Año: 2018
Nacionalidad: España
Director: Hugo Stuven
Reparto: Alain Hernández, Aura Garrido, Ben Temple,
Género: Drama
Sinopsis: Fuerteventura. Septiembre de 2014. En busca de la ola perfecta, el joven surfista Álvaro Vizcaíno se precipita por un acantilado en la zona más inaccesible de la isla. Lo que iba a ser una increíble jornada deportiva se transforma en 48 horas de agonía extrema. Con el cuerpo malherido y la cadera rota, deberá vencer a una naturaleza implacable y hacer frente a sus propios miedos para intentar sobrevivir... Basada en hechos reales.
[Fuente: Filmaffinity]
Siempre me gustó ver películas basadas en hechos reales, especialmente si tratan sobre experiencias que ponen al hombre en situaciones límites de supervivencia. La capacidad de superación del ser humano es prodigiosa. Cuando las fuerzas parecen abandonarnos, el espíritu de lucha puede mantenernos con vida lo suficiente como para salvar el pellejo. Por eso he querido ver Solo, porque este largometraje narra las 48 horas más angustiosas que pasó al surfista Álvaro Vizcaíno en 2014, cuando estando de vacaciones en Fuerteventura, resbaló por una ladera y cayó al mar. Cuatro años más tarde publicó un libro titulado igualmente Solo, en el que contaba su historia. El cineasta Hugo Stuven la ha adaptado a la gran pantalla. Os cuento qué me ha parecido la película.
Solo comienza en una playa. Álvaro (Alain Hernández) contempla cómo Ona sale del mar con su tabla de surf. La pareja está pasando el día junto al mar y conversan. Ella le pregunta por qué él la ha llevado a ese lugar. Él quiere contarle una historia, lo que le ocurrió cuando quedó a la deriva aquel 14 de septiembre de 2014. De este modo, el presente -lo que nosotros pensamos que es el presente- se alterna con el pasado.
Y en ese pasado nos retrotraeremos a la noche previa en la que todo ocurrió. Álvaro estaba de fiesta. Ona bailaba con otro hombre. Y Nelo, el amigo surfista de Álvaro anuncia que lo deja todo para formar una familia. Son un grupo homogéneo, gente que ama la naturaleza, el mar, que ha roto con las ataduras de la ciudad y que solo viven realmente cuando hacen surf. A la mañana siguiente, Álvaro pone rumbo a una zona de dunas. Quiere bajar a una cala desierta, adentrarse en el mar, y coger algunas olas, pero su pie resbala por una ladera y queda colgando de un precipicio. No hay nadie alrededor. Si trata de coger su móvil de la mochila que lleva a la espalda, terminará por caer al mar. Así que opta por tirarse él, cuando cree que es el momento más apropiado para no golpearse contra las rocas. A partir de ese momento,Solo narra las múltiples calamidades que le ocurrirán durante las 48 horas siguientes, hasta ser rescatado.
Qué me ha gustado de la película
Lo primero que llama la atención son los paisajes y la fotografía. Playas volcánicas, acantilados, y el mar de un azul intenso conformarán la parte más bella de la película. Hay momentos en los que veremos a los jóvenes surfear las olas, en una comunión perfecta entre el hombre y el mar. Las imágenes son muy bellas.
Con respecto a la trama, me gusta la parte en la que Álvaro batalla contra el mar, tratando de ponerse a flote y salvarse. Aunque hay algunos actos que no entiendo, lo vamos a ver tratando de sortear rocas y llegar hasta una cala. Imagino que el rodaje de la película habrá sido complicado y eso hay que reconocerlo. Las imágenes nos muestran a un hombre colgando literalmente de un acantilado. La cámara se aleja. Está completamente solo. Y aunque sabemos que no excesivamente lejos debe haber un equipo de rodaje, y que él está debidamente asegurado, no deja de ser impactante verlo aferrado a la pared rocosa.
Por aportar algo más señalaría la lección de vida que aprende Álvaro. Su experiencia lo conduce a una examen de conciencia, a examinar cómo ha sido su vida hasta ese momento, entendiendo cuáles han sido esos errores que debe enmendar.
Qué no me ha gustado
Y si decía antes que lo que más me ha gustado de la película son los momentos de supervivencia, las escenas en las que vemos a Álvaro batallando contra el mar, tratando de salvarse, lo que menos me ha gustado es todo el resto, que es bastante. Es decir, los momentos en los que el surfista y la chica hablan del pasado, de la relación que tienen en ese momento, de lo que le gustaría a uno y a otro, me ha parecido como de cartón piedra. Diálogos tontorrones, insustanciales, que no aportan nada. Tampoco me parece creíble la amistad entre Álvaro y Nelo, la reacción del primero cuando el segundo le cuenta que ha pensado en cambiar de vida, que lo de surfear de aquí para allá está bien pero que, llegados a una edad, necesitas otras cosas. Es todo muy artificial.
Por momentos se hace lenta. Las escenas de lo que pensamos que es el presente rompen por completo la poquita tensión que se genera en las situaciones más complejas, con lo que el ritmo es irregular.
Personajes e interpretación
Del pasado de Álvaro sabremos bien poco. El guion va dejando caer datos aquí y allá sin orden ni concierto. Al parecer tiene poca relación con la familia y menos aún con su padre. ¿Por qué? No sabemos. En eso no se profundiza. Y con respecto a Ona, también parece que estuvieron un tiempo juntos pero algo pasó entre ellos y terminaron la relación. Sin embargo, Álvaro sigue enganchado con ella. Es decir, el personaje no está bien perfilado. Así que, cuando cae por el precipicio, lo conocemos tan poco que lo que le ocurre te importa lo justo. Es como si te enteras del accidente que ha tenido un conocido tuyo al que no ves hace diez años. La historia te impacta durante unos segundos y, al momento, sigues con tu vida.
A partir del momento en el que tiene el accidente, Álvaro lo va a pasar realmente mal. Heridas, cortes y huesos rotos le impedirán moverse en el agua y nadar hacia una parte menos rocosa, hacia la playa. La sed, el hambre, las gaviotas, el frío de la noche y el calor del día serán sus mayores enemigos. Tuvo que haber sufrido mucho y, sin embargo, Alain Hernández no me ha transmitido todo ese sufrimiento. El actor no me convence ni en los momentos más complicados. Se le nota mucho que está actuando y no resulta creíble. Lo veremos desesperado, hundido, con miedo, pero esas emociones no nos llegan, no traspasan la pantalla, con lo que me enfrenté a este drama con bastante frialdad. Es más, hay un momento en el que personaje madura y llora, pero nada, que no conmueve.
En definitiva, la historia real de Álvaro Vizcaíno (puedes leer una entrevista aquí) es para conocerla (yo no la conocía) y en ese sentido me parece muy encomiable que se opte por contar estos hechos a través del cine, para conocimiento del mundo, pero a esta película le falta emoción, profundidad, tensión, y todo lo que se supone que tiene que tener una película que nos habla de cómo un hombre supo sobreponerse a una situación extrema y consiguió salvarse.
La tenéis en Netflix
Tráiler: