Año: 2013
Nacionalidad: EE.UU
Director: John Lee Hancock
Reparto: Emma Thompson, Tom Hanks, Colin Farrell, Paul Giarnatti, Jason Schwartzman, Bradley Whitford, Ruth Wilson, B.J. Novak, Rachel Griffiths, Kathy Baker.
Género: Drama. Basado en hechos reales.
Premios: Oscar (2013) - Nominada a Mejor Banda Sonora. Cuenta con nominaciones en otros galardones.
Sinopsis: Durante catorce años, Walt Disney intentó sin descanso que la escritora australiana P.L. Travers le cediera los derechos cinematográficos de su primera y más popular novela "Mary Poppins", que finalmente fue llevada a la gran pantalla en 1964.
[Información facilitada por Filmaffinity]
La película de la que os hablo hoy puede gustar a muchos. Hace algunos días Lidia de Juntando más letras comentaba en Facebook que su hija pequeña Lucia estaba volviendo a ver «Mary Poppins» otra vez y lo comentaba entre signos de exclamación pero agradecida de que al menos su pequeña hubiera dejado de lado durante un rato a Bob Esponja. Le dejé un comentario en el que decía que yo no soportaba a Mary Poppins pero ahora comienzo a tener otra perspectiva.
Al encuentro de Mr. Banks(o Saving Mr. Banks, en versión original) narra parte de la vida de P.L. Travers (Emma Thompson) o lo que es lo mismo, de Pamela Lyndon Travers, cuyo nombre original era Helen Goff, concretamente se centra en los años 1961 a 1964, con frecuentes retrocesos al pasado para conocer su infancia y a su familia. Travers fue la creadora de la figura de Mary Poppins, aquella institutriz que, paraguas en mano, ordenaba una habitación caótica, colocando los juguetes en su sitio en un santiamén, mientras entonaba una cancioncilla.
«Mary Poppins», escrita en 1934, fue la primera novela de esta escritora australiana afincada en Londres. Posteriormente desarrolló el personaje en cinco novelas más. Durante años, Walt Disney (Tom Hanks) intentó persuadir a Travers para que le cediera los derechos cinematográficos de su novela y llevarla al cine y año tras año, ella se negó. Para la escritora Mary Poppins era su vida, su criatura, y no deseaba replegarse a la industria americana que seguramente la mancillaría con su frivolidad, haciendo de su personaje una mujer vacía y demasiado fantasiosa. Creía que destrozarían su figura en la que ella había puesto tanto cariño, consiguiendo un resultado vulgar.
Sin embargo, en 1961 grandes problemas financieros hicieron que ella recapacitara y se planteara de nuevo la cuestión. Sin ventas, sin derechos de autor, sin nueva novela a la vista, las facturas por pagar comienzan a acumularse y Travers teme perder su casa. ¿Qué otra cosa podía hacer? No había salida. Por consejo de su representante Diarmuid Russell (Ronan Vibert), viajó a Los Ángeles para negociar los términos de la cesión con Walt Disney. Sus condiciones eran indiscutibles: nada de animación, nada de canciones y el guión tendría que llevar su visto bueno. Así comienza la estancia de Travers en Estados Unidos, reuniéndose todos los días con el equipo de Walt Disney entre los que figuraba el guionista Don DaGradi (Bradley Whitford) y los hermanos Sherman, Robert y Richard (B.J.Novak y Jason Schwartzman), un letrista y un compositor. ¿Acaso no dejó claro la señorita Travers que no quería hacer de su libro un musical?
Reunión tras reunión, Walt Disney tuvo que batallar con la escritora cada paso que se daba en la escritura del guión, cada decisión era rebatida por Travers, desdeñada, rotundamente negada. El proyecto estaba pendiente de un hilo. Si la autora no accedía, la cesión no se consolidaba.
Mientras el presente de P.L. Travers se va desarrollando y la película de «Mary Poppins» empieza a tener forma, viajamos con frecuencia al pasado (1906) para conocer la infancia de la escritora. Como dije antes, su verdadero nombre era Helen Goff, hija mayor de un matrimonio con tres hijos, residente en Maryborough, Australia. Su padre (Colin Farrell) era director de un banco al que la vida laboral no le iba nada bien por tratarse de un hombre con demasiada fantasía y poco anclado a la realidad.
Al ser despedido, la familia marcha a la localidad de Allora donde se encargará de dirigir el banco de la familia Belhatchett. Allí residirán en un casa en mitad de la nada, vieja y desvencijada en cuyo alrededor pasta un viejo caballo y algunas gallinas picotean lo que encuentran. Padre e hija están sumamente unidos, ambos son espíritus libres, grandes soñadores,.... La madre no ve con buenos ojos esta relación. Cree que su marido llena de pájaros la cabeza de su hija con historias sobre personas encerradas en cuerpo de animal por el hechizo de una bruja, cuando debería de ocuparse de la familia. Pero para el padre la realidad es demasiado pesada y apenas puede soportar la carga. Con la ayuda de una botella de whisky sobrelleva los días hasta que enferma. La relación conyugal se mantiene a duras penas e incluso se produce algún episodio que a punto estuvo de acabar en tragedia.
Creo que no debería contaros más nada sobre el argumento. La novela «Mary Poppins», en cierto sentido, tiene más tinte autobiográficos de los que podamos imaginar. La infancia de la escritora y la relación tan especial que la unía a su padre palpitan con fuerza bajo el manto de una historia fantástica que ha hecho soñar a generaciones de niños. La película refleja la lucha interior de la autora por «prestar» a su criatura, por permitir que la llevaran a la gran pantalla. Lidia una batalla interior consigo misma y con su pasado en la que su padre tiene un papel de peso. Si se cambió el nombre, si abandonó el apellido Goff en favor de Travers, fue por su padre, por sentirse más unida a él, por llevar su nombre de pila y no su apellido. Él se llamaba Travers Goff. Y lo que es más importante, ¿Mary Poppins existió de verdad? Esto tendrás que averiguarlo cuando veas la película. Lo que sí te cuento es que Pamela Travers no volvió a pasar por el aro, es decir, Disney quiso adaptar las restantes novelas de esta escritora pero ella se negó en rotundo y no dio su brazo a torcer nunca más.
Al margen del argumento queda muy patente la contraposición de dos culturas, la británica y la americana. Travers es la rectitud, la seriedad, la frialdad, la formalidad, la distancia,... mientras que los americanos muestran demasiada cordialidad, son demasiado entusiastas, excesivos en su proceder, tomándose muchas confianzas y llegando incluso al contacto físico cuando no procede. Las relaciones entre unos y otros no serán fáciles. Para la parte americana, Travers es demasiado estirada mientras que ella mira a los estadounidenses con ojo crítico, considerando que los modales de estos son bastante inadecuados.
En cuanto a la interpretación, Emma Thompson, a la que adoro en pantalla, está maravillosa aunque su rostro ya evidencia la edad. ¿Quién mejor que una británica para dar vida a la escritora Travers? Sabe dar sentido a la flema británica, con sus aspavientos y sus desaires. Parece ser que la creadora de «Mary Poppins» era una mujer testadura, exigente, hermética, puntillosa, tiquismiquis, irónica, sarcástica, con mucho carácter. Thompson sabe perfectamente qué ceja levantar en cada escena, que mirada debe lanzar, cuándo debe fruncir el ceño y cuando no. A pesar de que su personaje podría exasperar a cualquiera sabe ganarse al espectador, y tras conocer su secreto, terminamos por empatizar con ella.
El otro peso pesado es Tom Hanks. Tiene bastante menos papel que Thompson pero está igual de bien que ella. Genial la caracterización y genial la forma de transmitir la eterna infancia de un hombre que jamás dejó de ser niño, independientemente del gran imperio que levantó. Asoma un lado humano, un lado soñador,... el mismo que Travers dejó atrás en su infancia o que, por dolor, tuvo que dejar atrás.
Colin Farrel no es que tenga un papel muy sobresaliente pero su interpretación es bastante correcta, al igual que la del resto del reparto. De entre los secundarios destacar a Paul Giamatti que encarna al chófer de Travers y con quien termina por establecer una relación de amistad afable y cálida.
Destaca también la banda sonora de Thomas Newman, nominada para los Oscars, así como algunos planos y en ocasiones una preciosa fotografía. Tanto el vestuario como la peluquería está muy estudiada creando una ambientación acertada y creíble.
Me ha gustado mucho Al encuentro de Mr. Banks. Hay que decir que viene de la fábrica Disney, es decir, yo me lo guiso y yo me lo como, pero en este caso no atufa a autopromoción, o por lo menos a mí no me ha dado esa sensación. En ningún momento me ha hecho pensar en una campaña de marketing.
A pesar de ser un largometraje encasillado en el drama, que muestra en escena la melancolía, la tristeza, la nostalgia que Travers arrastra desde su infancia, tiene bastantes puntos cómicos que consiguen sacarnos una sonrisa tierna, emotiva y dulce.
Obviamente se sabe de antemano cómo termina la película pues «Mary Poppins» llegó al cine pero lo importante en este largometraje no es el final sino el desarrollo, la manera y la forma en la que la institutriz de paraguas parlanchín se convirtió en un personaje del celuloide.
Sí, me ha gustado mucho Al encuentro de Mr. Banks (por cierto, para los que no lo sepan, Banks es la familia cuyos hijos cuida Mary Poppins), un título que esconde el verdadero significado de la cinta. Sí, me ha gustado mucho y especialmente conocer a P.L. Travers que ha conseguido que mire a Mary Poppins con otros ojos y desde aquí hago la firme promesa de sentarme a ver la película, cantar el «Supercaligragilisticoespialidoso»y si hace falta, recitar el:
Os invito a que la veáis. Bajo mi punto de vista es bastante recomendable.
Mi puntuación, por mostrarme a la escritora Travers, por hacerlo con tanto cariño, por hacerme reír y emocionarme, no puede ser otra que:
Trailer:
Género: Drama. Basado en hechos reales.
Premios: Oscar (2013) - Nominada a Mejor Banda Sonora. Cuenta con nominaciones en otros galardones.
Sinopsis: Durante catorce años, Walt Disney intentó sin descanso que la escritora australiana P.L. Travers le cediera los derechos cinematográficos de su primera y más popular novela "Mary Poppins", que finalmente fue llevada a la gran pantalla en 1964.
[Información facilitada por Filmaffinity]
La película de la que os hablo hoy puede gustar a muchos. Hace algunos días Lidia de Juntando más letras comentaba en Facebook que su hija pequeña Lucia estaba volviendo a ver «Mary Poppins» otra vez y lo comentaba entre signos de exclamación pero agradecida de que al menos su pequeña hubiera dejado de lado durante un rato a Bob Esponja. Le dejé un comentario en el que decía que yo no soportaba a Mary Poppins pero ahora comienzo a tener otra perspectiva.
Al encuentro de Mr. Banks(o Saving Mr. Banks, en versión original) narra parte de la vida de P.L. Travers (Emma Thompson) o lo que es lo mismo, de Pamela Lyndon Travers, cuyo nombre original era Helen Goff, concretamente se centra en los años 1961 a 1964, con frecuentes retrocesos al pasado para conocer su infancia y a su familia. Travers fue la creadora de la figura de Mary Poppins, aquella institutriz que, paraguas en mano, ordenaba una habitación caótica, colocando los juguetes en su sitio en un santiamén, mientras entonaba una cancioncilla.
«Mary Poppins», escrita en 1934, fue la primera novela de esta escritora australiana afincada en Londres. Posteriormente desarrolló el personaje en cinco novelas más. Durante años, Walt Disney (Tom Hanks) intentó persuadir a Travers para que le cediera los derechos cinematográficos de su novela y llevarla al cine y año tras año, ella se negó. Para la escritora Mary Poppins era su vida, su criatura, y no deseaba replegarse a la industria americana que seguramente la mancillaría con su frivolidad, haciendo de su personaje una mujer vacía y demasiado fantasiosa. Creía que destrozarían su figura en la que ella había puesto tanto cariño, consiguiendo un resultado vulgar.
Sin embargo, en 1961 grandes problemas financieros hicieron que ella recapacitara y se planteara de nuevo la cuestión. Sin ventas, sin derechos de autor, sin nueva novela a la vista, las facturas por pagar comienzan a acumularse y Travers teme perder su casa. ¿Qué otra cosa podía hacer? No había salida. Por consejo de su representante Diarmuid Russell (Ronan Vibert), viajó a Los Ángeles para negociar los términos de la cesión con Walt Disney. Sus condiciones eran indiscutibles: nada de animación, nada de canciones y el guión tendría que llevar su visto bueno. Así comienza la estancia de Travers en Estados Unidos, reuniéndose todos los días con el equipo de Walt Disney entre los que figuraba el guionista Don DaGradi (Bradley Whitford) y los hermanos Sherman, Robert y Richard (B.J.Novak y Jason Schwartzman), un letrista y un compositor. ¿Acaso no dejó claro la señorita Travers que no quería hacer de su libro un musical?
Reunión tras reunión, Walt Disney tuvo que batallar con la escritora cada paso que se daba en la escritura del guión, cada decisión era rebatida por Travers, desdeñada, rotundamente negada. El proyecto estaba pendiente de un hilo. Si la autora no accedía, la cesión no se consolidaba.
Mientras el presente de P.L. Travers se va desarrollando y la película de «Mary Poppins» empieza a tener forma, viajamos con frecuencia al pasado (1906) para conocer la infancia de la escritora. Como dije antes, su verdadero nombre era Helen Goff, hija mayor de un matrimonio con tres hijos, residente en Maryborough, Australia. Su padre (Colin Farrell) era director de un banco al que la vida laboral no le iba nada bien por tratarse de un hombre con demasiada fantasía y poco anclado a la realidad.
Al ser despedido, la familia marcha a la localidad de Allora donde se encargará de dirigir el banco de la familia Belhatchett. Allí residirán en un casa en mitad de la nada, vieja y desvencijada en cuyo alrededor pasta un viejo caballo y algunas gallinas picotean lo que encuentran. Padre e hija están sumamente unidos, ambos son espíritus libres, grandes soñadores,.... La madre no ve con buenos ojos esta relación. Cree que su marido llena de pájaros la cabeza de su hija con historias sobre personas encerradas en cuerpo de animal por el hechizo de una bruja, cuando debería de ocuparse de la familia. Pero para el padre la realidad es demasiado pesada y apenas puede soportar la carga. Con la ayuda de una botella de whisky sobrelleva los días hasta que enferma. La relación conyugal se mantiene a duras penas e incluso se produce algún episodio que a punto estuvo de acabar en tragedia.
Creo que no debería contaros más nada sobre el argumento. La novela «Mary Poppins», en cierto sentido, tiene más tinte autobiográficos de los que podamos imaginar. La infancia de la escritora y la relación tan especial que la unía a su padre palpitan con fuerza bajo el manto de una historia fantástica que ha hecho soñar a generaciones de niños. La película refleja la lucha interior de la autora por «prestar» a su criatura, por permitir que la llevaran a la gran pantalla. Lidia una batalla interior consigo misma y con su pasado en la que su padre tiene un papel de peso. Si se cambió el nombre, si abandonó el apellido Goff en favor de Travers, fue por su padre, por sentirse más unida a él, por llevar su nombre de pila y no su apellido. Él se llamaba Travers Goff. Y lo que es más importante, ¿Mary Poppins existió de verdad? Esto tendrás que averiguarlo cuando veas la película. Lo que sí te cuento es que Pamela Travers no volvió a pasar por el aro, es decir, Disney quiso adaptar las restantes novelas de esta escritora pero ella se negó en rotundo y no dio su brazo a torcer nunca más.
Al margen del argumento queda muy patente la contraposición de dos culturas, la británica y la americana. Travers es la rectitud, la seriedad, la frialdad, la formalidad, la distancia,... mientras que los americanos muestran demasiada cordialidad, son demasiado entusiastas, excesivos en su proceder, tomándose muchas confianzas y llegando incluso al contacto físico cuando no procede. Las relaciones entre unos y otros no serán fáciles. Para la parte americana, Travers es demasiado estirada mientras que ella mira a los estadounidenses con ojo crítico, considerando que los modales de estos son bastante inadecuados.
En cuanto a la interpretación, Emma Thompson, a la que adoro en pantalla, está maravillosa aunque su rostro ya evidencia la edad. ¿Quién mejor que una británica para dar vida a la escritora Travers? Sabe dar sentido a la flema británica, con sus aspavientos y sus desaires. Parece ser que la creadora de «Mary Poppins» era una mujer testadura, exigente, hermética, puntillosa, tiquismiquis, irónica, sarcástica, con mucho carácter. Thompson sabe perfectamente qué ceja levantar en cada escena, que mirada debe lanzar, cuándo debe fruncir el ceño y cuando no. A pesar de que su personaje podría exasperar a cualquiera sabe ganarse al espectador, y tras conocer su secreto, terminamos por empatizar con ella.
El otro peso pesado es Tom Hanks. Tiene bastante menos papel que Thompson pero está igual de bien que ella. Genial la caracterización y genial la forma de transmitir la eterna infancia de un hombre que jamás dejó de ser niño, independientemente del gran imperio que levantó. Asoma un lado humano, un lado soñador,... el mismo que Travers dejó atrás en su infancia o que, por dolor, tuvo que dejar atrás.
Colin Farrel no es que tenga un papel muy sobresaliente pero su interpretación es bastante correcta, al igual que la del resto del reparto. De entre los secundarios destacar a Paul Giamatti que encarna al chófer de Travers y con quien termina por establecer una relación de amistad afable y cálida.
Destaca también la banda sonora de Thomas Newman, nominada para los Oscars, así como algunos planos y en ocasiones una preciosa fotografía. Tanto el vestuario como la peluquería está muy estudiada creando una ambientación acertada y creíble.
Me ha gustado mucho Al encuentro de Mr. Banks. Hay que decir que viene de la fábrica Disney, es decir, yo me lo guiso y yo me lo como, pero en este caso no atufa a autopromoción, o por lo menos a mí no me ha dado esa sensación. En ningún momento me ha hecho pensar en una campaña de marketing.
A pesar de ser un largometraje encasillado en el drama, que muestra en escena la melancolía, la tristeza, la nostalgia que Travers arrastra desde su infancia, tiene bastantes puntos cómicos que consiguen sacarnos una sonrisa tierna, emotiva y dulce.
Obviamente se sabe de antemano cómo termina la película pues «Mary Poppins» llegó al cine pero lo importante en este largometraje no es el final sino el desarrollo, la manera y la forma en la que la institutriz de paraguas parlanchín se convirtió en un personaje del celuloide.
Sí, me ha gustado mucho Al encuentro de Mr. Banks (por cierto, para los que no lo sepan, Banks es la familia cuyos hijos cuida Mary Poppins), un título que esconde el verdadero significado de la cinta. Sí, me ha gustado mucho y especialmente conocer a P.L. Travers que ha conseguido que mire a Mary Poppins con otros ojos y desde aquí hago la firme promesa de sentarme a ver la película, cantar el «Supercaligragilisticoespialidoso»y si hace falta, recitar el:
«Viento del este
y niebla gris,
anuncian que vienen,
lo que ha de venir.
No me imagino
lo que irá a suceder,
lo que irá a suceder,
mas lo que ahora pase
ya pasó otra vez».
Os invito a que la veáis. Bajo mi punto de vista es bastante recomendable.
Mi puntuación, por mostrarme a la escritora Travers, por hacerlo con tanto cariño, por hacerme reír y emocionarme, no puede ser otra que:
Trailer: