Autora
Alaitz Leceaga nació en Bilbao en 1982. Es la autora de las novelas superventas El bosque sabe tu nombre (2018) y Las hijas de la tierra (2019).
Fue aclamada como la autora revelación del año 2018 con su debut literario, El bosque sabe tu nombre, que se ha traducido a varios idiomas y cuyos derechos audiovisuales están en fase de desarrollo. Esta novela la llevó a ser finalista del premio El Ojo Crítico de RNE de Narrativa de 2018 y a ser la ganadora del premio de la Asociación de libreros de Vizcaya de 2019.
Sinopsis
Demasiadas jóvenes desaparecidas
Demasiadas leyendas tras la tormenta
La pasión de una escritora imprescindible
1901. En el idílico pueblo vasco de Ea, Dylan y Ulises Morgan contemplan en el horizonte cómo se hunde el Annabelle, el vapor de su abuelo, tras la terrible tempestad de la noche anterior. Después, el cuerpo de una joven aparece flotando en la orilla. Extrañamente, es idéntica a otra muchacha desaparecida muchos años atrás, Cora Amara, la hija menor de la dueña de la funeraria del pueblo.
Cora no es la única joven a la que nunca más se volvió a ver: varias mujeres de los pequeños pueblos de alrededor llevan años perdidas. Nunca han encontrado los cuerpos, pero la marea arrastra a la costa una corona de lirios blancos cada vez que sucede.
Hasta donde termina el mar es una apasionante intriga sobre secretos familiares, venganza y el poder redentor del amor, ambientada en los dramáticos paisajes de la costa de Vizcaya, tierra de leyendas en la que aún se oye hablar de sirenas.
[Información tomada directamente del ejemplar]
Desde el mismo momento en el que supe de la existencia de esta novela sentí muchas ganas de leerla.Hasta donde termina el mar de Alaitz Leceaga ganó el Premio de Novela Fernando Lara, en su XXVI edición. Fue justo en la entrega del premio, que tuvo lugar en el mes de septiembre de 2021, en Sevilla, cuando escuché hablar a la autora de Ea, un pequeño pueblo de la costa nordeste en la provincia de Vizcaya, a 50 km. de Bilbao, y de un naufragio ocurrido a principios del siglo XX, en el que perdieron la vida unos cincuenta marineros. Puedes leer sobre la entrega del premio aquí, o escuchar a la autora aquí.
Precisamente fue aquella catástrofe la que inspiró a Leceaga para componer esta historia, llena de misterio, suspense y algún elemento más. Pero, ¿de qué trata esta novela?
La sinopsis que aporta la editorial señala los elementos más potentes del libro, pero hay muchos más. Efectivamente, en el pequeño pueblo de Ea residen los Morgan. Silvestre y su esposa tienen dos hijos: Ulises y Dylan. Los Morgan regentan una empresa familiar, unos vapores con los que salen a faenar en las frías aguas del Cantábrico. Pero el mar es traicionero y a veces se confabula con los cielos para provocar las tormentas más terribles. Sin casi verlo venir, el vaporcito Annabelle, «buque insignia de la flotilla de barcos de la familia Morgan», con catorce hombres a bordo, se ve en medio de una terrible galerna. «Esa palabra estaba prohibida en un pueblo de pescadores: era como una maldición, llamar en voz alta a la mala suerte. La galerna era uno de os temporales marítimos más temibles -de ahí que nadie se atreviera a pronunciar esa palabra a la ligera -y también de los más fulminantes». Todo el pueblo se acerca a puerto para ver regresar los barcos ante la tormenta que se ha desatado pero, con dolor, comprobarán que el Annabelle, el más rápido de la flota y «uno de los primeros pesqueros a vapor que faenaron en la costa cantábrica», no regresa. Los Morgan están desolados. Dylan quiere echarse al mar para tratar de ayudar a los marineros del Annabelle, entre los que figura su abuelo Devon, pero todo el mundo se lo impide. No se puede luchar contra el mar. Solo uno de los marineros del Annabelle consigue salvar la vida. Las declaraciones de los restantes marineros que han conseguido regresar dejan a la gente del pueblo sin palabras. Algo ha pasado a bordo del Annabelle, algo que le ha impedido llegar a puerto, y librarse del naufragio. Ahora solo quedan sus restos a medio hundir.
Pero la tormenta no solo engullirá al barco de vapor, junto con sus marineros. Al día siguiente, el mar también escupe el cuerpo de una joven encontrada en la cala de Natxitua. «Su cuerpo flotaba boca arriba mientras las olas la mecían despacio acercándola más y más a la orilla, como si quisieran que alguien diera con ella». La muchacha, que viste un traje de novia, será encontrada con vida por los hermanos Morgan. La joven no habla. Simplemente se limita a mirarlo todo con extrañeza. De aspecto frágil y delicado, se intuye algo salvaje en su interior. ¿Quién es esta joven y de dónde ha salido? A Dylan Morgan su cara le resulta familiar. Le recuerda a otra joven, a Cora Amara, hija de los dueños de una funeraria, que desapareció hace más de 20 años. Pero si es ella, ¿cómo es posible que tenga el mismo aspecto que entonces? Las dudas se irán amontonando, máxime cuando vuelven fantasmas del pasado que nos hablan de la desaparición de jóvenes de la zona y cuando, de nuevo, comienzan a desaparecer más chicas de los pueblos de alrededor. Tras cada desaparición, una corona de lirios blancos flota en las aguas que besan el pueblo de Ea. ¿Qué ocurrió en el Annabelle? ¿Quién se esconden tras esas desapariciones? Todo ello lo sabrás si te animas a leer Hasta donde termina el mar.
¿Qué me ha gustado de esta novela?
Para empezar, el punto de partida es fabuloso. En un primer capítulo introductorio contemplaremos una escena que nos dejará sin aliento. En medio de una tormenta, y sobre un acantilado, una joven vestida de novia trata de librarse de las manos de su opresor. Él la llama monstruo. Le grita en medio de un vendaval:
«Dicen que trae mala suerte devolver al mar a las que son como tú: tormentas, niebla, desgracias, mala mar y poca pesca, eso es lo que provocáis». [pág. 11]
Leceaga hace una gran labor al recrear esa escena inicial, que adelanta parte de la trama. La ambientación es magnífica. Describe muy bien el forcejeo en medio de unas condiciones climatológicas muy adversas. Para mí fue un inicio muy prometedor, que avivó mi deseo de continuar con la lectura.
Las descripciones también están muy logradas, consiguiendo que el lector se adentre en un entorno climatológicamente hostil. Leceaga retrata muy bien la furia del mar y la fuerza del viento, que arrastra todo a su paso.
Por otra parte, me parece un acierto la forma en la que la autora ha estructurado la novela. A priori, podemos pensar que solo tendremos un único hilo temporal. Sin embargo, a medida que nos vamos acercando al final, el pasado entra en juego y se convierte en otro hilo temporal más. Por lo tanto, a partir de un determinado momento, los hechos que transcurren entre 1901 y 1902 se irán alternando con los sucesos ocurridos en el año 1880 y siguientes. Diría que, llegado un punto, el pasado supera en interés al presente.
Por último, destaco que la novela tiene una fuerte conexión con el mundo mitológico. Las leyendas, forjadas siglo tras siglo, y enraizadas en los pequeños pueblos, tendrán mucha presencia en esta historia. Por Ea corren rumores que hablan de seres fantásticos, de otros mundos, pero capaces también de andar sobre la tierra. Me apasionan las viejas historias y sin embargo, esto es lo que menos me ha gustado de esta novela. Esta contradicción puede sonar extraña. El problema está en mis expectativas. En ningún momento me llegué a imaginar que esta novela tuviera un componente de fantasía y, encontrarme con elementos mitológicos y sucesos sobrenaturales me sacó un poco del relato. No puedo ser más explícita por no desvelar alguna sorpresa que la novela nos tiene preparada. En cualquier caso, esto no es más que una apreciación muy subjetiva, que tiene que ver con mis gustos personales más que con la esencia de la historia en sí.
¿Qué no me ha gustado?
Al margen de lo que he comentado en el párrafo anterior, y que enlaza con este apartado, podría señalar alguna cuestión menor. Por ejemplo, me ha parecido que algún suceso se desarrolla de forma precipitada. La acción transcurre a un ritmo sosegado -de hecho, en algún capítulo me ha faltado algo de acción-, pero, a veces, alguna escena concreta coge velocidad, se desarrolla con prisas, como si se acelerara para dar paso a las consecuencias.
Añado que, ciertos diálogos, precisamente los que se producen entre los jóvenes, no me han resultado muy creíbles. En alguna ocasión he sentido que la novela tiene un cierto aire juvenil, que tampoco esperaba.
Por último, y a pesar de que la fantasía tiene una presencia importante, a mí, las argumentaciones de algunos personajes me han resultado débiles. El lector tiene que suponer demasiado, y en ciertos pasajes me han quedado preguntas sin respuesta.
Los personajes
Aunque es una novela muy coral, bajo mi punto de vista, los grandes protagonistas son los jóvenes de esta historia. Es decir, Dylan, Ulises, Ofelia, Katy, Lorenzo,... Visto desde este ángulo, y sumando a lo que decía antes sobre novela juvenil, creo que Hasta donde termina el mar también tiene tintes de novela de aventuras. Los jóvenes se embarcarán en una investigación con objeto de descubrir los secretos que esconde el pueblo de Ea.
Pero, por dar algunas pinceladas sobre los personajes que más me han gustado os diré que Dylan y Ulises son muy distintos. El primero, «alto y desgarbado» es muy impulsivo y apasionado, un líder que se deja llevar siempre por su corazón. Sin embargo, Ulises es mucho más tranquilo y discreto. Le da miedo el mar, tanto que hasta lo odia. Ambos tienen algo más de veinte años y, sin embargo, me han parecido que están demasiado sometidos a la voluntad del padre. Quizá me equivoque pero, siempre he creído que, en esos años y a esas edades, los jóvenes eran mucho más maduros e independientes.
Pero si hay unos personajes que me han gustado mucho son las mujeres de la familia Amara, procedentes de una pequeña isla al norte de Escocia. Anastasia Amara, dueña de la funeraria del pueblo, tuvo una hija -Cora-, que desapareció hace veinte años. Aún le queda otra hija más, Claudia, que sufre de cojera, y por eso se ve obligada a usar bastón. Pero nadie sabe qué le ocurrió a Claudia y ella jamás lo menciona. Es otro de los grandes misterios que rodea a las Amara. Madre e hija viven en una mansión que da miedo.
«La procedencia de la fortuna de las Amara era un misterio, al igual que sucedía con el marido de Anastasia Amara y padre de sus dos hijas. Por supuesto, donde hay un misterio también hay habladurías y rumores, en especial cuando se trata de una mujer sola con dos hijas y una inexplicable fortuna». [pág. 37]
De nuevo, la atmósfera que se respira en casa de los Amara te atrapa. La casa rezuma misterio y a la vez atrae al lector. En la planta baja, dedicada exclusivamente a las labores funerarias, huele a muerte.
«La casa parecía sacada de un cuento de hadas. El caserón se mantenía en buenas condiciones, con la fachada pintada en un bonito color tostado, pero el tejado rojo en punta, el jardín lleno de flores y todas esas ventanas de color rojo sangre daban a la casa una apariencia poco habitual, muy diferente de la que tenían las casitas blancas del centro del pueblo o de los antiguos baserris de piedra y tejado a dos aguas, que asomaban dispersos por las colinas cercanas». [pág. 39]
Las Amara no son una familia normal. Demasiadas incógnitas rodean a Anastasia y a sus hijas. Son frecuentes las alusiones a un altercado que ocurrió entre Anastasia y Cora, antes de que esta desapareciera, lo que aviva aún más la curiosidad del lector.
Me ha gustado mucho esta familia, el personaje de Anastasia provoca repelús, con unos métodos de enseñanza durísimos y crueles. Pero es un personaje muy bien labrado, con muchos dobleces.
Debo admitir que, la novela nos permite entrar en el juego de las conjeturas. El lector tratará de averiguar quién de todos ellos ese el responsable de los hechos que suceden en Ea. Yo no acerté, lo cual es un punto a favor para la novela.
Estructura y estilo
Tras ese capítulo introductorio del que os hablaba antes, la novela se estructura en cuatro bloques, a lo largo de los cuales se distribuyen capítulos titulados de media extensión, que se van acortando con el avance del relato.
Detecto en algunos pasajes una leve pátina poética. Me gustan mucho sus descripciones.
«El cielo estaba despejado y tenía ese tono azul brillante que tienen los primeros días de octubre, cuando el recuerdo del verano todavía flota en el aire». [pág. 17]
Y cuenta con algún flashback, que traslada al lector a los orígenes de los secretos que esconden los habitantes de Ea.
En definitiva, Hasta donde termina el mar ha sido una grata lectura, a pesar de esas cuestiones que no me han convencido totalmente. Pero es una novela llena de misterio y suspense, con algún toque aventuro, en la que se echa mano de las viejas leyendas para construir un relato sobre familias, viejas deudas, secretos y venganzas.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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