora. Lo que se ha venido llamando fuga de cerebros. Eso, en cuanto a la emigración. Lo de la inmigración a través del Estrecho y las pateras  lo dejamos para otro día por ser tema para un largo debate.

Y sí, de la emigración trata La maleta de Ana, una novela que se construye a dos aguas y con la que la autora Celia Santos debuta en el panorama literario para adultos. Tendremos dos historias, una en el pasado y otra en el presente, que se irán desarrollando de forma paralela en capítulos semi-alternos, con un nexo en común que las mantendrá unidas hasta el final.

El hilo argumental del pasado se inicia en 1962, con una partida llena de tristeza. La joven Ana, hija de una familia humilde con escasos recursos decide marcharse a Alemania dejando atrás todo lo que ha sido su vida, su familia y su pueblo, Villamora de la Sierra en Ávila. El futuro que le espera es totalmente incierto. La joven jamás ha emprendido ningún viaje, y mucho menos de esas características, pero no le queda más remedio. Es la hija mayor y tiene que ayudar a sus padres en la manutención de toda la familia, pues hay muchas bocas que alimentar y muchos agujeros que tapar. El dinero que Ana mande desde Alemania servirá para que Paquita, de ocho años de edad y con la que Ana mantiene una relación muy especial, y los mellizos, César y David, tengan una vida mejor. 

En la estación de trenes conocerá a Maricarmen, una joven gaditana que también parte a Alemania. Se convertirán en uña y carne pues la distancia y la melancolía acrecienta la camaradería y en los momentos de mayor debilidad se apoyarán la una en la otra. En Alemania, concretamente en Colonia, les espera la AkSchulz, una gran empresa de automoción dirigida por Otto Schulz. Allí Ana no solo trabajará como peón, en una cadena de montaje, sino que, poco a poco, se convertirá en un personaje clave dentro del engranaje de la fábrica, demostrando su lado más reivindicativo y guerrero. Y unido a todo ello, vivirá una gran historia de amor. 

Estamos ante un hilo argumental que nos va a desvelar los entresijos de la emigración a lo largo del cual irán desfilando un importante elenco de personajes como Rainer Schulz, hijo del dueño de la fábrica, Hanno, Pere y Sofía, encargados de los trabajadores, el padre Calleja que ayudará a sus compatriotas en los momentos más complicados, la italiana Lucia y su hermano Peppino, buenos amigos de Ana y Maricarmen, así como Pilar, otra española más en busca de nuevas oportunidades y Klaus Lerman, cuñado de Rainer. Ambos -Pilar y Klaus- serán determinantes en el desarrollo de la historia. 

Y en el presente de la novela conoceremos a Cora, una joven quisquillosa que llega a Calarossa del Port, un pueblo de la Costa Brava. En una noche tormentosa y oscura, parece que la joven conduce de forma temeraria y antes de tener un accidente su coche se para junto a un acantilado. Parece nerviosa, inquieta y aturdida. Algo la ha alterado tanto que ha decidido huir de Barcelona sin pensarlo mucho. Junto al acantilado se alza el hostal La Tarongeta. Viendo la inestabilidad de la noche, decide entrar en el hostal, tomar una habitación y pernoctar en el establecimiento. Allí conocerá a Lorenzo, el dueño de la hostería y a Ana, una mujer mayor, con muy malos modos, a la que apodan 'la Alemana'. 

Si habéis leído lo anterior habréis establecido el vínculo entre un hilo argumental y otro sin ningún tipo de problemas. Efectivamente, la Ana del pasado es la misma que la del presente. La cuestión es saber cómo aquella joven abulense, a la que dejamos en las primeras páginas haciendo la maleta para marcharse a Alemania ha acabado en la Costa Brava en su edad anciana. Ese recorrido vital, Ávila-Colonia-Calarossa del Port-, constituye el argumento de la novela que Ana narrará a Cora, una historia que también servirá para transformar a esta última en otra persona, en alguien mucho más humano.

El argumento de la novela es el vehículo para hacer un retrato de la España de la época. Los años sesenta se caracterizaron por la miseria y el hambre que asolaba el país lo que provocó un auge de la emigración con la finalidad de buscar un futuro más próspero. Lo mismo os reís pero juro que, en algunos pasajes de la novela, no he podido dejar de pensar en una película española, de esas que se denominan peyorativamente 'casposas' pero que hace un soberbio retrato de la emigración. Me refiero a'¡Vente a Alemania, Pepe!' dirigida por Pedro Lazaga e interpretada por Alfredo Landa, José Sacristán, Tina Sainz, Antonio Ferrandis, Gemma Cuervo, Fernando Guillén y Manuel Summers. Más allá de la vis cómica que tiene este largometraje, la cinta pretende destacar el mensaje de melancolía y tristeza que invadía a los españoles fuera de su entorno. Los inmigrantes se vieron obligados a abandonar su vida, todo lo que habían conocido hasta entonces para ayudar a los que dejaban atrás. Se convirtieron en mano de obra barata y con el fin de enviar el máximo de dinero posible, aceptaban varios trabajos y de todo tipo, sin cabida para el descanso ni mucho menos para las vacaciones. 

En el caso de La maleta de Ana, la autora retrata esa vida a la que se vieron abogados muchos jóvenes que metieron sus cuatro cosas en una maleta de cartón. En este sentido, la novela nos ayuda a entender cómo se producían esas peregrinaciones, que pasos tenían que seguir hasta llegar a su destino, los reconocimientos médicos a los que eran sometidos, la fase de clasificación por las que tenían que pasar al llegar a destino, como si fueran animales. Pero la novela no solo examina  la emigración desde el punto de vista del emigrante sino que la cuestión también estará enfocada desde el punto de vista del empresario, del alemán que veía llegar trenes y trenes cargados de caras asustadas. ¿Qué sentían al verlos llegar en manadas? ¿Sentían compasión o, por el contrario, los veían como simples objetos de producción? Por eso, creo que de los dos hilos temporales el más importante es el que transcurre en el pasado. La historia de Cora no es más que un instrumento, un vehículo que nos permite retornar a los años sesenta y conocer cómo transcurrió la vida de Ana como obrera en una fábrica alemana. Es esta parte la que más me ha gustado, si bien, los hechos del presente están más vinculados una introspección por parte de Cora.

Centrándonos en los personajes, y por nombrar a algunos, reconozco que Cora me cayó muy mal al principio. Es una joven snob, orgullosa y vanidosa, que no tiene ni idea de lo que cuestan las cosas en la vida pues parece que todo le ha venido siempre rodado. No está acostumbrada a tratar con cierto tipo de personas y tiende a mirar a los demás por encima del hombro pero es un personaje que evoluciona muchísimo y creo que esa era precisamente la intención de la autora. Gracias a la historia de Ana, Cora entenderá el valor de la verdadera amistad, será más consciente de la realidad en la que vive, y sabrá apreciar lo realmente importante.

Pero Ana también evolucionará por su parte, aunque lo hará más obligada por las circunstancias que otra cosa. Cuando llega a Alemania no es más que una muchachita de pueblo, asustada y temerosa pero es inteligente y enseguida se adapta a la nueva situación. En Colonia sacará su lado más fuerte, su carácter más latino y hará uso de los buenos principios que le enseñaron sus padres. Poco a poco, la joven irá ganando confianza y seguridad en sí  misma. Le tocará vivir un episodio muy triste que sacará su parte más luchadora y terminará por ocupar, como comenté antes, un papel importante dentro de todo el engranaje laboral. 

Escrita en tercera persona, La maleta de Ana cuenta con una estructura clara. Un primer capítulo nos conducirá al pasado, con esa maleta que la protagonista está preparando para marcharse a Alemania. Será una escena que bien podemos imaginar en blanco y negro y que dará paso posteriormente a unos capítulos protagonizados por Cora hasta el momento en el que entabla conversación con 'la Alemana'. Será entonces cuando la vida de Ana en Alemania y las emociones de Cora en el presente se simultaneen en capítulos que se van alternando sin un patrón fijo. 

La maleta de Ana se lee con mucha rapidez. No solo cuenta con un argumento interesante, que aborda un total de trece años, sino que además la narración es muy fluida gracias a la abundancia del diálogo.

Estamos ante una novela que nos habla de la lucha y el sacrificio, de la supervivencia y la distancia, del dolor, la envidia y la venganza pero también del amor. Un precioso homenaje a todas esas mujeres que dejaron atrás sus familias y seres queridos para emprender una nueva vida. Por todo esto, La maleta de Ana me ha parecido una lectura entretenida sin más pretensión que hablarnos de la vida de los emigrantes y con un desenlace que encierra una sorpresa final.

Muchos de nosotros tendremos a algún emigrante en la familia o habremos oído hablar de alguien que lo dejó todo para iniciar una nueva vida en el extranjero, y creo que esa conexión con el argumento es un buen aliciente para adentrarnos en esta lectura. Pero no quiero acabar la reseña sin mencionar un documental al que Celia Santos hace referencia en la Nota de la autora. El tren de la memoria es un reportaje de TVE en el que se analiza el fenómeno de la emigración española en la década de los sesenta con testimonios reales y vivencias que recuerdan e inspiraron a algunos personajes de esta novela.












 

[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

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