Autor
David Foenkinos nació en París en 1974. Estudió letras en la Sorbona y se formó como músico de jazz. Es autor de diversas novelas, entre las que destacan El potencial erótico de mi mujer (2004), Premio Roger-Nimier; En caso de felicidad (2007); Nos séparations (2008); La delicadeza (2010; Seix Barral, 2011), galardonada con diez premios (entre los que destacan el Premio de los Lectores de Télégramme o el Premio 7ème Art) y única novela finalista de todos los grandes premios literarios franceses (Goncourt, Renaudot, Médicis...), y Los recuerdos (Seix Barral, 2012). La delicadeza fue adaptada al cine por el propio autor y su hermano Stéphane Foenkinos.
Sinopsis
A veces la vida pesa demasiado. Eso es lo que le pasa al protagonista de esta novela, que un día despierta con un dolor de espalda insoportable. Después de consultar a toda clase de especialistas, descubre que no hay terapia capaz de ayudarlo. Ha llegado el momento de tomar las riendas de su vida. Y es que su espalda está llena de nudos; cada uno de los momentos tristes que ha vivido parece haberse atrincherado en ella para siempre.
David Foenkinos nos muestra cómo un suceso aparentemente negativo puede darle un vuelco a la vida y sacar lo mejor de u no mismo. Ésta es una historia que habla de todos nosotros, de cómo con pequeñas metas podemos lograr grandes cosas.
Reconozco que soy una hipocondríaca redomada, que me contagian los síntomas en una conversación, que ando de puntillas por los hospitales y que el color blanco en una bata me pone muy nerviosa, así que tras leer la nueva novela de David Foenkinos que os traigo hoy, en parte no he podido evitar verme reflejada.
Una mañana nuestro protagonista anónimo(no se desvela su nombre en ningún momento quizás con la intención de representar a cada uno de nosotros) se levanta con un dolor agudo en la espalda. Se trata de un hombre de 40 años con una aparente vida normal, empleado en un estudio de arquitectura, casado con Élise y padre de dos hijos adolescentes. En principio no presta mucha atención a su dolor. Piensa que puede ser un dolor muscular, quizás ocasionado por una mala postura y que ya le desaparecerá, pero a medida que pasan las horas el dolor se intensifica hasta volverse insoportable. Es hora de visitar a un especialista.
En la sala de espera del hospital él estudia el panorama. No es nada agradable estar rodeado de personas que sufren alguna enfermedad pero por otro lado, contemplar el dolor de los demás minimiza el nuestro y suele ocurrir que nuestros males parecen esconderse cuando estamos a punto de traspasar el umbral de la consulta de nuestro médico. Esto es tal que así.
Los primeros exámenes no desvelan nada, pero el especialista decide realizarle una radiografía para descartar errores en el diagnóstico. Lo que en un principio debería aliviar a nuestro protagonista resulta que lo angustia mucho más y aquí es donde comienzo a verme reflejada, porque si parece no tener nada ¿para qué le van a hacer una radiografía? ¿Acaso le ocultan algo? ¿Por qué el médico ha dicho lo que ha dicho con esas palabras? ¿Por qué ha hecho esa mueca al mirar su historial? Paranoias varias. Los niveles de hipocondría se ponen por las nubes, su imaginación echa a correr, seguro que tiene una terrible enfermedad, la aprensión le invade, de esta no sale y está deseando llegar a casa para buscar en internet los posibles motivos por los que el médico le ha mandado una radiografía si cree que no tiene nada. Craso error.
La conexión entre el protagonista y el lector se establece desde las primeras páginas, se fortalece hasta tal extremo que nosotros mismos, en el otro lado del libro, comenzamos a sentir un ligero pinchazo en la parte inferior de nuestra espalda y a notarnos nerviosos a la espera de conocer los resultados de la radiografía. ¿Cuáles fueron? Pues el radiólogo también cree que no tiene nada pero sin embargo se aprecian unas pequeñas manchitas oscuras. Sería conveniente hacer una resonancia. Descenso a los infiernos.
En definitiva, tras múltiples pruebas, diagnósticos varios, visitas al osteópata o al magnetoterapeuta, el dolor de la espalda persiste, se recrudece a veces pero parecer ser que su mal no tiene un origen físico, algo que en vez de alegrarle lo deprime aún más. Da la sensación de querer llamar la atención de los que lo rodean, algo que hasta ahora no le había ocurrido. Si está enfermo su familia le prestará más atención. Incluso es posible que su hijo vuelva del extranjero para estar con él, que su hija deje al energúmeno de su novio bastante más mayor que ella para regresar al hogar familiar, que en el trabajo sus compañeros lo traten mejor. En definitiva, parece que busca compasión sin querer reconocerlo. Empiezan a salir a la luz carencias de la que él no era consciente.
¿Pero de dónde procede ese maldito dolor? Ahí está la madre del cordero y ahí precisamente es donde radica el mensaje de esta novela. Como todos, nuestro protagonista ha ido acumulando tensiones, traumas, frustraciones, rabias... a lo largo de su vida. Toda esa carga negativa se ha ido anclando en su interior formando nudos que se han alojado en su espalda. El problema y la solución está en su interior y por eso decide visitar a una psicóloga. De este modo, un acontecimiento negativo lo conduce a un periodo de reflexiones en el que divaga sobre su matrimonio, la relación con sus padres, su situación en el trabajo,.. para darse cuenta de que la vida le pesa demasiado. Por eso su cuerpo se manifiesta y lo hace con voz propia, gritando ¡basta! ¡Basta de soportar que lo ninguneen en el trabajo, de tener que padecer las zancadillas de los trepas de sus compañeros, de sufrir los desprecios de su padre,...! ¡Basta! ¡Basta! ¡Basta! Es hora de poner las cosas en su sitio. Su espalda se lo agradecerá.
Y precisamente de poner las cartas sobre la mesa es de lo que versa esta novela. De reparar daños del pasado, de ajustar cuentas con los que nos rodean, de decir lo que pensamos, de expresarnos sin temor, de dejar los miedos aparcados y de retomar lo que realmente nos hace feliz. En definitiva, esta novela habla de vivir, de escucharnos más, de cuidarnos y mimarnos pensando en nosotros y sin preocuparnos tanto por los demás.
¡Libérate!
Aunque Foenkinos hace un derroche de ingenio, agudeza y chispa a lo largo de las 336 páginas, yo me atrevería a decir que no es un libro propiamente humorístico sino que abarca un tema bastante serio con pinceladas de humor. Este punto se aprecia perfectamente cuando recalamos en algunas de las reflexiones del protagonista como la siguiente:
«Me avergüenza reconocer que el hecho de ver a algunas personas sufrir más que yo me tranquilizaba. Para eso sirve una sala de espera: para evaluar tu propio estado con respecto al de los demás».[pág. 18]
Estoy mucho mejor está estructurado en 5 partes más un epílogo, de capítulos cortos por lo general, algunos de ellos tan exiguos como el que se muestra en la foto para indicarnos el grado de intensidad del dolor y su estado de ánimo en función del momento de la narración, sobre lo que se nos informa puntualmente con bastante frecuencia.
Tengo que señalar que, en ocasiones, el ritmo se volvía demasiado cadencioso cuando las escenas reflexivas ocupan varias páginas pero también es justo señalar que son pasajes que hay que leer con calma y tranquilidad pues esconden un mensaje realmente interesante.
Por otra parte, también creo que es necesario mencionar que su autor hace un uso excesivo de los puntos suspensivos aunque se sobreentiende que es el modo más directo de reflejar las reflexiones del protagonista.
Estoy mucho mejor no es uno de los mejores libros que he leído de David Foenkinos aunque sí es uno de los más realistas, de los que más se acercan al día a día de cualquier lector. He vivido los avatares de su protagonista como si fueran los míos propios, he contemplado cómo se ha vuelto consciente de lo equivocado que estaba con respecto a los demás y de lo engañado que se ha tenido a sí mismo, algo que nos suele ocurrir a todos. También he aprendido a escuchar mi cuerpo para no pasar por alto el momento en el que él decida gritarme ¡basta! Por lo tanto, si quieres aprender a desatar los nudos de tu espalda, David Foenkinos y esta novela pueden ayudarte.
Agradezco el envío del ejemplar a Planeta.