Editorial: Suma de Letras.
Fecha publicación: Octubre, 2013
Precio. 17,00 €
Nº Páginas: 448
Género: Novela romántica / Chick-lit.
Fecha publicación: Octubre, 2013
Precio. 17,00 €
Nº Páginas: 448
Género: Novela romántica / Chick-lit.
Edición: Rústica con solapas.
ISBN: 9788483655382
ISBN: 9788483655382
Autora
Elísabet Benavent (Gandía, Valencia, 1984) es licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Cardenal Herrera CEU de Valencia y máster en Comunicación y Arte por la Universidad Complutense de Madrid. En la actualidad trabaja en el Departamento de Comunicación de una multinacional. Su pasión es la escritura. Hace unos meses autopublicó En los zapatos de Valeria en Internet y reunió a un ejército de nuevos lectores que empezaron a interesarse y a hablar en redes sociales de las peripecias de Valeria y de sus amigas. El sueño de Elísabet era ver su novela en papel y por fin se ha hecho realidad.
Sinopsis
Valeria está inmersa en una vorágine emocional.
Valeria acaba de publicar su novela y tiene miedo a las críticas.
Valeria se está divorciando de Adrián y no es fácil.
Valeria no sabe si quiere tener una relación con Víctor.
Y mientras Valeria teme, llora, disfruta, sueña,...
... Lola no sabe qué hacer con Sergio. Se siente sola.
... Carmen se ha despedido y lucha por comprender a Borja, su novio y antiguo compañero de trabajo.
... y Nerea se levanta cada mañana con náuseas.
Segunda entrega de la saga Valeria que sigue conquistando a las lectoras de forma unánime. Elísabet Benavent tiene que estar contenta.
Antes que nada quería advertiros de que en esta reseña se hace referencia a hechos que ocurren en la primera parte, así que, si no la habéis leído pero tenéis intención, es mejor que vayáis directamente a la conclusión final.
En la primera parte de esta tetralogía, titulada En los zapatos de Valeria (puedes leer la reseña aquí), Valeria no acabó demasiado bien.Toda su vida se fue al traste. Su relación matrimonial con Adrián termina por desmoronarse después de una década juntos. Víctor tampoco se muestra a la altura, pues su reacción al enterarse de que ella ha decidido poner fin a su matrimonio parece que le cae como un jarro de agua fría y claro, Valeria no puede evitar sentirse defraudada.
Menos mal que sus amigas, Carmen, Lola y Nerea siguen siendo su apoyo más incondicional y juntas forman una piña invencible.
Valeria en el espejo arranca con su principal protagonista en una especie de retiro espiritual playero. Tras los caóticos acontecimientos que han zarandeado los pilares de su vida necesita un tiempo para sí misma, así que decide pasar diez días sola en las playas de Gandía. Será un momento de reflexión, de pensar en su vida, en las decisiones que ha tomado, de las que, de momento, no se arrepiente.
Por otra parte este aislamiento supone un compás de espera. Su novela ya ha sido publicada y ahora le toca enfrentarse a las reacciones que su libro va a provocar. La historia que ha puesto al alcance de cualquiera es demasiado intimista y personal, así que lo que más teme es cómo se lo tomará su entorno más directo cuando se vean reflejado en las páginas de un libro. ¿Qué pensarán las chicas de todo lo que cuenta? ¿Cómo se sentirá Víctor cuando sepa que él es la causa directa de su tsunami sentimental? Y lo peor de todo, ¿cómo le sentará a Adrián saber que su mujer se ha derretido en brazos de otro hombre?
En Valeria en el espejo, y en lo que propiamente se refiere a la misma Valeria, el argumento sigue avanzando en la misma línea que en la entrega anterior. Su vida sentimental se debate entre Adrián y Víctor. Las cosas con el primero se ponen realmente mal y aunque ella tiene claro que su separación es lo mejor, no termina de decidirse y hasta incluso se resiste a dejar de usar su alianza. ¿Es que sigue queriendo a Adrián? Lo que está claro es que sus discusiones son cada vez más intensas y el acercamiento civilizado se prevé del todo imposible.
Tanta inseguridad afecta a su relación con Víctor de tal modo que también se enredan en broncas y gritos. Si decidió pasar unos días a solas en la playa fue para pensar también en él. Valeria no tiene muy claro qué es ella para Víctor, ¿acaso un pasatiempo? Ella teme engancharse demasiado para que luego Víctor le da una soberana patada cuando el guaperas se canse de ella.¿Pero es que Valeria no está ya totalmente enamorada de Víctor? Creo que la única que se niega a verlo es ella. Para el lector, e incluso para sus amigas, Valeria lleva enamorada de Víctor desde hace tiempo solo que se niega a creerlo, como si con ello pudiera evitar un daño futuro. Aún así, la relación continuará su camino y a veces ocurrirán cosas que nos harán pensar que Víctor va muy en serio y otras....
¿Y cómo les va al resto de las chicas?
Pues Lola ha decidido devolver al César lo que es del César. A pesar de mostrarse como una mujer fuerte a la que nada ni nadie la tumba (salvo para ir a la cama, claro), Lola tiene su corazoncito y no lo pasa bien. Las cosas con Sergio no terminan de ser como a ella le gustaría y ya se ha cansado de ser un objeto de usar y tirar.
Menos mal que sus amigas, Carmen, Lola y Nerea siguen siendo su apoyo más incondicional y juntas forman una piña invencible.
Valeria en el espejo arranca con su principal protagonista en una especie de retiro espiritual playero. Tras los caóticos acontecimientos que han zarandeado los pilares de su vida necesita un tiempo para sí misma, así que decide pasar diez días sola en las playas de Gandía. Será un momento de reflexión, de pensar en su vida, en las decisiones que ha tomado, de las que, de momento, no se arrepiente.
Por otra parte este aislamiento supone un compás de espera. Su novela ya ha sido publicada y ahora le toca enfrentarse a las reacciones que su libro va a provocar. La historia que ha puesto al alcance de cualquiera es demasiado intimista y personal, así que lo que más teme es cómo se lo tomará su entorno más directo cuando se vean reflejado en las páginas de un libro. ¿Qué pensarán las chicas de todo lo que cuenta? ¿Cómo se sentirá Víctor cuando sepa que él es la causa directa de su tsunami sentimental? Y lo peor de todo, ¿cómo le sentará a Adrián saber que su mujer se ha derretido en brazos de otro hombre?
En Valeria en el espejo, y en lo que propiamente se refiere a la misma Valeria, el argumento sigue avanzando en la misma línea que en la entrega anterior. Su vida sentimental se debate entre Adrián y Víctor. Las cosas con el primero se ponen realmente mal y aunque ella tiene claro que su separación es lo mejor, no termina de decidirse y hasta incluso se resiste a dejar de usar su alianza. ¿Es que sigue queriendo a Adrián? Lo que está claro es que sus discusiones son cada vez más intensas y el acercamiento civilizado se prevé del todo imposible.
Tanta inseguridad afecta a su relación con Víctor de tal modo que también se enredan en broncas y gritos. Si decidió pasar unos días a solas en la playa fue para pensar también en él. Valeria no tiene muy claro qué es ella para Víctor, ¿acaso un pasatiempo? Ella teme engancharse demasiado para que luego Víctor le da una soberana patada cuando el guaperas se canse de ella.¿Pero es que Valeria no está ya totalmente enamorada de Víctor? Creo que la única que se niega a verlo es ella. Para el lector, e incluso para sus amigas, Valeria lleva enamorada de Víctor desde hace tiempo solo que se niega a creerlo, como si con ello pudiera evitar un daño futuro. Aún así, la relación continuará su camino y a veces ocurrirán cosas que nos harán pensar que Víctor va muy en serio y otras....
¿Y cómo les va al resto de las chicas?
Pues Lola ha decidido devolver al César lo que es del César. A pesar de mostrarse como una mujer fuerte a la que nada ni nadie la tumba (salvo para ir a la cama, claro), Lola tiene su corazoncito y no lo pasa bien. Las cosas con Sergio no terminan de ser como a ella le gustaría y ya se ha cansado de ser un objeto de usar y tirar.
Carmen y Borja siguen muy enamorados y tanto es así que deciden, en principio, convivir juntos. Sin embargo, y aunque ellos lo tienen muy claro y están decididos, la cosa no será fácil. Carmen tendrá que pasar por una difícil y dura prueba contra la que se resiste pero por amor a Borja pondrá todo de su parte. El resultado no será muy positivo que digamos y provocará que la relación entre ambos se enfríe y distancie.
Nerea sigue con Daniel pero ha perdido mucha seguridad en sí misma. Está pasando por una crisis en la que dice sentirse gorda y no tiene muy claro que lo suyo con su novio sea lo mejor a lo que puede aspirar. La hasta ahora mosquita muerta reflexiona sobre su vida y su relación con Daniel y contra todo pronóstico tomará decisiones muy importantes que dejarán boquiabiertos a los suyos.
En cuanto al elenco masculino, Adrián desaparece un poco de escena para dar más protagonismo a Víctor. Este último sigue siendo un hombre muy deseado por todas las mujeres y en cuanto a su relación con Valeria se muestra ambiguo en ocasiones.
Al margen de los personajes conocidos en la primera parte, aparecen algunos nuevos de índole familiar. Las suegras tendrán su minuto de gloria, algunas para bien y otras para mal, algunas por demasiado modernas y liberales y otras por demasiado antiguas y posesivas. La primera nos caerá de lujo. La segunda la odiaremos a muerte.
Valeria en el espejo, tal y como su antecesora, sigue siendo una novela muy dinámica, fresca y divertida en la que los personajes tienen mucho peso. Esta segunda parte es algo más sexual que la anterior pero tiene su lógica. Valeria se ha separado de Adrián, con el que los asuntos de cama eran más bien rutinarios y aburridos o prácticamente no existían, para comenzar una relación con Víctor y ya sabemos que con él el sexo es más frecuente, intenso y hasta electrificante. A pesar de ello, no se la puede catalogar de novela erótica. El sexo no es más que un elemento en la vida de estas chicas y como tal debe tratarse en la novela, sin embargo, hay mucho más. Hay miedos, inseguridades, celos, amistad, cariño, ternura, tristeza,... Es la vida misma.
Volvemos a tener un narrador en primera persona en la voz de Valeria que será omnisciente. El lenguaje empleado seguirá siendo del mismo tipo, muy coloquial, fluido e incluso con algún que otro exabrupto que le da un toque natural a la narración. Sigo diciendo que Elísabet tiene una muy buena capacidad para describir escenas de alto voltaje y que sus diálogos, especialmente aquellos en los que la tensión se masca, están muy bien construidos.
Muchas veces decimos que una libro se lee solo para referirnos a la rapidez con que vamos devorando las páginas de una novela. Este libro y el anterior son un claro ejemplo de ello. Es ponerte a leer y a leer y cuando te das cuenta te has ventilado una centena de páginas y eso que casi cuenta con 500. Son totalmente adictivos y no decepcionan si sabes con certeza qué género es y lo que puedes esperar de ellos. Si aborreces el género chick-lit y/o bien no disfrutas con él porque ni siquiera te entretiene, entonces pasa página. Sin embargo, si eres como yo, que no le pides peras al olmo y simplemente buscas un mero entretenimiento con historias que no por sencillas dejan de tener visos de realidad, entonces acércate a conocer a Valeria y a sus amigas. Creo que te gustarán.
Ahora a sumergirse en la tercera entrega. A ver lo que la vida le depara a estas chicas.
En cuanto al elenco masculino, Adrián desaparece un poco de escena para dar más protagonismo a Víctor. Este último sigue siendo un hombre muy deseado por todas las mujeres y en cuanto a su relación con Valeria se muestra ambiguo en ocasiones.
Al margen de los personajes conocidos en la primera parte, aparecen algunos nuevos de índole familiar. Las suegras tendrán su minuto de gloria, algunas para bien y otras para mal, algunas por demasiado modernas y liberales y otras por demasiado antiguas y posesivas. La primera nos caerá de lujo. La segunda la odiaremos a muerte.
Valeria en el espejo, tal y como su antecesora, sigue siendo una novela muy dinámica, fresca y divertida en la que los personajes tienen mucho peso. Esta segunda parte es algo más sexual que la anterior pero tiene su lógica. Valeria se ha separado de Adrián, con el que los asuntos de cama eran más bien rutinarios y aburridos o prácticamente no existían, para comenzar una relación con Víctor y ya sabemos que con él el sexo es más frecuente, intenso y hasta electrificante. A pesar de ello, no se la puede catalogar de novela erótica. El sexo no es más que un elemento en la vida de estas chicas y como tal debe tratarse en la novela, sin embargo, hay mucho más. Hay miedos, inseguridades, celos, amistad, cariño, ternura, tristeza,... Es la vida misma.
Volvemos a tener un narrador en primera persona en la voz de Valeria que será omnisciente. El lenguaje empleado seguirá siendo del mismo tipo, muy coloquial, fluido e incluso con algún que otro exabrupto que le da un toque natural a la narración. Sigo diciendo que Elísabet tiene una muy buena capacidad para describir escenas de alto voltaje y que sus diálogos, especialmente aquellos en los que la tensión se masca, están muy bien construidos.
Muchas veces decimos que una libro se lee solo para referirnos a la rapidez con que vamos devorando las páginas de una novela. Este libro y el anterior son un claro ejemplo de ello. Es ponerte a leer y a leer y cuando te das cuenta te has ventilado una centena de páginas y eso que casi cuenta con 500. Son totalmente adictivos y no decepcionan si sabes con certeza qué género es y lo que puedes esperar de ellos. Si aborreces el género chick-lit y/o bien no disfrutas con él porque ni siquiera te entretiene, entonces pasa página. Sin embargo, si eres como yo, que no le pides peras al olmo y simplemente buscas un mero entretenimiento con historias que no por sencillas dejan de tener visos de realidad, entonces acércate a conocer a Valeria y a sus amigas. Creo que te gustarán.
Ahora a sumergirse en la tercera entrega. A ver lo que la vida le depara a estas chicas.
Agradezco a Suma de Letras el envío del ejemplar.