¿Habéis digerido ya los mantecados? Terminó el año, enero avanza inexorablemente por la senda de 2019 y yo no consigo ponerme al día. Mientras hago malabares para encajar todas las piezas del puzle de mi vida, procuro ir sacando hueco aquí y allí para no abandonar este espacio. Ya son varias las reseñas pendientes y todavía me queda sacar alguna que otra entrevista del 2018. Todo a su tiempo.
Y antes de que nos encajemos en febrero, creo que os hora de contaros cómo fue el último mes del año pasado. En cuanto a lecturas no estuvo mal. Aquí os lo cuento.
[Para conocer la sinopsis de los libros expuestos
solo tienes que clicar en cada título o en los enlaces a las reseñas]
Los comprados
Cuesta Moyano es una tentación irresistible. No hay escapada a Madrid que no suba y baje esa calle en pendiente, parándome en cada una de las casetas y curioseando lo que allí se expone. En esta ocasión eran varios los libros que me hubiera traído a casa pero el síndrome de Diógenes librero me tiene frita y tengo que atarme en corto. No obstante, no pude resistirme a A cielo abierto de Antonio Iturbe, Premio Biblioteca Breve 2017 y publicado por Seix Barral. Lo encontré a un precio irrisorio y en perfectísimo estado. Y es que la narrativa del que fue director de la revista Qué leer me gustó tanto en La bibliotecaria de Auschwitz que no me lo pensé dos veces. ¡A la saca!
Y en nuestro pedido habitual a Círculo de Lectores se vino a casa La sirena y la señora Hancock de Imogen Hermes Gowar. Fue la elección de mi pareja. Desconozco cómo será el interior pero no me negareis que tiene una bonita cubierta, ¿eh?
Los recibidos
Desde Algaida Editorial llegaron dos títulos a los que le tenía muchísimas ganas. Por un lado, lo último de Mado Martínez, El tren de las almas, una historia de misterio que embarcará a sus protagonistas en un tren con un destino indeterminado. La novela ya está leída y puedes acceder a la reseña justo aquí.
El siguiente título es A tumba abierta de Alfonso Domingo. Todo el caos que se está organizando con la exhumación de Franco me tiene muy intrigada y cuando leí la sinopsis de esta novela no me pude resistir. Ya está leída y podéis acceder a la reseña justo aquí.
Por parte de Alianza Editorial, llegaron a casa los tres libros que os muestro en la foto: La huella de la noche de Guillaume Musso y Un matrimonio americano de Tayari Jones.
Y La casa de los ángeles rotos de Luis Alberto Urrea y Ni aquí ni allí de Tommy Orange. Creo que empezaré por el primero porque la sinopsis ha llamado mi atención.
Triskel Editores sigue sumando aniversarios y cierran el 2018 con dos libros a cual más interesante. Lo último de M.M. Vallés, Todos mienten. De la autora ya tuve la oportunidad de leer su trabajo previo, Perdiendo pie, y me gustó. Así que me animaré a leer esta nueva publicación
Y aunque no soy muy de ensayos, confieso que La esclavitud de las mujeres de John Stuart Mills me resultó tentadora. Además le acompaña un prólogo de Emilia Pardo Bazán.
Si hay algo que me gusta del mundo literario, más allá de permitirme vivir aventuras, conocer mundo y poder convertirme en quien no soy, es descubrir la gente tan maravillosa que vive detrás de los libros. Hay autores que son personas absolutamente encantadoras. Es lo que me pasa con Fernando García Calderón que, además de ser buen autor, es buena persona. ¿Y qué decir de mi adorado Salvador Navarro? Aún recuerdo el día que lo vi por primera vez, cuando publicó Huyendo de mí. Desde aquel momento hemos compartido veladas fantásticas.
Pues bien, de ambos autores, llegaron nuevos inquilinos a casa. García Calderón ha reeditado con Alfar Editores un volumen de cuentos al que espero hincarle el diente en breve y que lleva por título, El vuelo de los halcones en la noche. Por otra parte, Salvador Navarro me regaló un ejemplar de su novela No te supe perder, editada por Guadalturia y de la que se ha hecho una adaptación al cine con momentos de mucha tensión. Si no me equivoco, el largometraje se podrá ver en los cines, al menos en Sevilla, en los próximos meses.
Por último, desde una editorial que desconocía, Piel de Zapa, me llegó Howth Road de Ángel García Roldán. Mi intención era haberla leído ya, pero se me acumula el trabajo y no encuentro tiempo para todo.
En cuanto a las entrevistas, en diciembre pude sentarme con Fernando Iwasaki para hablar de Ajuar funerario, publicado por Páginas de Espuma, una novela gráfica que retrata en ese formato tan visual una serie de microrrelatos que el autor ya publicó en 2004 y que lleva nueve ediciones. En esta ocasión, el guion lo ha realizado Imanol Ortiz y las ilustraciones corresponden a Beñat Olea. En la próxima semana publicaré la entrevista.
Y por último, también hubo ocasión para una presentación. Nos visitó Isabel San Sebastián para presentar La Peregrina (Plaza y Janés). Fue un encuentro interesante en el que la autora y periodista nos habló del germen de su novela, de su protagonista y de las claves que dieron lugar al Camino de Santiago. Tengo muchas ganas de leer esta novela porque llevo años queriendo hacer el camino.
Los ganados
No hubo lugar a que la diosa Fortuna hiciera su trabajo. Creo que me apunté a muy pocos sorteos pero retomaré tan buena costumbre.
Las lecturas y el cine
No me voy a quejar después de meses sin leer apenas nada. En diciembre intenté buscar tiempo para mí y sentarme con tranquilidad. Estas fueron las lecturas que cayeron.
Empecé el mes con una novela gráfica. Sabéis que me encanta el género y si encima narra algún episodio personal del Holocausto, mejor que mejor. Auschwitz de Pascal Croci me pareció dura pero necesaria.
Continué con un volumen de relatos del periodista y escritor Gregorio Verdugo. En El loco de la calle hay piezas fascinantes y otras que requieren una segunda lectura. En eso estoy. Así que espero tener la reseña pronto.
Juan Manuel Sainz Peña es un autor imprescindible para mí. Todo lo que he leído de él me ha gustado y no podía ser de otro modo con El taxidermista. Me encantó esta novela.
Vuelta a la novela gráfica con Ajuar funerario de Fernando Iwasali, Imanol Ortriz y Beñat Olea. Microrrelatos de terror desde la perspectiva del humor, una combinación curiosa de la que os hablaré en breve.
De la lista de autores pendientes ya puedo tachar a Ánton Chéjov y colocar su nombre en la lista de autores a seguir. Tenía muchísimas ganas de leer La dama del perrito, una historia que cuenta más de lo que a priori podemos vislumbrar.
Y deuda era la que tenía también con Francisco Gallardo. Tres novelas publicadas y todavía no había leído nada de mi paisano, así que he roto el hielo con Áspera seda de la muerte que narra el primer divorcio documentado en Sevilla a inicios del siglo XIX. Os contaré la semana próxima.
Me acercaba al final del año con El tren de las almas de Mado Martínez. Como dije más arriba, una historia de misterio en una atmósfera muy peculiar.
Por último, crucé el umbral hacia 2019 con A tumba abierta de Alfonso Domingo. Me he divertido mucho con esa lectura en la que se narra el robo del cadáver de Franco.
Con respecto a las entrevistas y presentaciones, publiqué el encuentro con María Tena tras pasar por Sevilla para promocionar Nada que no sepas, novela con la que ha ganado la última edición del Premio Tusquets Editores de Novela. Un encuentro entrañable.
También os hablé de Elvira Lindo vino a visitarnos para hablarnos de 30 maneras de quitarse el sombrero. Hubo un encuentro con los medios, previo a la presentación del libro, y pudimos charlar con ella en petit comité y formularle nuestras preguntas.
Y os hablé de dos presentaciones que tuvieron lugar durante este mes en Sevilla. Por un lado, El último tesoro visigodo de José Calvo Poyato. Por otro lado, y como mencioné antes, La peregrina de Isabel San Sebastián. Ambos muy interesantes.
En cuanto al cine, me moví entre los casi estrenos, el cine en blanco y negro y la animación. Como me gusta tanto el terror y me habían hablado también de este largometraje, conseguí ver Hereditary. A mí me decepcionó, la verdad. No ocurrió así con El médico alemán, un largometraje argentino que ya había visto. Esta cinta especula con la vida del Doctor Muerte en Argentina. Una propuesta muy curiosa que os recomiendo. Y regresé al cine de Fritz Lang, un cineasta que me suele gustar y del que quiero ver todos sus trabajos. Esta vez le tocó el turno a Los sobornados. No es lo mejor que he visto de él pero es aceptable. Por último, y con las navidades encima, me decanté por el cine infantil con Se armó el belén. Muy divertida.
¿Y qué tal se está presentando enero?
Pues de momento, más o menos tranquilo en cuanto a libros, aunque ya he tenido alguna que otra entrevista y además he participado en las I Jornadas de Literatura que se ha organizado en Sevilla. Espero que haya muchas más ediciones. Pero de todo eso os hablaré más adelante.
¡¡Nos leemos!!