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ANIMAL de Leticia Sierra

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Editorial: Ediciones B
Fecha publicación: enero, 2021
Precio: 19,90 €
Género: novela negra
Nº Páginas: 448
Encuadernación: Tapa blando con solapas
ISBN: 9788466667999
[Disponible en eBook;
puedes leer aquí]


Autora

Leticia Sierra (Pola de Siero, 1972) se licenció en Periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca. Inició su andadura profesional en Salamanca, en el periódico semanal Tribuna Universitaria. También trabajó en La Nueva España, La Voz de Asturias, El Comercio y Tribuna de Salamanca. Colaboró con COPE Salamanca y con Cadena SER en Madrid.

Actualmente, alejada de la profesión periodística, reside con su marido en Noreña (Asturias).

Sinopsis

Hay un animal salvaje dormido en nuestro interior.

 ¿Qué ocurre cuando despierta?


El hallazgo de un cadáver conmociona a los habitantes de una tranquila región rural en Asturias. Se trata de un hombre asesinado con una crueldad extrema, encontrado a pocos metros del prostíbulo local. Aunque era un vecino conocido y respetado, todo parece apuntar a una venganza.

Olivia Marassa es una joven y ambiciosa reportera que trabaja para el periódico de la región y ve en este caso la oportunidad de conseguir una gran exclusiva. Todas las televisiones y los grandes diarios quieren dar cobertura al crimen, pero ella juega con una ventaja: conoce el terreno mejor que nadie.

Así arranca esta novela negra, que nos arrastra a través de sus páginas y nos asoma al lado más salvaje del ser humano.

[Información tomada directamente del ejemplar]



Lo de escribir es un arte para el que no todos tienen capacidad. Muchos son los que lo intentan, prueban con la auto-publicación, tratan de hacerse hueco a través de algún premio literario, llaman a la puerta de muchas editoriales, empezando por las más modestas, y, con mucha suerte, pocos son los que consiguen alcanzar su sueño. Aún así, los inicios no son fáciles. La trayectoria de un escritor suele iniciarse con obras tímidas, de corto recorrido y pobre distribución, hasta que, con esfuerzo y ahínco, -y suerte, no lo olvidemos-, consiguen algo de gloria. Por eso, nunca dejo de sorprenderme cuando me topo de cara con la obra de un autor debutante a la que no le encuentro fisura, y que cumple, con creces, lo que esperaba de ella. Es el caso de Animal, de Leticia Sierra, un nombre al que voy a seguir la pista muy de cerca.

Con Leticia Sierra conversé hace un par de semanas (puedes leer la entrevista aquí). En aquella conversación, la autora me confesó dos cosas que a mí me resultaron muy interesantes. Por un lado, que es la primera vez que escribe algo, más allá de los artículos que redactó, cuando ejercía como periodista. Por otro, que su primera novela, Animal, nace al experimentar un deseo irrefrenable de matar a una persona, a raíz de algo indignante que le sucedió. Actuando con cabeza y frialdad, la autora decidió volcar aquella rabia en esta novela, antes de llevar a cabo un acto que le hubiera traído más de un disgusto. En cambio, la obra solo le está reportando parabienes y gratas sorpresas. 

La trama de Animal arranca en 2017. Una calurosa noche del mes de junio, en la localidad asturiana de Noreña, Guadalupe Oliveira, conocida como Clarissa en La Parada, el prostíbulo donde trabaja, regresa a su casa caminando. Para acortar camino, decide cruzar el polígono industrial La Barreda. En una de las calles encuentra el cuerpo sin vida de un hombre, semidesnudo, cubierto de sangre y con el pene sesgado e introducido en la boca. A lo lejos, un coche parece huir. 


Inmediatamente, se persona la policía en la escena del crimen y se acota la zona. Se da parte al forense y se inicia el protocolo habitual en estos casos.

Al mismo tiempo, la periodista Olivia Marassa tiene conocimiento de la noticia, a través de una radio ilegal que capta la emisora de la policía. Sin pensárselo ni un minuto, se persona en el lugar de los hechos y trata de sonsacarle información a AlbertoGranados, un policía de estómago delicado, y amigo de Olivia. Pero poca puede conseguir, más allá de algunos pequeños datos de los que tirar. La investigación será labor del inspector Agustín Castro y el subinspector de homicidios Jorge Gutiérrez, que serán ayudados por los inspectores Gabriel Miranda y Alejandro Montoro. Son diversas las incógnitas:

       * ¿Quién es la víctima?

* Si tenemos en cuenta que la policía encuentra un fajo de billetes entre la ropa del finado ¿cuál es el móvil del crimen?

* ¿Y por qué le han sesgado el pene y se lo han introducido en la boca?

Animal se vertebra en dos hilos narrativos, que corresponden a las dos investigaciones que se llevan a cabo. Por un lado, la que emprende la policía, siguiendo cada uno de los pasos propios del protocolo. Por otro, la que lleva a cabo Olivia, en compañía de su compañero fotógrafo, Mario. Olivia, o Livi, como la conocen sus amigos y en la redacción, trata de encontrar un hilo del que tirar. Su principal objetivo es, en primer lugar, averiguar la identidad de la víctima y, posteriormente, dilucidar quién es el responsable de esta muerte tan truculenta. Para ello llevará a cabo sus propias pesquisas, interrogará a todo aquel que tiene vinculación con el caso, y dará todos los pasos necesarios. Resulta curioso que la investigación de la periodista avanza a mayor velocidad que la de la propia policía. Ella no está sometida a ningún tipo de protocolo, además de que, en ocasiones, se salta las normas. 

Animal permite al lector asomarse al mundo de la prostitución y la trata de blanca, a través de La Parada y su gerente Germán Casillas, «el Tijeras», en el que funcionan las coacciones y las amenazas. Pero también hay otro asunto más en el que indaga la trama de esta novela, una cuestión de la que no voy a aclarar nada, para no dar pistas y que terminéis atando cabos demasiado pronto. Es esta última cuestión, bajo mi punto de vista, la que más enjundia tiene en la novela, y la que más sorpresas deparará al lector. No obstante, y de forma colateral, también se exploran otros asuntos que, de un modo u otro, inciden en los temas principales, como los concursos de acreedores o la corrupción financiera, asuntos para los que la autora ha contado con la ayuda de diversos profesionales, tal y como explica en los agradecimientos. Por supuesto, el periodismo ocupa un lugar principal. Se nota mucho que Leticia Sierra es periodista de profesión, pues maneja muy bien los tiempos y la jerga del gremio. A veces se explica cómo enfocar una noticia para captar la atención del lector, algo que me ha parecido muy interesante.

El título de la novela está conectado a dos aspectos claves del argumento. Por un lado, sobre el cuerpo de la víctima aparece el pelo de un animal. ¿De cuál? ¿A quién pertenece? Por otro, y quizá sea ese el más importante, el interés de la autora por mostrar hasta dónde somos capaces de llegar cuando sale a la luz ese animal que todos llevamos dentro, dónde están los límites de la moral. Es cierto que, en esta novela, hay personajes que van a transgredir esos límites, si bien, el lector tendrá que determinar si ese traspaso viene justificado o no por los hechos. En ese sentido, y una vez que el lector tenga a su alcance toda la información, se posicionará en un lado u otro, llegando a empatizar o no, con los más débiles. En cualquier caso, en esta historia, todos o casi todos, tienen mucho que ocultar, y no suelen ser muy transparentes en sus declaraciones. 

En cuanto al desenlace, a mí me ha parecido bastante correcto. En las novelas negras, el autor suele jugar con el lector, lanzando anzuelos para que nosotros vayamos picando, y señalando con el dedo a nuestros supuestos culpables. No siempre es una artimaña que me gusta porque, en ocasiones, siento que el autor hace algo de trampa. No es el caso de Animal. Leticia expone los hechos pero sin redireccionar intencionadamente al lector hacia un erróneo sendero. En este sentido creo que la autora es bastante honesta. Pero eso no quiere decir que yo, como lectora, no haya tratado de averiguar quién es el asesino antes de que todas las cartas estén sobre la mesa. Lo he hecho. Y no he acertado. Bueno, acerté pero muy al final de la trama, cuando las pistas eran lo suficientemente claras como para sacar mis propias conclusiones. Con esto quiero decir que, en Animal, no resulta fácil adivinar, desde el principio, quién es el culpable. Al menos, yo no fui capaz. 

Y centrándonos en los personajes, los más sobresalientes serán Olivia Marassa y Agustín Castro. Pero habrá otros tantos que, en algún momento, también tendrán su protagonismo. En Animal, me gusta que el foco de atención se mueva de un punto a otro, de un personaje a otro, otorgando una visión muy global de los hechos. 

Con respecto a Olivia, el lector se va a encontrar a una mujer muy actual, muy de su tiempo, joven e independiente. Profesionalmente, quiere dar lo mejor de sí misma y por eso, no siente pereza para estar activa las veinticuatro horas del día. Creo que es un personaje que daría para una saga

Castro es un personaje muy bien perfilado en lo que a nivel profesional se refiere. Me parece que su actitud y su reacción con respecto a los periodistas es muy creíble. En cuanto a su vida personal, prácticamente no sociabiliza. No tiene pareja ni hijos, y vive volcado en su trabajo. Es lo que se suele llamar un lobo solitario.  

Y un tercer personaje que también dará mucho juego será Mario, el fotógrafo y compañero de Olivia. Está muy vinculado a su sobrino Nico«hijo de su única hermana, Carmen». Nico tiene ya trece años y ha «pasado de ser un niño alegre, extrovertido y cariñoso, a convertirse en una persona hosca, malhumorada y retraída, especialmente con Mario». Este cambio de actitud preocupa mucho al fotógrafo. ¿Qué le pasa a Nico? Bueno, lo tendréis que averiguar. 

Dicho todo esto, a mí los personajes me han parecido creíbles y sus reacciones son muy coherentes, encajando muy bien con la trama. 

Escrito en tercera persona, y con algunas notas al pie, la acción está acotada en el tiempo a través de diversas referencias temporales que encabezan unos pocos capítulos. Es algo que suele ser común en las novelas negras y que nunca me disgusta. Me agrada cuando el autor me ubica en el tiempo y el espacio. Animal está estructurada en sesenta y ocho capítulos, más un epílogo, y abarca una horquilla temporal de tan solo unos cuantos días, pues la acción se inicia el día 15 de junio de 2017 y finaliza el 19 del mismo mes y año. Es decir, en tan solo cuatro días se comete el asesinato y se detiene al culpable, noventa y seis horas para que la policía y la propia periodista hagan sus cábalas. Esto se traduce en capítulos de muy corta extensión y un ritmo ágil, pues en cada día ocurren muchas cosas. 

En cuanto al estilo de la autora, diría que me parece muy directo pero a la vez descriptivo, ofreciendo la información justa para que el lector se haga un composición de lugar y secuencia. 

Y no puedo cerrar esta reseña sin hablar de los escenarios, porque no es habitual encontrar novelas cuya acción transcurra en Asturias. En Animal, las dos localizaciones más importantes son Noreña y Pola de Siero, dos ubicaciones que Leticia Sierra conoce bien, y de las que ofrece cierta descripción geográfica. La primera porque es el lugar donde actualmente reside. La segunda, porque es su lugar de nacimiento. Según me informó la autora, los lugares que se mencionan en la novela existen realmente, salvo el prostíbulo. Aunque este existió tiempo atrás. Así que, si después de leer esta novela, el lector decide visitar esas localidades de Asturias, podrá pasear por las calles del polígono industrial o sentarse a tomar café en algunos de los bares que se menciona.

Con una trama muy bien urdida, limpia, sin fisuras, y con la venganza como motor, Animal es una novela negra que he devorado y he disfrutado. 

[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]

Puedes adquirirlo aquí:

 




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