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LAURA GOST: 'Cualquier etiqueta aplicada a la literatura es contraproducente'

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Cuando me disponía a redactar esta entrada, me acordé de aquel acrónimo que empezó a utilizarse en los años 90. ¿Os acordáis de J.A.S.P.? Los de mi edad seguro que sí. Para los que no, aquellas siglas significaban "Joven Aunque Sobradamente Preparado". Todo surgió con un spot televisivo que anunciaba una conocida marca de vehículo. El anuncio caló en la sociedad y el acrónimo comenzó a usarse para designar a aquellos jóvenes con una buena formación académica, que venían dispuestos a comerse el mundo. Hoy esta denominación ya no se usa. De hecho, se ha llegado a ironizar con las siglas, asignándole un significado distinto, y que refleja la vulnerabilidad de los jóvenes de hoy en día. Puedes leer un interesante artículo aquíNo obstante, cuando me encuentro con jóvenes como Laura Gost no puedo más que pensar en la cantidad de chicos y chicas con una forma de pensar brillante, con una percepción del mundo que se vuelve cada más necesaria, y con una creatividad digna de admirar.

Laura Gost es una joven mallorquina, nacida en 1993. Con tan solo 24 años, ganó el Goya al Mejor Corto de Animación por Woody & Woody, en 2018. Confiesa que escribe desde los siete años, y acaba de publicar su primera novela, La prima mayor, que publica Temas de Hoy.



En La prima mayor, Rosa tiene que hacer frente a la inesperada convivencia con su prima Tina. Esta acaba de perder a sus padres en un accidente de coche y se traslada a un pueblo muy pequeño, para empezar una nueva vida con la familia de su tía materna. Allí conocerá a los Montsó, a un padre y a sus dos hijos. Laura Gost plantea en esta novela un entramado de relaciones, en un momento tan decisivo como es la adolescencia. Pero, mientras llega el momento de publicar la reseña, os dejo con la entrevista.

M.G.- Laura, vemos por tu biografía que estás muy vinculada al cine y al teatro. De hecho, ganaste un Goya en 2018, por el cortometraje de animación Woody & Woody. Ahora publicas La prima mayor, pero no sé si es lo primero que escribes y publicas.

Laura G.- No. Es cierto que se tiende a señalar mi faceta en el cine y en el teatro, pero yo siempre he escrito narrativa. Empecé a escribir a los siete años. Hasta ahora me había centrado en cuentos y relatos breves. Algunos han sido publicados y premiados. Acostumbrada a ese género, me planteé el reto de escribir una obra de mayor extensión y así nació La prima mayor.

M.G.- La prima mayor se publica primero en catalán con el título La cosina gran. ¿Por qué no publicar directamente en castellano?

L.G.- Soy mallorquina y, aunque domino el castellano, mi lengua materna es el catalán. Siempre he preferido escribir en catalán, principalmente por una cuestión de matices, y también por amor a la propia lengua.

M.G.- Has mencionado la palabra matices que para mí es muy importante cuando se habla de traducciones porque, en alguna ocasión, se pierden o sufren variaciones que afectan a la historia. ¿Has participado en el proceso de traducción de tu novela? ¿Estás satisfecha con el resultado?

L.G.- Es cierto lo que comentas, que los matices son muy importantes. Pero estoy muy contenta con la traducción. Creo que Victoria Pradilla ha hecho un gran trabajo. Ella me consultó algunas dudas como, por ejemplo, los nombres. Decidí que en la versión castellana, los nombres de los personajes se debían mantener en catalán. Y aunque podía haberme encargado de la traducción, preferí no hacerlo. Los traductores trabajan con rigor y buscan siempre ser fieles al texto. Si me hubiera encargado yo, lo mismo hubiera tenido la tentación de reescribir la novela.

M.G.- ¿Y cómo se te ocurrió escribir esta historia, protagonizada por dos primas, Rosa y Tina?

L.G.- En relato breve había tratado diferentes géneros y registros. Sin embargo, para la primera novela, quería tratar un tema que fuera para mí bastante asequible. Para mantener una trama durante tantas páginas, no me parecía bastante con partir de una anécdota, o tener un conocimiento superficial del tema. Tenía que buscar algo que resultara verosímil. Es cierto que dejé la adolescencia atrás hace algunos años, pero me apetecía hacer un viaje retrospectivo, hacer un viaje a la Laura de ese momento, a ese entorno que yo observaba, para plasmar un proceso tan catártico como el que ocurre a esa edad. Sin escribir una novela autobiográfica, me decanté por abordar el tema desde la distancia, apartándome de los estereotipos y de los tópicos. He querido escribir el tipo de novela que me hubiera gustado leer en mi adolescencia, sin que se tenga que etiquetar como novela juvenil. Me parece una etiqueta muy absurda porque se suele basar simplemente en la edad del personaje.

M.G.- Me alegra que hayas mencionado la etiqueta de novela juvenil porque esa era una de mis preguntas. El hecho de que La prima mayor trate sobre la adolescencia y sus protagonistas sean adolescentes, puede conducir al error de pensar que esta novela está dirigida a un público lector muy joven y no es así. 

L.G.- Claro que no. Cuando yo era adolescente leía a García Márquez. Me encontraba con personajes que iban evolucionando, desde su adolescencia hasta la vejez. El hecho de que un lector no tenga la edad del protagonista no quiere decir que no pueda empatizar con él. El término juvenil tiene un punto de paternalismo, pero los jóvenes, a partir de cierta edad, pueden leer cualquier cosa. Cualquier etiqueta aplicada a la literatura es contraproducente. 

M.G.- Los personajes principales son Rosa y Tina. ¿Cómo son estas dos primas?

L.G.- Al comienzo de la historia, Rosa tiene doce años y su prima Tina, dieciséis. Rosa está en la pubertad, en esa adolescencia incipiente. Todavía es muy ingenua y representa esa prisa por crecer. Hay un pasaje en la novela en la que ella dice que tiene muchas ganas de llegar a la adolescencia para poder dejarla atrás, lo antes posible. Si piensa así es porque le han dicho que la adolescencia es una etapa muy complicada, y ella la quiere pasar cuanto antes por esa indefinición que siempre está unida a la adolescencia, quiere dejar atrás esos años en los que no se sabe muy bien quiénes somos y qué somos. Así que Rosa termina por idealizar el ser adulto. Todavía ignora que esos procesos de dudas, conflictos, y descubrimientos, se van a mantener y a agudizar incluso cuando llegue a la edad adulta.

En cuanto a Tina, ella tiene cuatro años más, y eso se nota mucho. Es una chica que ha sufrido un suceso importante, que ha trastocado toda su vida. Por tanto está enfadada con el mundo. Está en esa fase de rebelión contra todo porque se siente asfixiada. Tina es el espejo de Rosa, en el que se van reflejando los miedos, las inseguridades, los deseos y las envidias de la prima pequeña. Tina sería para Rosa ese paradigma de chica sexy y segura, interesante y extrovertida, y no deja de compararse constantemente con ella, para lo bueno y para lo malo.

Laura Gost | Planeta de Libros
M.G.-Entre ellas hay como un juego de atracción y repudio. Rosa rechaza muchas de las actitudes de su prima mayor pero, a la vez, siente atracción y curiosidad por la vida que lleva Tina.

L.G.- Sí. Es un poco lo que ocurre con los padres a esa edad. Por un lado, el adolescente busca y necesita la aprobación de los padres pero, por otro lado, se empeña en rechazar esa aprobación, en distanciarse de las pautas que han marcado su educación.

De todos modos, hay que tener en cuenta que Tina está dibujada a través de los ojos de Rosa, que es la narradora. Por tanto, si elijo un narrador subjetivo, el lector tiene que entender que la visión que se presenta del resto de los personajes, no es puramente objetiva.

M.G.- ¿Y te ha costado mucho crear el personaje de Tina? Es muy complejo, bastante oscuro y con muchos dobleces.

L.G.- No. Tina es un personaje al que he querido tratar con cierta indulgencia. No me gusta crear personajes blancos o negros porque es algo muy aburrido. Resulta más interesante que tengan matices. Por eso he querido definir a Tina únicamente a través de los ojos de Rosa. De esta forma, dejo mucho espacio para que el lector piense que Tina puede ser mucho mejor persona de lo que podemos creer inicialmente. 

Tina es un perfil de adolescente que conocí, que existe y que puede evolucionar. La adolescencia es una etapa que nos condiciona muchísimo, pero también es un momento en el que no conviene abusar de los prejuicios y las calificaciones porque, al final, vamos arrastrando todas esas etiquetas durante muchos años. No podemos olvidar que la adolescencia es una etapa que todavía tiene mucho recorrido por delante para poder cambiar. 

M.G.- ¿Y qué me cuentas de los hombres de esta historia? Hay un padre y dos hijos que son vecinos de Rosa y Tina.

L.G.- Los hombres de esta historia funcionan como un elemento externo. Los Montsó, el padre y sus hijos, son vecinos nuevos que acaban de llegar al pueblo. Al tratarse de un entorno pequeño, y en un contexto temporal, como son los años 2000 a 2004, en el que todavía no se había producido el auge de las redes sociales, se puede jugar con una mayor intimidad y endogamia. Todo el mundo se conoce, todo es muy cercano. De repente, aparecen los Montsó, que aportan ese punto exótico. Para mí, estos personajes representan lo mismo que Tina para Rosa. Ellos se convierten en otros espejos en los que tanto Tina como, sobre todo, Rosa se van a ir reflejando. A partir de la interacción con ellos, las chicas irán extrayendo nuevas versiones de sí mismas. Van a utilizar a los Montsó para ver cómo pueden llegar a ser. Porque, todas las personas con las que interactuamos nos van enriqueciendo, y nos hacen descubrir diferentes versiones de nosotros mismos.

Para Rosa, la interactuación con Miquel Montsó, el hijo pequeño, será el primer contacto con lo que supone ese primer enamoramiento adolescente. 

M.G.- Retratas la adolescencia en los años 2000 a 2004, cuando tú no eras adolescente todavía. ¿Cómo te enfrentas a ese retrato?

L.G.- Siempre he sido una persona muy observadora. Es verdad que en el año 2004, yo tenía 11 años pero había gente de mi entorno, como primos y amigos, que sí habían alcanzado la adolescencia, y solía relacionarme mucho con ellos. El hecho de elegir esa franja temporal se debe a que no existían redes sociales. Era lo más importante. De este modo, puedo mantener un núcleo íntimo en el que Tina y Miquel  puedan interesar a Rosa durante más de medio mes. Hoy en día, con las redes sociales, la parte de misterio y de seducción sería impensable porque todo es mucho más superficial y rápido. Rosa podía saber qué había cenado Miquel en el último mes con tan solo mirar su Instagram.

M.G.- Dibujas muy bien los amores adolescentes. Todos los lectores, de cualquier edad pueden verse reflejados en lo que siente Rosa por Miquel, porque todos hemos pasado por lo mismo. 

L.G.- He intentado que todo ese proceso mantenga ese punto de ingenuidad que siempre tiene, aunque te enamores con treinta y cinco años. Era importante que no fuera como se ve en las películas americanas, que siempre están tan llenas de tópicos.

M.G.- La historia transcurre en un pueblo muy pequeño. No se menciona nombre alguno e imagino que se trata de un escenario ficticio.

L.G.- No hay nombre, es verdad. No me gusta contextualizar excesivamente las historias. Prefiero la geografía emocional. En esta novela se respira cierto espíritu mediterráneo pero no me interesaba ubicar con detalle la trama. La historia podría ocurrir en una isla de Italia, del sur de Francia, en la misma Mallorca, o incluso, en un pueblecito del norte de España. El lugar me daba igual. Lo que realmente me importaba era lo que sienten los personajes. 

M.G.- Y, para terminar, ¿sientes alguna diferencia a la hora de aproximarte a la historia en función de si se trata de un género u otro?

L.G.- Sí, hay diferencia. Con el relato siento que mi escritura es más compulsiva, me dejo llevar, y al protagonista le basta con tener una única característica, la que sea relevante para la historia.  En cambio, la novela requiere otros ritmos. Tienes que prever bien la estructura, determinar con antelación cuáles son los giros que va a sufrir la historia, dónde vas a colocar el clímax, para que el lector no pierda el interés. Además, a los personajes hay que dotarlos de muchas más luces y sombras.

M.G.- Estupendo Laura. Pues te agradezco mucho que me hayas atendido. Espero que La prima mayor sea el inicio de una carrera como novelistas, y que te veamos pronto con un libro nuevo.

L.G.- Muchas gracias a ti. 



Sinopsis: Rosa tiene apenas doce años cuando su prima mayor se queda huérfana y se ve obligada a compartir habitación con ella. Tras la precipitada mudanza, la protagonista no tarda en comprobar que su prima representa todo aquello que no tolera; Tina es una chica irresponsable, desagradecida y problemática. Pero, poco a poco, Rosa empezará a darse cuenta de que detrás de las cosas que le repelen de Tina se esconde algo que anhela para sí misma: ser una joven extrovertida, arrolladora y sexy capaz de alterar la cotidianidad del pueblo mediterráneo en el que viven.

Serán precisamente estas diferencias las que condicionarán la adolescencia de ambas, esa época en que se mezclan ingenuidad y madurez de forma tan cruda. Un choque de mentalidades que se desatará del todo con la llegada de los tres integrantes de la familia Montsó al barrio. 

¿Puede un triángulo amoroso hacer tambalear la relación de las dos primas con el mundo, la feminidad y ellas mismas?

La prima mayor habla sobre el despertar de una niña como mujer con la claridad e inteligencia narrativa propias de una guionista ganadora de un Goya. Laura Gost ha llegado para quedarse.






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