Octubre no ha sido un buen mes. Ni en lo personal ni en lo que a lecturas se refiere. Este año nos va a dejar muy marcados. Al menos, a mí. Admiro muchísimo a todas esas personas que son capaces de encarar el día a día con relativa alegría y entereza, consiguiendo que sus vidas no sean tan distintas a las que llevaban antes. En mi caso, entre lo general y lo particular, me cuesta un mundo no caer en el más profundo de los desánimos. Pero dejemos mis cuitas al margen, y hablemos de libros.
A pesar de que he leído poco -poquísimo-, octubre vino cargadito. Os lo en cuento en el siguiente resumen.
solo tienes que clicar en cada título o en los enlaces a las reseñas]
La cuestión es que este mes entró en casa otro título más de Haruki Murakami. Sí, otro más. Ya os he contado que a marido le encanta este autor. Él me habla y me habla de la narrativa del autor japonés, de lo original de sus historias y su forma de narrar, pero a mí, sinceramente, no es un autor que me atraiga en exceso. Quizá algún día me lance a la aventura. En cualquier caso, sus obras siguen llegando a casa. Esta vez, la elección recayó en Kafka en la orilla (Tusquets). Será el lector con el que convivo el que se encargue de su lectura.
Los recibidos
El mes vino cargado con un aluvión de publicaciones. Para empezar, Salvador Navarro publicó Nunca sabrás quién fui (Algaida Editores). Se trata de un libro muy esperado, del que pude leer su versión más primitiva hará cuestión de dos años. Estoy deseando comprobar cómo ha quedado el resultado final. Sin embargo, y con permiso del autor, esperaré un poco a ver si mis aguas se calman y me centro.
La editorial Algaida también publicó la novela de otro buen amigo, Fernando Otero. Una singular novela, que ha titulado La suite Jonda, y nos acerca al mundo del flamenco y al desastre de Annual. Estoy pensando en poner con ella. Ya os contaré.
Cuando descubrí hace unos años a Charo Jiménez con Ara, como el río, me quedé prendada de su prosa. La autora acaba de publicar Cenizas y rosas (Triskel Ediciones), una novela con la que ha conseguido zarandear mi mundo interior. Espero poder hablaros pronto de ella.
La editorial Candaya publica Eco, la primera novela de Carlos Frontera. De este autor leí en su día, Andar sin ruido, un libro de cuentos que me gustó mucho. Me declaro fan de Frontera. No solo de sus escritos, sino también de su persona. Seguirlo por redes sociales es como asomarse a un día luminoso. Tiene un sentido del humor y una forma de mirar el mundo que me parecen muy envidiable.
Dos publicaciones muy distintas. Por un lado, teatro. Es un género que me encanta y al que me gusta asomarme de vez en cuando. En esta ocasión, llegó a mis manos un volumen pequeño en el que han participado diversos autores como José Luis Ordoñez o María Zaragoza. Se me apetece mucho leer Teatro breve en el siglo XXI (El sendero)
Y muy curiosa la publicación de Tecnos. Aurora López Güetto publica De Poniente a Roma, un libro que analiza la huella clásica en la serie Juego de Tronos. No me digáis que no os despierta curiosidad. Yo no he visto ni un solo capítulo de esta producción, pero me consta que hay mucha gente apasionada por esa serie, y estoy convencida que este libro les va a resultar muy interesante.
Por último, Arturo Pérez Reverte publicaLínea de fuego (Alfaguara), en la que relata la trágica batalla del Ebro de 1938. Leyendo la sinopsis, estoy más que convencida de que este libro me va a gustar. Todo lo relativo a la guerra civil me atrae sin remedio. Para mí, leer novelas históricas es una forma de aprender Historia. Fueron muchos los nombres que cayeron, a los que no hay que olvidar. Como dice la editorial: «Sus nombres no son los que recuerda la Historia, pero cuanto les sucedió forma parte de nuestra memoria».
Las entrevistas programadas para este mes las tuve que anular absolutamente todas. Muchos sabéis que mi padre, un hombre muy mayor y en un estado delicado, estuvo hospitalizado casi dos semanas, y tuve que cancelar todos mis planes. Me perdí un montón de encuentros interesantes pero tenía que estar donde tenía que estar. Si las cosas hubieran salido de otro modo, hubiera hablado con Isabel San Sebastián sobreLas campanas de Santiago (Plaza & Janés). De la autora he leído un par de novelas que me gustaron mucho, pero nunca me había zambullido en sus historias más medievales. Esta pinta realmente bien.
También hubiera podido conversar con Antonio Pérez Henares sobreCabeza de Vaca (Ediciones B), una novela histórica que recrea la fascinante vida de Álvar Núñez Cabeza de Vaca.
En su día os conté el acto del entrega del Premio Fernando Lara 2020. Este año recayó en Gonzalo Giner con La bruma verde (Planeta). El autor estuvo hace unos días en Sevilla para la presentación oficial de la novela, pero me fue imposible acudir. Espero poder leerla muy pronto, porque estos últimos días he estado leyendo muchísimas reseñas y todas hablan de una historia hermosa y cautivadora. Confieso que, aunque tengo varios libros del autor en casa, todavía no he leído ninguno de su autoría. Esperaba y espero poder estrenarme con esta bruma verde. A ver si es posible.
Me apetecía un montón charlar con Juan José Millás y Juan Luis Arsuaga sobre La vida contada por un sapiens a un neandertal (Alfaguara). Seguro que hubiera sido un encuentro estupendo.
Y la misma editorial publica lo último de Mathias Enard, El banquete anual de la cofradía de sepultureros. De entrada, llama la atención el título. El autor fue Premio Goncourt 2015 con Brújula. El encuentro con el autor es la semana próxima pero coincide con otros asuntos personales y tampoco podré acudir. Cuando las cosas se tuercen...
Carlos del Amor ha ganado recientemente el Premio Espasa 2020 con Emocionarte. La doble vida de los cuadros (Espasa), un peculiar libro que nos muestra un análisis literario de una serie de cuadros. Me parece un libro precioso que aporta, además, bellas ilustraciones.
La misma editorial publica una nueva novela de Javier Moro, A prueba de fuego. Narra la aventura americana de Rafael Guastavino, el arquitecto español de Nueva York. El encuentro con el autor será esta semana próxima, pero de nuevo me es imposible acudir.
Hace poco disfrutamos de una preciosa novela de Andrés Pascual, titulada El beso del ángel. Pues apenas unos meses después, publica otro libro, en género de auto-ayuda. Una incertidumbre positiva (Espasa).
Y dentro del mismo género y la misma editorial, la intrépida Irene Villa publica Los ochomiles de la vida, un libro que nos ayudará a enfrentar los retos que nos pone la vida.
María G. de Jaime y Tomás Páramos publican Botas de colores para días de lluvia (Martínez Roca), dos jóvenes influencers que suman entre sus dos cuentas de Instagram más de 500.000 seguidores. Y lo han alcanzado relatando su particular historia en común: la de una pareja que se enfrentó a la maternidad y la paternidad con apenas 19 años. Ahí es nada.
Y por último, cancelé mi cita con Noemí Casquets. La periodista española especializada en sexualidad y viajes, publica una trilogía con unos títulos muy singulares: Zorras, Malas y Libres. Los dos primeros volúmenes ya están publicados y el último sale a la venta este mismo mes de noviembre.
Los ganados
Poca actividad. Cero oportunidades.
Apenas leí nada. Tan solo un par de libros. Me gustó muchoTodos nosotros de Javier Menéndez Flores. Trataré de hablaros muy pronto de este libro.
Y Cenizas y rosas de Charo Jiménez.
En cuanto a las entrevistas, publiqué mi conversación con:
- Noemí Sabugal por Hijos del carbón.
- Emma Lira por El último árbol del Paraíso.
- Javier Menéndez Flores por Todos nosotros.
También os comenté cómo se desarrolló la rueda de prensa para presentar el premio de Ensayo y de Biografía de la Fundación José Manuel Lara (podéis leer el postaquí): A boy walking. Bob Dylan y el Folk Revival de los sesenta de Jesús Albarrán Ligero e Italo Calvino. El escritor que quiso ser invisible de Antonio Serrano Cueto, respectivamente.
Y publiqué una pequeña crónica de las siguientes presentaciones:
- La suite jonda de Fernando Otero.
- Nunca sabrás quién fui de Salvador Navarro.
En cuanto al cine, como no tenía ganas de leer, me he pasado la mayor parte del tiempo dentro de Netflix. Pero solo he reseñado dos películas de terror: Doctor Sueño yLa influencia.
¿Y qué tal está siendo noviembre?
No sé qué responder a esta pregunta. Sigo montada en una noria emocional, llena de incertidumbres, dudas y miedos. El otro día comentaba con una amiga, medio en broma, que los psicólogos y los psiquiatras van a hacer su agosto en los tiempos venideros. Pero realmente, estoy convencida de que esto nos va a dejar una profunda huella. En fin, ya iremos viendo.
Feliz fin de semana a todos.