Poco a poco, nuestro país echa a andar de nuevo. Con este planning de fases que nos ha preparado el gobierno, todos los sectores comienzan a despertar de su letargo, pero está claro que aún nos queda un largo trecho para recuperar lo que teníamos. La "nueva" normalidad nos está obligando a reinventarnos, y en el terreno literario, toca gestionar los eventos culturales de forma distinta. Las presentaciones de libros se realizan de manera virtual, y los autores ya no viajan para hacer promoción, sino que atienden a los medios vía telefónica. Visto desde un punto de vista positivo, este nuevo proceder supone un importante ahorro económico para las editoriales, y para los autores, un menor desgaste, al no tener que desplazarse de un lugar a otro en un breve margen de tiempo. En la otra cara de la moneda está la imposibilidad de interactuar con los novelistas cara a cara y la frialdad que aporta la tecnología. En cualquier caso, hay que agradecer que, tanto editoriales como autores, se esfuercen por mantener el contacto con el lector, porque la necesidad es reciproca. Ellos necesitan seguir manteniéndonos cerca, y nosotros necesitamos seguir conociendo los entresijos de sus historias.
Así que, rompiendo con el parón al que nos hemos visto todos obligados, retomo las entrevistas de este espacio. Lo hago con Andrés Pascual, el escritor y conferenciante riojano con el que ya pude conversar en persona cuando publicó El viaje de tu vida. Estos días atrás, se ha publicado El beso del ángel (Editorial Espasa), una novela que narra una serie de asesinatos que se cometen en Logroño. El primero de ellos coincide con un evento en una bodega, pues el mundo de la viticultura está muy presente en el texto. La protagonista será Camino, una periodista que no está en su mejor momento profesional. Por motivos personales se verá envuelta en la investigación de estos crímenes, y de su mano recorreremos la senda de una trama llena de suspense, con la que he disfrutado de principio a fin. A la espera de que, en unos días os cuente mis impresiones, de momento, os dejo con la entrevista.
Así que, rompiendo con el parón al que nos hemos visto todos obligados, retomo las entrevistas de este espacio. Lo hago con Andrés Pascual, el escritor y conferenciante riojano con el que ya pude conversar en persona cuando publicó El viaje de tu vida. Estos días atrás, se ha publicado El beso del ángel (Editorial Espasa), una novela que narra una serie de asesinatos que se cometen en Logroño. El primero de ellos coincide con un evento en una bodega, pues el mundo de la viticultura está muy presente en el texto. La protagonista será Camino, una periodista que no está en su mejor momento profesional. Por motivos personales se verá envuelta en la investigación de estos crímenes, y de su mano recorreremos la senda de una trama llena de suspense, con la que he disfrutado de principio a fin. A la espera de que, en unos días os cuente mis impresiones, de momento, os dejo con la entrevista.
[Fuente: Facebook autor] |
Andrés P.- Sí, sí, estoy en España. Me había mudado a Madrid a principios de año, pero cuando todo empezó a complicarse, y antes de que se limitara la movilidad, opté por venirme a La Rioja, sobre todo por estar cerca de los mayores. Son momentos en los que se puede aplicar lo que diría la protagonista de El beso del ángel, no importa lo que hayan hecho de nosotros sino lo que vamos a hacer cada uno con lo que ha quedado de nosotros. No podemos permitir que ningún virus nos haga hincar la rodilla. No te voy a decir que vamos a salir reforzados, pero sí es nuestra responsabilidad, como lo ha sido desde el principio de los tiempos con nuestros ancestros, seguir caminando con las circunstancias que sean.
M.G.- Hay que amoldarse.
A.P.- Sí, y con una actitud de normalidad. El mundo es tremendamente incierto, cambiante y caótico, y eso será así siempre. Así que habrá que apechugar con ello y seguir hacia delante. Algo así le ocurre a Camino, la protagonista, que saca su rebeldía y su identidad cuando parece que lo ha perdido todo. Creo que lo que estamos viviendo nos puede servir de inspiración.
M.G.- Viendo que esta pandemia está afectando absolutamente a todos los sectores, tú que estás metido en el mundo de libro, en el mundo editorial, ¿cómo crees que va a repercutir? ¿Volveremos a tener ferias del libro multitudinarias?
A.P.- Confío en que el virus se erradique y podamos recuperar todo aquello que nos hacía disfrutar. En la novela se dice que el mejor vino es el compartido. Porque está muy bien tomarse un gran Rioja, pero el vino que mejor sienta es aquel que te tomas con tu familia o con tus amigos. A eso hay que volver, no porque sea lo normal, sino porque es lo que nos llena de gozo. Tenemos que volver, y ahora lo podemos hacer quitándonos de encima unas cuantas necesidades. Solemos pensar que necesitamos ciertas cosas para seguir adelante y no es así. La mayor parte de las necesidades son falsas creencias. Esta pandemia tiene que hacernos ver lo que realmente es importante, que debemos irnos a la cama sin cuentas pendientes. Lo que necesitamos es paz interior.
M.G.- El beso del ángel es tu nueva novela. Es un thriller lleno de suspense e intriga que a mí me ha enganchado. Necesito preguntarte cómo surge esta novela, con un desenlace tan asombroso e inesperado.
A.P.- Pues quería mostrar, en primer lugar, la cara más sofisticada, moderna e innovadora del mundo del vino como escenario. En A merced de un dios salvaje exploraba la cara más tradicional y rural de la viticultura. Y en segundo lugar, quería profundizar en esas zonas oscuras del ser humano que normalmente tenemos sin explorar.
En una ciudad como Logroño, que no deja de ser una ciudad pequeña en la que todo el mundo se conoce, hay una serie de imposiciones sociales que nos hacen mostrar siempre nuestra mejor cara. Necesitamos exteriorizar constantemente que todo va bien y no es así. Todos tenemos un lado oscuro en el que habitan nuestros instintos más primarios, nuestras ideas más destructivas. Si no nos enfrentamos a todo eso y lo tratamos con naturalidad para ordenarlo de forma saludable, termina por enquistarse. He querido explorar esa zona oscura para ver lo que ocurre cuando se enquista hasta el punto en el que estalla sin remedio. Quería hacerlo en una ciudad como Logroño porque es muy amable, tan llena de luz, en la que se tiene la sensación de que todo está al alcance de la mano y todo el mundo vive maravillosamente bien. En ese escenario coloco a un asesino en serie. Me parece que todos tenemos cierta fascinación por este tipo de criminales que protagonizan las novelas y creo que es así por tres motivos. Primero porque nos gusta pasar miedo de forma controlada, luego porque necesitamos entender por qué alguien es capaz de hacer cosas tan terribles, como desollar a una persona hasta que no le quede ni un centímetro cuadrado de piel. Y en tercer lugar, nos estremece pensar que este tipo de actos pueden ser llevados a cabo por gente normal. Eso nos hace pensar que un criminal puede ser cualquier persona de nuestro entorno.
M.G.- Pero has escrito una novela con muchas pinceladas históricas. Hablas mucho de Logroño, de su historia. La ciudad es casi un personaje más.
A.P.- Sí, lo es. Como todas las ciudades, Logroño tiene su propia historia que ha determinado el carácter de sus habitantes. Estamos a punto de celebrar el quinto centenario del asedio a la ciudad por las tropas francesas del cual salimos extrañamente victoriosos, a pesar de la inferioridad numérica. Aquello marcó nuestro carácter luchador y, al mismo tiempo, hospitalario. Nos encanta recibir visitantes. En pocos sitios he visto que llegue un forastero a un bar y que el grupo de lugareños que esté al lado le pague el vino.
En cualquier caso, aunque me gusta explorar la historia del lugar, no lo hago para llenar de datos un capítulo sino para hacer crecer a la trama y a los personajes. Cada libro es un universo en sí mismo y todo lo que pones en él, desde la primera palabra o letra hasta la última, tiene que tener un porqué.
M.G.- Es muy interesante todo lo que se recoge del asedio y, por supuesto, de la vida actual de la ciudad. Me preguntaba si hay mucho del Logroño de Andrés Pascual en la novela.
A.P.- Claro que sí. Todos los escritores tiramos de lo que somos y de lo que tenemos a nuestro alrededor. Aunque, como digo en los agradecimientos, que nadie se dé por aludido ni por desollado.
M.G.- Ahora que se está imponiendo las vacaciones en territorio nacional, a través de tu novela me han entrado muchas ganas de hacer enoturismo.
A.P.- Sería estupendo que viniera mucha gente a Logroño, de igual modo que vino muchas personas a la Rioja Alta, con A merced de un dios salvaje. Hay muchas rutas turísticas por esta zona. Logroño es no solo es el vino sino también la gastronomía. Es una ciudad muy sensitiva. En Logroño, el vino no se bebe, aquí el vino se vive. Y con la comida pasa lo mismo. No forma parte únicamente de las celebraciones sino de nuestro día a día, con lo cual, estos sabores y estos olores tenían que estar también en la novela.
M.G.- La novela está protagonizada por Camino una periodista que se ve obligada a regresar a su ciudad por motivos personales, y a sumergirse en la investigación de unos crímenes. Es un thriller en el que la policía queda más en segundo plano.
A.P.- Así es. Ese era uno de mis objetivos. Quería escribir un thriller de estilo policíaco, en el cual, el protagonista no fuera un policía. Eso me iba a permitir ahondar en diversos temas desde la intensidad del entorno familiar, y no desde la frialdad de una comisaría. En El beso del ángel pasan cosas tremendas, hay asesinatos brutales, pero es una novela de familias y de cuentas pendientes. Ahí es donde radica el verdadero thriller y el que más miedo da de todos. Que Camino sea una persona de a pie, que no porte pistola, me permitía explorar lo que quería desde un punto de vista más cotidiano. Además que, de este modo, el lector se puede sentir más identificado con el protagonista de la novela.
M.G.- Camino es un personaje que evoluciona. La veremos inicialmente muy perdida y desorientada, salvo cuando llegamos al desenlace en el que, no solo se esclarece la resolución de los crímenes, sino que también se aclaran todas sus dudas existenciales.
A.P.- Efectivamente, lo has explicado tan bien que no tengo más que añadir (Risas)
M.G.- (Risas) Y hablas de familias porque realmente están muy presentes en el texto. El lector va a conocer al padre, a la madre y al hermano de Camino. Me gusta mucho la relación que ella mantiene con su hermano, basada en la absoluta sinceridad.
A.P.- Cuando quieres de verdad te entregas en cuerpo y alma, sin pensar en lo que a va a pensar el otro. El amor también se demuestra poniendo encima de la mesa las verdades, y no desde la saña, sino de forma natural. Lucas, el hermano, siempre ha sido muy sincero con Camino a la que recrimina cada vez que él cree que su hermana ha hecho algo equivocado. Pero claro, te tienes que querer mucho para no interpretarlo de forma errónea.
M.G.- La presencia femenina es muy potente en la novela. Para empezar se la dedicas a tus ocho cuñadas, ahí es nada, empleas versos de Loreto Sesma, y las grandes protagonistas de esta novela, Camino y Fabiola, son mujeres. ¿Esto es algo intencionado?
A.P.- Será que tenéis mucha fuerza porque ha salido sin querer, así que el mérito no es mío sino de la mujer en sí misma.
M.G. Hemos hablado algo de Camino. ¿Y de Fabiola, qué nos puedes contar? A mí me ha parecido el villano de esta historia.
A.P.- Sí, cierto pero, como los villanos de verdad, está llena de vulnerabilidades. El sacar pecho, ya sea como un héroe o un villano, responde a la necesidad de ocultar tus miedos. Fabiola es una persona que está llena de miedos. Por eso se esconde en esa actitud de prepotencia y arrogancia. Pero como el lector verá, saldrá también a la luz algunos desordenes de índole psicológicos, no tanto de origen congénito sino más motivados por la forma en la que ella ha afrontado su vida.
M.G.- Hay un personaje masculino que a mí me encanta. Me refiero a Bugatti.
A.P.- Pues al hilo de lo que comentabas antes con respecto a la presencia femenina, te diré que Bugatti, inicialmente, iba a ser una mujer. Al principio iba a ser una cocinera, pero la cambié porque me parecía más entrañable construir un personaje al que Camino considerara un tío, aunque realmente no lo es.
M.G.- Es un personaje muy atractivo y muy rico, interiormente. En ese sentido, me gustaría preguntarte si has puesto mucho de ti en este personaje. Sé que eres una persona que mira mucho su interior.
A.P.- Sí, es así. Aunque yo no tenga setenta años y mis brazos sean como un tercera parte de los bíceps de Bugatti, sí que me ha servido para dar salida a algunos pensamientos que yo mismo le diría a Camino. Bugatti es como ese sabio que lo dice todo con sus silencios.
M.G.- ¿Y en cuántas materias te has tenido que documentar para escribir la novela? Hay mucho de viticultura, introduces por ahí la receta de un plato muy peculiar, y otra serie de cuestiones que mejor no desvelar. Ha tenido que ser un trabajo muy intenso.
A.P.- Toda novela te exige una labor de documentación enorme. Lo bonito es cuando lo haces, no por documentarte en sí, sino por el placer de conocer y aprender, lo que te ayuda mucho a la hora de hacer crecer la trama y a los personajes.
M.G.- En Agradecimientos he visto que has tenido que hablar con mucha gente para abarcar todos estos temas y otros más que figuran en la novela.
A.P.- Vivir es un deporte de equipo y escribir, como vida que es, también. Me gusta remarcar mucho la página de Agradecimientos porque, sin toda esa gente, no habría novela.
M.G.- Y en este libro, tocas un tema que siempre está de actualidad, pero especialmente en estos tiempos en los que la información tiene un peso enorme. Me refiero a la ética profesional en el periodismo. Camino se cuestiona mucho si está ejerciendo su labor con honestidad.
A.P.- Es que todo depende no ya de lo que cuentas, sino de cómo lo cuentas. En estos momentos de confusión es muy importante la profesionalidad y la responsabilidad de los periodistas para contar las cosas sin tendencias preconcebidas. El periodista debe mostrar la realidad y es la sociedad la que tiene que sacar sus propios juicios. Muchas veces no juzgamos sino prejuzgamos. Este tema me ha servido para mostrar que toda historia tiene una doble cara. No todo es blanco o negro. Vivimos en una gama inagotable de grises.
M.G.- El desenlace me pareció brutal. Y claro, con un final así, tan inesperado, me pregunto si ya lo tenías pensado antes de empezar a escribir la novela.
A.P.- Sabía cómo iba a acabar pero no tenía todos los detalles ultimados. Pero no te cuento más nada sobre ese desenlace para no destrozar la sorpresa que le espera a los lectores al final.
M.G.- Un final que, sin duda, creo que va a coger a todos muy desprevenidos. A mí me ha gustado mucho.
A.P.- No sabes cuánto me alegro.
M.G.- Andrés, lo dejamos aquí. Muchas gracias por atenderme y espero poder verte muy pronto.
A.P.- Esperemos que así sea. Gracias.
Sinopsis: Camino, hija de un afamado chef, lo tenía todo: riqueza, belleza, inteligencia y el convencimiento de que estaba destinada a brillar. Mientras forjaba una carrera de periodista en el extranjero se vio obligada a volver a su ciudad natal, donde nada era como recordaba. Su madre pasaba los días cuidando a su padre, en estado vegetal tras un ataque sufrido después de que su otro hijo, Lucas, arruinara a la familia.
Mientras Camino se viene abajo, incapaz de encontrar su sitio, su hermano reaparece para pedirle un favor que hace aflorar un secreto enterrado hace mucho tiempo. Todo se complica cuando una jovencísima celebrity local es brutalmente asesinada en el evento de inauguración de una bodega y la investigación apunta a Lucas como autor de la carnicería. Si ese dramático hecho es el tren al que Camino ha de subirse para relanzar su carrera, está más que dispuesta a no dejarlo pasar… aunque le conduzca al mismísimo infierno.
M.G.- Un final que, sin duda, creo que va a coger a todos muy desprevenidos. A mí me ha gustado mucho.
A.P.- No sabes cuánto me alegro.
M.G.- Andrés, lo dejamos aquí. Muchas gracias por atenderme y espero poder verte muy pronto.
A.P.- Esperemos que así sea. Gracias.
Sinopsis: Camino, hija de un afamado chef, lo tenía todo: riqueza, belleza, inteligencia y el convencimiento de que estaba destinada a brillar. Mientras forjaba una carrera de periodista en el extranjero se vio obligada a volver a su ciudad natal, donde nada era como recordaba. Su madre pasaba los días cuidando a su padre, en estado vegetal tras un ataque sufrido después de que su otro hijo, Lucas, arruinara a la familia.
Mientras Camino se viene abajo, incapaz de encontrar su sitio, su hermano reaparece para pedirle un favor que hace aflorar un secreto enterrado hace mucho tiempo. Todo se complica cuando una jovencísima celebrity local es brutalmente asesinada en el evento de inauguración de una bodega y la investigación apunta a Lucas como autor de la carnicería. Si ese dramático hecho es el tren al que Camino ha de subirse para relanzar su carrera, está más que dispuesta a no dejarlo pasar… aunque le conduzca al mismísimo infierno.