Quantcast
Channel: Lecturápolis
Viewing all articles
Browse latest Browse all 2535

EL SILENCIO DE LA CIUDAD BLANCA (THRILLER - 2019)

$
0
0

Año: 2019

Nacionalidad: España

Director: Daniel Carpalsoro

Reparto: Belén Rueda, Javier Rey, Aura Garrido, Manolo Solo, Àlex Brendemühl, Sergio Donado, Ramón Barea, Itziar Ituño, Pedro Casablanc, Rubén Ochandiano, Richard Sahagún, Ramón Agirre, Josean Bengoetxea, Itziar Aizpuru, Joseba Apaolaza

Género: Thriller

Sinopsis: Vitoria, 2016. Los cadáveres de un chico y una chica de veinte años aparecen desnudos en la cripta de la Catedral Vieja. Unai López de Ayala, un inspector experto en perfiles criminales, debe cazar al asesino ritual que lleva aterrorizando a la ciudad desde hace dos décadas. La sucesión imparable de crímenes y una investigación policial contaminada por las redes sociales llevarán al límite a Unai, enfrentándolo a un asesino camaleónico y despiadado que podría estar más cerca de lo que creía.

[Fuente: Filmaffinity]


A Eva García Sáenz de Urturi la conocimos cuando publicó La saga de los longevos (bilogía) y Pasaje a Tahití. Poco después quiso rendir homenaje a su ciudad natal y publicó una trilogía cuyos acontecimientos ocurrían en Vitoria. La saga, compuesta por El silencio de la ciudad blanca (2016), Los ritos del agua (2017) y Los señores del tiempo (2018), tuvo muy buena acogida entre los lectores, consiguiendo que fueran muchos los que se engancharan a las investigaciones de Kraken, un ertzaintza marcado por una desgracia familiar. Admito que las buenísimas opiniones de esta trilogía me tentaron poderosamente pero, muchos sabéis que rehúyo de las series. Aún así me lo planteé. Sin embargo, al descubrir que iban a llevar el primer título a la pantalla grande, me frené en seco. Prefería ver la película en primer lugar, y aquí estoy, con más pena que gloria porque, me temo que Daniel Carpalsoro, director de esta cinta y que tiene, bajo mi punto de vista, un único peliculón a sus espaldas -Cien años de perdón-, le ha hecho chico favor a la autora vitoriana.

Extrañada por lo que la película me ofrecía y lo que yo había leído sobre la novela, me puse a indagar en Internet, y encontré estas declaraciones del director y de la autora:

"La película es una interpretación de la novela", explica Calparsoro. "La novela son 500 páginas y esto es una hora y media de película y hay que elegir, no puedes meter absolutamente todo. Y luego el lenguaje cinematográfico es distinto al literario. Podríamos decir, como comenta muchas veces Eva [García Sáenz de Urturi], que la película forma parte del universo de la trilogía de El silencio de la ciudad blanca, pero no es una traducción de la novela". [Fuente: Tráveler

Vale, no es una adaptación propiamente pero aún así, me ha parecido una película muy mediocre, cuando tenía unos buenos mimbres. Os cuento.

El silencio de la ciudad blanca comienza en créditos con el repaso a una serie de crímenes que sucedieron en Vitoria por el año 1999. En los lugares más emblemáticos y llenos de historia de la ciudad, se fueron cometiendo asesinatos que seguían un patrón muy concreto. El asesino, al que apodaron el asesino de los durmientes, elegía a una pareja de niños -un niño y una niña-, que no se conocían. Después de arrebatarles la vida, los colocaba en un lugar significativo, dispuestos en una posición exacta, desnudos y con un eguzkilore, es decir, una flor del sol, colocado sobre sus genitales. En el primer asesinato los niños tenían cinco años, en el segundo tenían diez, en el tercero tenían quince años. Por aquellos crímenes inculparon al joven Tasio, un joven vitoriano de buena familia, y conductor de un programa de la televisión local llamado Telúrico, en el que se analizaban las leyendas más antiguas de Vitoria. Tasio lleva desde entonces en la cárcel, desde donde ha escrito varios libros. Sin embargo, veinte años después de aquellos crímenes, vuelven a cometerse una serie de asesinatos en la ciudad, justo cuando se están celebrando las fiestas de la patrona, la Virgen Blanca. De nuevo, en el interior de la Catedral Vieja, aparece una pareja sin vida, un joven y una joven de veinte años, desnudos, con un eguzkilore sobre sus genitales, y de cuyas bocas salen abejas vivas. Este parece el modus operandi del asesino, narcotizarlos primero y luego,cuando están totalmente conscientes, introducirles abejas en los pulmones, lo que les provocará una muerte muy dolorosa.

Los encargados de investigar los nuevos crímenes son el inspector Unai (Javier Rey), al que llaman Kraken en su círculo más íntimo, junto a su compañera Estíbaliz (Aura Garrido). Ambos tendrán que rendir cuentas a la subinspectora Alba (Belén Rueda), recién llegada de Francia.Los tres tendrán que averiguar quién es el asesino, si Tasio fue condenado siendo inocente, o si se trata de un imitador. Al mismo tiempo, a Unai le irán enviando fotos en las que aparece él, en distintos momentos de la investigación.

En cuanto al asesino, a mitad de película sabremos quién es. Esto no supone ningún problema, más bien al contrario, alienta la curiosidad del espectador porque, de lo que se trata de es averiguar por qué comete esos asesinatos, cuál es su móvil, y por qué emplea tal ritual. 

La película parte de una buena premisa. Los crímenes rituales, relacionados con viejas leyendas o la mitología, suelen ser bastante interesantes. Sin embargo, el gran problema de esta película es el guion. Desconozco la trama de la novela. Ya os he comentado antes que no la he leído, pero me parece que se ha obviado lo esencial de la historia creada por García Sáenz de Urturi. Da la impresión de que han tomado de aquí y de allá lo que les ha parecido, sin importar la coherencia, la lógica, la verosimilitud. De ahí que se sucedan escenas y situaciones que no tienen fundamento ni se sostienen, que no se terminan de explicar. Por poner unos cuantos ejemplos que no os van a destripar la historia. En esta película hay mucha gente que huye en cuanto ven aparecer a la policía. Eso nos hace pensar que están implicados en los asesinatos pero luego, no hay una explicación a tales huidas, ni siquiera se puede achacar al temor que una persona puede sentir frente a la autoridad, sin haber cometido un delito.

Luego, Unai tiene una hermana que padece una enfermedad. Poco se dice al respecto, de hecho se menciona de pasada. Para mí, todo detalle en una película o un libro debe tener una justificación. ¿No era Chéjov el que decía que si en un cuento hay un clavo en una pared, el protagonista tiene que acabar colgándose de él? Pues eso. Nada debe quedar al azar o aparecer por capricho. Sin embargo, en esta película, la enfermedad de Martina, la hermana de Unai, no aporta absolutamente nada a la trama.

Otra incongruencia más. Hay un personaje que hizo desaparecer unos informes policiales, un detalle que a mí como espectadora me dejó fuera de combate. Y es que resulta que ese personaje fue policía en su día, pero este detalle te lo dicen al final de la película.

A todo esto, la gente entra y sale de los monumentos y museos de la ciudad, en plena noche, como Pedro por su casa. Hasta donde yo entiendo, los monumentos, iglesias, museos, tienen un horario de apertura y cierre, y siempre hay algún tipo de vigilancia. En esta película, no. 

Y esto sí que me da rabia. ¿Es necesario introducir siempre un rollete amoroso para darle jugo a una trama? Las relaciones amorosas, clandestinas o no, deben aportar tensión al argumento o, al menos, tensión entre los personajes. Aquí es un aderezo más que se podía haber eliminado y el sustento del thriller no se hubiera visto afectado.

Por último, el abuelo de Unai, apicultor, hace una serie de rituales con manzanas que me dejaron perpleja. ¿Qué finalidad tienen? Es que no se explica absolutamente nada. Vale que el espectador se lo puede imaginar, y ojo que soy de las que opinan que no nos lo tienen que dar todo hecho, pero hombre, un poquito de seriedad. 

En fin, ya veis que la película me ha dejado bastante decepcionada. Lo mejor, sin duda, las escenas de la persecución sobre las cubiertas de la Catedral Nueva, un proceso que se explica en el enlace que os he dejado más arriba.

En cuanto a las interpretaciones, Belén Rueda, en el papel de la subcomisaria Alba, no está a la altura de otros trabajos. Juan Rey y Aura Garrido, me dicen poco. El único que brilla algo más es Manolo Solo pero, como el guion es un despropósito tras otro, enturbia muchísimo el trabajo de este actor. 

En definitiva, me esperaba otra cosa de esta película. Está entretenida y poco más, especialmente si haces la vista gorda a ciertas cuestiones que se tendrían que haber tratado con más cuidado y profesionalidad. Mira que defiendo el cine español pero en este caso no lo tengo nada claro.





Tráiler:   

Puedes adquirirla aquí:
                                    





Viewing all articles
Browse latest Browse all 2535

Trending Articles