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PROGENIE de Susana Martín Gijón

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Editorial: Alfaguara.
Fecha publicación: enero, 2020.
Precio: 19,90 € 
Género: Thriller. 
Nº Páginas: 432 
Encuadernación: Tapa blanda con solapas. 
ISBN: 9788420438795 
[Disponible en eBook y Audiolibro; 
puedes empezar a leer aquí]


Autora

Susana Martín Gijón (Sevilla, 1981) es autora de la serie policíaca Más que cuerpos, compuesta hasta la fecha por dos trilogías. Su novela Expediente Medellín (2017) fue ganadora del Premio Cubelles Noir 2018 a la mejor novela publicada en castellano. Su novela Naúfragos fue finalista de varios premios y sus derechos fueron vendidos para una adaptación audiovisual. Licenciada en Derecho, fue directora general del Instituto de la Juventud de Extremadura y presidenta del Comité contra el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia. Con Progenie, Alfaguara Negra inicia la publicación de su obra.

Sinopsis

Sevilla, ola de calor. Todo el que puede huye a la playa. No así Camino Vargas, jefa accidental del Grupo de Homicidios desde el tiroteo que dejó en coma al inspector Arenas. Alguien ha atropellado salvajemente a una mujer y se ha dado a la fuga. Este asesinato se va a transformar en el foco de atención mediática cuando se filtre un dato aún más perturbador: el homicida introdujo un chupete en la boca de la víctima antes de desaparecer de la escena del crimen. Todos los indicios apuntan a la expareja, un maltratador psicológico, y las estadísticas no están de su lado. Sin embargo, cuando la autopsia desvele que la víctima estaba embarazada y los asesinatos comiencen a sucederse, Camino comprenderá que se halla ante el caso más duro de su carrera.

[Información tomada directamente del ejemplar]



Ya lo comenté cuando publiqué la entrevista a la autora (puedes leerla aquí), nunca había leído una novela de Susana Martín Gijón. Aunque le seguía la pista y tengo en casa algún título de las trilogías que publicó con una editorial sevillana, hasta la fecha no me había lanzado a sus historias. Digamos que Progenie supone un debut para ambas. Para ella, porque publica por primera vez con la editorial Alfaguara. Para mí, porque me zambullo por primera vez en una novela suya. ¿Cuál ha sido el resultado? Os lo cuento a continuación con detalle.

Nada más terminar de leer esta novela, comencé a encontrarme con opiniones muy grises, por no decir negras. Obvia decir que todos los dictámenes de los lectores, justificados y debidamente argumentados, -como son los que he leído-, deben ser respetados, tanto por otros lectores como por el propio autor. Eso hago. Pero, más allá de los gustos de cada uno, y aunque no comparta punto por punto algunos de los criterios de los que han leído esta novela, debo admitir que ciertas cuestiones  a mí tampoco me han terminado de convencer. Sin embargo, Progenie ha sido para mí una novela con más puntos positivos que negativos, una novela que cumple, en buena medida, lo que esperaba de ella. 

La trama de Progenie transcurre en Sevilla. El Grupo de Homicidios de la capital hispalense está liderado por Camino Vargas, una mujer en la cuarentena que se ve obligada a adoptar el papel de jefa, sustituyendo al inspector Arenas en estado comatoso, tras un incidente laboral. Ella y su equipo tiene que enfrentarse a un asesino en serie que elige a sus víctimas (mujeres) por unas circunstancias concretas y deja en los escenarios del crimen, una firma muy peculiar. Así, la primera asesinada será Soledad, una mujer embarazada de pocas semanas, que aparece atropellada brutalmente, y de forma intencionada, en un barrio periférico de la ciudad. Tras sesgarle la vida, el asesino coloca un chupete en la boca de la mujer. 

Y a Soledad le seguirán otras tantas mujeres. Una tras otra irán apareciendo, y Camino Vargas tendrá que averiguar qué patrón sigue el asesino, por qué todas sus víctimas son mujeres, por qué todas cumplen una serie de requisitos y por qué firma sus obras empleando objetos relacionados con los bebés. El círculo se irá cerrando paulatinamente, hasta conducir la investigación a una institución de la que mejor no desvelo nada. 

Ese sería el grueso de esta novela que, a su vez, está aderezado con una historia paralela y breve, en la que el lector conoce a dos mujeres - Soraya y María Jesús-. Ambas mantienen una relación sentimental y parecen estar inmersas en una situación de la que iremos conociendo detalles poco a poco. Será la narración de la vida de esta pareja la que conforme el capítulo introductorio que abre cada uno de los cuatro bloques en los que se articula la novela. Es decir, cuatro capítulos en los que el lector se irá asomando poco a poco a las circunstancias personales de estas mujeres, hasta que, en la última sección, hilo principal y colateral convergerán en un punto, y ya no se separarán hasta llegar al desenlace. 

Y ahora vamos al quid de la cuestión. ¿Qué me ha gustado de Progenie? En primer lugar, y por empezar por lo más básico, que la acción transcurra en Sevilla. Para los lectores nacidos o recientes en esta ciudad, tal y como ocurre con otras novelas y otros escenarios, resulta muy agradable seguir los pasos de los personajes a través de la capital sevillana. La ciudad se mostrará en toda su amplitud, desde los barrios más desfavorecidos a aquellos en los que el nivel adquisitivo tiene varios ceros.

Para mí, otro punto a favor ha sido Camino Vargas. Mientras que otros lectores opinan que es un personaje plano, debo admitir que a mí me ha convencido. Me ha gustado que sea tan irreverente y se aleje estrepitosamente del perfil de otros investigadores e inspectores literarios. Camino Vargas es una mujer de su época, que en su tiempo libre viste minifalda y escote, que emplea tacones de vértigo, que le gusta acudir a bailar salsa a los locales latinos, una mujer que huye del compromiso y prefiere sesiones de sexo esporádico. Además es testaruda y se expresa de forma burda, sin tacto alguno, ni siquiera cuando tiene que dar malas noticias. Todo esto me gusta y me parece distinto a lo ya visto. Es cierto que se salta las normas y eso no ha gustado a muchos lectores, pero a mí me cuesta creer que todos los miembros de la Policía Nacional, o de la Guardia Civil, sean tan escrupulosos con los protocolos a la hora de desempeñar su trabajo.

Con respecto al resto de personajes, me he fijado especialmente en aquellos que componen el equipo de Camino Vargas. Pascual, Fito, Teresa y Lupe son muy diferentes unos de otros. Hay lectores que hablan de estereotipos, pero en mi caso no me lo han parecido. De los cuatro, me han gustado especialmente Pascual y Lupe. El primero es un hombre divorciado por decisión unilateral de la que era su esposa. Tiene una hija a la que ve poco tras el divorcio. Aunque está herido y recela un tanto de las mujeres, poco a poco su verdadero ser irá saliendo de nuevo a la luz.

En cuanto, a la segunda, en según qué momento de la novela casi adquiere más protagonismo que la propia Camino. Lupe es una mujer con una vida personal complicada, cabeza de familia, sobre la que recaen la mayoría de las responsabilidades. Me ha parecido un personaje humano porque se siente infravalorada por su jefa y eso le provoca cierta desazón.  Lo que me gusta de estos personajes que caminan a la sombra de Camino es que la autora nos deja ver su faceta más personal. Esto es algo típico en el inspector jefe o en el investigador principal, pero no suele ser tan común en el resto del equipo.


Más cosas. Como suele ser habitual en una novela negra, o un thriller, el autor suele aprovechar para poner sobre la mesa algunas cuestiones de índole social.  EnProgenie se le hace repaso a las apariencias, al culto al cuerpo o a la mafia de los guardacoches ilegales, pero hay temas de mayor transcendencia como, por ejemplo, la violencia de género. Desde un punto de vista literario, siempre he visto la violencia de género como una lacra sobre la que se pronuncia la ciudadanía en general pero, ¿qué piensan realmente los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado? La investigación que Camino y su equipo se trae entre manos da pie a conversaciones entre bambalinas, es decir, cada uno de ellos expone su parecer, desde un punto de vista personal y no profesional. A mí ese enfoque me ha parecido novedoso porque, ante un caso de violencia de género, nunca me he planteado qué pensarán las personas que, por su profesión -policías, asistentes sociales, jueces, médicos,- se ven involucrado en un caso de este tipo.

Pero si hay un tema estrella en Progenie ese es la maternidad, o la no maternidad. En los tiempos actuales, ¿sigue estando la mujer sometida a presión social? ¿Cuántos tipos de maternidad existen? ¿Qué avances médicos se están desarrollando para lograr el sueño de algunas mujeres? ¿Son métodos fiables? Bueno, la trama de esta novela te lleva a reflexionar, sin excesiva profundidad, sobre todos estas cuestiones. 

Y por último, también me ha gustado el narrador. Me ha parecido fresco, descarado, poco dado a formalismos. Si no fuera porque es un narrador en tercera persona, casi diría que es la propia Camino Vargas la que nos habla. 

Y ahora viene la segunda parte. ¿Qué es lo que he echado en falta, no me ha terminado de convencer o no me ha parecido creíble? A ver, en primer lugar, la trama transcurre en un tórrido verano sevillano, algo en lo que se hace mucho hincapié incluso desde la sinopsis, sin embargo, la narración no ha conseguido transmitirme ese calor sofocante al que se ven sometidos los personajes, ese bochorno que todo lo impregna, que casi incapacita a las personas, y derrite las neuronas. En ningún momento he tenido esa sensación pegajosa que todo sevillano bien conoce, cuando se ve obligado a pasar sus días y sus noches en una ciudad en la que el asfalto escupe fuego.

De todos los personajes, Micaela, forense de profesión, no me ha convencido. Esta mujer, joven y casada, tiene un sueño, un sueño que no se cumple y al que tiene que enfrentarse cara a cara cada vez que le hace la autopsia a las víctimas de esta novela. Micaela es el ejemplo que viene a demostrar que la esfera personal afecta en lo profesional, sin embargo, sus reacciones me han parecido excesivas, y eso le ha restado credibilidad al personaje. Si Micaela fuera un personaje de teatro, diría que la actriz que encarna su papel ha sobreactuado. Ojo, es mi opinión personal y lo que a mí me ha parecido. Que entiendo que lo personal afecta en lo profesional pero este personaje me parece que abusa del dramatismo.

Del mismo modo, algo similar me ha ocurrido con Nerea. Es una joven que trabaja como recepcionista en una institución -no daré más detalles-. Está licenciada en filología (como yo) pero sabe desencriptar archivos encriptados. A ver, como saber, puede saber chino mandarín, pero a mí esa cualidad del personaje, con toda sinceridad, me ha parecido un poco cogida por los pelos. Esta cuestión es quizá, lo menos me ha gustado de la novela, lo que más me ha chirriado con creces.

Dicho lo cual, si ponemos en una balanza los pro y los contras, es evidente que la balanza se inclina hacia el polo positivo. He querido ser muy puntillosa en esta reseña porque he visto que hay muchos lectores que no han disfrutado esta lectura. Yo quería explicar con detalle lo que me ha gustado y lo que no, así que, perdonarme si he sido muy minuciosa. Opino que es una novela que cuenta con puntos positivos importantes como para que los lectores se animen a leerla. Es más, por añadir algo más, la trama cuenta con su pellizco de suspense. No diré que la intriga te lleva a morderte las uñas, pero tiene su puntito y eso te anima a seguir leyendo. Además, con respecto a la resolución del caso, hice un pronóstico a mitad de camino y erré. Luego, más avanzada la lectura, intuí por donde iban los tiros, pero la cosa se desarrolló con más ramificaciones de las que yo me había imaginado, y me sorprendió en ciertos aspectos.

No me extiendo más.Progenie, escrita en tercera persona, con capítulos muy cortos, se lee con suma facilidad. Me ha parecido amena y entretenida. No será el thriller del año, no tiene un ritmo frenético que te deja sin respiración pero, bajo mi punto de vista, ha sido una lectura que ha cumplido lo que esperaba de ella, el entretenimiento. Como tal, a mí me ha resultado una lectura válida. No me importaría volverme a encontrar con Camino Vargas.







 

[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

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