Quantcast
Channel: Lecturápolis
Viewing all articles
Browse latest Browse all 2537

ILU ROS: ❝En Federico García Lorca, su vida y las obras van cogidas de la mano❞

$
0
0

Ilu Ros es una ilustradora que me encanta. No son pocos los libros que tengo en casa firmados por esta joven de Murcia. Mi relación con su trabajo empezó con Cosas nuestras, un libro homenaje a su abuela y a las mujeres de su época (puedes leer mi reseña aquí). Y de un homenaje saltó a otro. La ilustradora puso el ojo en la figura de Federico García Lorca. Primeramente, ilustró la biografía del poeta granadino en un volumen al que llamó, simplemente, Federico (puedes leer la entrevista a la autora aquí y la reseña de la obra aquí). Y ahora Ros regresa con un proyecto más ambicioso. En el mismo ejemplar, la autora ha reunido las tres grandes obras de Federico García Lorca, las más insignes, aquellas que muestran el mundo rural. Y precisamente, bajo el título deLa trilogía rural, Ros pone color a Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba. Gracias a la editorial Lumen y al trabajo de esta murciana, el lector tiene a su alcance toda la fuerza de Lorca y la singularidad de los dibujos de esta ilustradora en un único volumen que me parece una joya.

Ilu Ros visitó Sevilla hace unas semanas. Hablamos de Federico, de su vida, de sus obras, de la ilustración y lo que ha supuesto la figura del poeta en la vida de la ilustradora. Os dejo con la entrevista.

Marisa G.- Ilu, un placer volverte a ver. Ya lo hicimos con Federico, cuando viniste a presentarla a Sevilla. El poeta de Granada te está dando muchas alegrías.

Ilu R.- Sí, la verdad es que sí. No lo me lo esperaba. Federico es un libro que ha tenido muy buena acogida entre los lectores. La trilogía rural es un regalo para mí. He disfrutado mucho al hacerlo y parece que a la gente le está gustando también.

M.G.- Para mí, este tipo de libros son como una joya, uno de esos libros que colocas en la estantería, lo miras, lo coges, lo vas leyendo poco a poco. No sé, me gustan mucho. Será porque el género ilustrado me encanta.

I.R.- Sí, como un libro-objeto. Cuando salió el libro electrónico, se empezó a decir que el libro físico acabaría desapareciendo pero creo que a muchos nos gusta el libro en papel.

M.G.- Sí, el que se puede tocar.

Bueno Ros, ¿y por qué te metes ahora en esta trilogía, después de haber ilustrado la biografía de Federico?

I.R.- Porque cuando acabé Federico, estaba muy contenta con el resultado, pero no había disfrutado tanto del proceso como a mí me hubiera gustado. Creo que fue porque el momento en el que lo hice estábamos en plena pandemia y todo era muy agrio, con mucha tensión. Por otra parte, yo sentía mucha presión por quién era Federico García Lorca y lo que significa. Era un libro que requería ser muy riguroso, midiendo mucho las palabras, lo que sucedía, porque era un libro que no solo hablaba de su obra sino también de su vida. Me gustó hacerlo pero no lo disfruté por el peso que sentía.

M.G.- Mucha responsabilidad.

I.R.- Sí, por la responsabilidad, por la gran figura que era Federico. Y al acabarlo me quedé con ganas de más. Así que se lo propuse a mi editora. Le planteé ilustrar la trilogía rural, las tres obras con las que yo lo había conocido. Ella me respondió que sí y aquí está el libro. Ya no soy yo la que escribe sino que me dedico a ilustrar las palabras de Federico García Lorca.

M.G.- ¿Qué tienen en común las tres obras?

I.R.-  Aunque Federico García Lorca tenga más obras de teatro, estas tres las vemos como juntas. Comparten algunos puntos, como el mundo rural, la mujer en el mundo rural, la Andalucía de los años 20 y 30, la pasión, el deseo desenfrenado que, al final, termina en tragedia cuando no se lleva a buen puerto, la muerte,... Pero, aun así, son tres obras que, aunque tengan muchas cosas en común, son muy distintas. La atmósfera de las tres es completamente diferente. Creo que cuando las lees te das cuenta. Bodas de sangre es un obra muy lírica y muy poética, mientras que Yerma es totalmente introspectiva, con esa mujer que está sufriendo, que se siente aislada, que la tratan mal por algo que no es su culpa, aunque ella se sienta culpable. Y La casa de Bernarda Alba supone el encierro total, el autoritarismo.

M.G.- El libro se inicia con un texto, con un discurso que Federico dio en 1935. ¿Qué se recoge en esas palabras?

I.R.- Quería comenzar el libro con las propias palabras de Federico y con lo que significaba el teatro para él. Cuando estaba de director en La Barraca, él quería llevar el teatro a los pueblos más pequeños, al pueblo llano, a los más analfabetos. Él consideraba que el teatro y la cultura no era algo de la intelectualidad y de la gente que estaba más arriba, sino también del pueblo llano. Me parecía importante empezar así.

En este discurso, que pronuncia ante los actores del Teatro Español en el año 35, defiende la importancia que tiene la cultura y el teatro para un país. Él decía que al teatro había que ir con alpargatas y no con collares de perlas.

M.G.- El primer párrafo de ese discurso me resultó curioso porque él manifiesta su disconformidad con los homenajes. Me quedé pensando que, donde quiera que esté, estará escandalizado con todo lo que se ha escrito y se ha dicho de su persona y sus obras.

I.R.- Bueno era muy coqueto. Aunque a él le gustaba mezclarse con el pueblo, también le gustaba ser el centro de atención. Quizá, a lo que se refería era a los homenajes en cuanto a ensalzar al autor y alejarse del pueblo llano. Precisamente, lo que él hace en estas obras es poner voz a la gente del medio rural, y especialmente, a la mujer del medio rural. 

M.G.- Ros, tú te encargas de ilustrar estas tres obras de Federico pero, ¿cómo haces para elegir la escena concreta que quieres mostrar?

I.R.- Conforme iba leyendo las obras, iba tomando ideas. Al principio, mi idea era ilustrarlo todo pero claro, me di cuenta de que eso no podía ser. Pedí que me enviaran una maqueta del texto para ir repartiendo las ilustraciones. Yo quería que las ilustraciones aparecieran en el lugar en el que yo quería. En ese proceso fui ilustrando los momentos de las obras más interesantes pero también tenía que funcionar rítmicamente. No podían aparecer diez páginas seguidas sin una sola ilustración y luego encontrar tres ilustraciones seguidas. Sobre todo en este caso, que es un libro muy ilustrado. Tenía que mantener el equilibrio aunque, realmente, lo hubiera ilustrado entero, como si fuera una película de animación.

M.G.- Recuerdo que, con Federico, usaste una paleta cromática llena de ocres, rojos, y tonos tierra. En este caso, ¿cuál ha sido el criterio para elegir los colores?

I.R.- Al principio de cada proyecto, intento siempre pensar en la paleta de color en relación con el proyecto y en relación con lo que yo siento. Con este libro fui al Cabo de Gata, al Cortijo del Fraile, a Valderrubio, a Fuente Vaqueros,... Me fijé en los colores de la tierra, tan característicos en esa zona, sobre todo en el desierto de Níjar. De ahí saqué parte de los colores. También me sirvió ver las casas de Federico, los suelos de esas casas,... Hay una paleta común para las tres obras pero luego, cada una de ella, tiene su paleta propia. En La casa de Bernarda Alba, la paleta es muy sobria y severa. Sin embargo, la de Yerma tiende más a los rojos, es más pasional y más dolorosa. La de Bodas de sangre tiene muchos violetas, azules, ocres, los colores del campo de Níjar, es como más colorista.


[Si prefieres escuchar nuestra conversación, dale al play]

M.G.- En este volumen encontramos las tres obras que mencionamos pero no hay una división clara entre una otra. Cuando acaba una, y antes de empezar la siguiente, hay como unos textos de tu autoría en las que nos das pinceladas sobre cómo y cuándo escribió Federico, en qué se inspiró.

I.R.- Sí, entre obra y obra, hay alguna página de contextualización. En Federico García Lorca, su vida y las obras van cogidas de la mano. En el libro, están dispuestas de manera cronológica porque tenía sentido. La casa de Bernarda Alba fue la última obra que él escribió y leyó a sus amigos y familiares, en su último mes de vida, antes de que lo fusilaran. Es una obra que habla del autoritarismo en una época en la que se intuía que había ciertos grupos que podían dar un golpe de estado, desembocando en una guerra civil. Por eso, creía que era importante contextualizar cada obra, mencionando el momento en que lo escribió y en quién se inspiró.

M.G.- Después de la obra anterior y esta, ¿te quedan todavía cosas que aprender de Federico? Imagino que la labor de documentación habrá ido importante.

I.R.- Siempre quedan cosas por aprender. Federico García Lorca es un sitio en el que entras y ya no puedes salir. En cada lectura de su obra, siempre se van abriendo ventanas nuevas. Aunque pienses que ya te has leído muchas veces Bodas de sangre, la vuelves a leer y, de repente, descubres algo que te lleva a una interpretación nueva. 

M.G.- Al hilo de lo comentas, es habitual que, cuando releemos obras, cambie nuestra percepción. No es lo mismo leer Bodas de sangre a los dieciocho años, que leerlo a los cuarenta.

I.R.- Sí, sí. Hoy tengo una lectura muy diferente de La casa de Bernarda Alba, de aquella que tenía en el instituto. Tiene que ver con la forma de entender el mundo, y con la contextualización, porque vas aprendiendo más sobre el momento histórico en el que se escribe la obra.

Algo que me parece muy curioso es que antes me llamaban la atención personajes como Adela y la novia, que son mujeres que ansían la libertad y, sin embargo, ahora veo a Martirio y me conmueve más, por estar encerrada también en sí misma, por ser una mujer atormentada. Vas viendo las cosas de forma diferente, a medida que pasan los años.

M.G.- Imagino que has tenido que leer estas obras, pero no sé si también has visto las películas que se han hecho.

I.R.- Sí, las he visto pero no durante el proceso creativo del libro. Son obras que forman parte de nuestro imaginario y las tenemos dentro. No quería ver más cosas para que no me influyeran más todavía. Pero, hasta antes del libro, sí que he visto muchas representaciones y películas, como La novia, que me parece preciosa.

M.G.- ¿Has tenido más dificultad a la hora de ilustrar una obra u otra?

I.R.- He disfrutado mucho haciendo las tres pero la que más dificultad me podía crear era La casa de Bernarda Alba, porque no tiene el apoyo de las metáforas visuales que tiene Bodas de sangre, no tiene paisajes ni salidas al exterior. La casa de Bernarda Alba transcurre todo el tiempo dentro de una casa. Federico especificó que en esta obra solo quería blanco y negro, no quería sombra. Aunque yo eso me lo salto. Es una obra muy severa, salvaje en cuanto a la palabra. No tiene la poesía que tiene Bodas de sangre

M.G.- Soy firme defensora del género ilustrado pero, cuando hablo con otros lectores, encuentro que a muchos les cuesta entrar en el género. Aparte del color y de la imagen, ¿qué crees que aporta el género ilustrado a la literatura o, en este caso, a las obras de Lorca?

I.R.- Creo que se establece un diálogo entre diferentes artes y diferentes formas expresivas o formas de creatividad. Es como cuando hay una colaboración entre un músico y un cineasta, entre un actor y un pintor. Al final, creo que la ilustración y la literatura casan muy bien. En este caso, por ejemplo, hay un texto de Federico García Lorca que funciona solo, evidentemente, pero que dialoga con la ilustración. Al igual que ocurre con las representaciones teatrales, en las que se establece un diálogo entre el texto y el director de escena o los actores. El ilustrador pasa el texto por sí mismo y da su propia interpretación. La ilustración es una suma creativa.

M.G.- Ilu, ¿cómo defines tu forma de ilustrar? Para mí, tus ilustraciones son muy libres. Por ejemplo, no hay profundidad de campo, no hay perspectiva. ¿Cómo defines tu trazo?

I.R.- Intento mantener esa libertad, que mis dibujos y mis pinturas estén vivas. No sé explicarlo muy bien. A veces, hago dibujos a los que les falta algo. No es cuestión de perspectiva, ni de estar mejor o peor dibujado. Es cuestión de un algo que no sé explicar. Siempre busco la libertad y la expresividad en el trazo. Es algo que consigo mientras más me alejo de la realidad. Hago pintura figurativa pero intento no ser hiperrealista. 

M.G.- Te conocí con Cosas nuestras. ¿Tú crees que tus dibujos han evolucionado con el paso de los años?

I.R.- Sí. No digo si para bien o para mal, pero sí he notado una evolución. Si veo dibujos de hace tres o cinco años, sí lo noto. Me aburriría si supiera que me estoy repitiendo y mataría la creatividad.

M.G.- Por medio de una entrevista que concediste, supe que, tras la publicación de Federico, facilitasteis un ejemplar a los descendientes. ¿Vas a hacer lo mismo con este?

I.R.- Creo que sí se ha enviado. No te lo sé decir ahora mismo porque los envíos los hace la editorial pero imagino que sí se habrá enviado. Bueno, no lo sé con seguridad.

M.G.- ¿Qué te dijeron con el anterior?

I.R.- Por lo que sé, las sobrinas de Federico están muy contentas.

M.G.- Imagino que vas a descansar un poco, o definitivamente, del poeta.

I.R.- En principio, descanso definitivamente.

M.G.- ¿Y te gustaría ilustrar algún libro de otro autor importante?

I.R.- No lo sé. Mi idea no es hacer otra biografía ilustrada. 

M.G.- En principio, cambiar de rumbo.

I.R.- Sí, lo que me apetezca y lo que vea que me funciona en cada momento. En eso hay que ser un poco intuitivo, creo.

M.G.- Bueno Ilu, lo dejamos aquí. Estoy encantada con esta publicación porque me parece una edición preciosa, muy bonita y muy cuidada.

I.R.- Súper bonita, sí. Muchas gracias.

M.G.- Me parece precioso para regalar estas navidades. Muchas gracias por venir. Un placer volver a verte y espero que volvamos a coincidir con cualquier otro proyecto que se te ocurra.

I.R.- Muchas gracias a ti.

Sinopsis: La tragedia de la pasión amorosa, las rivalidades familiares, la esterilidad, la represión sexual y la muerte son el hilo vertebrador de Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba, las tres obras que conforman el ciclo por el que Federico García Lorca ha sido más celebrado como dramaturgo. Una trilogía rural en la que la mujer, el campo andaluz abrasado por el sol y los instintos son los grandes protagonistas que cobran nueva vida en esta interpretación personal y originalísima de Ilu Ros, la autora de la aclamada biografía Federico y «una de nuestras mejores dibujantes» (Manuel Rodríguez Rivero, El País).


Viewing all articles
Browse latest Browse all 2537

Trending Articles