Editorial: Erein.
Fecha publicación: abril, 2019.
Precio: 20,00 €
Género: Narrativa.
Nº Páginas: 296
Encuadernación: Rústica.
ISBN: 978-84-9109-446-3
[Puedes empezar a leer aquí]
Fecha publicación: abril, 2019.
Precio: 20,00 €
Género: Narrativa.
Nº Páginas: 296
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ISBN: 978-84-9109-446-3
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Autor
Félix G. Modroño es un escritor vizcaíno, afincado a orillas del Cantábrico.
Tras licenciarse en Derecho en Salamanca, trabajó durante más de dos décadas en el sector financiero, que abandonaría para dedicarse en exclusiva a la literatura.
En 2007 publica La sangre de los crucificados, protagonizada por el doctor Zúñiga, un peculiar investigador del siglo XVII, que también sería el protagonista de sus siguientes obras: Muerte dulce (2009) y Sombras de agua (2016).
Con La ciudad de los ojos grises (2012) cosechó un gran éxito de ventas y el reconocimiento definitivo de los lectores. En 2014 obtuvo el XLVI Premio de Novela Ateneo de Sevilla, uno de los más prestigiosos en lengua castellana, con Secretos del Arenal.
La fuente de los siete valles, publicada en 2019, es su sexta novela.
Sinopsis
Pablo Santos regresa a su Logroño natal tras casi dos décadas al servicio del Archivo Secreto del Vaticano, con la misión de recuperar los libros desaparecidos del monasterio de San Millán de la Cogolla. Pronto descubrirá que uno de los ejemplares perdidos de la vieja botica benedictina guarda un importante secreto alquímico. Su búsqueda le llevará a enfrentarse no solo a su pasado, encarnado en Lucía Garay -su amor de juventud-, sino también a un inquietante futuro.
Con esta novela el autor vuelve a recrear con singular maestría la vida cotidiana de las ciudades decimonónicas, confirmando que es uno de los escritores más brillantes a la hora de construir tramas emocionales enmarcadas en cuidadas ambientaciones históricas.
La fuente de los siente valles, además de una bella historia narrada con la prosa elegante y evocadora de Modroño, es un homenaje a los libros, al mundo del vino y -muy especialmente- al monasterio de San Millán de la Cogolla, cuna del castellano y del euskera.
De entre todas las novelas de Félix G. Modroño tengo predilección por un par. Sabemos que el autor vizcaíno, afincado en Sevilla durante bastantes años, se dio a conocer en el terreno literario de la mano de Fernando de Zúñiga, un investigador del Siglo de Oro que, hasta la fecha, ha protagonizado tres aventuras, siendo La sangre de los crucificados, mi preferida. Vendrían después un par de novelas más, alejadas de los avatares de aquel doctor perspicaz e intuitivo. Con Secretos del Arenal, el autor consiguió el Premio de Novela Ateneo de Sevilla en 2014, pero confieso que me gustó más La ciudad de los ojos grises, una novela con una ambientación fabulosa y una trama llena de suspense. Las sensaciones que me provocó aquella lectura siguen muy vívidas en mi memoria, algo que estoy segura que le ocurrió a la mayoría de los que la leyeron. No obstante, aquella novela entra a partir de ahora, en competencia directa con la última publicación del autor, La fuente de los siete valles, cuya lectura he disfrutado tanto que no voy a esperar al final de esta reseña para recomendarla.Baste este primer párrafo introductorio para adelantaros que me ha encantado. No solo me parece que tiene una trama interesante y algo oscura, sino que, además está muy bien escrita, con una documentación precisa y unos personajes muy conseguidos.
Pablo Santos es un joven logroñés de treinta y siete años que regresa a su ciudad natal con una misión concreta. De familia humilde, consiguió estudiar en el Seminario Conciliar gracias a un benefactor anónimo, lo que le permitió viajar a Roma para ordenarse allí como sacerdote. Desde entonces, y movido por la pasión que siente por los libros, ha estado al cargo del Archivo Secreto del Vaticano, donde se dedicaba a recuperar libros prohibidos. Sin embargo, el obispo de la diócesis de Calahorra y la Calzada lo ha reclamado para localizar y recuperar los libros de la desaparecida biblioteca de San Millán de la Cogolla, un monasterio en muy mal estado después de la desamortización y con una biblioteca vacía tras el paso de las tropas napoleónicas, de la que se arrebataron entre siete y ocho mil ejemplares. La investigación le llevará a conocer la existencia de un libro muy valioso, un grimorio en cuya cubierta se aprecia una estrella de cinco puntas y que parece contener la fórmula para alcanzar la eterna juventud. Así que, Pablo intentará recuperar todos los libros desperdigados y que en su día pertenecieron a San Millán, mientras pone especial interés en conseguir ese estudio alquímico sobre el legendario elixir.
El regreso de Pablo a Logroño supondrá también reencontrarse con su pasado. Volverá a retomar la amistad con viejos amigos y aparecerá de nuevo aquel amor de juventud que tanto desasosiego le provocó siendo un chaval y que parece que todavía hoy le sigue produciendo. Y es que Lucia Garay sigue siendo tan hermosa como él la recordaba. Pero la muchacha ya no es una joven soltera sino una mujer casada con un burgués bastante mayor que ella y con el que no ha tenido todavía hijos. Si a Pablo se le revolucionan las mariposas en el estómago tras verla, a Lucía le ocurrirá más de lo mismo. Ambos retomarán el contacto en breves encuentros, que aprovecharán para ponerse al día y conversar sobre lo que vivieron en el pasado, si bien Lucía se verá, de repente, inmersa en un trágico suceso.
Con estos mimbres, La fuente de los siete valles se compromete a hacer disfrutar al lector y conmigo sin duda lo ha conseguido. La aventura que vive Pablo, que yo he decidido denominar un thriller alquímico, cuenta con los elementos sustanciales para conseguir que la lectura sea amena, entretenida y un tanto adictiva. Son muchos los enigmas que se deben resolver. En primer lugar, habrá diversos robos perpetrados con diferentes intenciones. A eso hay que añadir que Pablo averiguará quién es aquel benefactor anónimo que tanto bien hizo por su formación y cuáles fueron sus motivaciones. Por supuesto, el reencuentro de Pablo con Lucía desarrolla un hilo romántico nada empalagoso que aporta sensualidad al texto. Y por último, todo lo relativo al grimorio generará mucho suspense. ¿Quién escribió ese libro? ¿Qué información contiene? ¿Es posible alcanzar la eterna juventud?
En cuanto a los personajes, considero que todos ellos están bien perfilados. Si a Lucía la vemos como a una joven dulce y hermosa, que conoce los secretos de su corazón pero también el lugar que le toca y corresponde, de Pablo conoceremos sus emociones más íntimas dado que la novela está escrita en primera persona y con su propia voz. El autor dibuja a un joven ataviado con una sotana que, si bien no le produce ningún tipo de urticaria, tampoco parece ser sinónimo de una fe inamovible. Es un hombre que ha visto su destino marcado y guiado por la pobreza de su familia que tuvo que recurrir al seminario para poder dar estudios a su hijo. En ese sentido, Pablo siente que la sotana le viene impuesta por unas circunstancias ajenas a él mismo, un obstáculo más en su relación con Lucía, una unión complicada de culminar por las añadidas diferencias sociales entre los jóvenes. Pablo es un personaje que, inevitablemente, enamora. A pesar de su obsesión por conseguir el grimorio, no lo mueve un interés pecuniario sino más bien una atracción científica. Es un personaje con buen fondo, al que no se le conoce ninguna mala virtud y en ese sentido, el lector se sentirá cómodo acompañándolo en sus vicisitudes.
Y siguiendo con los diferentes actores de esta historia, incluso lo más secundarios están muy conseguidos. La posadera a la que no se le escapa un chisme, el amigo de la infancia que conoce quién es realmente la persona que se esconde tras la sotana, el obispo que confía en su mano derecha y otros tantos que aportan su grano de arena a una trama por la que también transitan personajes históricos con mayor o menor relevancia en la historia. Hablo de Leandro Lejárraga y su hija María, cuya vida y obra ha tenido tanta repercusión en los últimos tiempos, o el general Espartero del que conoceremos su trayectoria militar y parte de su ámbito personal, o un joven Marcelino Menéndez Pelayo que consiguió la cátedra de Historia de la Literatura en la Universidad Central, tras el fallecimiento de Amador de los Ríos, o a Pascual de Gayangos, miembro de la Real Academia de la Historia.
Pero esta novela no cuenta solamente con una trama que atrapa al lector y unos personajes interesantes. La ambientación consigue trasladarnos a la época y al lugar con suma facilidad. Para ello el autor ha tenido que hacer una importante labor de documentación que, más allá del interés de algunos novelistas por volcar en la obra una cantidad ingente de datos, Modroño ha sido dosificar perfectamente. En lo que se refiere a la ficción, la llegada de Pablo a Logroño obliga a hacer un resumen de su pasado, lo que el autor consigue dando breves pinceladas y ciñéndose a lo justamente necesario, con el propósito de saber lo sucinto de la vida del personaje, así como sus motivaciones. Y en cuanto al contexto histórico, político y social, el vuelco de datos empasta muy bien con el grueso de la trama, pues hay una suave transición entre los datos documentales y la narración de la historia, de tal manera que el lector queda envuelto por los acontecimientos de la época y el clima político que se respira a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Aspectos como la disputa entre Calahorra y Logroño por convertirse en capital del episcopado, el nacimiento de las logias masónicas o la faz política de la Iglesia que tanto podía repercutir en las relaciones con el gobierno de España,... son asuntos que se abordan con leve profundidad, la necesaria para crear esa ambientación de la que hablaba antes, datos que, en mi caso concreto, me han parecido datos sumamente instructivos.
Pero teniendo en cuenta que la novela transcurre en Logroño, no se podía obviar el mundo del vino. Si interesante son las cuestiones de índole política-social, no lo serán menos aquellas relacionadas con el mundo de la viticultura, en especial para personas como yo a la que siempre le ha parecido fascinante esta industria. El autor ha aprovechado el enclave y el contexto temporal para narrar de forma somera el cultivo de los vinos de la Rioja, el nacimiento de algunas de las más célebres bodegas o el peligro que supuso la aparición de la filoxera, una plaga que echó a perder muchísimas hectáreas de cultivo en tierras francesas. Así pues, la ciudad queda reflejada por su industria pero también desde un punto de vista civil y arquitectónico, pues no será extraño que Modroño nos haga pasear por los rincones más singulares de Logroño.
Estructuralmente, La fuente de los siete valles se compone de treinta y ocho capítulos de corta extensión en los que abundan los diálogos. La narración, mayormente lineal a excepción de algún que otro salto en el tiempo, cuenta con una calidez envolvente que arrulla al lector desde las primeras páginas. No sé si os ocurre a veces como a mí, pero hay novelas a las que es muy fácil cogerle el pulso con los primeros párrafos. La lectura de esas líneas iniciales ya facilitan el tono que tendrá el texto venidero, lo que genera, en ocasiones, una sensación muy agradable, como anticipando el disfrute que nos va a proporcionar la lectura. Y así ha sido, a lo largo de las casi trescientas páginas con las que cuenta el volumen, si bien es cierto que, quedando pocos capítulos, y de manera intencionada o no, se prevé el desenlace, poco me ha importado porque la novela finaliza justo de la manera que yo deseaba, dejándome un dulce regusto como cierre.
Concluyendo, La fuente de los siete valles me ha parecido una novela con una buena y bonita urdimbre, una historia que contiene su parte de novela histórica, de thriller, de novela negra y en la que también asoma un amor decimonónico que nos seducirá totalmente. Todo ello, da como resultado una mezcla interesante que otorga redondez al texto. Añado en estas conclusiones la presencia de algún guiño simpático a alguna novela anterior del autor y que tanto nos gusta encontrar a los lectores. Así que, como ya decía al inicio de esta reseña, me ha gustado muchísimo -mucho más de lo que esperaba- leer La fuente de los siete valles. He sentido que el autor se ha tomado su tiempo para hacer de esta novela una obra pulida y pensada, lo cual siempre va a repercutir positivamente en las sensaciones de los lectores.
No os la perdáis.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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