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JOSÉ LUIS GIL SOTO: 'Me gusta escribir para lectores a los que le guste leer con calma y tranquilidad'

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A José Luis Gil Soto lo conocí la pasada primavera, cuando acudió a la Feria del Libro de Sevilla para firmar su cuarta novela, Madera de Savia Azul (Ediciones B), una novela que no ha dejado de cosechar opiniones muy positivas. Nos saludamos, conversamos un rato, y acordamos citarnos más adelante para hablar en profundidad sobre su nuevo libro. Pues bien, ese encuentro tuvo lugar hace unas semanas. 

Madera de Savia Azul cuenta la historia de un éxodo y una búsqueda. El pueblo de Waliria ha sufrido un terremoto y la ciudad ha quedado destruida. Su rey, el gran Magmalión, aconsejado por su cohorte, toma la decisión de llevar a su pueblo a una zona más próspera, los Grandes Lagos. Sin embargo, para llegar hasta allí, tendrán que sufrir muchas penalidades. El drama de la novela se vertebra en dos hilos. Por un lado, todo lo relativo a la sucesión del reino. ¿Quién será el próximo rey cuando Magmalión fallezca? Un hilo argumental que nos conduce a intrigas palaciegas. Por otro lado, lo concerniente a Bertrand de Lis, un carpintero que ha perdido a su mujer Lizet en el terremoto, y como el resto de los habitantes del reino de Ariok, tendrá que iniciar camino. Acompañado por otros miembros de la expedición, sufrirá una terrible pérdida cuando su hijo pequeño Erik se pierda en un bosque. Pero Madera de Savia Azul es una novela coral, llena de fantasía y magia, en la que nos encontraremos con muchísimos personajes que tendrán un peso importante en el desarrollo de la trama. Mientras llega el momento de contaros más detalles de este libro y compartir con vosotros mis impresiones, os dejo con la entrevista al autor.

Marisa G.- José Luis, la primera pregunta es muy obvia. Has tocado mucho la literatura histórica  y sin embargo, en 'Madera de Savia Azul' has cambiado a otro género de forma radical. ¿Por qué ese cambio?

Jose Luis G.- La novela histórica siempre me ha gustado y me sigue gustando. Tengo en el cajón, documentación suficiente para dos o tres novelas históricas más, pero la trama de 'Madera de Savia Azul' se cruzó en mi camino. Yo no vivo de la escritura y tampoco tengo una necesidad imperiosa de seguir una línea editorial. Hasta ahora me he podido permitir hacer lo que me dé la gana. Así que, cuando se me ocurrió esta historia, aparqué lo demás. 

En un primer impulso, me planteé enmarcarla en un contexto histórico concreto, pero más adelante preferí descontextualizarla completamente. Dedicí coger a los personajes, inventarme unos nombres que no sonaran ni a castellano, ni inglés, ni francés, o que fueran una mezcla de todo. Era algo que me daba miedo porque claro, en la novela histórica tienes una cronología, un contexto histórico, unos personajes,... Eso ayuda por un lado, aunque por otro, también es complicado porque no puedes cometer ningún error. Sin embargo, con 'Madera de Savia Azul' era todo lo contrario. Me parecía fácil dibujar psicológicamente a los personajes pero también me encontraba perdido a la hora de trenzar todas las historias y cerrarlas bien. Por suerte, al final creo que ha quedado bien.

M.G.- En cualquier caso, y a pesar de esos miedos que señalas, escribir una historia como esta te da una libertad amplísima para moverte, para introducir hitos históricos dentro de ese contexto imaginario.

J.L.G.- Claro. Es fácil manejar los hilos, sin preocuparte por cometer un error histórico de bulto. No te tienes que ceñir a nada, pero luego es difícil montar toda la historia desde cero. Cuando escribí las tres novelas anteriores, tenía la mesa completamente llena de libros, apuntes, notas,... En esta, no tenía nada, solo un cuaderno en el que apunté los perfiles psicológicos y físicos de los personajes, el ordenador y yo. Me sentía raro porque con la novela histórica te documentas hasta la enfermedad.

M.G.- Me cuentas que la historia se te cruzó, pero tuvo que haber algo para que esa historia naciera en tu cabeza. Algo que hiciera saltar la chispa.

J.L.G.- No te sé decir. A ver, lo primero que se me ocurrió fue el final y un hecho del principio. Me pareció que esos dos acontecimientos merecían ser contados. Ahora bien, tenía que construir toda la historia, y empecé a darle vueltas y vueltas. Luego viví otra situación que me ayudó mucho. En una romería a la que acudí, se perdió un niño. Me fijé en la angustia que aquella pérdida provocó en los padres y me pareció interesante introducir un episodio así en la novela. En esto de escribir, vas introduciendo hechos que has vivido. Me pasó lo mismo con el pequeño Erik, un niño que siempre está en contacto con la naturaleza, como yo que vengo de un entorno rural. Mis anécdotas de niño se las he prestado a él. Así que vas cogiendo de aquí y de allá.

Por otra parte es importante contar con un esquema, aunque sea pequeño. En una novela como esta, con dos historias paralelas, se hace necesaria una guía para evitar que una historia avance más que la otra, para que coincidan ciertos hechos y cuando las dos tramas se crucen, todo cuadre.

M.G.- Hay lectores que catalogan esta novela como fantasía histórica, a mí me gusta más hablar de fantasía épica. ¿Cómo lo ves?

J.L.G.- Tengo claro que no es novela histórica, aunque me he tenido que documentar. Bertrand de Lis es un carpintero de lo negro, es decir, de los que hacen mesas, sillas, carromatos, que termina siendo un carpintero de lo blanco, aquel que construye estructuras para soportar tejados, artesonados,... Aunque no es novela histórica, sí necesitaba contar bien las cosas para que el lector se sintiera dentro de la historia. Debía ser lo más fiel a la realidad posible. Y tirando del hilo acabé en la Cátedra de la Madera de la Universidad de Navarra. Contacté con ellos y les expliqué lo que necesitaba. Ellos me remitieron a la Politécnica de Madrid y a un libro de Enrique Nuere, del que se dice que es el mejor  constructor teórico en madera. En ese libro, Nuere recoge en edición facsímil, un tratado de construcción en madera de un carpintero sevillano del siglo XVI, Diego López de Arena. Enrique Nuere lo explica todo. Me empapé aquel libro y aprendí tanto que, hasta un amigo me dijo que si no me iba bien con los libros me podía colocar en el Leroy Merlin. 

M.G.- (Risas) ¿Pero es muy extenso ese tratado?

J.L.G.- Bastante, y además en algunos puntos te pierdes porque es muy técnico. Nuere te explica las cosas como arquitecto. Es pura trigonometría en la mayoría de los casos, pero para hacerme una idea me vino bien. Tampoco se trataba de que me convirtiera en un experto.

M.G.- ¿Sientes que te ha influenciado alguna novela, alguna serie? En algún pasaje de la novela me venía a la cabeza 'Las crónicas de Narnia', en otros 'Juego de Tronos' y eso que no he visto ni un sólo capítulo pero sé de qué va. 

J.L.G.- Un par de periodistas me han llegado a decir que se me nota mucho que me ha influenciado 'Juego de Tronos'. Les respondí que me hubiera sido así, si hubiera visto la serie o leído el libro. Me pasa como a ti, que sé de qué va, pero poco más. En la serie hay seres fantásticos.

M.G.- Dragones, por ejemplo.

J.L.G.- Exacto, pero en 'Madera de Savia Azul' no hay ni uno. Así que, si me ha influenciado algo será otra cosa pero no 'Juego de Tronos'. Sin embargo, ojalá se parezca esta novela a 'Los Pilares de la Tierra', porque es un novelón como la copa de un pino. 

M.G.- ¿Pero tú lees novelas como esta que has escrito? ¿Acostumbras a leer este género?

J.L.G.- No, jamás. Y no es que no me guste, sino que, simplemente me decanto por otros géneros. No se tiene mucho tiempo y hay que elegir.

M.G.- Cierto. José Luis, y en cuanto al estilo, ¿qué me dices? He notado que es muy descriptivo, cuentas muchos detalles de los escenarios, de los personajes. ¿Es tu estilo propio o has tenido que amoldarlo de algún modo para una historia como esta?

J.L.G.- No sabría decirte. A mí me gusta mucho la novela naturalista y realista del siglo XIX, y eso sí me ha podido influir. Esos autores eran muy descriptivos, mucho. Si lees 'Ana Karerina', Tolstói te describe las escenas con mucha minuciosidad. A mí eso siempre me ha gustado. No es algo que se suela hacer hoy en día, me gusta escribir para lectores a los que le guste leer con calma y tranquilidad. 

M.G.- Me parece muy interesante lo que señalas. ¿Crees que los lectores somos cómodos en ese sentido, nos hemos vuelto perezosos a la hora de sumergirnos en una novela grande, de amplias descripciones?

J.L.G.- Sí, cada vez más. Es verdad que tenemos poco tiempo pero un lector ve un tocho, y aunque intuya que le va a gustar, se lo piensa mucho. El móvil y las redes sociales nos quitan mucho tiempo de ocio. Todos tenemos trabajo, o casi todos, y familia, e hijos,... Todo eso te roba mucho tiempo, pero no somos conscientes del tiempo tan valioso que también nos roba el móvil. 

M.G.- Volviendo a la novela y hablando de los personajes. Hay muchos porque es una novela coral. De todos ellos, he señalado tres: Astrid, Bertrand de Lis y Elizheva. 

J.L.G.- A mí me gusta especialmente la princesa Shebaszka. Creo que, de todos ellos, es el que está más conseguido psicológicamente. He trabajado mucho cómo este personaje va a sentir la pérdida de su marido, cómo se siente obligada a tomar decisiones con las que no está del todo conforme. Me gusta mucho este personaje y me alegra que le pase lo que le pase. 

En cuanto a Astrid, esta mujer es la clave del arco de la novela. Al final, todo pasa por ella. Ella sabe dónde está cada cual, es la que soporta todo el peso de la trama.

Y Elizheva también tiene un protagonismo importante. En un momento dado, se convertirá en el pilar de Bertrand. 

M.G.- Escuchándote, me doy cuenta de que es una novela muy femenina, donde las mujeres tienen mucha potencia.

J.L.G.- Hay cinco personajes femeninos importantes. Uno de ellos, Lizet, no tiene mucha presencia y sin embargo está muy presente en toda la historia, a través de los recuerdos de Bertrand. Shebaszka es el que tiene una responsabilidad tremenda. Elizheva, como te digo, será el apoyo de Bertrand. Sobre Astrid también hemos hablado. Y luego hay otro personaje femenino del que no te voy a contar nada. 

M.G.- Y hablando de los personajes masculinos, me gusta mucho el rey, un regente que piensa mucho en su pueblo. No es algo habitual. Generalmente, los reyes de las películas y los libros solo piensan en sí mismos.

J.L.G.- Magmalión es un rey justo. De estos ha habido algunos en la Historia. Por ejemplo, Marco Aurelio no fue un emperador al uso, era un gran pensador, con la cabeza muy bien amueblada, buena persona. He intentado que el rey de esta novela se parezca un poco a Marco Aurelio. 

M.G.- Y una curiosidad, José Luis. ¿No te planteaste hacer una especie de mapa, de esos que se ponen en las guardas?

J.L.G.- Lo iba a hacer la editorial, pero al final abandonó la idea.... 

M.G.- Mal, mal por Ediciones B en este caso. Creo que un mapa de esas características sitúa al lector, aunque sea un dibujo burdo y poco detallado.

J.L.G.- Parecía que era un problema de distancias entre los Grandes Lagos y el pueblo de Waliria, de escalas, pero sí hubiera estado bien. 

M.G.- La estructura de la novela hay que comentarla. En principio, vamos a encontrar un capítulo inicial, en el que una aya cuenta la historia a una niña, es decir, el grueso de la novela. En este sentido, se puede decir que hay una novela dentro de otra. 

J.L.G.- Sí. Y a medida que se avanza en la lectura, esa aya y la niña adquieren más protagonismo. La novela está dividida en cinco partes, y en la última se cambia un poco la narración. Ese capítulo inicial está pensado para que el lector se pregunte quién esa mujer y esa niña, y qué sentido tiene la historia que le está contando. Al final, se acaba entendiendo todo perfectamente. 

M.G.- ¿Algún personaje daría pie a otra novela más? 

J.L.G.- Sí, pero cuando la escribí lo hice pensando en una sola novela. Lo que ha pasado es que un montón de lectores me han pedido una segunda parte. El final podría dar pie a otra historia, que tengo en la cabeza. Sería fácil coger a uno de los personajes y contar su  historia. Pero, de momento, estoy con una novela histórica. 

M.G.- Y ahora que estamos cerca de las Navidades y los libros son un regalo perfecto para estas fechas, ¿qué le dirías a los lectores para que leyeran 'Madera de Savia Azul'?

J.L.G.- Creo que lo más convincente es que el posible lector busque en Internet opiniones sobre el libro. Habrá alguna mala, no digo que no, pero prácticamente la mayoría son muy buenas. La novela se ha reseñado en muchos blogs, no solo en lecturas conjuntas, sino en blogs muy distintos que no se conocen entre ellos y la crítica ha sido extraordinaria. En las librerías, se pueden encontrar una oferta bárbara y cualquier libro estará muy bien, pero creo sinceramente que 'Madera de Savia Azul' es una buena novela. Ahora solo me falta que me saquen en El País o en La razón.

M.G.- ¿Cuánto tiempo te ha llevado escribirla?

J.L.G.- He tardado un año y medio aproximadamente. No soy muy disciplinado porque no vivo de esto y tengo otro trabajo pero esa una novela que podría haber escrito en tres meses porque no lleva base de documentación. Además, tengo la suerte de poder concentrarme con facilidad y no necesito aislarme mucho para escribir.

M.G.- De acuerdo, José Luis. Pues lo dejamos aquí. Muchas gracias por este encuentro. 

J.L.G.- Gracias a ti por atenderme.

Desde aquí quiero dar las gracias a José Luis Gil que se desplazó de su lugar de residencia hasta Sevilla para poder hacer posible esta entrevista. Fue un encuentro muy agradable, en el que no solo conversamos sobre su novela, sino también sobre la literatura y el mundo editorial. 




Sinopsis: 

El destino de un niño.

Erik tiene apenas cuatro años cuando pierde a su madre en el gran terremoto que destruye Waliria, la capital de Ariok. Su padre, el carpintero Bertrand de Lis, y Astrid, la humilde viuda de un herrero, no pueden imaginar que la catástrofe no solo cambiará sus vidas para siempre, sino que, sin quererlo, les hará dueños de secretos que nunca hubieran querido tener que guardar. 

El viaje hacia un reino de leyenda. 

Tras el desastre, y alentado por una profecía, el rey decide emprender con su pueblo un peligroso viaje hasta tierras del sur. Una gran caravana se pone en marcha. La esperanza, el miedo y la ambición viajan con ellos. 

La búsqueda de un padre. 

A Bertrand solo le queda su hijo, y su única preocupación es cuidarle, pero un hecho inesperado cambia el rumbo de sus vidas. Así, quien era solo un hombre bueno y sencillo, se convertirá en protagonista de una aventura épica, impulsada por el profundo amor a su hijo y su deseo de volver a reunirse con él.

Una gran novela que nos traslada hasta un mundo medieval legendario para mostrarnos las grandes pasiones que, desde el principio de los tiempos, mueven al ser humano.

Puedes empezar a leer aquí.


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