Nacionalidad: EE.UU.
Director: Woody Allen
Reparto: Timothée Chalamet, Elle Fanning, Selena Gomez, Jude Law, Diego Luna, Liev Schreiber, Annaleigh Ashford, Rebecca Hall, Cherry Jones, Will Rogers, Taylor Black, Kathryn Leigh Scott, Kelly Rohrbach, Edward James HylandTimoth,...
Género: Comedia
Sinopsis: Gatsby Welles y Ashleigh son una joven pareja enamorada de universitarios que se dispone a pasar un fin de semana en la ciudad de Nueva York. Ella va a entrevistar al reconocido cineasta Roland Pollard, que pasa por un momento de crisis creativa, y durante su azarosa aventura conocerá al cautivador actor Francisco Vega. Por su parte, Gatsby también conocerá a una joven, Chan, que le ayudará a poner en orden sus sentimientos. El lluvioso fin de semana estará plagado de encuentros, desencuentros y equívocos.
[Fuente: Filmaffinity]
Con Woody Allen tengo una relación amor-odio que me dura hace bastantes años. No soy fan de este director y, sin embargo, no dejo de sentirme atraída por sus trabajos año tras año. De su larguísima filmografía, todavía que queda por ver más de la mitad de sus películas pero, entre las que he visto, hay de todo: largometrajes que me divirtieron muchísimo, otros que me gustaron sin llegar a entusiasmarme, y otros que me dejaron totalmente indiferente. De todas las películas que he visto, Match Point sigue siendo mi favorita.
Un día lluvioso en Nueva York va a ir directamente al cajón de las películas que ni fu ni fa. Mucho habla la crítica y el público de "pieza única e irrefutable" o "delicia con mayúsculas", pero a mí me ha parecido una historia muy sencilla, que aborda el tema central de todos sus largometrajes, y de la que sobresale el fondo, el tono melancólico, la atmósfera que crea la fina lluvia que cae sobre la ciudad.
Gatsby (Timothée Chalamet) y Asleigh (Elle Fanning) son pareja y estudian en la Universidad de Yardley. Ambos proceden de familias adineradas, aunque de puntos distintos del país. La familia de él reside en Nueva York y se codean con la ética social, organizando fiestas estacionales. La familia de ella tiene bancos, así en plural, pero son gente de Tucson, y ahí pierden glamur. Tendrán dinero pero poca clase. Cuando a Ashleigh, colaboradora en el periódico universitario, le encargan entrevistar al famoso director de cine, Roland Polland, entra en estado de excitación y entusiasmo. Dado que la entrevista tiene que ser en Nueva York, la pareja decide organizar un fin de semana romántico en Mannathan. Gatsby quiere enseñarle la ciudad a su novia, alojarla en hoteles de lujo desde donde contemplar Central Park, llevarla a cenar a restaurantes elegantes y dar paseos en coche de caballo. Ambos están entusiasmados pero, lo que estaba previsto ser unos días de ensueños, termina por convertirse en un verdadero desastre. Nueva York le tiene reservado otros planes a los jóvenes que, bajo una intensa lluvia, se verán obligados a reconducir sus vidas.
A priori, la trama de la esta película es sencilla. Una pareja de enamorados quiere pasar un fin de semana juntos y todo se tuerce hasta el punto de no retorno. Pero Woody Allen emplea una historia simple para mostrar algo más, lo que a él realmente le gusta, la naturaleza humana y las relaciones personales. En este sentido, iremos viendo cómo, tanto Gatsby como Ashleigh, más él que ella, se dan cuenta de sus verdaderos sentimientos. A ella le toca la posición más fácil, enredada en una entrevista con un famoso, ese director de cine, encarnado por Liev Schreiber, inmerso en una crisis creativa, encuentra en la joven una opinión fresca que le reconforta. Por su parte, a Gastby le toca siempre esperar turno, esperar a la joven para mostrarle Nueva York, pero esa imagen de la ciudad que recuerda a las películas antiguas. En la espera, volverá a retomar contacto con antiguos amigos, recordará viejos amores y mantendrá una conversación con su madre que, para mí, es lo mejor de esta película.
En cuanto a los personajes, Gatsby y Ashleigh son los principales, dos adolescentes con los pies una cuarta por encima del suelo, pero que le dan un toque jovial a la cinta. Tienen grandes ideales y viven la vida sin mayor preocupación. De Gatsby se dice que es el alter ego de un Woody Allen de juventud, amante de la música e intelectual que adora la ciudad de los rascacielos. En cualquier caso, es un joven que procede de una familia solvente, aparentemente culto y que reniega falsamente de su estatus social y de todos los clichés que caracterizan a la clase alta neoyorkina. Empeñado en mostrar un lado rebelde, lo cierto es que, cuando le interesa, echa mano de sus contactos. Interpretado por Timothée Chalamet, me gustó mucho más su personaje de Elio en Call me by your name. Entonces tenía entre manos un personaje con grandes conflictos internos y mucho potencial, y su interpretación se me quedó algo corta. En esta ocasión, no he terminado de creerme al personaje.
En cuanto a Ashleigh, sinceramente, me ha parecido una joven insufrible. Bobalicona, atolondrada, inculta aunque con apariencias, e ignorante, muestra una imagen muy caricaturizada de la típica niña tonta de buena familia, que me ha sacado de mis casillas. A pesar de que la crítica y el público ensalzan al personaje y la interpretación de Elle Fanning, a mí me han dado ganas de abofetearla. Es muy probable que su papel requiera una interpretación chirriante. Siendo así, entonces entiendo que haya que aplaudirla porque a mí me ha caído realmente mal. Los dos me han caído mal, y han conseguido que mi interés por la trama decaiga.
Y luego hay otros personajes, más secundarios pero no con menos renombre. Selena Gomez y Diego Luna me dicen poco, Liev Schreiber lo hace bien en su papel de cineasta atormentado, y Jude Law interpreta a un guionista cornudo al que se le podía haber sacado más tajada.
Con un ritmo correcto, la película tiene una banda sonora espectacular. A las películas de Woody Allen jamás se les puede achacar un mal acompañamiento musical y esa estética, a la que es fiel desde los inicios, aporta siempre un toque entrañable y encantador. Todo esto, al margen de que te guste más o menos la trama. La verdad es que clasificar esta película como comedia no sé si es lo más acertado. Aunque hay enredos y líos, a mí los diálogos no me han parecido hilarantes bajo ningún concepto. No me he reído con ninguna escena. Si acaso habré sonreído levemente. Poco más. Eso sí, las conversaciones están llenas de referencias al cine, la música, la pintura,.. en un vano intento de Gatsby por instruir a la joven Ashleigh. Y por otra parte, nadie retrata Nueva York mejor que Woody Allen. Siempre dan ganas de coger un avión y cruzar el charco.
En definitiva, Un día lluvioso en Nueva York, o Día de lluvia en Nueva York, ha sido para mí una película más bien pasable y prescindible. La trama me parece simple, sin grandes reflexiones, las interpretaciones correctas pero con personajes a los que les cruzaría la cara. Y sin embargo, la película tiene algo, lo que decía antes, ese tono melancólico que todo lo invade mientras vemos cómo la lluvia empapa las calles de Mannathan.
Si eres fiel a Allen, es probable que te guste esta película. Si, en cambio, eres de los que tienen altibajos como me ocurre a mí, no te garantizo que la película te emocione.
Más allá de gustos, hay que admirar que este hombre siga escribiendo y dirigiendo películas cuando ya ha cumplido los 85 años.
En cuanto a Ashleigh, sinceramente, me ha parecido una joven insufrible. Bobalicona, atolondrada, inculta aunque con apariencias, e ignorante, muestra una imagen muy caricaturizada de la típica niña tonta de buena familia, que me ha sacado de mis casillas. A pesar de que la crítica y el público ensalzan al personaje y la interpretación de Elle Fanning, a mí me han dado ganas de abofetearla. Es muy probable que su papel requiera una interpretación chirriante. Siendo así, entonces entiendo que haya que aplaudirla porque a mí me ha caído realmente mal. Los dos me han caído mal, y han conseguido que mi interés por la trama decaiga.
Y luego hay otros personajes, más secundarios pero no con menos renombre. Selena Gomez y Diego Luna me dicen poco, Liev Schreiber lo hace bien en su papel de cineasta atormentado, y Jude Law interpreta a un guionista cornudo al que se le podía haber sacado más tajada.
Con un ritmo correcto, la película tiene una banda sonora espectacular. A las películas de Woody Allen jamás se les puede achacar un mal acompañamiento musical y esa estética, a la que es fiel desde los inicios, aporta siempre un toque entrañable y encantador. Todo esto, al margen de que te guste más o menos la trama. La verdad es que clasificar esta película como comedia no sé si es lo más acertado. Aunque hay enredos y líos, a mí los diálogos no me han parecido hilarantes bajo ningún concepto. No me he reído con ninguna escena. Si acaso habré sonreído levemente. Poco más. Eso sí, las conversaciones están llenas de referencias al cine, la música, la pintura,.. en un vano intento de Gatsby por instruir a la joven Ashleigh. Y por otra parte, nadie retrata Nueva York mejor que Woody Allen. Siempre dan ganas de coger un avión y cruzar el charco.
En definitiva, Un día lluvioso en Nueva York, o Día de lluvia en Nueva York, ha sido para mí una película más bien pasable y prescindible. La trama me parece simple, sin grandes reflexiones, las interpretaciones correctas pero con personajes a los que les cruzaría la cara. Y sin embargo, la película tiene algo, lo que decía antes, ese tono melancólico que todo lo invade mientras vemos cómo la lluvia empapa las calles de Mannathan.
Si eres fiel a Allen, es probable que te guste esta película. Si, en cambio, eres de los que tienen altibajos como me ocurre a mí, no te garantizo que la película te emocione.
Más allá de gustos, hay que admirar que este hombre siga escribiendo y dirigiendo películas cuando ya ha cumplido los 85 años.
Tráiler: