Año: 2019
Nacionalidad: Reino Unido
Director: Michael Engler
Reparto: Hugh Bonneville, Michelle Dockery, Maggie Smith, Joanne Froggatt, Kate Phillips, Imelda Staunton, Simon Jones, David Haig, Tuppence Middleton, Stephen Campbell Moore, Allen Leech, Elizabeth McGovern, Sophie McShera, Laura Carmichael, Phyllis Logan, Rob James-Collier, Jim Carter, Brendan Coyle, Penelope Wilton, Max Brown, Kevin Doyle, Lesley Nicol, Douglas Reith, James Cartwright, Philippe Spall, Darren Strange, Mark Addy
Género: Drama
Sinopsis: 1927. La familia Crawley y su carismática servidumbre se preparan para el momento más crucial de sus vidas. Una visita del rey y la reina de Inglaterra desatará una situación de escándalo, romance e intriga que pondrá en peligro el futuro de Downton. Continuación de la aclamada serie televisiva, 'Downton Abbey'.
Cuando se estrenó Arriba y Abajo en España, yo tenía once años. Aquella serie me dejó una huella imborrable, acrecentada por los relatos de mi madre, a la que también le tocó vivir abajo. Ella, nacida en un pequeño y cercano pueblo a Sevilla, abandonó su mundo rural para trasladarse a la capital. Era una de las jóvenes que venían a servir a la ciudad. Su hermana mayor se casaba y dejaba libre el puesto de doncella en una casa pudiente. Toda mi vida la he oído hablar de aquella familia de la aristocracia, que vivían en una gran casa señorial del centro urbano, con una vida social intensa. Que yo recuerde, tan solo eran tres de familia, el matrimonio y la hija, Luisa, única heredera de un vasta fortuna. Y para ellos tres, contaban con una legión de sirvientes, incluido el chófer, o el "chaufer" como mi madre le decía, pronunciándolo con una ligera entonación afrancesada. Siempre le gustó hablar de aquellos años. Lo que vivieron sus ojos la maravilló toda su vida. Aún la recuerdo contar aquella tarde que le sirvió chocolate y picatostes al cardenal Bueno Monreal. Y te explicaba, con toda clase de detalles, cómo había que preparar un buen té. Nada de hervir el agua y echarle la típica bolsita. Aquello requería un ritual minucioso. Así que, todo ese mundo de grandes fortunas, de elegantes caballeros y damas hermosas, vestidas con las prendas más sofisticadas, siempre me han llamado la atención. De ahí que recuerde con tanta nitidez a los Bellamy; al señor Hudson, el mayordomo; a la señora Bridget, la cocinera; o a Ruby (la inocente ayudante de cocina). Y de ahí que Downton Abbey se haya convertido en el Arriba y Abajo de mis 46 años. Pero hoy no vengo a hablaros de la serie, sino de la película, estrenada el año pasado.
Downton Abbey narra las vivencias de la familia Crawley en el año 1927. El título de la serie, y por ende, de la película, hace referencia a la finca, a la casa señorial, que, en realidad, es el castillo de Highclere, una edificación victoriana de estilo isabelino, con curiosos pináculos que coronan la techumbre. Se encuentra en el condado de Hampshire (Inglaterra) y hoy acoge a muchísimos visitantes. Pero este castillo no ha sido escenario únicamente de esta serie y su película. También es ubicación de otros largometrajes.
Pues bien, a Downton Abbey llega una carta especial desde el Palacio de Buckingham. El rey Jorge V y su esposa, en su visita por Yorkshire, quieren hacer escala en Downton donde pasarán una noche. El programa de actividades consistirá en asistir a un desfile de los húsares del rey, cena y baile. La visita real ocasiona un gran revuelo en la casa. Para los de arriba, supone un honor y una responsabilidad acoger bajo el techo de la casa familiar, a unos visitantes tan importantes. Para los de abajo, la visita real implica mucho más trabajo, reforzar las labores de limpieza y dejar la casa en perfecto estado de revista. Pero unos y otros, mostrarán su entusiasmo.
Pero la visita de los reyes será únicamente el contexto que envolverá los verdaderos conflictos de la trama. En lo que a la familia Crawley se refiere, tendrán que "pelear" por una herencia que se les resiste. Las rencillas que existen entre diversos miembros de la familia sacan a relucir una bonita y prohibida historia de amor que ha estado oculta durante muchos años. Y, por otra parte, el sentido ideológico de uno de los miembros de la familia aportará un toque de suspense a la historia.
En cuanto a lo que se cuece en las cocinas, los sirvientes de Downton comprobarán cómo el personal de servicio de la casa real los arrincona, dejándolos sin voz, voto, decisión y margen de maniobra. Los que llegan de Buckingham Palace asumirán el poder y los de la mansión, sintiéndose ninguneados por un estirado paje real y un cocinero francés que contempla con horror las instalaciones de la casa, no se quedarán de brazos de cruzados. Su rebelión es la que aporta ese lado de comedia que divertirá al espectador.¿Cómo se las ingenian para quitarse a los sirvientes reales de en medio?
La trama de la película rezuma ese aire tan british de la época, que tanto me gusta. El glamour, la belleza, la delicadeza, los bailes, la vida fácil que se respira arriba hace disfrutar al espectador, mientras que la de abajo, tan distinta, humilde y sencilla, termina por conquistarlo. Downton Abbey es un todo en el que cada altura, cada estrato social, juega un papel determinado, y en ambos niveles, el espectador encontrará suficiente interés como para disfrutar de esta película. Conspiraciones, robos, usurpación de papeles, sabotajes, herencias, secretos, amores..., conforman una trama completa con muchos frentes abiertos.
En cuanto a los personajes, son los mismos que los de la serie. Así que, los que la hayáis visto, no vais a tener ningún problema en saber quién es quién, o quién está emparentado con quién. Pero, si no la has visto, puedes encontrarte con algún escollo. Por ejemplo, no se explica, o se hace de pasada, que Tom Branson era el chófer de la familia. Este se enamoró de Sybil, la hija pequeña de los Crawley, con quien se casó y tuvo una hija. La joven falleció posteriormente.
Tampoco se explica muy bien quién es Isobel Crawley y qué relación de parentesco la une al resto de los miembros. Es un personaje que interactúa frecuentemente con Violet, la abuela de la familia. Ambas tienen una personalidad muy potente y protagonizan los momentos más irónicos de la película.
Es decir, hay relaciones y sucesos que vienen de la serie y que, si no la has visto, pueden desorientarte ligeramente. Pero no va a suponer tampoco un gran escollo a la hora de entender los entresijos de la historia. Creo que la atmósfera, la ambientación, los paisajes, y los distintos conflictos de la trama son más que suficientes como para atrapar al espectador y hacerlo disfrutar.
De todos los personajes, mi favorita, tanto en la serie como en el película, siempre será Violet, la abuela. Es una mujer entrada en años, muchos, que ya viene de vuelta de todo y que no tiene pelos en la lengua. Sus diálogos están llenos de sarcasmo, su mirada amilana al que tiene enfrente, lo reduce a nada, y no pierde ocasión de demostrar su férrea personalidad. Magistralmente interpretada por Maggie Smith, a la que adoro, cuando esta actriz se junta con Imelda Staunton (Lady Bagshaw, la prima de Violet), hay que rendir pleitesía.
[Fuente: Pinterest de Aquileana] |
La película comienza con el recorrido que hace esa carta real, desde el momento de la firma en el palacio de Buckingham, pasando por la estación de tren donde acabará dentro de las sacas del correo de Su Majestad, hasta llegar a la oficina de clasificación y, posteriormente, ser entregada a uno de los lacayos de Downton Abbey. Ese viaje postal nos va a permitir ver unas imágenes maravillosas de la casa. Nada más que por esa secuencia, bien vale la pena ver la película. Downton Abbey aparecerá ante nosotros majestuosa, aislada en mitad de la nada, rodeada por verdes prados y enmarcada por un cielo azul brillante, circunstancia meteorológica que no creo que sea muy frecuente a lo largo del año. (En la película tan solo llueve una noche). Al ver esas imágenes, no sé muy bien por qué, siento una infinita felicidad, como si fuera yo la que regresa a la casa de mi niñez. Y tengo la sensación que, en una casa como esa, uno puede sentirse infeliz, ni siquiera si te toca vivir abajo. Pero esa es la magia de esta serie, de esta película, tan bien lograda, mimada, conseguida, que te predispone a disfrutar desde la melodía del opening, la misma que ya conocíamos de la serie. Porque la banda sonora es igualmente una preciosidad y enriquece cada uno de los fotogramas.
No podemos obviar el trabajo de maquillaje, vestuario, peluquería, fotografía..., absolutamente soberbio. Todo importa en esta película, para trasladarnos a un tiempo determinado.
En definitiva, Downton Abbey, la película, es como un capítulo más de la serie. Se resuelven algunos conflictos que ya venían de atrás y se desarrollan otros nuevos. El desenlace da paso a una nueva generación por lo que se podría pensar que cabría una segunda parte. Arriesgarse a seguir tirando de la cuerda me parece excesivo pero, si se sigue ofreciendo un producto como este, me encantará visitar de nuevo a los Crawley.
Tráiler:
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