Año: 2020
Nacionalidad: EE.UU
Director: Dan Scalon
Reparto: --
Género: Animación
Sinopsis: Ambientado en un mundo de fantasía suburbana, dos hermanos elfos adolescentes, Ian y Barley Lightfood, se embarcan en una aventura en la que se proponen descubrir si existe aún algo de magia en el mundo que les permita pasar un último día con su padre, que falleció cuando ellos eran aún muy pequeños como para poder recordarlo.
Hace unos días pasé por el blog de Éowyn, Las crónicas de una cinéfila, donde supe de la existencia de Onward, una película de animación nacida bajo la unión de Disney y Pixar. Mi experiencia con los largometrajes de animación de este matrimonio no puede ser más satisfactoria, así que apunté bien el título y no he tardado mucho en verla. Y qué bien sienta una película de animación cuando se tiene la cabeza totalmente embotada y no te apetece más que dejarte invadir por un mundo mágico.
La vida ha cambiado muchísimo en los últimos años. Antes el mundo estaba lleno de magia, con montañas, colinas, valles verdes y frondosos, habitados por hadas, elfos, unicornios voladores, centauros, gnomos, trolls, sirenas, cíclopes,.... La magia ayudaba a todo el que lo necesitaba pero no era fácil de controlar, y a veces no todo salía bien. Así que el mundo evolucionó. Dejó a un lado la magia en pos de una vida más modernizada. Se construyeron ciudades arrinconando a la naturaleza. Llegó la electricidad, el gas, los aviones, las fábricas, los móviles,... y la magia se fue extinguiendo poco a poco, hasta que los hermanos Lightfood vuelven a recuperarla.
Onward narra la historia de dos hermanos. Barley e Ian son dos jóvenes elfos que viven con su madre. El padre falleció cuando Ian, el más pequeño, tenía tan solo unos años de vida y por eso apenas lo recuerda. Cuando la nostalgia y la tristeza le invaden el corazón, recurre a una vieja cinta de cassette en la que quedó registrada la voz de su padre. Pero su ausencia es demasiado dolorosa y no encuentra consuelo en ningún sitio.
Un día conoce casualmente a un hombre que le hablará de él. Ambos se conocieron cuando estudiaban en la universidad y aquel desconocido le dirá que su padre fue una persona buena, valiente y divertida. Estas declaraciones llenarán de alegría a Ian, quien se propondrá convertirse en el hombre admirado que llegó a ser su padre, aunque se encontrará con algunas trabas. Sin embargo, el día que cumple dieciséis años recibirá un regalo muy especial, algo que su padre dejó a sus hijos antes de morir. Ese regalo, lleno de magia, no solo remodelará la personalidad de Ian sino que le permitirá conocer, por fin, a su padre. Así que, los dos hermanos se embarcan en una aventura en solitario, un viaje a un determinado lugar, a lo largo del cual tendrán que enfrentarse a situaciones complicadas y diversos peligros, que tendrán que superar para alcanzar la meta.
La trama de Onward está llena de ternura. La película explora claramente dos cuestiones que marcan el carácter de Ian. Por un lado, el dolor y el vacío que el joven siente por la ausencia de un padre al que solo recuerda gracias a unas fotos y una grabación de voz. Por otro, la relación fraternal, los típicos desencuentros entre hermanos, y el apoyo que supone tener un hermano mayor. Disney siempre construye películas con mensajes moralizantes que a mí me parecen esenciales en los tiempos actuales. No me refiero a esta época de pandemia, sino a nuestro estilo de vida, cuando los adultos olvidamos lo verdaderamente importante y cuando transmitimos a los niños unos valores que no siempre son los más idóneos.
Los personajes son simpatiquísimos.Ian es un joven tímido, introvertido e inseguro, lleno de miedos y dudas. Le cuesta mucho sociabilizar y tener amigos, por lo que pasa totalmente desapercibido entre la gente. Sin embargo, la posibilidad de cumplir su mayor deseo le obligará a sacar la fuerza que reside en su interior y se convertirá en una persona totalmente distinta, ganando en autoestima y seguridad. Para Ian, este viaje es una prueba de superación y madurez.
A Barley le corresponde el papel de hermano mayor. Obsesionado con los juegos de rol, demuestra su rebeldía luchando contra el sistema, y evitando que las autoridades derriben todo vestigio de los ancestros, por lo que tendrá algún tropiezo con la policía. Rudo, fortote y luchador, Barley tiene una personalidad arrolladora, y no se detendrá ante nada.
La relación entre ambos irá evolucionando. Ian no puede soportar a Barley porque siente que invade su espacio y lo ridiculiza en público, pero la intención del hermano mayor es apoyar y ayudar a su hermano, aunque para ello emplee técnicas algo burdas. Por otra parte, surgirán mil y una complicaciones originadas por malentendidos y distintas forma de pensar y actuar. Ahora bien, en el desenlace Ian conseguirá ver a su hermano de un modo distinto y la escena final llegará a emocionar al espectador.
Entre los personajes más secundarios, destaco a Laurel, la madre de los jóvenes, cuya estética recuerda mucho a algunos personajes de Del revés. Tras el fallecimiento de su esposo, ella ha conseguido reconducir y rehacer su vida. Mantiene una relación con un centauro-policía que tiene su pequeña parcela de protagonismo y que nos regalará una escena final muy divertida. Laurel es una leona, en el sentido figurado, una madre que está dispuesta a hacer todo lo que esté en su mano para proteger a sus cachorros, aunque ello implique poner en riesgo su vida.
Y otro secundario más que me ha encantado es Corey, una mantícora -figura mitológica, una mezcla entre león, dragón y escorpión-, que regenta una taberna, la cual ha perdido su esencia original. Lo que tenía que ser un lugar tenebroso y un personaje terrorífico se ha convertido en un establecimiento de ocio y diversión. No obstante, los hermanos le harán ver en lo que se ha convertido y ella recuperará su esencia natural.
El humor es una de las bazas más importante de la película. Los personajes se tienen que enfrentar a situaciones complicadas, que a la vez arrancará alguna sonrisa al espectador. La parte cómica recae en personajes concretos, como Barley que sorprenderá al espectador con sus ocurrencias, Corey que se dejará llevar por su auténtica naturaleza, y una banda de hadas moteras que protagonizarán escenas muy simpáticas.
Aunque, a veces, el ritmo decae un poco, la película va ganando en acción a medida que avanza el metraje. La calidad técnica es absolutamente brutal. Cada vez que veo una película de Pixar me pregunto cómo habrán hecho esto o aquello, y cuántas horas habrán invertido en conseguir tal o cual movimiento. Hay secuencias en los que los paisajes parecen una fotografía. Desconozco si lo serán o no, pero parecen verdaderamente reales.
En definitiva, Onward, con un título que encaja en la nueva disposición de Ian, es una película de aventuras que contiene grandes reflexiones. La familia, el amor por los orígenes, el dolor por la pérdida y la muerte son temas que se dejan entrever en esta cinta y que, además, pretende enseñar a los más pequeños a seguir adelante, a luchar, a pensar que no estamos solos porque, probablemente tengas a tu lado a alguien que te quiere y te apoya. Me ha parecido una manera original y simpática de transmitir estas enseñanzas. Y, si bien no es de lo mejor que he visto de Pixar y Disney, creo que es una película estupenda para ver en familia con los más pequeños.
Tráiler: