Autor
Colin Falconer nació en el norte de Londres. Ha ejercido durante veintisiete años como novelista, y sus diecinueve novelas han sido traducidas a más de veinte idiomas. Puedes localizarlo en
https://colinfalconer.wordpress.com
Sinopsis
Año 1205. El caballero Philip de Vercy, tras luchar contra los fieles en Tierra Santa, regresa al hogar con su familia. Pero Francia atraviesa una época tumultuosa, su esposa ha muerto durante el parto y su hijo padece una grave enfermedad.
La única esperanza para el pequeño parece ser una sanadora del Languedoc, Fabricia Bérenger, una joven y marcada con los estigmas de Cristo, de la que se dice que incluso resucita a los muertos. En su búsqueda de aquella mujer tocada por la gracia de Dios, Philip de Vercy se tropezará con el infierno de la cruzada albigense. Entre batallas sangrientas y matanzas de los herejes cátaros, el caballero deberá elegir entre Dios, el amor o el honor.
Estigmas es una de esas novelas que despiertan mi vena lectora de forma inmediata. Para empezar posee una cubierta con aires de pintura renacentista en su parte superior que no pasa desapercibida ante mis ojos. Más adelante os haré una puntualización sobre la misma.
De la sinopsis se deduce que combina temas de especial interés para mí, particularmente todo el fenómeno de las personas estigmatizadas, que junto con un contexto temporal claramente marcado en la Historia por medio de las cruzadas del siglo XIII, hacen de esta novela una lectura que, a bote pronto, me llama la atención. Sin embargo, no quisiera que mis palabras os llamaran a engaño, pues no estamos ante una novela específica de caballeros y templarios como se podría suponer. Estigmas abarca temas más complejos y profundos de la personalidad del individuo como la religión, el amor, las dudas ante un Ser Supremo y, por supuesto, el honor. En cuanto a esas dudas existenciales nos encontramos personajes (Philip de Vercy) tan humanos como nosotros mismos; personajes que, al igual que alguno de nosotros, se plantean su propia fe al cuestionarse la cantidad de adversidades que una persona tiene que sufrir a lo largo de su vida y que hace inevitable que uno se pregunte ¿Por qué Dios permite estas desgracias?
En contraposición, Falconer nos presenta a Fabricia Bérenger, una joven que representa los siempre misteriosos y enigmáticos casos de personas estigmatizadas, esas marcas sangrantes que representan las heridas que Jesucristo sufrió durante su crucifixión. Fabricia es hija de una familia humilde que, a raíz de un hecho puntual, comienza a tener visiones y sueños premonitorios. Aunque Estigmassea el título de la novela, esta rama del argumento no se puede considerar como el eje central del libro, aunque sí se podría decir que supone el punto de partida de toda la trama.
Philip de Vercy regresa a su hogar tras luchar contra los infieles en Tierra Santa para encontrar que su esposa Azeläis ha fallecido al dar a luz. Sumido en la más profunda tristeza se volcará en el cuidado de su pequeño hijo. Pero la desgracia lo persigue y el niño caerá gravemente enfermo. Tras infructuosas visitas a varios médicos sin que nada puedan hacer, llegará hasta Fabricia de Bérenger y sus dotes sanadoras, en un intento desesperado de buscar curación para su hijo. Pero para ello antes tendrá que cruzar una convulsa Francia como consecuencia de las numerosas guerras políticas enmascaradas en la excusa de la religión y la derrota de los herejes. Como veis, la cosa no ha cambiado mucho. El trasfondo revela la miseria social frente a los grandes nobles y caballeros, así como las bárbaras costumbres imperantes.
El papel de la mujer también queda reflejado en la novela y, como cabe esperar, dista un abismo del que ocupamos hoy. Fabricia lucha contra un matrimonio concertado y el deseo de su padre por verla desposada con Peire, un hombre del que ella no está enamorada y a quien no le augura una larga vida. Como única escapatoria se plantea la posibilidad de tomar los hábitos pero... Mejor no seguir dando detalles e invitaros a leer el libro.
Estigmas nos transporta a lugares de nuestra vecina del norte (Toulouse, Borgoña, Pays d'Oc...), a través de las historias en paralelo de varios de sus protagonistas: los ya mencionados Philip de Vercy y Fabricia Bérenger, así como del clérigo Simon Jorda. Más temprano que tarde, todos deberán encontrarse para dar salida a la trama literaria que se esconden en las 597 páginas de esta novela.
El último capítulo, que a modo de epílogo el autor titula precisamente Estigmas,tiene un peso significativo. Esas páginas concretas dejan en el lector un poso de incertidumbre, genera preguntas que turban nuestra tranquilidad pues nos obliga a reflexionar sobre hechos reales y documentados como el del padre Pío de Pietrelcina, un capuchino nacido en 1887 que padecía de estigmas y al que se le atribuía la capacidad de sanar y leer la mente. Fue canonizado en 2002 por Juan Pablo II.
Narrada en tercera persona y estructurada en 111 capítulos de corta longitud distribuidos en dos partes, Estigmas basa sus escenas de acción en la conjunción de frases cortas que confieren en general un gran dinamismo en la lectura.
En definitiva, esta novela supone una lectura ágil y amena, de la que disfrutar de manera relajada. Encontraremos historia, religión, dudas, luchas interiores,... y por supuesto amor pero cabe destacar que la novela también sembrará en el lector la semilla de la duda. Si la confluencia de todos estos elementos te atrae, entoncesEstigmas es una lectura que te podrá gustar.
Y para no dejarlo en el tintero, mencionaba al principio de la reseña mi deseo de hacer una puntualización con respecto a la cubierta porque en un novela prima el argumento, el estilo narrativo, la prosa, la caracterización de los personajes,... pero todo eso tiene que ir cubierto por una envoltura atrayente. Al fin y al cabo, es lo primero que entra por los ojos. Pues bien, por curiosidad me dio por visitar la página web del autor en la que figuran todas sus novelas publicadas. Una veintena en total si no he contado mal. Sé que sobre gustos no hay nada escrito pero no puedo evitar sorprenderme al ver las ilustraciones que decoran las cubiertas de los libros en lengua inglesa. No he leído ningún otro libro del autor pero considero que la edición española le hace un gran favor a la novela pues de las portadas originales se desprende un tufillo a lo «corintellado» que no me cuadra en absoluto con la novela de la que os hablo hoy. Insisto que para gustos los colores pero si sienten curiosidad, pasen y vean.
Agradezco el envío del ejemplar a Algaida Editores.
Agradezco el envío del ejemplar a Algaida Editores.