Autora
María Oruña (Vigo, 1976), gallega que desde pequeña visita con frecuencia Cantabria. Allí ha ambientado sus tres novelas hasta el momento, todas publicadas en Destino: Puerto escondido (2015), un exitoso debut en el género negro que ha sido traducido al alemán, al francés y al catalán; Un lugar a donde ir (2017) y Donde fuimos invencibles (2018). En todas estas historias de misterio, los protagonistas son los paisajes cántabros y el equipo de la teniente Valentina Redondo, que se ha ganado el cariño de miles de lectores. El bosque de los cuatro vientos (2020) es el primer libro independiente de la serie y está ambientado en la Galicia natal de la autora.
Sinopsis
A comienzos del siglo XIX, el doctor Vallejo viaja de Valladolid a Galicia junto con Marina, su joven hija, para servir como médico en un poderoso monasterio de Ourense. Allí descubrirán un mundo y unas costumbres muy particulares y vivirán la caída de la Iglesia y el fin definitivo del Antiguo Régimen. Marina, interesada en la medicina y la botánica pero sin permiso para estudiar, luchará contra las convenciones sociales que su época le impone sobre el saber y el amor y la libertad y se verá inmersa en una aventura que guardará un secreto de más de mil años.
En nuestros días, Jon Bécquer, un inusual antropólogo que trabaja localizando piezas históricas perdidas, investiga una leyenda. Nada más comenzar sus indagaciones, en la huerta del antiguo monasterio aparece el cadáver de un hombre vestido con un hábito benedictino propio del XIX. Este hecho hará que Bécquerf, acompañado por el sargento Xocas, se interne en los bosques de Galicia buscando respuestas y descendiendo por los sorprendentes escalones del tiempo.
Una apasionante intriga sobre una mujer que en la Galicia de 1830 se enfrenta a las convenciones de su tiempo y cuya figura trasciende hasta nuestros días.
Por casa andan dos novelas de María Oruña -Puerto escondido y Donde fuimos invencibles- entregas 1 y 3 de la trilogía protagonizada por la teniente Valentina Redondo, con la que Oruña se metió a los lectores en el bolsillo. Compré estas dos novelas a través de Círculo de Lectores, aunque todavía no he podido ponerme con ellas. Pues bien, la autora gallega lanzó este verano una nueva novela. El bosque de los cuatro vientos es una novela independiente que, a diferencia de la trilogía, transcurre en Galicia.
Siempre que me enfrento a un autor por primera vez siento algo de vértigo. Me ocurre especialmente si el autor o la autora obtiene un importante éxito y se forma un cierto revuelo literario. Me asustan las expectativas porque más de una vez me han jugado una mala pasada. Así que, comencé a leer El bosque de los cuatro vientos con mucho tiento, dándole la oportunidad de sorprenderme. Hoy puedo decir que esta novela me ha gustado mucho, no solo por la trama, llena de magia y leyenda, sino también por el estilo narrativo de la autora con el que he conectado inmediatamente.
El bosque de los cuatro vientos se estructura en dos líneas argumentales.En el presente, tenemos a Jon Bécquer, un detective que se encarga de localizar obras de arte desaparecidas, y de desenmascarar estafadores y falsificadores. En un viaje a Ourense, a donde acude para dar una conferencia, Jon se hospeda en el parador de Santo Estevo, rodeado por un bosque, junto al río Sil. Este enclave fue anteriormente un monasterio y a su alrededor circula la leyenda de los nueve anillos, pertenecientes a nueve obispos, sobre los que se decía que curaban enfermedades y hacían milagros. Lamentablemente, los anillos desaparecieron con el paso del tiempo, y nunca más se supo de ellos. Intrigado por el misterio, Jon decide emprender una investigación para tratar de averiguar qué ocurrió con ellos. Lo que al principio se inicia como un pasatiempo en el que ocupar las vacaciones, se vuelve en una verdadera obsesión, ya que comienzan a ocurrir hechos insólitos. En el bosque que rodea el parador encuentran el cadáver de un joven. Se trata de Alfredo Comesaña, un guía turístico que se encargaba de enseñar el parador a los turistas, contándole la historia del edificio. A priori, el joven parece haber muerto de un infarto, sin embargo la autopsia desvela que ha sido envenenado. La investigación de este crimen correrá a cargo de Xocas Taboada, el sargento de la Guardia Civil y su compañera Inés Ramírez. Ambos, con la ayuda de Jon, irán uniendo las piezas de un puzle por el que desfilarán otros personajes como Pablo Quijano, cura y juez del Tribunal Eclesiástico, o Amelia, una restauradora, que arrastra un lastre del pasado.
El otro hilo argumental nos conduce a la Galicia de 1830.Al monasterio de Santo Estevo llega Marina, una joven de diecisiete años, junto a su padre, el doctor Mateo Vallejo, uno de los médicos más reputados de Valladolid. Vallejo es hermano del abad del monasterio y ha sido reclamado para ocupar el puesto de médico monacal. Recientemente viudo, Mateo cree que un cambio de aires les vendrá bien. A su llegada a Santo Estevo, tanto la joven como su padre se irán relacionando con varios personajes. Por la parte militar, tendrán que tratar con don Eladio Maceda, alcalde Santo Estevo y Capitán General de los Voluntarios Realistas, y con su hijo Marcial Maceda, un joven que, desde primer momento, mostrará mucho interés por Marina y tratará de cortejarla. Y dentro del monasterio, trabajarán junto a fray Modesto, el boticario, y a su ayudante Franquila.
Pero, si bien la novela pivota sobre dos hilos temporales, su estructura se compone de tres partes. El tiempo presente queda narrado desde dos ángulos. Por un lado, un narrador omnisciente nos irá contando todo lo que ocurre con respecto a la investigación y a la muerte de Alfredo Comesaña. A su vez, el propio Jon, testificando ante la Guardia Civil, nos irá desvelando lo que él conoce de primera mano. Y por último, una tercera sección desarrolla todo lo acontecido durante el siglo XIX, con Marina y su padre, siendo esta parte narrada en tercera persona. Las distintas partes y voces se irán alternando de tal modo que pasado y presente avanzan de forma paralela. Particularmente, a mí me ha gustado mucho ese baile de voces narrativas, así como el cambio de un hilo a otro, que siempre coincide con el final del capítulo, de modo que la narración fluye de manera natural.
En cuanto a los personajes, la galería es amplia, pero creo que Marina es la que más brilla. Me ha resultado un personaje especialmente interesante porque no es una joven de su época. La mujer de su tiempo tenía tan solo dos caminos, o el matrimonio o el convento. Sin embargo, Marina tiene otros planes. Al crecer junto a su padre médico, la joven ha desarrollado mucho interés por el mundo de la ciencia y la medicina. Su sueño es estudiar y convertirse en médico, pero el hecho de ser mujer supondrá un gran inconveniente. No obstante, Marina es una joven resuelta y con mucha personalidad, que no se deja amilanar. Tiene un carácter fuerte, acostumbra a decir lo que piensa, es inteligente y despierta. Además es bondadosa, con un gran sentido de la moral, y no se deja impresionar por el lujo y el boato. Es un personaje que hace pasar buenos ratos al lector.
Por su parte, Jon Bécquer es un joven de treinta y tres años. Antropólogo y profesor universitario, ha reconducido su carrera hacia el mundo del arte. Aunque no es historiador ni experto en arte, tiene mucha facilidad para distinguir una obra falsa de otra verdadera. Su gusto e interés por el arte le viene de pequeño, de cuando pasaba tiempo en el taller de restauración y la tienda de antigüedades de su abuelo, ubicada en el barrio de Salamanca. Por azar, ha conseguido resolver varios misterios que le han reportado mucha fama. En consecuencia, funda Samotracia, una agencia de detectives, junto a su amigo Pascual, un profesor de Historia del Arte. Su misión es localizar obras desaparecidas. Jon es un personaje interesante, no solo por su profesión sino porque esconde un curioso secreto, un trastorno genético que aporta al personaje un plus extra.
Como comenté antes, la novela transcurre en Galicia. Aunque no se puede considerar un personaje más, sin duda la ubicación aporta un atractivo especial.
«En Galicia tengo la sensación de que lo extraordinario se acepta de forma natural, como si todo atendiese a una lógica sabia y misteriosa, completamente desconocida para los forasteros. Tras cada paso hay una leyenda, un duende inasible que tiene algo de verdad. Tras cada piedra, una historia que merece ser contada». [pág. 111]
El monasterio de Santo Estevo, hoy parador, y la leyenda de los nueve anillos es real. En un encuentro virtual que tuvimos con María Oruña hace unos días, nos contó que las descripciones del lugar son verídicas y que todos y cada uno de los pasos que Jon Bécquer da para localizar los nueve anillos, los anduvo la propia autora.
A mí me ha gustado la atmósfera de misterio que se respira en la novela. Galicia está siempre en el ambiente, y son diversas las referencias a sus parajes, a sus costumbres y también a su folclore. Me llevé una gratísima sorpresa cuando se menciona a grupos y a artistas musicales que tanto me gustan, como Luar Na Lubre, Luz Casal o Carlos Núñez.
Pero El bosque de los cuatro vientos no es solo una novela con crímenes e investigaciones, una típica novela en la que pasado y presente se funden. Habría que destacar que María Oruña hace un acertado retrato de la sociedad gallega del siglo XIX, así como de los hitos históricos más importante de aquellos años. Por estas páginas, asomarán la desamortización de Mendizábal, y los diversos incendios que asolaron los edificios religiosos, la pérdida de poder de la Corona y, por ende, de la Iglesia, el problema sucesorio tras Fernando VII, o la promulgación de la Pragmática Sanción. Y a su vez, también es muy interesante el retrato de la vida monacal, cómo era la estructura dentro de los monasterios, así como las costumbres y los hábitos. Dado que Marina y su padre van a trabajar en la botica, conoceremos parte de las plantas medicinales que se utilizaban, y su uso contra diversas afecciones y enfermedades.
Y si hay una cuestión de la vida del siglo XIX que me ha impactado ha sido la descripción de la llegada del cólera. Esa parte de la narración, a pesar de ocurrir dos siglos atrás, es de lo más actual. María Oruña describe cómo los médicos y la población trataron de hacer frente al avance de la epidemia, qué remedios emplearon y qué medidas intentaron adoptar para evitar los contagios. A mí me ha parecido que, lo que vivieron entonces, no es tan distinto a lo que estamos viviendo hoy.
Poco más debo añadir. El bosque de los cuatro vientos ha sido una buena lectura, interesante y amena; una novela que contiene una trama con un poco de todo, con historia, con misterio, con algo de romance, y que he disfrutado mucho.
No te la pierdas.
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