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EL SÍNDROME DE LA MUJER MECÁNICA de José Luis Ordóñez

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Editorial: El Sendero.
Fecha publicación: 2019.
Precio: 10 €
Género: Teatro.
Nº Páginas: 82 
Encuadernación: Tapa blanda con solapa.
ISBN: 9788494135187


Autor


José Luis Ordoñez (Sevilla, 1973) es autor de diversas obras teatrales: "Perversidad en la 237" (Primer premio en el XV Certamen Literario Universidad de Sevilla), una producción del CICUS y TNT-Atalaya (Premio Nacional de Teatro 2008); "Monstruos, una cena terrorífica", una producción de Lamaraña Teatro y TNT; "La última cena" (Primer premio en II Premio de Radioteatro 'Carlos Pérez Uralde'), un producción de Radio Vitoria-EiTB y el Festival Internacional de Teatro de Vitoria-Gasteiz; "Cuestión de fe" (Finalista del VI Premio El espectáculo teatral), de la que se hace una lectura dramatizada en el Centro de Documentación de las Artes Escénicas de Andalucía (CDAEA); y "El más rápido de Sevilla o este", una producción de Agón Teatro. Participa en las antologías "Monólogos escénicos", con prólogo de Javier Bardem, y "Siete piezas de teatro breve", y publica "237" y "De humanos y otros monstruos". En el ámbito cinematográfico ha escrito y dirigido, entre otros, el cortometraje "Tarot", Premio RTVA a la Mejor Creación Audiovisual, y en el terreno de la narrativa ha recibido menciones y premios por sus relatos y novelas. Colabora como crítico de cine en "El Público" de Canal Sur Radio, programa líder de audiencia en su franja horaria en Andalucía (EGM abril 2019). Su novela más reciente es "Los Desertores de Oxford Street" (Algaida, Grupo Anaya).

Sinopsis

Una mujer que es una máquina, un brindis extraño, un inesperado ciervo, un vals eterno y la historia de una vieja corbata componen algunos de los pasajes de EL SÍNDROME DE LA MUJER MECÁNICA, obra que narra la construcción de una historia a través de Cleo y Tony, una directora teatral y un dramaturgo que además son actores y mantienen una ambigua relación, obsesionados con lograr la obra más afilada en un mundo que intenta dejar atrás tiempos oscuros.


Mentiras y violencia en un drama con humor negro y guiños cinéfilos que ahonda en la obsesión por el éxito.


[Información tomada directamente del ejemplar]

 

Siempre he pensado que tuve mucha suerte con los profesores de Literatura que me tocaron durante mi formación académica. Fueron hombres y mujeres que consiguieron que me interesara por todas aquellas historias de papel y tinta, escritas y desarrolladas en siglos pasados, poniendo a mi alcance todo tipo de géneros. Aún recuerdo con nitidez aquellas clases sobre La dama boba, La vida es sueño o El perro del hortelano. Para trabajar aquellos textos, seleccionábamos una escena significativa, que teníamos que adaptar a los tiempos actuales. Eran las extrapolaciones, con las que nos reíamos tanto, porque a veces surgían situaciones de lo más disparatadas. No obstante, aquellos ejercicios resultaban, a la vez, muy edificantes. De mi amor por aquellos textos dialogados, surgió también mi pasión por las representaciones, y raro es el año que no acudo a varias funciones. No puedo vivir sin teatro. 

Y precisamente de teatro, es de lo que hoy vengo a hablaros porque, quien diga que el teatro es solo para verlo, se equivoca. Si hay un género que estimula poderosamente la imaginación del lector, ese es el teatro. Gracias a las acotaciones y a las indicaciones de escena, que nos ayudan a situar la secuencia del acto, así como a los personajes sobre el escenario, el lector construye su propia sala de teatro dentro de su cabeza, y levanta un escenario por el que entran y salen los distintos personajes. Solo hay dejar volar la imaginación, para acudir a una representación sin moverte del asiento.

Así que hoy quiero hablaros de El síndrome de la mujer mecánica, obra que el novelista, director y crítico de cine, guionista y también dramaturgo, José Luis Ordóñez escribió para la escena, y que se representó hace ahora casi un año, en la sala de teatro TNT- Atalaya de Sevilla, en el marco del MITIN (XI Muestra Internacional de Teatro de Investigación). 'El montaje estrenado toma el título y varias escenas de la obra de José Luis Ordóñez e incluye textos de otros autores'. La pieza teatral fue dirigida por Sario Téllez, quien además daba vida a Cleo, uno de los personajes, mientras que David Montero, interpretaba a su compañero de reparto, Tony. 

El síndrome de la mujer mecánica enfrenta sobre el escenario a un hombre y a una mujer, a una pareja laboral -Cleo y Tony-, que en su día también fueron sentimental. Están ensayando una obra, utilizando el engranaje de las matrioskas, obra dentro de obra, de tal modo que, el lector no tendrá  muy claro qué es realidad y qué es ficción. Con esta disposición de la escena, se articulan diferentes variantes de una obra (la de ficción), que no termina por satisfacer a sus protagonistas, siempre en busca de la pieza perfecta. 


Más allá de las relaciones personales de Cleo y Tony, la obra tiene como objetivo principal la denuncia sobre las desigualdades entre hombres y mujeres. El problema de Cleo no es otro que el ser mujer, y de ahí proceden todos sus desvelos. Para hacerse valer y escalar posiciones, Cleo ha tenido que emplear estrategias que ahora serán censuradas por Tony, aunque este no está libre de pecado. Frente al 'desprecio, negación, opresión, abuso, maltrato' de Tony, Cleo solo se puede defender de una manera, así que, escena tras escena, el lector asiste a un duelo, a un flirteo incómodo o a un alegato feminista, que Cleo enarbola en un speech sublime.

La lucha por terrenos perdidos, los pilares del heteropatriarcado, los secretos inconfesables, las relaciones de pareja, los pactos de silencio, la creación literaria, o el machismo y micromachismo transitan por esta obra dividida en cinco actos, llena de guiños cinéfilos, inevitables en los textos de Ordóñez, teniendo en cuenta su perenne vinculación con el mundo del celuloide. El cine estará muy presente en este texto, ya sea desde el título, que inevitablemente nos conduce a recordar aquella película de Kubrik -La naranja mecánica-, pasando por las diferentes referencias cinematográficas que salpican el texto, ya sea a través de las canciones que se mencionan, como Midnight, the Stars & You (melodía de cierre en El resplandor), o a los hechos narrados que construyen en formato flashback el pasado de los protagonistas, y que hacen referencia a un conocidísimo largometraje de Juan Antonio Bardem, que ya pasó por este espacio.

Dicho lo cual, y como el teatro no solo se ve sino que también se puede leer, el texto que sirvió de sustento a la obra teatral estrenada el pasado otoño, se encuentra ahora disponible en formato papel, gracias a la Fundación Sgae y a la editorial El Sendero. Así que, desde aquí te animo a que leas esta obra breve, que profundiza en un tema tan de actualidad, como la desigualdad de géneros.

Esperemos que la obra vuelva a escena muy pronto. 







[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

Puedes adquirirlo aquí


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