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DEMASIADA GENTE de Manuel Machuca

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Editorial: Libros Padilla
Fecha publicación: junio, 2023
Precio: 16,50 €
Género: narrativa
Nº Páginas: 150
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
ISBN: 978-84-8434-785-9


Autor

Manuel Machuca tiene publicadas hasta ahora cinco novelas (Aquel viernes de julio, 2012, Editorial Anantes; El guacamayo rojo, 2014, Editorial Anantes; Tres mil viajes al sur, 2016, Editorial Anantes, finalista del Premio Ateneo de Sevilla de novela 2015; Tres muertos, 2019, Ediciones La isla de Siltolá; y Demasiada gente, 2023, Padilla Libros) y numerosos relatos («Conversaciones bajo los cipreses», Relatos de farmacéuticos, 2006, OFIL; «La hacienda», Revista Motor de Ideas (Argentina); «Volver», Hidra verde. Relatos de farmacéuticos hispanoamericanos, 2015, Tropo Editores; «Telegráfica 5», Vida salvaje, Editorial Maclein y Parker, 2016; «Lo maté porque era mía», El derbi final, 2015, El Paseo Editorial; «Invictus», Blog de Maclein y Parker, 2016; «La confesión», Blog de Antonio Muñoz Molina, 2013; «La muerte de Manolito El Botica», Poetas hipocondríacos. Antología, Editorial Liliputienses, 2016; Mujeres en movimiento, Editorial Extravertida, 2020; «Juicio a D10s», Maradona, uno de los nuestros, Editorial Anantes, 2021; «El examen», Los misterios del hilo de Ariadna, Editorial Cazador de ratas, 2021).

Ha prologado diversos libros, participado en proyectos teatrales y literarios (Mujer migrante On-Off, Proyecto Boza, un grito contra el silencio y Tres pies al gato) y en conferencias.

Desde el año 2018 ejerce de forma periódica la crítica literaria en Estado Crítico (www.criticoestado.es) ha publicado artículos en Sevilla Información, Diario de Sevilla, Cambio 16, Cuadernos para el diálogo y Diario 16. Mantiene una columna mensual en la revista El Farmacéutico y otra semanal en el periódico deportivo digital La Colina de Nervión.

Ha colaborado asiduamente con Correo Farmacéutico y ha publicado en la práctica totalidad de las revistas de divulgación del ámbito farmacéutico. También ha sido colaborador semanal en el programa de radio La Colina Radio Show de FM Neo Radio 90.4 FM de Sevilla durante la temporada deportiva 2018-2019.
En 1999 recibió el premio periodístico de la Fundación Farmacéutica Avenzoar al mejor artículo periodístico farmacéutico publicado en prensa; en 2015 fue finalista del Premio Ateneo de Sevilla de novela y ha sido ganador del VIII Concurso de Microrrelatos organizado por la Librería El Gusanito Lector de Sevilla (2021).

Sinopsis

«Demasiada gente» es su sexta obra literaria completa, quinta novela desde que comenzó con «Aquel viernes de julio», en 2012. Como aquel libro primero, «Demasiada gente» surge de una conversación entre la mujer que protagoniza la historia y el autor, que escucha y luego novela una biografía fascinante a partir de un trágico hecho.

A Fernanda, la protagonista de esta novela, le robaron su cuarto hijo al nacer con la excusa de que había muerto durante el parto, en los años 70 del siglo pasado.

En España, las asociaciones cifran en 300.000 los bebés robados entre los años 1940 y 1990 a familias humildes, con pocos recursos económicos y sin apenas voz para defenderse.

«Demasiada gente» aunque es una historia sobre niños robados durante la dictadura franquista, uno de esos trescientos mil bebés arrancados a sus madres, a sus familias, a los que aluden las estadísticas de una época oscura de España que aún hoy resulta tenebrosa, descubre una Fernanda sencilla pero luchadora, con ganas de aprender y descubrir qué ocurrió con su hijo.

Una novela que narra la historia maldita de estas madres a las que aún hoy se las ignora y se las condena al olvido o a la locura. A Fernanda le robaron su hijo en el hospital cuyo edificio es hoy sede de la soberanía popular, el Parlamento de Andalucía. Ningún correlato más potente que este para una historia de incomprensión, injusticia y desprecio desde el poder a uno de sus ciudadanos. Hoy, desde el poder, a ella y a las madres, padres y familias de esos trescientos mil bebés robados, se los condena al olvido, a que mueran con la herida irreparable cometida contra ellos, y que la falta de memoria de este país, esa memoria que volverán a enterrar los hijos del régimen que permitió aquello, dejará impune, lista para volver a repetirse de nuevas y subrogadas maneras.

[Información tomada de la web de la editorial]




Cuando el sol caía a plomo sobre Sevilla, Manuel Machuca tuvo la gran suerte de presentar su última novela el día 20 de junio, justo cuando las altas temperaturas nos daban cierto respiro. En el centro cívico de La Buhaira nos congregamos un buen puñado de amigos para escuchar al autor hablar sobre su última publicación. Demasiada gente, editada por Libros Padilla, es la novela número quinta del autor sevillano, cuyas obras siempre se caracterizan por su gran humanidad y por abordar cuestiones sociales de gran calado. No podía ser de otro modo siendo como es la persona que firma estas letras.

Manuel Machuca estuvo acompañado por el escritor Isaac Rosa, la periodista Sandra Camps, y la editora María Padilla, y fue la propia Camps quien inició el acto, comentando que «todos los libros de Manuel tienen algo en común, las personas». Y no puedo estar más de acuerdo. Si algo caracteriza a Manuel es su capacidad de escucha y su deseo de ayudar a los demás. A esa botica en la que ejerce como farmacéutico se acercan muchos parroquianos. Especialmente muchos abuelos y abuelas que arrastran sus achaques, pero también sus miserias. La idea de dar voz a los menos escuchados se inició con su primera novela, Aquel viernes de julio, cuando, en la trastienda de la farmacia, Machuca daba de merendar a los abuelos del barrio mientras escuchaba las historias sobre sus vivencias durante la guerra civil. Desde entonces, este autor ha querido seguir dando voz a las voces mudas, a las que nadie presta atención, a las que pronto se olvidan. Y este es el caso de Demasiada gente donde, nuevamente, el autor se sienta a escuchar para dar a conocer una historia personal e íntima, llena de dolor y sufrimiento. Como afirmó Isaac Rosa, el verdadero interés de Manuel Machuca a la hora de sentarse a escribir es luchar contra el olvido y el desconocimiento de tantas y tantas historias personales que bien merecen nuestra atención. 

Demasiada gente ya ha pasado por mis manos. Lo hizo durante el verano. Por eso este post va a ser un poquito diferente, una especie de híbrido entre crónica y reseña. Os iré descubriendo lo que se dijo durante la presentación, al tiempo que iré intercalando mis propias impresiones. Así que, vamos allá.

En el acto de presentación, y tras la apertura de Camps, tomó la palabra el propio autor para dar las gracias. Inició su intervención explicando que su relación con la literatura se inicia de manera causal. Siendo farmacéutico ha sido testigo directo de la fragilidad humana y del dolor causado por la enfermedad, algo que siempre conduce a la entrega, al hecho de sincerarse, aunque no conozcamos a nuestro interlocutor. Machuca siempre mostró especial interés por la gente de abajo, por aquellos que realmente construyen la historia de una sociedad, de un país.

Demasiada gente está protagonizada por Fernanda. De nuevo es una mujer la que ejerce el protagonismo y es que, como el propio autor comentó en aquel encuentro, siempre le han interesado mucho las mujeres.«Creo que, en casi todas las novelas que he escrito, los personajes más potentes son mujeres». Aclaró que quizá sea así porque, durante sus días de trabajo en la farmacia, trata mucho más con mujeres que con hombres. Ese trato«me ha hecho desarrollar la capacidad de escucha hacia lo femenino». Machuca siempre opta por poner la historia al servicio del lector, para invitarlo a reflexionar, «con el objeto de llegar a convertirnos en mejores personas».


 
Demasiada gente narra la historia de Fernanda, a la que apodan la Garraposita -«como me reveló que la llamaban de niña»-. El narrador, que será el propio Manuel Machuca, conoce a esta mujer de 75 años cuando, una tarde calurosa, entra en la farmacia. A Fernanda le duelen las piernas y busca algún remedio que le alivie el dolor, incrementado por las altas temperaturas. Como si se tratara de contar las cuentas de un rosario, la mujer comienza a desgranar todos los males que padece. Y así, entre operaciones pendientes e inflamaciones de rodilla, confiesa que le robaron un hijo.                                                                                                                                                                                                     «Fernando nació el 6 de noviembre de 1970 en la Casa de la Muerte. Y allí me lo arrebataron, sin que me dejaran tenerlo ni una sola vez en mis brazos». [pág. 19]                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 Con la Casa de la Muerte se refiere al antiguo Hospital de las Cinco Llagas, que fue institución sanitaria hasta el año 1972. Hoy, curiosamente, es la sede del Parlamento de Andalucía. A Machuca, tras aquella revelación, se le erizó el vello.  Él, que siempre está atento a las pequeñas grandes historias, siente inmediatamente gran interés por aquel suceso. Así que le propone a Fernanda visitarla en su casa para que ella, en su entorno, le cuente su historia. De este modo, a través de diversos flashbacks, el autor irá construyendo el recorrido vital de esta mujer desde su infancia hasta la edad adulta. Nos hablará de sus abuelos, de sus padres y de una hermana, Guadalupe, de la que mejor no os desvelo nada. Fernanda irá de desgracia en desgracia, buscándose la vida. Tendrá una infancia terrible, tratará de huir de una atmósfera asfixiante, se casará y tendrá hijos, pero el destino no deja de jugarle malas pasadas una y otra vez.  



El robo de bebés

El robo de bebés saltó a la actualidad informativa hace bastante tiempo. Y ocurre como ocurre con todas las noticias. Al principio, se habla mucho del asunto en cuestión para posteriormente quedar sepultado por otros sucesos de más actualidad. Pero no hay que olvidar que, como señaló el autor en la presentación, entre 1940 y 1990 se robaron trescientos mil niños en este país,«aunque no es una práctica que se haya dado sólo en España. Todos conocemos lo que ha sucedido en Argentina, Uruguay o Portugal». A la pérdida de un hijo en estas circunstancias, Machuca apuntó también que hay una carga adicional, el descrédito por parte de la familia,«con un mal sentido de la compasión». Cree que si la familia le quita importancia, no es por despreciar los sentimientos de la madre, sino para tratar de que a ella se le quite la idea de la cabeza. El problema es que eso solo acrecienta el dramatismo de la situación. Y esto es precisamente lo que le ocurre a Fernanda.«Tiene hijos que son profesores de universidad pero no la creen. Aseguran que su hijo falleció, a pesar de que nadie viera el cadáver. Su suegro era panadero. Sabía lo que pesaban las cosas, como también sabía que aquel ataúd iba vacío».

          
Lo que contiene las páginas de Demasiada gente es un relato imprescindible.Escribir y leer esta historia es hacer un acto de justicia. La historia de Fernanda, como la de otras muchas mujeres, debe ser conocida. Hay que ponerse en la piel de estas madres que, durante nueve meses, llevaron un hijo dentro al que, tras el parto, ni siquiera pudieron ver. Machuca narra la realidad de Fernanda, una realidad que ha sido dura, descarnada, terrible, pero también introduce elementos de ficción. Admito que la parte en la que se describe cómo Fernanda parió a su hijo te deja hecha polvo. Inevitablemente cae sobre el lector la tristeza y la desolación.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                               «A la mujer le daba igual que llorara o no. Con la ayuda de las muchachas me tumbó en el suelo y me ató de pies y manos al borrico. Sin quitarme la ropa ni nada. Yo les rogaba que no lo hicieran, les gritaba que no estaba cumplida, que sólo venía a que me revisaran porque había perdido una poquita de agua. Pero no me hicieron caso. Y mi marido sin venir. Me pusieron una inyección y ya no me enteré de nada más». [pág. 75]                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                               Y a pesar de la dureza de los hechos narrados, estamos ante una historia tratada con ternura, sin caer en excesos ni en dramatismos histriónicos que arrojen sobre nosotros la sensación de artificialidad, de tal manera que el lector pueda conectar directamente con la protagonista.

Sobre el robo de los bebés se habló mucho durante la presentación, como refleja el vídeo-resumen del acto que tienes a continuación.






Fernanda y Paula

Y aunque la protagonista se llame Fernanda, la mujer en la que Manuel Machuca se inspiró para escribir esta historia lleva el precioso nombre de Paula. A Paula, le robaron el cuarto hijo de los ocho que tuvo. Sin embargo, y a pesar de lo terrible, «y de una situación familiar complicada», ella tiró hacia delante. Tenía que atender a los siete restantes. «Cosía y lavaba para la calle. Hizo todas la labores que una mujer sin estudios de la época hacia en España si no estaba casada con un señor con dinero». 

Según nos comentó Manuel, Paula llegó a leer el manuscrito y le dio el visto bueno. «Le gustó mucho», afirmó. Contó que le llevó el primer ejemplar y grabó ese momento tan emotivo que el autor subió a sus redes sociales (puedes verlo aquí). Paula y Fernanda. Fernanda y Paula. En definitiva, una mujer que no dejará de buscar nunca a su hijo. 

Y en este punto, voy a pedirte algo importante. Te pido que le concedas unos minutos de tu tiempo a Paula. Escúchala en esta entrevista que le hicieron junto a Manuel Machuca en Canal Sur Tv. Ella, como mejor puede, trata de explicar a los espectadores lo que le ocurrió el día que dio a luz a su cuarto hijo. Es inevitable sentir una ternura infinita por una mujer que lo pasó tan mal y a la que la vida ha castigado tan duramente. Escucha la entrevista completa aquí





Estilo y estructura

La novela cuenta con quince capítulos de corta extensión. En el último, a modo de epílogo, Machuca se dirige directamente al lector. Desvela en esas líneas que no todo lo que cuenta es real ni todo lo que Paula le contó está recogido en el libro, por expreso deseo de ella. En cualquier caso, e imagino que para dar más veracidad al relato, el autor opta por incorporar en el texto mensajes que madres, hermanos, hermanas, hijos e hijas cuelgan en algunas páginas de Facebook, dedicadas a los bebés robados. Leer estos mensajes me ha parecido descorazonador aunque, también hay alguna pequeña alegría que una siente casi como propia. Y, de igual modo y con la misma intención, Machuca transcribe notas de audio (todas reales) que fue compartiendo con Fernanda. Leerlas es darte cuenta de lo sencilla que es esta mujer, haciendo partícipe al autor de sus cosas más cotidianas, de sus pensamientos, de su día a día. Son pequeñas anécdotas que nos conmueven. Y también te das cuenta de lo sola que está. 


Machuca es un mero transmisor de esta historia. Ya se comentó en la presentación. Él no quiere hablar por boca de otros sino que esos otros sean los que hablen, utilizándolo a él como vehículo de comunicación. Y así lo mencionó Camps al señalar que, «de la manera en la que está narrada esta historia se advierte que quien escucha, deja hablar libremente, casi que sin preguntar, sin condicionar, sin matizar; dejando que el que hable lo haga como quiera»,  y evidenciando que entre el narrador y la protagonista hay una complicidad brutal.

Otras cuestiones

En circunstancias normales, publicar una novela es realmente difícil. Manuel confesó que conseguir editor para la historia de Fernanda ha sido un arduo camino. Comentó que había puesto mucha ilusión en este proyecto pero que lo ha desgastado mucho. «Ha sido un proceso muy ingrato porque terminé este relato antes de la pandemia» y si no llega a ser por Libros Padilla, que apostó por esta narración, posiblemente se hubiera quedado en el cajón. Machuca tenía miedo de que, debido a la delicada salud de Paula, ella no llegara a ver el resultado final. Por suerte, y como se ve en el perfil de Facebook del autor, Paula ha podido tocar su historia, una novela que los propios hijos de Paula no han querido ni leer. 

Dice Manuel que le gustaría que este libro llegara muy lejos pero no por él sino por Paula, para  hacer justicia y para que ella sepa que el mundo sabe su historia. Machuca ha puesto su granito de arena con la escritura. Y yo quiero poner el mío, con su lectura y con este post. Nunca debió ocurrir lo que ocurrió. A ninguna madre se le debería arrebatar a su hijo porque eso es igual que condenarla en vida.

 
Y yo me pregunto lo mismo que se preguntó Isaac Rosa en la presentación. ¿Cuántas mujeres estarán en la misma situación que Fernanda? ¿Cuántas de ellas llegarán a leer este libro, preguntándose qué habrá sido de su hijo, cómo será, en quién se habrá convertido? Y podría llegar aún más lejos, al ponerme en la posición de otro elemento importante. También me pregunto si, en algún momento, algún hombre o alguna mujer, quizá atisbando alguna duda en su interior, se pregunte dónde estará su madre y si todavía vive.


Por poner fin a esta reseña, Demasiada gente es de esas lecturas que ponen sobre la mesa el papel social que juega la literatura. Estamos ante una novela luminosa porque, a pesar de lo aterrador del relato y de lo intenso del dolor de Paula, cuenta con un desenlace esperanzador que nos invita a soñar un bonito final. 

Y dice el autor que él escribe porque hay cosas que le duelen. Y yo añado que yo leo para que haya cosas que me duelan. 

Sinopsis: 
«Demasiada gente» es su sexta obra literaria completa, quinta novela desde que comenzó con «Aquel viernes de julio», en 2012. Como aquel libro primero, «Demasiada gente» surge de una conversación entre la mujer que protagoniza la historia y el autor, que escucha y luego novela una biografía fascinante a partir de un trágico hecho.

A Fernanda, la protagonista de esta novela, le robaron su cuarto hijo al nacer con la excusa de que había muerto durante el parto, en los años 70 del siglo pasado.

En España, las asociaciones cifran en 300.000 los bebés robados entre los años 1940 y 1990 a familias humildes, con pocos recursos económicos y sin apenas voz para defenderse.

«Demasiada gente» aunque es una historia sobre niños robados durante la dictadura franquista, uno de esos trescientos mil bebés arrancados a sus madres, a sus familias, a los que aluden las estadísticas de una época oscura de España que aún hoy resulta tenebrosa, descubre una Fernanda sencilla pero luchadora, con ganas de aprender y descubrir qué ocurrió con su hijo.

Una novela que narra la historia maldita de estas madres a las que aún hoy se las ignora y se las condena al olvido o a la locura. A Fernanda le robaron su hijo en el hospital cuyo edificio es hoy sede de la soberanía popular, el Parlamento de Andalucía. Ningún correlato más potente que este para una historia de incomprensión, injusticia y desprecio desde el poder a uno de sus ciudadanos. Hoy, desde el poder, a ella y a las madres, padres y familias de esos trescientos mil bebés robados, se los condena al olvido, a que mueran con la herida irreparable cometida contra ellos, y que la falta de memoria de este país, esa memoria que volverán a enterrar los hijos del régimen que permitió aquello, dejará impune, lista para volver a repetirse de nuevas y subrogadas maneras.



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