Autor
El Puerto de Santa María (Cádiz), 1976. Con siete años decidió que quería escribir historias, y con doce consiguió que sus padres le compraran una Olivetti Lettera 42. Vinieron muchos intentos, a los que siempre fue venciendo la procrastinación.
Casado, con dos hijos, y tras vivir, además de en El Puerto de Santa María, en Córdoba, Madrid y Sevilla, comienza en 2009 la que será su primera novela, La Joya de Laura. De nuevo la vida y las excusas le hacen guardarla en un cajón, hasta que, en 2020, y ayudado por el confinamiento de marzo, se hace el firme propósito de terminar aquel proyecto.
Que estés leyendo esta descripción es la evidencia de que esta vez consiguió su objetivo.
Sinopsis
¿Qué harías si el día que te juegas tu ansiado ascenso, alguien comete el error de secuestrar a tu hija y pedirte algo imposible? ¿Qué pasaría por tu cabeza si descubres que alguien tiene retenida a tu vecina, de la que llevas enamorado desde los diez años? ¿Cómo actuarías si dejándote llevar por tu hijo te ves involucrado en un secuestro del que será difícil salir airoso?
[Información tomada directamente de la web de la editorial]
El confinamiento ha servido para que muchas personas con inquietudes literarias se lanzaran definitivamente al ruedo. Las horas, los días, las semanas e incluso los meses de reclusión había que llenarlos de algún modo para evadirse de esa realidad, más propia de la ciencia ficción, que nos amenazaba desde el exterior. Y así, Raúl León Moresco decidió darle el empujón definitivo a una novela que languidecía desde hacía mucho tiempo en un cajón. Le ha salido bien. La joya de Laura me ha parecido una novela digna, lo que me parece todo un éxito teniendo en cuenta que es un autor novel debutante. Quizá habría que pulir algún detalle que más adelante os comentaré pero, a grandes rasgos, esta novela entretiene. Os cuento.
Romualdo Pérez, Romo para los amigos, es funcionario. Está separado de Sofía hace más de una década, cuando Laura, la hija de la pareja, tenía tan solo seis años. La relación padre-hija no es fácil. Hay dolor y resentimiento de por medio, por eso Romo quiere limar asperezas y recuperar el cariño de su hija, a la que no ve desde hace ocho meses.
«No era Laura una persona con un carácter fácil, más bien complicado, y este aumentaba cuando tenía a su padre delante. Aun así Romo se esforzaba al máximo para contentarla cada vez que podía pasar algún tiempo con ella, cosa que le exasperaba aún más si cabe». [pág. 11-12]
Laura está a punto de llegar para pasar parte del verano con su padre y Romo no cabe en sí de gozo. Por motivos de trabajo, él no podrá ir a recogerla a la estación pero, como la joven tiene ya veinte años, ella misma tomará un taxi y esperará a su padre en casa. Sin embargo, cuando llega al domicilio paterno, Laura se encontrará una terrible sorpresa. Héctor Escobar y su padre Manolo están en el interior.¿Quiénes son?
En paralelo a lo que ocurre en la casa, la novela desarrolla dos hilos argumentales más. Por un lado, parte de la acción tendrá lugar en el lugar de trabajo de Romo. Dado que su jefa Dolores está a punto de jubilarse, él tratará de hacer méritos para ocupar el puesto próximo a quedar vacante. Pero tendrá que enfrentarse a un inconveniente de nombre Alberto, o Albertito como lo llama Romo, un compañero de trabajo que todo lo que ha conseguido en la vida se lo debe a las influencias de su padre. Cuando Romo reciba una llamada y alguien le hable de Laura, se verá envuelto en una complicadísima situación. ¿Cómo sobrellevar las insólitas peticiones que le hace un desconocido mientras trata de convencer a todo un ministro de que él es el candidato idóneo para el puesto?
Por otro lado, también conoceremos a Rafa -vecino de Romo- y a su primo Fito. Rafa está enamorado de Laura, aunque la joven nunca ha mostrado interés por él. Sabe por Romo que la chica está a punto de llegar para pasar unos días con el padre y él, nervioso, observa por la ventana para verla llegar. Algo raro detecta y, movido por su amor, también se verá involucrado en su asunto sucio.
Con estos mimbres, Raúl León construye una trama que se vertebra en diferentes ramales, llegando a confluir en un punto álgido de la historia. Partiendo de diversos malentendidos, que se irán manteniendo a lo largo de la narración, las páginas de esta novela esconden más de un secreto. Además, La joya de Laura indaga en el poder de transformación de las personas, en la capacidad del ser humano de convertirse en alguien distinto cuando se trata de los hijos, del amor paterno-filial, e incluso del amor romántico. Estamos ante una novela que no es lo que parece ser y que nos depara grandes sorpresas al final, por lo que, como dije al principio, me parece una novela muy digna, y con la que he disfrutado.
Personajes
Varios son los que van a transitar entre las páginas y, aunque todos tendrán su parcela de protagonismo, será Romo quien destaque por encima de los demás.
Romo es un hombre sencillo y reservado. Su vida gira alrededor de su hija Laura y su trabajo, y lleva una existencia lánguida y sin apenas sobresaltos. Sin embargo, el destino le tiene reservadas unas cuantas sorpresas. Romo se verá sobrepasado por las circunstancias. De un segundo para otro tendrá que transformarse y dejar de ser el hombre sin sangre que ha sido hasta ahora y poner toda la carne en el asador. Laura lo necesita y tendrá que actuar con rapidez, poniendo en riesgo su trabajo, a la vez, que se juega su futuro. El lector asistirá a una evolución del personaje, a una transformación. Una vez que Romo entienda la gravedad de los hechos, sacará toda la fuerza de su interior y se convertirá en una persona atrevida y valiente, poniendo a varios personajes en su sitio tras muchos días de humillación y mofa.
Por su parte, Laura es «una joven esbelta y guapa, de lacio y largo pelo moreno, pero eran sus ojos color miel lo que más llamaba la atención de ella». Su perfil psicológico encaja perfectamente con el de una joven resentida que divide su tiempo entre la casa materna y el domicilio paterno, lo que le produce un gran malestar. Para ella, el gran culpable es su padre. Es a él a quien señala con el dedo, al que ve como un hombre débil y pusilánime, sin sangre en las venas, y a quien responsabiliza de ser hija de padres separados, por eso Romo se esmera sin conseguir su objetivo. Laura es una chica con mucho carácter, ingeniosa y avispada, tratará de salir ella sola del entuerto en el que se ve metida.
Pero hay un personaje que me ha gustado especialmente. Diego es un joven con síndrome de Down y ya sabéis que, por motivos personales, siento debilidad por las personas SD. Me ha parecido un personaje divertido, astuto, sagaz, y muy perspicaz, como realmente son muchas personas que tienen esta discapacidad. Además, el papel de Diego será importantísimo en la trama y, sin él, los hechos se hubieran desarrollado de otro modo. Me ha encantado que aparezca un personaje como él en la novela y creo que el autor hace un retrato muy acertado.
Por último, y por mencionar otros personajes de La joya de Laura, os hablaría de Alba, la compañera de Romo, siempre dispuesta a echarle una mano; Dolores, la jefe del protagonista, que sabe perfectamente la valía que tiene Romo; Héctor, un joven impulsivo y violento, con mucho músculo y muy poco cerebro; o Alberto, otro compañero de trabajo de Romo, «insultantemente joven, engominado y sabelotodo, Era hijo de alguien influyente, amigo de derechas y de izquierdas, que a sabiendas de que su hijo no daba para mucho más, decidió utilizar sus contactos para que Albertito, como le llamaba Romo, hiciera carrera en la Administración».
¿Qué me ha gustado de la novela?
La joya de Laura tiene un argumento sólido. Los diversos escollos que tienen que solventar los personajes, así como las dificultades narrativas a las que se enfrenta el autor, están resueltas con diligencia, consiguiendo que la trama tenga coherencia y resulte verosímil.
A su vez, me ha divertido que el personaje principal sea funcionario. Por cercanía, y porque conozco cómo funcionan las administraciones públicas, he disfrutado mucho con el ambiente que se respira en el trabajo de Romo. A ello se une que lo que él tiene que conseguir para solucionar la gran problemática en la que se ve envuelto me ha parecido un punto buenísimo, tanto que hasta me ha hecho gracia porque me imaginaba la situación con total nitidez. ¿A quién no le gustaría conseguir lo que Romo pretende?
Insisto en el acierto que me ha parecido introducir un personaje con síndrome de Down, tan bien perfilado.
¿Qué es lo que creo que habría que pulir?
La joya de Laura comienza con un prólogo de un par de páginas en las que se narra la conversación entre dos amigas. Una le enseña a la otra su nueva casa, un antiguo chalet que han rehabilitado y que le ha salido tirado de precio. Una ganga, pues la casa cuenta con una historia truculenta detrás. Estas páginas funcionan como introducción a la verdadera trama de la novela. Sin embargo, y bajo mi punto de vista, es una pieza que se queda coja pues, llegados al final de la novela, no volveremos a saber nada más de estas amigas. Entiendo que, como vehículo para adentrarnos en la verdadera historia, el prólogo funciona pero, considero que, si se hubiera prescindido de él, tampoco hubiera afectado a la trama.
Señalo en este apartado que hay un diálogo que me ha resultado poco natural. No obstante, es justo reconocer que el autor demuestra mucho más dominio y seguridad en la narración que en los pasajes dialogados. Aun así, también tengo que señalar que, en dos o tres párrafos, se reiteran términos, por lo que no hubiera estado mal usar algún sinónimo y pulir esos fragmentos.
Estructura y estilo
Sin un escenario concreto que podamos identificar, y con unos hechos que transcurren a lo largo de un único día, La joya de Laura cuenta con un moderado suspense salpicado por pequeñas gotas de humor. Raúl León nos ofrece una narración solvente, en la que demuestra un buen manejo del léxico y los recursos narrativos.
La novela, que cuenta con un total de ochenta y cinco capítulos de corta extensión, -prácticamente a escena por capítulo-, se abre con un prólogo del que ya os he hecho algún apunte anteriormente, y un epílogo que supone un buen cierre. La acción, narrada en tercera persona, se irá alternando de un foco de atención a otro, de lo que ocurre en casa de Romo, a lo que acontece en su trabajo, pasando por la labor de vigilancia de Rafa y Fito, de tal modo que el lector ve avanzar cada uno de los hilos de forma paralela.
En definitiva, La joya de Laura es una novela que cuenta con acción, suspense, malentendidos, chispazos breves de humor, y algo de amor. A mi juicio, el autor ha cuidado los detalles, aportando giros inesperados que casan bien en la trama y consiguiendo un cierre correcto, en el que todo está conectado, sin flecos sueltos. Por todo ello, y como dije al principio, me parece una novela muy digna. Creo que es el calificativo que mejor define este libro que, si bien necesita algo de pulido, su lectura me ha entretenido.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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