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LA COSTILLA DE ADÁN (COMEDIA - 1949)

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Resultado de imagen de PELÍCULA LA COSTILLA DE ADAN
Año: 1949

Nacionalidad: EE.UU.

Director: George Cukor.

Reparto: Katherine Hepburn, Spencer Tracy, Judy Holliday, Tom Ewell, David Wayne, Jean Hagen, Hope Emerson, Eve March, Clarence Kolb, Emerson Treacy, Polly Moran, Will Wright, Elizabeth Flournoy.

Género: Comedia.

Sinopsis: Amanda y Adam son un idílico matrimonio de abogados cuya paz conyugal se ve afectada cuando un caso los enfrenta en los tribunales como defensor y fiscal respectivamente: una mujer es juzgada por disparar contra su marido y la amante de éste. Adam no duda de la culpabilidad de la acusada, pero Amanda no es de la misma opinión.

[Fuente: Filmaffinity]


El feminismo, la lucha por la igualdad entre ambos géneros, se remonta a época tan lejanas que, si nos ponemos a escarbar en sus orígenes nos sorprenderíamos de las fechas que se manejan. Pero parece que tenemos fijado en la mente la lucha sufragista como punto de partida y lo cierto es que todo se remonta a muy atrás. 

Es la primera vez que me topo con una película en blanco y negro con consignas tan claras y un argumento tan reivindicativo. Recuerdo muy bien aquel primer visionado de La costilla de Adán, me gustó muchísimo y me llevé una gran sorpresaQue una mujer como Hepburn abandere la causa es todo un privilegio. Encontré unos diálogos llenos de premisas claras y una posición férrea. A día de hoy me sigue sorprendiendo cada vez que la veo aunque, con cada visionado, detecto algún matiz más. 

La costilla de Adán se inicia con una venganza. Doris Attinger está cansada de las infidelidades y el maltrato de su marido. Este lleva años ninguneándola, sometiéndola a golpes y humillaciones. Doris no está dispuesta a soportarlo ni un minuto más. Así que se dirige a la oficina de su marido, lo espera a la salida, lo sigue hasta el apartamento de su amante, lo pilla con las manos e la masa y dispara a todo lo que se mueve. Resultado, el marido queda herido y la amante con un ataque de pánico. Por supuesto, Doris es detenida y llevada a juicio. El caso recae en el fiscal Adam Bonner (Spencer Tracy) que tiene muy claro la culpabilidad de la esposa porque la ley es la ley y hay que cumplirla. Pretende que todo se resuelva de forma ágil y rápida pero la cosa se complica cuando su esposa, Amanda Bonner, también abogada de profesión, se interesa por el caso y se hace cargo de la defensa de Doris. La infidelidad hay que castigarla y esta pobre mujer lo único que ha hecho es defenderse, será a grandes rasgos la motivación de Amanda para inmiscuirse en el caso. A partir de ese instante, la sala del tribunal se convierte en un combate de boxeo entre fiscal y abogado defensor, una batalla que también se trasladara al domicilio conyugal hasta el punto de llegar a una situación insostenible.

Como dije antes, es la primera película en blanco y negro que me habla de feminismo desde un ángulo tan nítido. Ya desde los primeros minutos de metraje vamos a advertir el cariz de la cinta pues veremos a Amanda Bonner al volante de su vehículo mientras escucha las increpaciones del resto de los conductores masculinos. ¿Por qué una misma situación resulta distinta si el ejecutor es una mujer en vez de un hombre? ¿Por qué si la infidelidad la comete un hombre es 'algo desagradable' pero si la comete una mujer es 'algo terrible'? A ese quid de la cuestión quiere llegar Amanda, a esa discriminación que desnivela la balanza, a la injusticia de la justicia, valga la redundancia, cuando se trata de un hombre o de una mujer. Porque, como dice Amanda, no es cuestión de privilegios. La mujer de 1949 como la de hoy y la del futuro no quiere privilegios ni golpecitos en la espalda, ni pañuelos masculinos para enjugarnos las lágrimas sino una igualdad efectiva. Y en todo esto Amanda basa la defensa de su cliente, por eso recusa a todo miembro del jurado que se posicione bajo el paraguas de la desigualdad y se da cuenta con este caso, que la lucha debe empezar por el propio hogar, aunque ello repercuta negativamente y provoque graves consecuencias. Por su parte, Adam descubrirá que Amanda se ha convertido en una mujer moderna en vez de en una esposa.

Sin duda, este largometraje lanza unas proclamas bastante dignas pero he de ponerle una pega y es que creo que el enfoque en la publicidad de la cinta parte de un error. Si os fijáis, en la cartelera figura la imagen sobreimpresa de un hombre y una mujer -prehistóricos-, cada uno de ellos tirando de un pantalón porque la película se anunciaba bajo la pregunta ¿quién lleva los pantalones en casa? Un interrogante erróneo porque no se trata de una lucha de poder sino de una igualdad en el sentido más amplio de la palabra. Pero bueno, era 1949 y ha llovido mucho desde entonces. 

En cualquier caso, reconozco que la trama, una vez que se dicta sentencia contra Doris Attinger, dejo de resultarme tan chispeante y perdió esplendor. Creo que los Bonner flaquean en el último cuarto de hora y se evaporó buena parte de su sentido reivindicativo y nos conduce a un desenlace que a mi juicio, es algo insulso. En cualquier caso, y dejando de lado esa pequeña observación, he decir que La costilla de Adán es una fabulosa película con dos grandes del cine de todos los tiempos.  La química entre Hepburn y Tracy es palpable y uno tiene la sensación de estar presenciando el día a día de un matrimonio bien avenido que lleva toda una vida juntos, con sus disputas y también sus celos. ¿De qué hablarían Hepburn y Tracy en los descansos del rodaje? ¿Alimentarían ese amor prohibido durante casi treinta años sin preguntarse más nada? ¿Sin cuestionarse, por ejemplo, si ella cobraba lo mismo que él aunque fuera mujer? La verdad es que jamás me he parado a indagar cuánto cobraban estas actrices con respecto a sus partenaires y lo mismo sería interesante buscar algo de información. 

En definitiva, películas como La costilla de Adán merecen la pena verla una y otra vez.  Independientemente de la trama, de la dirección, de la música,... Es una comedia y basta con encender la tele y verlos, a ellos, a esta pareja fabulosa. Hepburn y Tracy. Tracy y Hepburn. En este caso, tanto monta, monta tanto.






Tráiler [en inglés]:

Puedes adquirirla aquí:

                                       





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