Autora
Raquel Riba Rossy (Igualada, 1990) se alimentó del ambiente creativo que se respiraba en una familia de pintores, dibujantes, arquitectos y músicos. Estudió Bellas Artes en la Universitat de Barcelona y en la Escola de la Dona de Barcelona. En 2017 asalta las librerías con su personaje Lola Vendetta, protagonista de sus libros Más vale Lola que mal acompañada (2017). Tras él llegaron ¿Qué pacha, mama? (2018), Lola Vendetta y los hombres (2019) y, ahora, Una habitación propia con wifi, todos ellos publicados por Lumen. Raquel Riba Rossy ha trabajado además en varios proyectos centrados en el empoderamiento de la mujer y actualmente está grabando su primer álbum musical, El Primer Canto.
Sinopsis
Lola Vendetta se ha volcado con tanta pasión en la defensa de la revolución femenina y la apuesta por una nueva masculinidad que no se dio cuenta de que en su interior se estaba gestando otra revolución. Su cuerpo y su mente, hartos de que los ignore, se han amotinado y amenazan con el colapso. Para colmo, su idea del amor se está resquebrajando. Todo la empuja a tomarse un respiro en el campo, pero ella aún no imagina las consecuencias de tener al fin una habitación propia (con wifi, eso sí): la eclosión de una nueva Lola Vendetta, libre y ecofeminista.
[Información tomada directamente del ejemplar]
¿No te gustaría poder transformarte a veces en otra persona, y decir y hacer todo lo que no te atreves?¿No te gustaría poder alzar la voz y gritar contra las injusticias, dando vía libre a toda la desazón que acumulas dentro? A mí, sí. Debe ser algo muy liberador. Por eso quisiera convertirme en Lola Vendetta alguna vez, para ir por la vida con catana a cuestas, e ir cortando cabezas según se me cruce tal o cual despreciable ser. Ese es el espíritu de este personaje creado por Raquel Riba Rossy en 2017. Desde su nacimiento, Lola Vendetta ha impartido justicia, y de sus finos labios pintados de rojo intenso ha salido todo aquello que pensamos, pero que no nos atrevemos a decir.
Lo que ocurre es que las heroínas como ella pasan momentos de bajón y también entran en crisis. Incluso a ellas, a las que vemos fuertes y poderosas, se les tuerce la vida y tienen que tomarse un respiro para pensar. Por eso, lo nuevo de Lola (o de Raquel), Una habitación propia con wifi, comienza de este modo:
«Hace un tiempo mi cuerpo y mi mente entraron en guerra. De puertas afuera todo era perfecto. Pero por dentro...»
Lola se siente triste. De noche, acostada en su cama, mira al techo y piensa, mientras su pareja duerme a su lado. Camina por la vida con una sonrisa dibujada en sus labios, pero sabe que en su interior algo no va bien. Se siente abrumada, le puede la apatía y la desgana. Así que siente que es hora de tomar decisiones importantes. Da el paso de dejar a su pareja y se muda temporalmente a casa de su amiga Maite. Allí le pilla el confinamiento, que supo aprovechar a la perfección. El mundo hizo por ella lo que ella no había conseguido hacer, poner su vida en pausa. Y ese tiempo le sirvió para reflexionar y encontrarse a sí misma.
Este libro es el resultado de una auto-exploración, un análisis interior con el que ella tuvo que romper con muchas cosas y comenzar de cero, porque aquella Lola que se miraba al espejo cada mañana había dejado de reconocerse. Mi querida Lola tuvo que transitar un camino duro, enfrentándose a sus miedos, y a todo aquello que ya no podría tener lugar en su vida. Lloró y a veces le pudo la soledad. Pero dicen que después de la tormenta siempre viene la calma, y la calma llegó también para ella. Renació, encontró su espacio, tuvo consciencia de su cuerpo y de su vida, hizo reajustes y volvió a nacer porque, en esta vida, también se pude resucitar.
En un habitación propia con wifi no solo se habla del «yo», también se habla del mundo, en general. Del consumismo que genera una efímera sensación de bienestar, de la explotación infantil, de la hiperconexión a través de redes sociales, de la gestión de los países desarrollados, de las apps para conocer chicos,.... Y del dolor. También se habla de dolor. Uno de los pasajes que más me han gustado de este libro (así se lo dije a la autora en la entrevista que me concedió y que puedes leer aquí), es aquel en el que Lola tiene que enfrentarse a la muerte de su abuelo. Desconozco si estas escenas están basadas en la realidad propia de la autora pero, lo que sí tengo claro es que están desarrolladas con gran cariño y madurez. Pero, a pesar de ser un libro «serio», que toca temas transcendentales, no puede faltar la pizca de humor que siempre ha caracterizado a Lola o mejor dicho, a los libros de Raquel. Me he divertido mucho con uno de los personajes, el de la muerte. Lola, al tener que sufrir la enfermedad y la muerte de su abuelo, entabla amistad con el de la guadaña, que Raquel dibuja como un ser encapuchado, bajito, y un más que evidente acento argentino, que me ha enamorado. La muerte no es un ser tan demoledor, no al menos en este libro de Raquel. Es un individuo al que le ha tocado en suerte el papel más difícil del mundo, lo que le genera mucha angustia y ansiedad. Hay diálogos entre Lola y la muerte que son divertidísimos, llenos de ironía y buen humor.
Seguiré los pasos de Lola, hasta donde ella me guíe, porque siempre disfruto de estos libros.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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