Autora
Susana García Nájera es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Alcalá de Henares de Madrid (UAH) y Filología Inglesa por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Ha publicado la novela Saudade (2021, Premio Nacional de Novela Ateneo Mercantil de Valencia) y dos libros de relatos: La teoría de los momentos (2018) y Cicatrices a las once (2016). Ha participado en las antologías Ya nadie pisa los charcos (2021), Cuando fuimos malos (2018) y Es raro olvidarlo todo (2013). Sus relatos han sido premiados en numerosos certámenes nacionales e internacionales. Ha vivido en Londres, París y Pisa, y actualmente reside en Madrid, su ciudad natal.
Sinopsis
Perfecto en su estructura circular, este absorbente thriller avanza hasta un final que es también el principio
Lola es una escritora superventas que se traslada a Londres cuando su hija Sara, una atractiva estudiante universitaria, desaparece en la capital inglesa. Para Lola los meses se suceden vacíos, angustiada por no saber el paradero de su hija y, mientras espera, reflexiona sobre la vida y la futilidad de su propia obra. Todo cambia cuando la inspectora Amanda Ramsey-Dunn da con una pista crucial que hace que el caso cobre una nueva dimensión y ambas mujeres inician una búsqueda a contrarreloj para encontrar a Sara. En su afán por encontrar también su propia identidad y el sentido de sus vidas, irán revelando naturalezas complejas que se sobreponen a una trama de absorbente intriga. La atmósfera que envuelve el relato, la lluvia y el llamado efecto Foehn se convierten en un personaje más, que influye en los protagonistas de forma rotunda. El lector casi sentirá la necesidad de abrigarse o abrir un paraguas para enfrentarse a este thriller a la vez que pasea por los paisajes más emblemáticos de Londres o escucha una de las canciones legendarias del movimiento punk. Susana García Nájera logra que sintamos como propias las zozobras de cada uno de los personajes, incluso del más deleznable, y más allá del desenlace prolonga la estremecedora historia, perfecta en su estructura circular, hasta un final que es también el principio.
[Información tomada directamente de la web de la editorial]
¿Sabéis de esos libros que están ahí, quietecitos, sin llamar mucho la atención pero que esconden más de lo que parece? Pues eso es El efecto Foehn de Susana García Nájera, obra ganadora del XLI Premio de Narración Corta Felipe Trigo. Confieso que el libro del que vengo a hablaros hoy tiene una cubierta que me resulta muy atractiva (ya sabéis mi fijación por las portadas), pero fue su sinopsis lo que terminó por seducirme. Londres, una escritora superventas, una hija que desaparece, una madre que trata de averiguar qué fue de su hija. Todo ello en apenas algo más de cien páginas. Me sentí tentada, así que ayer me llevé este libro a la playa. Me duró apenas un par de horas.
El efecto Foehn narra la historia de Sara. Arranca de un modo perturbador. Jorge, un español que trabaja en la capital británica, espera en el interior de su vehículo, aparcado a las puertas de un hospital. En esos primeros párrafos nos toparemos con un personaje atormentado. Siente que algo grave se le viene encima, que está metido en un lío enorme. Se habla de mentiras, de responsabilidades, de deseos siniestros. La sensación de angustia y desesperación que siente el personaje se recrudece con la llegada de una tormenta que amenaza con desatarse por encima de su cabeza.
El motivo por el que Jorge está en las inmediaciones del hospital es porque Sara, una joven española de veintitrés años, está siendo atendida en su interior. No te desvelaré por qué la joven ha acudido al hospital, ni la relación que existe entre ambos personajes, porque ahí justo está el meollo de esta historia. Los dos primeros capítulos se centrarán en ellos dos. El narrador describirá a grandes rasgos quiénes son y qué los une. Sin embargo, en el tercer capítulo daremos un salto hacia delante. Han transcurrido unos meses desde esos sucesos iniciales. Sara ha desaparecido y su madre Lola, una escritora de éxito, con varios best-sellers traducidos a varios idiomas, se traslada a Londres para averiguar qué ha ocurrido con su hija. Inmediatamente contactará con Amanda Ramsay-Dunn, la policía encargada de investigar la desaparición de la joven. Su primer paso será interrogar a las amigas de Sara, preguntar aquí y allá, y tirando del hilo llegará a una pista que precipitará la investigación hasta llegar a una resolución que dejará atónito a todos los personajes de esta historia.
De este modo, Susana García Nájera construye un thriller a dos aguas. En capítulos alternos viajaremos al pasado reciente, a la vida de Sara en Londres, a sus estudios, a sus amigas y amistades. Mientras, por otro lado, se narrará la estancia de Lola en Inglaterra, a la espera de que la policía averigüe qué ocurrió con su hija y termine por localizarla. ¿Viva o muerta?
Qué me ha gustado de esta novela
En primer lugar, debo decir que la historia en sí es sencilla pero eso no le resta interés. La trama de El efecto Foehn narra una desaparición y su correspondiente investigación. No es una novela que tenga grandes giros, salvo uno, ni tampoco vamos a acompañar a Amanda en todos y cada uno de los pasos de la investigación. La novela tiene algo más de cien páginas y en ese margen no hay espacio suficiente para desarrollar los hechos con exhaustiva profundidad. Sin embargo, me ha gustado porque tiene su punto de suspense, su dosis de intriga, elementos necesarios para mantener la atención del lector. Todo ello queda envuelto por esa atmósfera gris y lluviosa que caracteriza la ciudad británica, una climatología que incide en el ánimo de los personajes y que crea una atmósfera propicia para un thriller. Precisamente, de ahí el título de la novela, que queda debidamente explicado.
Aun así, tengo que decir que el lector sabrá con certeza, en unos casos, o intuirá, en otros, lo que ha ocurrido o va a ocurrir pero, en esta novela, nuestro papel es más de acompañamiento. A mi juicio, creo que nuestra función es ver cómo los personajes se van a mover dentro de la trama, que decisiones van a tomar o cómo van a reaccionar a los hechos, teniendo a nuestro alcance mucha más información de la que tienen ellos mismos.
Además, me ha parecido muy interesante la forma en la que García Nájera aprovecha el personaje de Lola para hablarnos de la vida de los escritores, sujetos siempre pendiente de las opiniones de los lectores, sometidos a la presión de un mercado en el que la competencia es tan brutal, comparándose con otros autores que son más prolíficos, que publican más, que tienen más éxito, que están más mimados por el público. A pesar de que Lola es una escritora de éxito internacional, la situación por la que atraviesa no es la más idónea para adentrarse en un nuevo proyecto literario. Digamos que no tiene la cabeza para inventar historias ni construir personajes. Pasando por una etapa de sequía, en la que su vida personal ha dado un vuelco, intuyo a su editor nervioso, temiendo que su gallina de los huevos de oro peligre, y se atreve a hacerle una propuesta que, sinceramente, me ha parecido fuera de lugar, denotando poco sentido de la moral. Probablemente haya editores así de chupa-sangre. Y aunque es un personaje que apenas asoma, la figura del editor me ha hecho reflexionar sobre el mundo editorial.
Y todo ello para llegar a un desenlace que me ha resultado emotivo y sanador. Un final que, en el último capítulo, se convertirá en un tirabuzón que cierra la historia en círculo.
Qué no me ha gustado
Hay algunas cosas que quedan en el aire, aunque no puedo dar muchos detalles porque entonces destriparía la trama. Creo que, al tratarse de una narración corta, la autora no ha podido extenderse mucho más de lo que el género le permite. Para mi gusto, hubiera estado bien alargar la trama algo más, dar algún detalle más concreto sobre sucesos que son importantes. No obstante, he disfrutado de la historia. Eso no lo puedo negar.
El narrador
Prácticamente toda la novela está narrada por un narrador omnisciente. Su descripción de los hechos es aséptica, fría, no existe implicación por su parte. Ejerce el papel de mero transmisor de los sucesos, dejando espacio al lector para que observe desde la distancia, para que acompañe a los personajes, a cada uno de ellos en sus dilemas. Y así, como meros oteadores, veremos a Sara viviendo unos momentos difíciles en el hospital, a Jorge acorralado en un callejón sin salida, a Lola desesperada por tratar de averiguar qué le ocurrió a su hija, y a Amanda buscando con ahínco alguna pista que la conduzca al paradero de la joven.
Pero en ese tirabuzón que os comentaba antes, en ese capítulo final que hace que la historia se repliegue sobre sí misma, aparecerá una voz en primera persona. Ese último capítulo es interesante porque nos permite escuchar de forma directa la voz del depredador o de la depredadora, del culpable o la culpable de la desaparición de Sara. Es decir, esas últimas páginas, que se remontan a hechos ocurridos en 2013, podrían prácticamente considerarse el inicio de la historia.
Estructura y estilo
Con un total de quince capítulos de corta extensión, la lectura de este libro te dura un suspiro. Cuenta con una narración sencilla, sin abusar de pasajes descriptivos, manteniendo un equilibro adecuado entre narración y diálogo. El cambio en la voz narrativa que se produce al final del libro aporta una visión inquietante de la historia pues, sabiendo lo que va a ocurrir, llegas a pensar en que jamás terminas de conocer a los que te rodean. No añado nada más.
En definitiva, El efecto Foehn, en toda su sencillez, es un libro ideal para viajar. Tiene la duración exacta de un vuelo de avión de media distancia, de un desplazamiento en coche, de una espera en una estación de tren o de autobús. Y también es perfecto, como hice yo, llevártelo a la playa y disfrutar de su lectura entre chapuzón y chapuzón.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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