Venga, que me tengo que poner al día. Hablemos hoy del balance del último mes del año pasado, antes de que pase mucho más tiempo. Diciembre llegó, climatológicamente hablando, con bastante amabilidad. Demasiada diría yo. Laboral y emocionalmente, estable. Y literariamente, tranquilo. Para ser un mes en el que nos convertimos en hormiguitas frenéticas de aquí para allá, con compras y celebraciones, las editoriales han vendido ya todo el pescado en estas fechas, de cara a las Navidades y solo queda dar los últimos coletazos. Aun así, llegaron a casa unos cuantos libros interesantes y también tuvo lugar un par de entrevistas molonas. ¿Vamos a ello?
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Los comprados
Esta vez, sí. En el mes de diciembre tuvo lugar la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión. A mí me gusta dar una vuelta por las distintas casetas y curiosear en una y otra. ¿No os llaman la atención todos esos libros antiguos, con hojas amarillentas, y encuadernados en piel que suelen exponer como auténticos tesoros? Debe ser apasionante examinar legajos y primeras ediciones antiquísimas. Pero, en estos stands también encuentras libros más contemporáneos que resultan llamativos. Me ocurrió con Enfermos del libro. Breviario personal de bibliopatías propias y ajenas de Miguel Albero. Está editado por la Universidad de Sevilla y, nada más ver el título, me lancé a por él. Porque, somos unos enfermos del libro, ¿verdad? Mirad que yo no soy mucho de ensayo pero no me pude resistir. Pinchad en el título para leer la sinopsis, que promete desvelarnos las patologías del lector. Yo tengo una edición de 2009, que me parece mucho más bonita que la que veis en el enlace que os HE dejado. No sé cuándo lo leeré pero llama poderosamente mi atención, por eso se vino a casa.
Los recibidos
Algaida Editores publicó la novela que se ha alzado este año con el Premio de Novela Policía Nacional. En esta edición, el galardón ha recaído en el periodista Gregorio León, al que tengo la suerte de conocer. El último viaje de Miranda Grey es su octava novela. Del autor murciano he leído algún título, novela policíaca que siempre ha cumplido mis expectativas. Espero poder echarle un ojo a esta última.
El resto de títulos que llegaron a casa venían con una entrevista bajo el brazo. Algunas tuvieron lugar y otras no pudieron ser. Diciembre es un mes complicado con muchos compromisos y celebraciones.
La editorial Debate publicó dos títulos. Por un lado, La máscara moral de Edu Galán. El subtitulo de esta obra, Por qué la impostura se ha convertido en un valor de mercado, nos da pistas sobre lo que vamos a encontrar en su interior. A través de algo más de doscientas páginas, Galán analiza nuestra sociedad y pone el ojo sobre políticos, periodistas, influencers o cualquier hijo de vecino que expone sin impunidad lo que sabe hacer o lo que se debería hacer.
Por otro lado, Fake News de Daniel Gascón. También cuenta con un subtítulo llamativo: Cómo acabar con la política española. Se trata de una antología de artículos y viñetas con la que se pretende derrumbar el sistema político español que tantos sinsabores nos regala. El autor «habla de temas que le importan a través de formas que le gustan, con el humor como lente fundamental y la viñeta como ilustración certera».
Espasa publicó El escaño de Satanás de Esteban González Pons. El autor es actualmente diputado del Parlamento Europeo, al que tuve el placer de conocer hace unos años, cuando publicó Ellas. En la faja del libro figura la siguiente leyenda: «Esta novela nació de la tentación insuperable de introducir un vampiro, uno de verdad, en el Congreso de los Diputados. Y ver qué pasa». Algo que no sabía es que el edificio donde se decide la política de este país está erigido sobre un antiguo convento, con su correspondiente cementerio. Lamentablemente, no pude sentarme a conversar con el autor. Me hubiera gustado.
Y otra comida navideña impidió que pudiera conversar con Marta Robles sobre su última publicación, Lo que la primavera hace con los cerezos, editada igualmente por Espasa. La periodista deja atrás las novelas policíacas, protagonizadas por Tony Roures, y las pasiones carnales, y se adentra ahora en un ensayo para analizar la relación que existe entre las emociones y la creación artística. Entre estas páginas vamos a encontrar «historias de amor y desamor de grandes creadores», como Frida Khalo y Diego Rivera, Mariano José de Larra, Víctor Hugo, Raymond Chandler, Anaïs Nin, María Lejárraga o Alma Mahler. Para mí que este es de esos libros para saborear a pequeños sorbos.
Por suerte, sí tuve ocasión para encontrarme con Pedro Simón. El periodista de El Mundo, ganador del Premio Primavera de Novela 2021 con Los ingratos, publica Los incomprendidos (Espasa). La novela la he leído y me ha dejado en modo reflexivo constante. Me ha gustado mucho y os hablaré de ella la semana próxima. Tenéis el enlace a la entrevista más abajo.
Y qué maravilla poderme sentar con Dolores Redondo. Un auténtico privilegio. La autora más vendida de nuestro tiempo publica Esperando al diluvio (Destino). Tenía la sana intención de leer la novela estas navidades pero, mientras más tiempo libre tengo, menos leo. No sé si a vosotros os pasa lo mismo. En cualquier caso, es una lectura que tengo en mente porque la autora nos descubre a John Biblia, uno de esos asesinos en serie que la policía no atrapó jamás y que, encima, puede seguir vivo.
La trayectoria de Eloy Moreno me parece admirable. De ser un funcionario, cuyo nombre quedaría olvidado en el futuro, a convertirse en un fenómeno literario, con una legión de lectores, es algo más que reseñable. Especialmente, porque se lo ha currado él solito, con su esfuerzo y dedicación. Empezó con un bolígrafo de gel verde y ha continuado una senda llena de títulos hasta llegar a hoy, Cuando era divertido (Ediciones B). Como es habitual en sus libros, la sinopsis no te desvela nada. Tampoco lo haré yo. Que el lector se lleve la sorpresa.
Y finalizo con un libro-joya, un volumen ilustrado que me ha robado el corazón. Ana Müshell publica Maldita Alejandra. Una metamorfosis con Alejandra Pizarnik (Lumen). Mi entrevista con Müshell fue la última del año 2022 y no pudo ser más bonita. La ilustradora es una joven tímida y menuda, de esas personas pequeñitas y que irradian luz, aunque ellas no lo sepan. En este volumen, que reseñaré pronto, Müshell hace frente a sus miedos y fantasmas, a través de la poesía y la vida de Pizarnik. La entrevista ya está publicada en el blog.
Los ganados
No pude apuntarme a ninguno pero siempre ando pendiente de las muchas oportunidades que pululan por los blogs.
Las lecturas y el cine
Ay, ¿cuándo volveré a ser yo? Nada, que no consigo recuperar mi ritmo habitual. No es un problema pero sí me resulta curioso que ahora sienta menos ganas de leer, o que me haya vuelto más intransigente con aquellos libros que no me gustan. No obstante, os adelanto que estoy leyendo Axel de Javier García-Rey y me está gustando mucho, pero de esta novela ya os hablaré en su momento.
Las lecturas de diciembre fueron exiguas. Ahí van:
-Todo ardeJuan Gómez-Jurado. Con este autor tengo mis más y mis menos. Generalmente sus novelas me entretienen pero no las veo yo tan maravillosas como para despertar todo el revuelo que ocasionan. De todos modos, tengo que admitir que este último título, del que os hablaré pronto, me ha parecido algo novedoso.
- Los incomprendidos de Pedro Simón. Ya os dije antes que esta novela me ha gustado un montón. Tendréis la reseña muy pronto.
- Maldita Alejandra de Ana Müshell. Una belleza.
¿Qué? ¿Cómo os quedáis? Yo que leía ocho libros al mes y fijaos. En mi defensa tengo que decir que tengo varios empezados y para terminar, pero como no encuentro hueco... En fin, tampoco pasa nada.
En cuanto a las entrevistas, en diciembre publiqué las siguientes:
- Carlos del Amor por Retratarte.
- Carlos del Amor por Retratarte.
- Alejandro Palomas por Eso no se dice.
- Manuel Vilas por Una sola vida.
- Pedro Simón por Los incomprendidos.
- Dolores Redondo por Esperando al diluvio.
- Blanca Cabañas por Perro que no ladra.
- Ilu Rospor Una trilogía rural.
Y también os hablé de la presentación de Las duquelas de Manuel Aparicio Villalba, que tuvo lugar en la Feria del Libro de Sevilla.
El cine no podía faltar. Vi mucha peli pero estas dos fueron las únicas que reseñé:
- Los renglones torcidos de Dios que no me pareció nada extraordinaria.
- La Navidad de Ángela, una bonita película de animación, basada en un cuento de Frank McCourt.
¿Y qué tal se está presentando enero?
La segunda semana de enero trajo grandes noticias. En lo literario, sigo a ritmo sosegado. Ya os contaré.
¡¡Nos leemos!!