Editorial: Alianza Editorial.
Fecha publicación: 20 marzo, 2014.
Nº Páginas: 310
Precio: 18,00 €
Edición: Rústica con solapas.
ISBN: 978-84-206-8379-9
Autor
Nathan Filer es un poeta y documentalista británico que siempre ha compaginado la literatura con las labores sociales. Durante años trabajó en un psiquiátrico y actualmente lo hace como investigador de Psiquiatría de la Universidad de Bristol. Ha participado en numerosos programas radiofónicos de poesía y ha dirigido varios documentales, uno de los cuales fue galardonado con el premio de la BBC en 2005.
Su proyección internacional ha venido de la mano de su novela La Luna no está, la cual, nada más entregar el original a su editorial británica, fue contratada por una decena de editoriales de distintos países para su publicación, y ha sido reconocida con el Premio Costa 2014.
Sinopsis
"Te contaré todo lo que pasó, porque será un buen modo de presentar a mi hermano. Se llama Simon. Creo que te caerá bien. A mí me cae muy bien. Pero en pocas páginas habrá muerto. Y después nada volverás a ser igual".
La vida puede cambiar vertiginosamente en pocos segundos. Matthew Holmes tiene nueve años. Nunca se separa de su hermano mayor, Simon, al que todos tratan como si fuera menor por una enfermedad cuyo nombre Matt no recuerda. Durante unas vacaciones en Ocean Coves, Simon muere de forma accidental tras salir con Matt una noche de la caravana familiar para curiosear por los alrededores. Es algo que Matt nunca podrá olvidar y que le llevará a encerrarse en sí mismo. No sólo por el sentimiento de culpa, también por un secreto guardado que lo oprime, la presión familiar y la pérdida progresiva del sentido de la realidad. Diez años después, Matt encuentra fuerzas para volver a empezar. Exterioriza su historia en todo tipo de medios, desde un ordenador a una vieja máquina de escribir, cuando no es a mano. Su gran ayuda es la abuela Noo, pero sobre todo Annabelle y el recuerdo de Simon que "tenía una cara grande y redonda, siempre sonriente, que me recordaba a la luna".
La Luna no está es una novela de aprendizaje, una historia de amor y esperanza, de perdón y comprensión. Un relato emocionante y dramático, también divertido, sobre la aventura de un niño que encuentra el valor para luchar contra sus propios fantasmas y poder madurar. Un viaje al interior de la mente humana y de su locura, tratado con especial delicadeza por Nathan Filer, que nos recuerda que las tragedias, aunque necesitamos olvidarlas, afrontadas debidamente pueden ayudarnos a madurar como personas.
[Información facilitada por la editorial]
La Luna no está es una novela recién salida del horno que se pone hoy a la venta, 20 de marzo. He tenido la oportunidad de leerla con antelación para poderos traer mis impresiones que paso a detallaros.
Cuando desde la editorial me propusieron leer este libro me comentaron que su argumento seguía, en cierto sentido, la línea de otra novela que me había emocionado en su día, El curioso incidente del perro a medianoche, un libro que leí el año pasado y que me dejó encantada. Además se da la circunstancia de que uno de los personajes de esta novela es discapacitado y, para los que no lo sepáis, mi hermana pequeña tiene síndrome de Down. Blanco y en botella... No me lo pensé mucho.
La sinopsis que ofrece la editorial se abre con un fragmento del libro que, sin duda, dejará impactado al lector. Tan solo con esas pocas líneas, nos podemos hacer una idea del cariz de la narración. El resto es tan acertado que poca aclaración más es necesaria.
Matthew va a vivir una experiencia terrible. La muerte de su hermano discapacitado lo marcará para toda la vida y le provocará un sentimiento de culpa tan brutal que sentirá cómo su mundo se desmorona. No es fácil encajar una desgracia. No lo es para un adulto y menos aún para un niño de nueve años, tan apegado a su hermano mayor, un hermano enfermo y débil al que ha cuidado y del que siempre se ha responsabilizado. Matthew se siente perdido y solo tras la muerte de Simon. No entiende, como nosotros no entenderíamos en su lugar, que el mundo siga girando feliz mientras su vida se va por el desagüe. En ese proceso de duelo existe un punto de inflexión que si lo superas, te permitirá seguir con tu vida a pesar del dolor. En caso contrario, quedarás anclado a aquel momento de tu existencia. Es lo que le pasa a Matthew, que no puede seguir, que no lo entiende, que no soporta la ausencia de la luna, de su hermano Simon. Y esa incapacidad lo sumerge en un pozo, en una enfermedad mental por la que sufre alucinaciones, ve y oye a su hermano y la frustración de no poder recuperarlo lo resigna a hospitales psiquiátricos, a medicamentos, a grupos de terapia. No temáis. Hay esperanza.
La Luna no está es un libro de superación, de amor, de dolor, de sufrimiento.Es duro, tengo que reconocerlo, pero también es esperanzador porque las ventanas de la habitación oscura en la que Matt lleva encerrado diez años terminarán por abrirse, permitiendo así que la luz vuelva a su vida. Esta narración se podría interpretar como una confesión, aunque no se trata de reconocer su culpa ante los demás, sino todo lo contrario. Matthew necesita soltar amarras, desprenderse de ese lastre terrible y pesado que lleva atado a sus tobillos, como una gran bola de hierro, desde hace diez años. Contar su experiencia es alcanzar la liberación y la paz interior que tanta falta le hace, para reconciliarse con el mundo y consigo mismo. Necesita perdonarse y por eso, diez años después de la muerte de su hermano, escribe su historia.
No empatizar con los personajes de esta novela es altamente complicado. Por un lado, los padres de Matt, Richard y Susan, han tenido que enfrentarse al duro golpe de perder a uno de sus dos hijos y asumir que el otro ha quedado traumatizado tras el accidente. La relación se complica a medida que Matthew cumple años porque él se vuelve irascible, egoísta, egocéntrico,... Un hijo encerrado en su propio mundo del que no sabe cómo salir. No soporta el contacto con los adultos, tan solo su abuela Noo sabrá aproximarse a él sin provocar el rechazo de su nieto. Y es que la abuela es todo dulzura, una mujer que se interesa por Matt sin agobiarlo y con quién él se siente más cómodo.
Annabelle es un personaje que aparece poco pero, sin embargo, su presencia es vital para el desenlace. Ella asoma en las primeras y en las últimas páginas del libro. Es el inicio y el fin del círculo que se cierra alrededor de Matt y con su ayuda conseguirá entender y liberarse.
Y con respecto a Matt. ¿Cómo no entenderlo? A todos nos ocurre alguna vez que la culpa nos asfixia y daríamos lo que tuviéramos para dar marcha atrás en el tiempo, por borrar nuestros actos. Creo que el autor perfila bien los contornos de la personalidad de este personaje. Muy probablemente por el conocimiento adquirido durante sus años trabajando en contacto con pacientes psiquiátricos. La mente de Matthew es ligeramente caótica, una cualidad que se refleja igualmente en la narración, en la disposición de los sucesos. No existe un orden pero tampoco importa demasiado porque, a medida que vayamos leyendo, iremos encajando las piezas.
Escrito en primera persona, con abundantes alusiones directas al lector, la narración se mueve en dos tiempos, el pasado de hace diez años y el presente más inmediato.La Luna no está incorpora algunas ilustraciones que resultan infantiles pero no podemos olvidar que Matthew padece una enfermedad mental, aunque, en ocasiones, sus pensamientos son más lógicos que los de cualquier persona sana y adulta.
En cuanto a la estructura y estilo, la novela consta de divisiones internas a modo de capítulos muy cortos y sin numerar, contando algunos de ellos con un título que no respeta el uso de las minúsculas y las mayúsculas. Resulta muy significativo el empleo de distintos tipos de fuentes, ya sea la grafía propia de un texto escrito mediante un procesador, una máquina de escribir o bien a mano. El cambio de un tipo a otro da la sensación de espontaneidad, de naturalidad, algo que se aprecia a la perfección cuando en los textos mecanografiados figura alguna errata. Nada está predeterminado ni estudiado. La mente de Matthew fluye hacia la luz.
En definitiva, La Luna no está es un libro, como ya he dicho, duro en el que el dolor, la amargura, la culpa, la soledad,... hacen acto de presencia pero también ligeros toques de humor. A la vez, es una novela tierna que nos acerca al lado más humano de una persona y también al más oscuro, permitiéndonos asomarnos al mundo tras las cortinas de una enfermedad mental. Aunque puede resultar una lectura que escuece, para mí ha sido una experiencia poder leer una historia en primera persona en la voz de un personaje con problemas mentales. Una historia donde el amor está detrás de cada palabra, un amor intenso y profundo, el que Matt siente por su hermano Simon, al que tanto echa de menos. Como suelo decir en estos casos, la vida no siempre es de color de rosa y eso es algo que también se traslada a la literatura.
Antes de marcharme, quisiera dejaros el precioso vídeo titulado Common Side Effects (Efectos secundarios comunes) que los editores holandeses han creado para mostrar la historia que se recoge en este libro y que allí lleva el título de The Shock of the Fall.
Agradezco a Alianza el envío del ejemplar.