Editorial: Alianza Editorial.
Colección: Runas.
Fecha publicación: septiembre, 2018.
Precio: 15,00 €
Género: Fantasía.
Nº Páginas: 151
Encuadernación: Tapa dura.
ISBN: 978-84-9181-231-9
[Disponible en eBook]
Autora
Victoria Álvarez es profesora de Historia del Arte en la Universidad de Salamanca. Ha publicado siete novelas, tanto dirigidas al público adulto (trilogía Dreaming Spires) como al juvenil (La Ciudad de las Sombras, Silverville, Hojas de dedalera...), y participado en numerosos encuentros literarios. La Costa de Alabastro es su primera novela corta.
Sinopsis
Una enfermera llega a una mansión ruinosa en la costa normanda para cuidar de la joven Sophie Clairmont, una niña inteligente y un tanto especial, durante los últimos meses de su vida. La Segunda Guerra Mundial acaba de terminar y las huellas de la ocupación nazi son visibles por todas partes, pero no son solo los soldados alemanes los que todavía parecen rondar por Monjoie. La difunta madre de la niña, tan perfecta y querida, hace sentir su presencia en las vidas de los otros. Y cuando la pragmática enfermera llegue para cuidar a Sophie irá descubriendo que el retraído señor Clairmont también está abrumado por su propio pasado.
[Información tomada directamente del ejemplar]
Fue en 2014 cuando leí por primera vez a Victoria Álvarez. Se trataba de su novela Tu nombre después de la lluvia, primera parte de la saga Dreaming Spires y que, posteriormente, contaría con dos secuelas: Contra la fuerza del tiempo y El sabor de tus heridas. Aquella novela me gustó bastante. Me topé con una escritora joven pero capaz de manejar una historia sólida, 'una trama llena de misterio e intriga con la hermosa tierra irlandesa como telón de fondo', mencioné en mi reseña, un elenco de personajes interesantes, un castillo maldito y la leyenda de las banshee. Me quedé con ganas de seguir leyendo sus novelas pero, ya sabéis lo que suele ocurrir, muchas lecturas pendientes y muy poco tiempo. Por eso, cuando vi entre las novedades de Alianza Editorial en su colección Runas, la última publicación de la autora, una novela corta con una cubierta irresistible, pensé que había llegado el momento de reencontrarme con la autora salmantina.
La trama de La costa de alabastro se sitúa en 1947. En la costa normanda, muy cerca de Saint-Rémy-sur-Mer, se alza Monjoie, la vieja mansión de los Clairmont, de cuya estirpe solo sobreviven Alain Clairmont, un escritor famoso de novelas góticas y su pequeña hija Sophie. La casa, que corona uno de los acantilados de la conocida como costa de alabastro, ha vivido tiempos mejores pero la desgracia se ha cebado con la familia. Primero por la muerte de Geraldine Clairmont, esposa de Alain y madre de la niña, y posteriormente por que Monjoie fue requisada por los soldados nazis durante la Segunda Guerra Mundial teniendo sus habitantes que trasladarse a otro lugar. Tras la guerra, Alain y su hija regresan para encontrarse una maltrecha y deteriorada mansión a la que llega la señorita Baudin, una joven enfermera contratada para cuidar a la pequeña Sophie, gravemente enferma y a la que parece no le resta mucho tiempo de vida.
El encuentro inicial entre la señorita Baudin y la niña es muy poco alentador. La pequeña se muestra taciturna y distante. Al margen de su enfermedad, parece estar en su propio mundo, una esfera en la que desea que existan los fantasmas para poder reencontrarse con su madre fallecida. A tal fin, juega con una tabla de ouija en la que la señorita Baudin no cree pero sobre la que, tras algunos acontecimientos, tendrá que reconsiderar su postura. Y efectivamente, en la novela comienzan a ocurrir sucesos extraños desde las primeras páginas y no solo en lo referente a la ouija. Para empezar, a su llegada a la casa, la enfermera vislumbrará la figura de un desconocido en una ventana, que no corresponde con ninguno de los habitantes de la casa. A esto hay que unirle el hallazgo en los jardines de una escultura de Geraldine, tallada en mármol, que ha sido gravemente ultrajada, con signos que asustarán terriblemente a la enfermera. Y en un suma y sigue, otra serie de acontecimientos tendrán lugar en la mansión como fruto de los hechos ocurridos en el pasado. Y es que sobre Monjoie corren rumores, leyendas que han conseguido construir a su alrededor tal halo de misterio que nadie del pueblo quiere acercarse a sus dominios.
Todo lo que ocurre en las diversas estancias de la casa, muchas en estado deplorable, así como en el exterior, mantendrán a Alain y a la joven enfermera en un completo desasosiego. Ambos intentarán descubrir qué es lo que está ocurriendo, quién es el responsable de los hechos paranormales que se están produciendo y cuáles son sus intenciones. Pero no penséis que La costa de alabastro es una novela de terror. A mi juicio, estamos ante una novela en la que predomina más el misterio y el suspense por lo que resulta totalmente aceptable para corazones sensibles. Aunque no cuenta con un ritmo frenético, los capítulos finales adquieren mucha más intensidad, cuando los acontecimientos se precipitan y el desenlace está próximo. Son estos capítulos con los que más he disfrutado, consiguiendo la narración que me adentre en la descripción de las escenas más tenebrosas pues Victoría Álvarez otorga un estilo envolvente a sus novelas.
Así pues, sobre el argumento diría que cuenta con los elementos necesarios como para que el lector disfrute con la lectura, manteniéndose intrigado con cada nuevo acontecimiento. No obstante, hay dos cuestiones sobre las que me gustaría hacer una puntualización. Por un lado, y creo que esto lo he comentado alguna vez, cuando me enfrento a una novela de misterio, suspense o terror, el amor me sobra. Entiendo que es una manera de equilibrar, de contrarrestar la tensión narrativa o de, simplemente, amenizar el argumento pero cualquier relación amorosa en un contexto siniestro me parece que está de más. Obviamente es una cuestión de gustos y puede ser que a muchos lectores les parezca un plus adicional pero en mi caso no es así.
La otra cuestión sobre la que quería hacer un inciso es sobre el desenlace. La autora nos tiene preparado un final de órdago, un giro que bajo ningún concepto te vas a imaginar. Los hechos finales otorgan a toda la novela una dimensión diferente, hace que el lector retroceda mentalmente a los sucesos que se han producido en la casa para verificar su credibilidad. Realmente es un final que me ha gustado mucho, tanto que hubiera preferido algo más de desarrollo, que lo alargara algo más en el tiempo porque creo que nos lanzamos al desenlace con demasiada velocidad.
En cualquier caso, no cabe duda de que uno de los puntos fuertes de la novela es la ambientación. La autora salmantina ya me demostró que sabe crear buenas atmósferas. Al escarpado acantilado cuyo embravecido mar parece atraer a los protagonistas de la novela, se une la descripción de la mansión y sus alrededores. Un jardín en estado de abandono, donde la maleza crece a sus anchas, tejados derruidos y a los que les faltan tejas, puertas que chirrían, pasos que se oyen por los pasillos, muebles que cambian de lugar y signos pintados en las paredes que ponen los vellos de punta tienen como colofón una terrible tormenta de nieve que dejará a los habitantes de la casa totalmente incomunicados, sin posibilidad de acudir al pueblo en caso de emergencia o de realizar una simple llamada de teléfono para pedir ayuda. Imagínate lo peor.
Sobre los personajes, todos tienen un pasado pero no voy a desvelar nada más, ni sobre su proceder, su comportamiento o sus orígenes. Mencionar el más mínimo detalle podría repercutir negativamente en las sorpresas que la novela nos tiene preparada.
La costa de alabastro ha supuesto una lectura entretenida y satisfactoria. Una historia de misterio, unos personajes con dobleces y una buena ambientación consiguen que el lector avance por la lectura intrigado para llegar a un desenlace que no espera. Creo que es una recomendación más que aceptable, tanto para lectores adultos como juvenil.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
Puedes adquirirlo aquí:
Todo lo que ocurre en las diversas estancias de la casa, muchas en estado deplorable, así como en el exterior, mantendrán a Alain y a la joven enfermera en un completo desasosiego. Ambos intentarán descubrir qué es lo que está ocurriendo, quién es el responsable de los hechos paranormales que se están produciendo y cuáles son sus intenciones. Pero no penséis que La costa de alabastro es una novela de terror. A mi juicio, estamos ante una novela en la que predomina más el misterio y el suspense por lo que resulta totalmente aceptable para corazones sensibles. Aunque no cuenta con un ritmo frenético, los capítulos finales adquieren mucha más intensidad, cuando los acontecimientos se precipitan y el desenlace está próximo. Son estos capítulos con los que más he disfrutado, consiguiendo la narración que me adentre en la descripción de las escenas más tenebrosas pues Victoría Álvarez otorga un estilo envolvente a sus novelas.
Así pues, sobre el argumento diría que cuenta con los elementos necesarios como para que el lector disfrute con la lectura, manteniéndose intrigado con cada nuevo acontecimiento. No obstante, hay dos cuestiones sobre las que me gustaría hacer una puntualización. Por un lado, y creo que esto lo he comentado alguna vez, cuando me enfrento a una novela de misterio, suspense o terror, el amor me sobra. Entiendo que es una manera de equilibrar, de contrarrestar la tensión narrativa o de, simplemente, amenizar el argumento pero cualquier relación amorosa en un contexto siniestro me parece que está de más. Obviamente es una cuestión de gustos y puede ser que a muchos lectores les parezca un plus adicional pero en mi caso no es así.
La otra cuestión sobre la que quería hacer un inciso es sobre el desenlace. La autora nos tiene preparado un final de órdago, un giro que bajo ningún concepto te vas a imaginar. Los hechos finales otorgan a toda la novela una dimensión diferente, hace que el lector retroceda mentalmente a los sucesos que se han producido en la casa para verificar su credibilidad. Realmente es un final que me ha gustado mucho, tanto que hubiera preferido algo más de desarrollo, que lo alargara algo más en el tiempo porque creo que nos lanzamos al desenlace con demasiada velocidad.
En cualquier caso, no cabe duda de que uno de los puntos fuertes de la novela es la ambientación. La autora salmantina ya me demostró que sabe crear buenas atmósferas. Al escarpado acantilado cuyo embravecido mar parece atraer a los protagonistas de la novela, se une la descripción de la mansión y sus alrededores. Un jardín en estado de abandono, donde la maleza crece a sus anchas, tejados derruidos y a los que les faltan tejas, puertas que chirrían, pasos que se oyen por los pasillos, muebles que cambian de lugar y signos pintados en las paredes que ponen los vellos de punta tienen como colofón una terrible tormenta de nieve que dejará a los habitantes de la casa totalmente incomunicados, sin posibilidad de acudir al pueblo en caso de emergencia o de realizar una simple llamada de teléfono para pedir ayuda. Imagínate lo peor.
Sobre los personajes, todos tienen un pasado pero no voy a desvelar nada más, ni sobre su proceder, su comportamiento o sus orígenes. Mencionar el más mínimo detalle podría repercutir negativamente en las sorpresas que la novela nos tiene preparada.
La costa de alabastro ha supuesto una lectura entretenida y satisfactoria. Una historia de misterio, unos personajes con dobleces y una buena ambientación consiguen que el lector avance por la lectura intrigado para llegar a un desenlace que no espera. Creo que es una recomendación más que aceptable, tanto para lectores adultos como juvenil.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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