Editorial: Alianza Editorial
Fecha publicación: enero, 2023
Precio: 20,95 €
Género: narrativa
Nº Páginas: 440
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
ISBN: 978-84-148-130-4
Autor
Juan Ramón Biedma, autor reconocido con los principales galardones de novela negra, fue ganador del XXI Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones con El sonido de tu cabello. Crisanta, su última novela, es un thriller impecable al tiempo que un cuento de fantasmas durante la Guerra Civil, que nace del encuentro entre las historias marginales del cine de los años treinta, el enigmático aire de las sociedades esotéricas británicas del XIX y la reconstrucción de la retaguardia sevillana.
Sinopsis
Sevilla, octubre de 1936. Crisanta recibe un encargo peligroso. Ha desaparecido, en medio de los pillajes, un tríptico del siglo XVI de Jan Van Eyck. Si lo localiza y lo entrega, la ayudarán a salir del país. Sabe que no hay sitio para ella en la España sepultada por el oscurantismo, y acepta, a pesar de que sus instrumentos de adivinación le hayan desaconsejado participar en aquella empresa. Dicen que el tríptico atrajo el desastre sobre sus profanadores, pero ella no se deja amedrentar por las maldiciones. Juan Ramón Biedma, autor reconocido con los principales galardones de novela negra, fue ganador del XXI Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones con "El sonido de tu cabello". "Crisanta", su última novela, es un thriller impecable al tiempo que un cuento de fantasmas durante la Guerra Civil, que nace del encuentro entre las historias marginales del cine de los años treinta, el enigmático aire de las sociedades esotéricas británicas del XIX y la reconstrucción de la retaguardia sevillana.
[Información tomada directamente del ejemplar]
El viernes pasado reseñaba una novela fabulosa que, no por ser la primera publicada por su autor, deja de ser poco recomendable. Más bien al contrario. Y este viernes vengo con otra novela maravillosa, esta vez de un autor consagrado, una novela que, además, acaba de ganar el Premio a la Mejor Novela Negra en el Festival Valencia Negra. Y bien merecido está. Leer esta novela implica tener que claudicar ante su autor, ante Juan Ramón Biedma, porque lo que este novelista sevillano hace en Crisanta es realmente meritorio. Os cuento con detalle.
Hablar de Crisanta es expandir sobre el tapete una trama con ramificaciones. Por resumir un poco su argumento -extenso, laborioso y cuidado-, y para que tengáis una visión más global, puedo deciros que esta novela cuenta con varias líneas argumentales que se inician en Sevilla, en el mes de octubre de 1936, por eso, en el subtítulo, aparecen las palabras «guerra civil». No obstante, esta no es una novela al uso sobre aquel acontecimiento bélico, sino que la contienda no es más que un marco para todo lo demás. A saber.
Nada más abrir las páginas de este libro, el lector se encuentra con Crisanta, personaje que da título a la novela. Crisanta «pertenece a esa categoría de mujeres feas que vuelven locos a todos los hombres y a la mayoría de las mujeres». Es una mujer peculiar, una tratante de arte clandestina que emplea un péndulo, colgando de un hilo de seda, para tomar decisiones. Se mueve por los bajos fondos, contactando con tipos de escasa o nula reputación, gente sin escrúpulos que solo pretenden sobrevivir. Su objetivo es obtener artículos de valor, objetos religiosos, con los que negociar en el mercado negro. Aunque todo vale con tal de sacar provecho. Y cuando digo todo, es todo.
Crisanta tiene una tienda en la calle Feria, y hasta allí se desplaza gente importante de la ciudad, en busca de ese capricho en forma de cáliz o de cuadro. Estamos en tiempos de guerra, las iglesias arden y se producen saqueos. Los objetos robados caen en manos de almas desaprensivas. Y este es el caso que nos ocupa. Crisanta recibe el encargo de localizar un tríptico de Jan Van Eyck, pintado en el siglo XVI, y que ha sido sustraído de una iglesia en Lepe (Huelva). Para localizar la obra tendrá que tantear la ciudad, y contactar con diversas personas, entre ellos con Manuel Díaz Mayordomo, un tipo al que muchos se la tienen jurada, un individuo que representa el poder policial, que sabe lo que su presencia impone, que sabe de su poder y que ejerce abuso del mismo.
Este negocio es importante para Crisanta porque, con lo que gane, podrá huir de Sevilla, «de este país de pesadilla», y marcharse a eso que llaman Nuevo Mundo, donde empezar de cero, dejando atrás tantos sinsabores. ¿Conseguirá cumplir con el encargo y, por tanto, su sueño?
Por otra parte, otra línea argumental tiene como protagonista a Juan Serrador. Juan es cura. Tiempo atrás fue capellán de la Legión pero ahora es capellán adjunto del Hospital de la Santa Caridad. Algo le ocurrió en el pasado, algo que parece que lo ha rebajado en el escalafón eclesiástico. Cuando pensaba que acabaría frente a un pelotón de fusilamiento, la Compañía de Jesús lo rescató de una muerte segura. Juan busca entre los vecinos de Sevilla a una persona, a una mujer, a la que no ha podido olvidar. El papel de Juan Serrador tendrá mucho que ver con José María Varela Rendueles, gobernador depuesto de Sevilla, que acaba de ingresar en el Hospital de la Caridad por encontrarse enfermo, «uno de los hombres más justo que ha regido el destino» de Sevilla. Alrededor de Varela se articula todo un plan, no exento de riesgos, para liberarlo. ¿Conseguirán llevar a cabo lo que se proponen?
Y una tercera línea tiene que ver con la Sociedad Mediúmnica de Sevilla. ¿Y qué es esto?, me preguntarás. Se trata de una organización que estudia los fenómenos paranormales. Estamos en un momento en el que existe un gran interés por lo sobrenatural y emergen sociedades de este tipo. Liderada por Chacón Carter, dueño a su vez del Hotel Arenal donde la sociedad tiene su sede, entre sus miembros figuran el joven Rublos - el factótum-, Diosdada -secretaria y sensitiva-, los hermanos Galocha, Antonio y Rafael, - dos jubilados a los que les atrae la otra realidad-, o Fox, el perrito de Carter al que le ocurre algo que sumirá a su dueño en una honda preocupación. Ellos serán los encargados de estudiar los misteriosos sucesos que se producen en la casa del Malmuerto, un inmueble abandonado, sito en la calle Feria, cuyas paredes encierran un terrible secreto. No será el único lugar de Sevilla que tenga fama de habitar fantasmas. Otros edificios, cuya leyenda llega hasta nuestros días, también tendrán fama por albergar entes de otra dimensión.
"En unas pocas semanas se han multiplicado los testimonios de vecinos y testigos ocasionales que sostienen haber visto luminarias en las ventanas del caserón deshabitado y oído gritos desgarrados de un niño en la madrugada..."[pág. 21]
Y, como os podéis imaginar, el desarrollo individual de cada hilo argumental irá avanzando hasta enlazar con los demás. En Sevilla, la cosa está que arde. Se producen atentados, explosiones, revueltas, redadas, desapariciones. Más de un personaje pasará por la cárcel o tratará de huir de las manos de la policía. Y todo esto regado con la muerte de ciertos niños, cuyos cuerpos van apareciendo. ¿Quién los ha matado y por qué?
Todas estas incógnitas, y otras tantas que irán surgiendo durante la lectura, quedan debidamente resueltas. Lo que yo me imaginaba una novela más sobre la guerra civil, en esta ciudad de Sevilla, donde muchas veces se ha dicho que apenas hubo enfrentamiento, pero a la vez queda demostrado que los barrios se convirtieron en fuertes puntos de colisión, se fue convirtiendo poco a poco en una historia compleja y bien articulada, en la que el lector va saltando de un punto de interés a otro, tratando de dilucidar qué porvenir le espera a esta singular troupe de personajes. Y eso me lleva al siguiente punto de esta reseña.
Qué me ha gustado de esta novela
Faltaría a la verdad si os digo que esta novela no me ha hecho disfrutar. Crisanta es lo que yo suelo llamar una obra de ingeniería. No solo por esas diversas líneas argumentales, que terminarán, de un modo u otro, por confluir, sino también por la galería de personajes, a cual más peculiar, inquietante, interesante; o por la ambientación que hunde al lector en tiempos de guerra, en los que la vida sigue y la gente se busca el pan como puede; o por esa Sevilla que Biedma me muestra, no siempre tan distinta a la que conocemos hoy.
Crisanta es una novela cuidada hasta el más mínimo detalle. Es una novela negra, porque hay crímenes, pero también es una novela histórica, una novela de aventuras, una novela de fantasía, o una novela de amor. Ni siquiera le falta un pellizquito de humor, liviano y volátil, que supone casi la guinda del pastel. Cuando una novela gusta tanto, a veces, cuesta mucho definirla, pero esa incapacidad para describirla también manifiesta la magnitud de la misma. Eso es lo que me ha parecido Crisanta, una novela que, por su grandiosidad, resulta difícil de definir.
Personajes
A vuelapluma os he referido algunos de los personajes que pueblan estas páginas, pero hay muchísimos más. Al margen de Crisanta, de Juan Serrano, o de Chacón Carter, hay otros personajes que me han gustado mucho.
Diosdada.- Su incorporación a la Sociedad Mediúmnica es reciente, pero «ya se ha convertido en un elemento indispensable».Viuda de guerra, se esconde tras sus gafas ahumadas y no deja de pensar en Anselmo, su marido muerto en el frente, «perro sin nombre, cuerpo abandonado en el barro, espíritu descaminado». Diosdada, qué personaje más bueno, es una mujer inquietante, uno de esos que, a priori, pasa desapercibido pero irá ganando en protagonismo hasta casi desconcertar al lector. Diosdada es como un cajón con doble fondo. Ya lo veréis.
Rublos.- Tiene un pasado muy turbio y su vida no ha sido fácil. Su apodo procede de su nacionalidad. Es ruso y ha dado muchos tumbos en su vida, hasta llegar a Sevilla. Algo perturba al personaje, algo que no lo dejará vivir. Tiene una especial capacidad para ver lo que otros no pueden.
Hermanos Galocha.- Antonio y Rafael son dos hermanos que me han resultado muy divertidos. De ellos se dice en la novela que «se han pasado la vida enseñando Historia Medieval en la Universidad de Deusto, hasta que ésta fue clausurada durante la República y regresaron a su Sevilla natal, donde, ya jubilados, se han dedicado de lleno a su vieja pasión por la ciencia sobrenatural». Ellos dos protagonizan algunos momentos más cómicos.
Manuel Díaz Mayordomo.- De este personaje prefiero no adelantar casi nada. Para mí será un personaje que evoluciona pero, incluso así, ¿resulta posible empatizar con él? Si leéis la novela, entenderéis a lo que me refiero.
Pero como digo, esto es solo un botón de muestra. A lo largo de las más de cuatrocientas páginas que componen la novela, irá apareciendo un rosario de personajes que contribuirán en mayor o menor medida al desarrollo de los hechos.
Temas
Aparte de hacer un bosquejo de cómo vivían los ciudadanos de a pie en aquellos tiempos de guerra, Biedma toca diversas cuestiones. Una de las de mayor peso tiene que ver con esa asociación que dirige Chacón Carter. La labor de este curioso grupo permite al autor hablarnos de temas tan interesantes como los albores del espiritismo. Aprovechando la trama, podremos aprender sobre las hermanas Fox, que yo ya conocía. Kate y Margaret fueron casi las creadoras del espiritismo moderno. La historia de estas dos mujeres, con sus luces y sus sombras, es muy curiosa y no debéis dejarla pasar.
Y también será interesante el retrato que se hace de la homosexualidad. Entre las páginas de este libro hay personajes que se esconden, incluso en los ámbitos menos esperados. Las diversas inclinaciones sexuales, especialmente de aquellos a los que se les denominaba los desviados, están muy bien tratadas porque Biedma refleja de qué modo se las componían, y cómo tenían que actuar, en aquellos tiempos en que la homosexualidad era perseguida.
«Los dos procuran sujetar sus amaneramientos; tienen los mismos gustos, y, por tenerlos, saben que nunca habrá entre ellos algo más que esta relación que, más que amistad, es una alianza frente al desprecio de los demás». [pág. 239]
Sevilla
Disfruto muchísimo con novelas que se desarrollan en Sevilla. En este caso, la ciudad se presenta como otro gran protagonista. Biedma permite al lector moverse por sus calles y conocer los rincones más luminosos, y también los más oscuros. De la parte más tenebrosa de la ciudad todavía nos llegan ecos hoy día pero desconocía muchos aspectos que el autor nos desvela a través de esta novela, como la existencia de fumaderos de opio, las compañías callejeras de teatro, o el asentamiento de los moros de Franco en el Parque de María Luisa, un terreno peligroso en el que podías tener problemas si te adentrabas en sus jardines, donde los guardias tenían orden de no entrar.
«Nadie los quería tener cerca. Pero ellos se habían desplegado por toda la arboleda, convirtiéndola en un gigantesco campamento de tiendas y chozas». [pág. 157]
No quiero cerrar este apartado sin mencionar el cariñoso guiño que Biedma hace a una conocidísima librería de esta ciudad.
Estructura y estilo
Narrada en presente por un narrador omnisciente, la historia se desarrolla entre octubre y noviembre de 1936. Dos meses en los que pasarán infinidad de cosas. Desconozco cómo serán el resto de sus novelas pero, en este caso, hay pasajes que me han recordado a la estructura de las piezas teatrales, con frases cortas, ritmo rápido y capítulos en los que de una acción se salta a otra distinta.
Por otra parte, la dicción de los personajes, el uso de ciertas expresiones, el empleo de un idioma u otro, según se requiera, serán cuestiones muy cuidadas.
Crisanta está estructurada en tres partes, a lo largo de las cuales se van distribuyendo los capítulos -algunos cortísimos-, que vienen encabezados por las fechas para que el lector no se pierda en la línea temporal.
Juan Ramón Biedma es autor sevillano y, aunque parezca mentira, es la primera vez que leo algo suyo. A mí me ha dejado encantada con Crisanta, novela que recomiendo sin lugar a dudas. Ahora me toca la tarea de leer los títulos previos del autor.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
Puedes adquirirlo aquí: