Editorial: Lumen
Fecha publicación: Mayo, 2020
Precio: 18,90 €
Género: Ilustrado
Nº Páginas: 176
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 978842647559
Disponible en eBook;
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Autora
La Volátil es en realidad Agustina Guerrero, nacida en la pequeña ciudad argentina de Chacabuco hace más de treinta años, y que reside en Barcelona desde 2003. Tras trabajar una temporada como diseñadora gráfica, decidió dedicarse a la ilustración. En 2001 creó su blog autobiográfico Diario de una Volátil, que alcanzó miles de seguidores en pocos meses y tuvo una repercusión inmediata en las redes sociales. Es la autora en solitario de seis libros, traducidos a varias lenguas y que han cosechado gran éxito entre sus lectores: Nina, diario de una adolescente (Montena, 2011), Diario de una Volátil (Lumen, 2014), Mamma mía! (Lumen, 2015), Érase una vez la Volátil (Lumen, 2016), A calzón quitado (Lumen, 2017) y, ahora, El viaje. Cuando alguien le pregunta de qué vive, a veces lo cuenta haciendo dibujitos.
Twitter: @lavolatil
Instagram: @agustinaguerrero
Sinopsis
Estaba todo planeado. Solo faltaba hacer las maletas y partir hacia Japón. Reservas hechas, la guía de lugares que visitar, y una gran amiga. Nada podía fallar, pero sucedió lo que más temía, y emprendí un viaje más profundo de lo que podía intuir: hasta el lugar más recóndito de mí misma. Y llegué mucho más lejos de lo que nunca hubiera imaginado. Por suerte, en el camino no perdí ni las maletas, ni a mi amiga Loly, ni el sentido del humor.
[Información tomada directamente del ejemplar]
Ya os lo comentaba en la entrevista a Agustina Guerrero (puedes leerla aquí). Soy una incondicional de la Volátil. Por razones que expuse en aquel post, nunca puedo resistirme a la chica de camiseta a rayas y moñicle en el pelo. Ella me ha hecho pasar momentos muy divertidos, exponiendo situaciones que nos resultan muy cercanas, que son cotidianas y llenan nuestro día a día, pero siempre desde la perspectiva del humor. Estamos muy acostumbrados a que la Volátil no despierte una sonrisa y nos arranque una carcajada. Pero ella también nos hace reflexionar, porque la Volátil nos habla de sus problemas, de sus angustias, de sus miedos, que no son más que los mismos que muchos tenemos. Por eso gusta tanto a los lectores, por su naturalidad y cercanía. Caminar de la mano de la Volátil, es comprender que no estás solo.
Agustina Guerrero publica el quinto volumen de un personaje que nació sin grandes pretensiones. Poco a poco, la Volátil se ha ido haciendo un hueco en nuestras vidas y la hemos visto evolucionar con el paso del tiempo. En esta ocasión, Guerrero hará viajar a su alter ego hasta el país del sol. Emprenderá un viaje a Japón, junto a su amiga Loly. La idea inicial era recorrer el país y empaparse de la cultura nipona y, por eso, nada más abrir este volumen, veremos a la Volátil junto a su amiga, con las maletas, a la espera de coger el avión. Sin embargo, algo va mal. Lo que debería ser una situación alegre y emocionante se llena de una angustia asfixiante. La Volátil sufre un ataque de ansiedad antes de subir a bordo. ¿Por qué?¿Son los nervios del viaje? ¿Es ese pequeño vértigo que nos suele dominar cuando emprendemos algo de gran magnitud? No. Para ella no va a ser una situación esporádica y pasajera. La cosa es mucho más grave porque, una vez que las amigas lleguen a Japón, la Volátil se seguirá sintiendo mal. ¿Qué le ocurre?
El viaje tiene una doble lectura. Por un lado, podemos centrarnos en lo que muestra de Japón, la fascinación de ciudades como Tokio y Kioto, la peculiaridad de su gastronomía, la importancia de las leyendas y los rituales, la amabilidad de su pueblo,... Desde ese ángulo, veremos a la Volátil y a Loly alucinar cada día que pasan juntas en este viaje y, a través de sus ojos, descubriremos un país que despierta fascinación. Pero, por otro lado, este volumen tiene una lectura mucho más íntima y personal. Es una aproximación al dolor de la Volátil. De ahí, su angustia, su miedo, su pánico expuesto a los ojos de los lectores. Lo que le ocurre, lo que genera ese mal espantoso que la oprime se irá desvelando poco a poco. No hay una explicación detallada, no hay un cuándo, ni un cómo, ni un porqué. Solo existe el qué. Y ahí es donde Agustina Guerrero se centra, en explicar qué siente, qué emociones la atraviesan. Habla de un tema al que se ha prestado poca atención, que, en comparación con otras situaciones, podría definirse como un mal menor, pero lo cierto es que es igual de doloroso. Nos habla del aborto voluntario. Debo admitir, que jamás me había parado a pensar qué siente una mujer que decide interrumpir voluntariamente su embarazo. ¿Hay alivio? ¿Hay arrepentimiento? ¿Acaso, una entra en una habitación y cuando sale sigue siendo la misma? ¿Cómo son los días posteriores? Todos sabemos del dolor de una mujer que sufre un aborto espontáneo, pero ¿y en este otro caso?¿Tiene la mujer derecho a sentir tristeza? En este viaje, Agustina Guerrero abre una pequeña ventana al lector, para que pueda asomarse al día a día de una mujer que decide abortar, sin exponer los motivos, porque a ninguno nos interesa el porqué. Solo hay que acompañarla y ver cómo ese viaje a Japón es también un viaje a su interior, un interior que ella se había empeñado en apartar de sí, hasta que su cuerpo comenzó a enviarle señales de alarma.
Al margen de esa desnudez emocional de la Volátil, la relación entre ella y su amiga Loly me ha parecido maravillosa. Una termina de leer este volumen y le entran ganas de salir a la calle, en busca de su Loly particular. Hay una especie de comunión, de conexión poderosa que se transforma en comprensión, apoyo, empatía y lealtad. Todo lo que da verdadero sentido a la palabra amistad. Y tiene mucho más valor cuando el lector entiende que Loly tiene su propio dolor, y se encuentra en una situación diametralmente opuesta a la de la Volátil. Aun así, una será el hombro de la otra, aquella enjugará las lágrimas de esta, mientras ambas, intentan sobreponerse y disfrutar de un viaje mágico que las cambiará para siempre.
Como siempre, Agustina Guerrero sabe plasmar perfectamente en papel un amplio abanico de emociones. Las que circulan por estas páginas van desde la ansiedad, el pánico, la angustia, la incertidumbre, la desorientación... Una estupenda noria de sensaciones a las que también acompañará el insomnio. ¿Habéis sentido alguna vez un ataque de este tipo? Sientes como si te fueras a morir. Tu mente se colapsa y empieza a enviar señales confusas a todo tu cuerpo. Te quedas paralizado, el corazón se dispara, hiperventilas, te mareas, sudas como si estuvieras en una sauna, y lo único que te apetece es salir corriendo, huir del lugar en el que estés porque todo huele a peligro, aunque estés en medio de la nada. Es una sensación horrible que no le deseo a nadie. Y Guerrero lo describe tan bien con sus ilustraciones, que os juro que el día que leí esas páginas me fue muy difícil conciliar el sueño y me sentí algo intranquila. Pero confieso que he disfrutado mucho de esta lectura, como siempre ocurre. Resulta muy fácil empatizar con la Volátil, entenderla, ver que a ella le pasa lo mismo que a ti aquel día en que..., o aquel otro cuando conociste a... Ella es así, tal como nosotros.
Sobre las ilustraciones, os conté muchas cosas en la entrevista. Por ejemplo, la importancia del color rosa, que predomina sobre el resto, o la utilización de sus propias fotografías, que Guerrero toma como base para posteriormente realizar las ilustraciones. No lo reitero aquí y, en su lugar, te invito a pasar por la crónica de aquella charla.
Poco más os puedo decir, solo pediros que os acerquéis a la Volátil que, en definitiva, es acercarse a Agustina Guerrero. Nadie como ella para hablar, con humor, cariño y ternura, de todo lo que acontece en la vida.
Sobre las ilustraciones, os conté muchas cosas en la entrevista. Por ejemplo, la importancia del color rosa, que predomina sobre el resto, o la utilización de sus propias fotografías, que Guerrero toma como base para posteriormente realizar las ilustraciones. No lo reitero aquí y, en su lugar, te invito a pasar por la crónica de aquella charla.
Poco más os puedo decir, solo pediros que os acerquéis a la Volátil que, en definitiva, es acercarse a Agustina Guerrero. Nadie como ella para hablar, con humor, cariño y ternura, de todo lo que acontece en la vida.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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