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CAMPEONES (COMEDIA - 2018)

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Año: 2018

Nacionalidad: Española.

Director: Javier Fesser.

Reparto: Javier Gutiérrez, Juan Margallo, Luisa Gavasa, Jesús Vidal, Daniel Freire, Athenea Mata, Roberto Chinchilla, Alberto Nieto Fernández, Gloria Ramos, Itziar Castro.

Género: Comedia.

Sinopsis: Marco, un entrenador profesional de baloncesto, se encuentra un día, en medio de una crisis personal, entrenando a un equipo compuesto por personas con discapacidad intelectual. Lo que comienza como un problema se acaba convirtiendo en una lección de vida.

[Fuente: Filmaffinity]


Síndrome de Down. ¡Con la Iglesia hemos topado! Muchos sabéis que, por cuestiones familiares, estoy especialmente sensible con este tema. Por eso, cuando algo de mi entorno está relacionado con ese gen de más, se disparan mis alarmas y me vuelvo especialmente receptiva a la vez que recelosa. 

Campeones pasa a formar parte de la lista de largometrajes que abordan la discapacidad, física o intelectual, compartiendo espacio con Yo, también, León y Olvido, Anita (esta última no tuve el valor de verla  hasta el final) u otros títulos como Me llaman Radio La voz del interior, entre otras muchas. Y es que estamos en un momento social en el que la integración... bla, bla, bla... ¿Qué os voy a decir? La integración de las personas con discapacidad, los recursos destinados a este colectivo y los proyectos futuros me hacen mucha gracia. Eso sí que es una comedia. El mundo de los discapacitados, al menos en lo referente a los intelectuales, sigue estando a la sombra, arrumbado en un lugar recóndito al que nuestra clase política se asoma poco, lanzando consignas y poniendo en marcha planes que, a la larga no son más que un parche. Creo que este discurso ya me lo habéis oído en otra ocasión pero es que los discapacitados lo siguen teniendo muy, muy complicado en todos los ámbitos de la esfera personal y profesional. No os podéis ni imaginar el estado tan deplorable en el que se encuentra los centros públicos o concertados, o lo difícil que es acceder a la Ley de Dependencia. Una odisea que no se la deseo a nadie. En fin, que me caldeo. Mejor volvamos a la película. 

Sobre Campeones he oído una disparidad de opiniones. Gente que la ensalza y gente que la pisotea. De todo debe haber en la viña del Señor. En lo que a mí respecta, debo decir que me ha gustado y me ha parecido divertidísima, que nos acerca con humor al mundo de la incapacidad intelectual como vehículo para convertirnos en mejores personas.Dicho así puede sonar a una película demasiado moralizante, y es verdad que lanza mensajes a diestro y siniestro pero ¿qué mal hay en ello? Como parte afectada os puedo decir que muchos discapacitados me han dado grandes lecciones y sé de buena tinta que lo mejorcito que hay en mí se lo debo a ellos. Así que, sí, Campeones es una película que me ha gustado aunque también reconozco que, en algunos momentos he torcido el gesto. Pero de eso os hablaré luego. 

Marco Montes (Javier Gutiérrez) es un tipo insufrible que siempre se pasa de listo. Se ha separado de la mujer, es un tanto déspota, cree tener siempre la razón y así le va. Tras un primer encontronazo con la discapacidad, al que reaccionará de manera ofensiva, cuando un agente le pone una multa por mal aparcamiento, vivirá el momento más bochornoso de su vida. Será despedido como segundo entrenador de un equipo profesional de baloncesto después de pelearse con su jefe ante las cámaras de televisión durante un partido. Sin trabajo, sin mujer,... ahogará las penas tomando copas y terminará detenido acusado de un rosario de delitos. Un juicio rápido y la sentencia de un juez lo mandan a realizar servicios para la comunidad. Su cometido: entrenar a un grupo de discapacitados. Allí conocerá a Benito, Fabián, Juanma, Paco, Marín, José Luis,  Manuel, Sergio,... y a Collantes (la única chica). El panorama es desolador. Marco cree imposible convertir a estos chicos en un equipo de baloncesto, un grupo de jugadores coordinados que sepan, por lo menos, botar la pelota porque lo de encestar es otra historia. Sin embargo, nada es imposible para ellos(ni siquiera convertirse en actores y actrices y llegar a los Goya). 

Campeones juega a dos bandas, con la comedia y con el drama. La relación de Marco con los chicos desata todo tipo de situaciones pintorescas y divertidas que van a despertar la sonrisa y la risa del espectador. Hay momentos gloriosos como ese primer encuentro entrenador-jugadores, con unas presentaciones disparatadas, enredos de nombres, de novias, de jugadas y las peculiaridades propias de cada uno de esos chicos a los que su discapacidad le hace reaccionar de un modo u otro. Sin duda, es la mejor parte mejor de la película. Y escenas de este tipo se irán repitiendo a lo largo de todo el metraje.

Pero también hay espacio para el drama. En cierto modo, la vida de estos jóvenes tiene su parte melodramática como la de todos, porque, más allá de los entrenamientos, tienen sus trabajos, sus sueños, sus anhelos, sus frustraciones y decepciones pero consiguen ver las cosas de una manera distinta. Especialmente es un drama lo que le ha ocurrido a Román, un chico altísimo que parece tener bastantes conocimientos de baloncesto pero eso mejor no os lo cuento. Y por supuesto, es un drama la vida de Marco, en lo personal con una relación que está rota por diferencias irreconciliables con su esposa Sofía sobre una cuestión en la que tiene mucho que ver la discapacidad (este fue uno de los momentos en los que torcí el gesto), y en lo profesional, cuando de ser un grande del baloncesto a nivel nacional acaba arrumbado en un club de baloncesto de discapacitados. Risas y lágrimas en una película con un pre-desenlace que acarrea un importante mensaje cívico para remover conciencia (aquí volví a torcer el gesto) y un desenlace que sí recurre al lado más sentimental del espectador. La típica manipulación que encuentras con frecuencia en otras películas de rancio abolengo. Tampoco eso me supone un problema.

Y más allá del guion, si algo me ha conquistado de la película han sido los chicos. Juanma tiene mucho miedo al agua después de una experiencia traumática que le ocurrió de niño pero también siente una necesidad irrefrenable de abrazar a todo el mundo. Esto es tal que así. Los miedos de muchos de estos niños discapacitados son sencillos e incomprensibles para nosotros, - mi hermana, por ejemplo, le tiene pavor a las gafas de natación-, pero a su lado te vas a sentir la persona más querida del mundo, besado hasta la extenuación y abrazado hasta que te duela todo el cuerpo. Bueno, al lado de mi hermana no mucho porque ella pasa de toda la familia. Es la persona más independiente que he visto en mi vida, tanto que en cada visita me ve y me dice: '¡Ah, eres tú! Vale, adiós. Te dejo que tengo muchas cosas que hacer'. Y ahí me deja, plantada, después de una hora de camino de ida y otra hora de camino de vuelta, con ganas de estar con ella, de ver cómo se encuentra y pensando en qué cosas serán esas que tiene que hacer. No doy crédito pero la adoro.  Benito quiere jugar al baloncesto y tiene un jefe que lo putea. A Paco no se le entiende nada de lo que habla pero piensa con más coherencia que tú y que yo. A Sergio le dan... bueno, lo dejo ahí porque es uno de los momentos más bueno de la película.

De Campeones me ha fascinado el reflejo que hace de la sinceridad, de la honestidad, del ingenio y del punto de vista de las personas con discapacidad intelectual. Son sorprendentes, espontáneos, sin filtro, siempre dicen lo que piensan, no tienen prejuicios, no se cortan un pelo,... pero son taaaaan agradecidos. Por eso ellos ponen a Marco en situaciones que una persona 'normal' (ojo al adjetivo porque va con doble intención) jamás lo haría, momentos en los que el entrenador no sabe qué responder y que, en cierta medida, le hacen reflexionar. Igual que le ocurre al espectador.

A su vez, esta película también muestra cómo es el día a día de estos chicos más allá de una cancha de baloncesto porque ellos también tienen una rutina, unos horarios y unos trabajos -los más afortunados o con un grado de discapacidad inferior-, como Benito, que trabaja en un restaurante de lavaplatos, o Fabián que vive en una casa tutelada con cierto nivel de independencia, o Jesús que trabaja en un taller de coches y tiene sus propios aprendices, o Juanma que vive en un centro de acogida de animales donde colabora, o Sergio que se pinta el pelo de colores porque en su trabajo le pagan las horas extras con los tintes defectuosos o Marín que  forma parte de un plan de integración del ayuntamiento y es muy hipocondríaco. 

A nivel interpretativo, la película opta a once premios en los Goya entre ellos a los de Mejor Actriz Revelación y Mejor Actor Revelación, estando además nominada como Mejor Película. A ver, no creo que sea una película para una nominación de esta envergadura aunque estemos hablando de cine español y no de cine norteamericano. Pero otra cosa distinta es la interpretación. Gloria Ramos  (Collantes) y Jesús Vidal (Marín), optan al premio de mejor interpretación revelación. A mí me ha encantado el trabajo de Ramos. Su papel es el de una chica con Síndrome de Down, muy desafiante, muy pasota, que no consiente que nadie la tutee. Tiene frescura, naturalidad, desparpajo y eso me ha conquistado. Me la he creído totalmente. Por eso creo que tiene sus posibilidades, a pesar de competir con Rosy Rodríguez y Zaira Moreno (Carmen y Lola), cuyas interpretaciones  también me gustaron muchísimo. Si se lo llevara, confío en que sea por un trabajo bien hecho y no por ser discapacitada. Me alegraría más que ella. 

En cuanto a Javier Gutiérrez, todos sabemos que es un grandísimo actor, muy camaleónico que lo mismo sirve para el drama que para la comedia y aquí lo demuestra de sobra. Me hubiera gustado ver el rodaje de esta película, y comprobar si había camaradería entre Gutiérrez y los chicos. Imagino que se lo han tenido que pasar tremendamente bien en el rodaje. El actor encaja muy bien en la historia, y a su personaje se le ve la más que esperada evolución de un tío ofensivo a una persona tolerante y comprensiva. También opta al premio de Mejor Protagonista. Saldremos de dudas el próximo sábado.

La nueva propuesta de Javier Fesser se ha llevado de calle a la crítica y a buena parte del público. Está claro que también tiene sus detractores y que no a todo el mundo le ha gustado, pero me parece que la balanza, especialmente la profesional, se inclina más hacia el lado bueno del asunto. Y es que la película divierte y nos hace mucha falta reír. 

En definitiva, no creo que haya que pedir peras a los olmos. Campeones es lo que es, una comedia que nos muestra a un grupo de intelectuales, que nos enseñan a relativizar, a vislumbrar lo que es más importante en la vida, que nos dan lecciones de compañerismo, de humanidad,...con su leve toque de suspense ¿Hay que pedirle algo más? Creo que no. El objetivo más inmediato de esta comedia lo cumple con creces. Es hacerte reír y tienes que ser de hielo si no se te escapa alguna carcajada. 

Me despido con un último apunte. Hay una frase final que le regala Collantes a Marco: 'Nos has tratado como personas'. Os puede sonar ridículo, una cursilería y un recurso fácil para sacarle una lágrima al espectador, perocreedme porque he tenido que lidiar muchas situaciones desagradables, la gente sigue mirando de soslayo, sigue apartándose, sigue mostrando rechazo. Esto es la puñetera verdad, así que a mí no me parece un golpe bajo de guion, sino un puñetazo en toda la cara a todo aquel que sigue discriminando a cualquier persona con discapacidad.





Tráiler:




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