Año: 2021
Nacionalidad: España
Director: Pedro Almodóvar
Reparto: Penélope Cruz, Milena Smit, Israel Elejalde, Aitana Sánchez-Gijón, Rossy de Palma, Julieta Serrano, Adelfa Calvo, Ainhoa Santamaría, Daniela Santiago, Julio Manrique, Inma Ochoa, Trinidad Iglesias, Carmen Flores,
Género: Drama
Sinopsis: Dos mujeres coinciden en una habitación de hospital donde van a dar a luz. Ambas están solteras y se quedaron embarazadas por accidente. Janis, de mediana edad, no se arrepiente y está exultante. La otra, Ana, una adolescente, está asustada, arrepentida y traumatizada. Janis intenta animarla mientras pasean por los pasillos del hospital. Las pocas palabras que intercambien en esas horas crearán un vínculo muy estrecho entre las dos, que por casualidad se desarrolla y se complica, afectando a sus vidas de forma decisiva.
Con Pedro Almodóvar, siempre ando de puntillas. El cineasta manchego firma películas simpáticas con las que me he divertido (Mujeres al borde un ataque de nervios), y otras que simplemente me han gustado. Pero en su haber, tiene también otros largometrajes que me han dejado bastante indiferente y algún otro, como Los amantes pasajeros, que me pareció un horror. Sin duda, mi preferida es Dolor y Gloria(puedes leer la reseñaaquí), por su guion y por la interpretación de Antonio Banderas. Y sigue siéndolo, incluso después de ver Madres paralelas, una película que, a mi juicio, está un tanto desequilibrada y mal aprovechada. Os cuento.
Madres paralelas cuenta la historia de Janis y de Ana. Tal y como se señala en la sinopsis, ambas mujeres dan a luz el mismo día y en el mismo hospital. Tal circunstancia las unirá para siempre en una historia que nos ofrecerá más de un giro de guion. Pero la cosa no queda ahí. Hay más.
Janis (Penélope Cruz) es fotógrafa profesional. Durante una sesión de fotos para el semanal que dirige su amiga Elena (Rossy de Palma), conoce a Arturo Buendía (Israel Elejalde), un antropólogo forense, miembro de una fundación navarra que apoya la causa de la Memoria Histórica. Janis lleva luchando por la exhumación del cuerpo de su bisabuelo durante años, pero siempre se ha encontrado con las puertas de la burocracia cerradas. Conociendo la labor de Arturo, le pide consejo y este le propone presentar su caso a la fundación, asunto que quedará en el aire hasta bien avanzado el metraje. De este modo, Janis y Arturo intiman y, aunque él está casado, comienzan una relación abierta, que terminará cuando Janis quede embarazada. La noticia coge por sorpresa a Arturo, quien no está por la labor de ser padre, pero ella no le exige nada. Cero compromisos. Siempre ha deseado ser madre y no va a renunciar al hijo que crece en su interior.
Por su parte, Ana, hija de una familia desestructurada pero con buen nivel económico, también queda embarazada, por motivos a los que no se les da importancia a priori, e iremos conociendo cuando todo esté encarrillado. (Atención a los motivos del embarazo de Ana porque la cosa tiene miga y se profundiza poquísimo). Tras la anulación del matrimonio de sus padres por el Tribunal de la Rota, la joven quedó a cargo de su padre, con el que ha estado residiendo en Granada. Pero una vez que la joven queda embarazada, el padre la envía con su madre a Madrid. Teresa (Aitana Sánchez Gijón), la madre, es una actriz de teatro tardía. Aunque quiere a su hija y trata de ayudarla en estos complicados momentos de su vida, no está dispuesta a dejarlo todo por ella, a dejar su carrera como actriz, a dejar el teatro.
Janis y Ana coincidirán en el mismo hospital, y en la misma habitación, el día que ambas den a luz a sus hijas. Janis, a Cecilia. Ana, a Anita. Ambos bebés tendrán que pasar unos días en observación por problemas menores. El tiempo que las madres primerizas han pasado juntas, las confidencias que se han hecho la una a la otra, las han unido. Deciden intercambiar sus números de teléfono, antes de que cada una regrese a casa con su hija, para continuar con la vida. No obstante, algo pasará. La sombra de la duda germinará en uno de los personajes, e irá creciendo y creciendo. Janis y Ana se volverán a encontrar y, a partir de aquí, todo se desmorona.
¿Qué me ha gustado de la película?
Para empezar, diría que me han gustado muchísimo los temas que toca. Por un lado, la exhumación de todos esos cuerpos que fueron enterrados en cunetas tras los fusilamientos franquistas llama mi atención. En este país, raro es el pueblo en el que no haya una historia similar a la que Janis le cuenta a Arturo. Los alrededores de los pequeños cementerios rurales esconden bajo tierra los huesos de aquellos a los que le arrebataron la vida por motivos políticos. Ya tenemos aquí el tirón de orejas que Almodóvar suele meter en sus películas. No me disgusta, sinceramente. Es la historia de este país, la crónica más negra, y no se debe olvidar.
Por otro lado, la película explora esas negligencias que, en alguna ocasión, se han podido cometer en los hospitales cuando nacen varios bebés a la vez. Sin ahondar mucho en este aspecto, Madres paralelas analiza la maternidad y el conflicto moral en el que se puede ver envuelta una madre, víctima de una mala praxis. No quiero ser más explícita para no destripar el argumento.
También habría que destacar las relaciones personales que se forjan en la historia. En primer lugar, la que mantiene Ana con su madre Teresa. La joven, menor de edad en el momento de la concepción, es víctima de una familia rota. Se siente un lastre, un estorbo que nadie sabe dónde colocar. Llena de rabia, la situación familiar la coloca en una situación privilegiada. La madre, una mujer que, por su edad, sabe que no pasarán más trenes que le permitan alcanzar sus sueños, no quiere renunciar a nada. Eso da pie a los reproches de la hija y a las exigencias, un precio que Teresa tendrá que pagar si quiere seguir con su vida.
Pero la relación más potente será la de Janis y Ana. Lo que inicialmente se proyecta como una relación de amistad, girará en otra dirección de la que mejor no desvelar nada. ¿Aporta algo el giro de los acontecimientos? ¿Podríamos haber llegado al mismo desenlace si la relación entre ambas no hubiera volteado en esa dirección tan inesperada? Sinceramente, creo que sí. Lo que ocurre es que Almodóvar quiere complicar aún más esa relación, pero creo que los acontecimientos son algo forzados. Pero ahí lo dejo. Ya juzgaréis vosotros mismos.
¿Qué no me ha gustado de la película?
Llamadme tiquismiquis porque en esta película he torcido el gesto en más de una ocasión. No sé si serán cosas mías pero observo ciertas incoherencias en el desarrollo de la historia. Para empezar, la relación entre Arturo y Janis vuela en cuestión de segundos: café, copa, cama, embarazo y parto. Todo en un puñado de fotogramas. ¡Pim, pam, pum! Bueno, aquí no hay incoherencia que valga porque lo que Almodóvar hace es compactar el tiempo, pero tanta rapidez a la hora de exponer el inicio y desarrollo de la relación me escupe de la historia. ¿Para qué tanta rapidez si luego, el meollo de la cuestión tarda tanto en llegar?
No obstante, Arturo debe ser clarividente. Se enfrenta a una situación delicada, muy personal y transcendental. Al hombre le basta una rápida mirada, solo treinta segundos, para tener la certeza de algo que tira por tierra todos los avances de la ciencia. Los pálpitos existen pero, en ocasiones, resultan un tanto arriesgados. ¿Cómo creerse lo que él intuye con tanta solemnidad de un solo vistazo?
Sigo. El supuesto dilema moral del que hablaba antes, esa losa que conduce a una madre a un laberinto del que no sabe cómo salir, se evapora en un plis plas. Los secretos se esconden en un cajón y la vida continúa sin más hasta que «interesa» sacarlos a la luz en un momento dado, para dar paso al desenlace de la película. Sin casi venir a cuento, y tras una disputa que no tiene que ver con la cuestión principal, los personajes se sinceran y cuentan la verdad. Quedarán muchas conversaciones en el aire que jamás se materializan.
A eso se le une que otros personajes se someten a pruebas y no preguntan ni para qué, ni por qué, ni nunca jamás se interesan por los resultados de los mismos. No sé. La gente puede ser joven pero no tonta.
Más cosas. Teresa, la madre de Ana, se sincera y cuenta sus planes de vida a gente prácticamente desconocida. Los hospitales unen mucho y tanto enfermos como familiares entran en esa especie de limbo en el que todo puede ocurrir, pero la escena de la que hablo es rara. No me resulta convincente. Además, también veremos a Teresa ensayando la obra que está a punto de estrenar. Al margen de que Aitana Sánchez Gijón lo hace genial, ¿me quiere decir Almodóvar que entre Teresa y la Rosita de Lorca hay alguna conexión? Para mí la escena sobra. Se emplea como paso hacia un diálogo en el que Teresa se verá entre la espada y la pared, pero resulta totalmente imprescindible.
Lo mismo ocurre con la aupair que Janis contrata para cuidar a su hija. Se incide mucho en que la joven hace mal su trabajo. Directamente se la podían haber ahorrado.
Pero si hay algo que no me gusta es precisamente lo mismo que me gusta. Suena paradójico pero dejad que me explique. Como decía antes, los dos temas principales de la película son la Memoria histórica y la maternidad, junto a los dilemas morales a los que la protagonista se enfrenta. Hay que reconocer que son dos temas de enjundia y precisamente por eso, al combinarlos en la misma película, se queda corto tanto uno como otro. La historia oscila entre la exhumación del bisabuelo de Janis y la diatriba a la que se enfrenta uno de los personajes al descubrir algo que le cambia la vida. He sentido que, cuando la historia no puede fluir en una dirección y sufre un parón, se subsana retomando la otra vertiente. Por eso digo que el guion me parece algo desequilibrado, porque ni ahondamos en los fusilamientos de la guerra civil y en esa lucha de las familias por recuperar el cuerpo de los suyos, ni tampoco en lo que supone para una madre vivir lo que le toca vivir a Janis y a Ana. Hubiera estado mejor centrarse en un único tema, explorarlo con profundidad y cuidar un poco más ciertos detalles que no se pueden pasar por alto.
Personajes e interpretación
Janis es una mujer independiente que desea cumplir el sueño de ser madre. Lo hará contra viento y marea hasta donde pueda. Su personaje se contrapone al de Ana, una joven a la que le asusta y le repele la idea de la maternidad. Son mujeres de edades distintas, y por tanto de diferente madurez. Janis viene de una familia muy humilde, que tuvo que ser criada en el pueblo por sus abuelos y apenas tuvo relación con su madre ausente. Ausente está también la madre de Ana, solo que la joven tiene el respaldo económico de la familia. Aún así, también se parecen porque si Janis tuvo que buscarse la vida, sin ayuda de nadie, Ana también optará por abandonar el nido familiar y construirse su propia vida, lejos del control de la madre.
Penélope Cruz no puede faltar en las películas de Almodóvar. Aquello de «chica Almodóvar» me hacía gracia al principio pero ya empieza a parecerme algo cansino. Ver las mismas caras en sus películas ha dejado de parecerme interesante. Por suerte, el cineasta abre la puerta a nuevos rostros y, en esta ocasión, le ha tendido la mano a Milena Smit. La joven ilicitana debutó en pantalla grande junto a Mario Casas en No matarás, y lo hizo interpretando a una chica transgresora, desafiante y muy brutal. En esta película, Smit no se amilana frente a una actriz como Penélope Cruz, a la que le respaldan sus largos años de trayectoria. Precisamente, es esta última a la que veo algo dubitativa en alguna secuencia. Es poca cosa, un fugaz instante en la que me ha parecido fuera de contexto, con una interpretación muy desangelada. Pero hay que reconocer que sabe cargar las tintas en esos personajes tan dramáticos que Almodóvar crea para ella.
Podría seguir hablando de los aspectos técnicos, del abuso del primer plano, de la composición de las escenas, del mundo urbano y rural, de las mujeres tan complejas que el manchego dibuja en sus películas, de los sueños, de los abismos, de los miedos y las inseguridades,... pero lo dejo aquí para que seáis vosotros los que me contéis qué os ha parecido, si la habéis visto, o para no desvelar más detalles, en caso de que quieras verla.
En definitiva, Madres paralelas parte de dos temas interesantes que merecían cada uno su propia película. Si bien hay ciertas situaciones que no me han parecido lógicas, esta nueva cinta de Almodóvar se ve con gusto e interés, aunque las escenas de cierre no me parecen precisamente las más acertadas, máxime cuando ha dejado en el aire cuestiones más jugosas. Así pues, y en mi ranking personal, Madres paralelas no ha podido desbancar a Dolor y Gloria.
La tenéis en cartelera.
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